Advertencia: Los personajes no me pertenecen, no me gusta admitirlo, pero es la verdad. Además, la historia es Slash y no recibo remuneración alguna por este Mini Fic, pero sí mucha satisfacción al saber que Draco y Harry se aman, se adoran y quieren casarse en matrimonio.

Autor: Dunkle Hexe

Beta: Giulia-wb

Muchas gracias por tu apoyo al betear este fic Giulyy, sin ti abria estado perdida. : D deja que mis niños se "casen en matrimonio" ningun mal le hacen al mundo ; )

Nota: He escrito este Mini Fic con todo mi cariño y admiración para mi Queridísima Amiga Jhowhe, quien cumplió años el pasado 23 de Julio. Sip, el mismísimo día que Daniel R. a quien ella adora.

" ¡Muchas Felicidades Jhowhe!, ¡Que todos los días de tu vida sean GENIALES! Disculpa por el retraso Amiga, no tengo perdón, lo sé, pero juro que todo es culpa de Tom, que me ha tenido como loca ayudándole a encontrar un buen "regalo de reconciliación" para Dan, por aquel incidente del "estreno".

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El Secuestro

Hacia mucho tiempo que no sentía tanto calor. Tal vez se debía a que era pleno verano y el hecho de que estaba metido en un aula de reducido tamaño, pero llena de novatos ávidos por aprender. Y si Ron no hubiera estado a su lado golpeándolo pasmosamente con la rodilla para evitar dormirse de puro aburrimiento, seguro ya estaría de nuevo en medio de ese penoso sueño que había estado teniendo las últimas noches.

Sentía la piel pegajosa, el cabello húmedo en el área de la nuca y las piernas adormecidas por llevar tanto tiempo sentado. ¡Si tan sólo hubiera podido saltarse esa parte del entrenamiento y haber empezado de una vez con la práctica! Pero no, el "Señor Ministro" había sido muy claro, él debería cumplir "a plenitud" con su entrenamiento para ser auror con el fin de evitar malos entendidos entre los miembros de la comunidad mágica y el Ministerio. 'A la mierda con la comunidad y a la mierda con el "Señor Ministro", esto no es más que una tortura para mí' pensaba con molestia.

— Señor Potter — miró fastidiado hacia el profesor que le llamaba al frente del aula.

— ¿Sí, Profesor Smith? — contestó con fingido respeto, enderezándose discretamente al darse cuenta que estaba prácticamente escurrido sobre su silla.

— Le he preguntado si se siente bien — aclaró el profesor, apretando los labios en clara señal de desacuerdo con la actitud reciente del "Héroe".

— Oh, sí — respondió Harry mirando avergonzado hacia el profesor — lo siento, sólo estaba un poco distraído.

— Procure poner más atención, Señor Potter — le aconsejo el profesor con indiferencia, dándose vuelta para volver a poner atención a la pizarra, donde había algunas anotaciones que a Harry no le daban la menor idea de cual era el tema que estaban estudiando.

Se escurrió de nuevo en su asiento, sintiendo que su mirada se nublaba por el sueño. Sacudió la cabeza intentando despejarse, y para entretenerse echó una rápida mirada alrededor del aula. Algunos de sus compañeros lucían claramente interesados, con la emoción pintada en la cara por la felicidad que les provocaba estar ahí, "preparándose para ser aurores del Ministerio", como si fuera gran cosa, en esos momentos nisiquiera había grandes peligros de los cuales salvar a los magos y brujas de la comunidad mágica; según un par de amigos aurores le habían comentado, no hacían mas que tedioso papeleo desde que la guerra había terminado.

En su vistazo notó también que algunos de sus compañeros lucían tan o más aburridos que él, y que un par de ellos se distraían garabateando sobre sus pergaminos. A Harry no le daba la impresión que estuvieran realmente entendiendo el tema, porque sonreirán pícaramente mientras hacían apuradas anotaciones sin siquiera mirar la pizarra.

Volvió la vista al frente para continuar con su letargo en paz. Poco a poco la voz del profesor se fue transformando en sólo un murmullo lejano de palabras incomprensibles haciendo eco en su cabeza; ya nisiquiera tenía intención de fingir atención, se sentía rebasado por la pesadez del aburrimiento y sin el mínimo interés por ocultarlo.

El profesor caminó hacia su escritorio para tomar un voluptuoso libro y regreso al pizarrón para hacer más anotaciones con una mano mientras con la otra sostenía el pesado libro. Harry lo siguió con la mirada perdida, pero ni ese movimiento le hizo mermar su desinterés por la clase.

Cuando se acomodaba por un entumecimiento que empezaba a sentir en la cadera debido a su mala postura, sintió como algo le golpeaba suavemente en la cabeza, y una risita ahogada se escucho al fondo; él volteó con el entrecejo fruncido para intentar encontrar al responsable de "distraerlo de la clase". Sus ojos rápidamente ubicaron a Terry, quien con un ligero rubor en las mejillas le gesticuló un "lo siento, Harry" sonriendo tímidamente. Harry asintió y gesticuló un "está bien" fingiendo indiferencia, cuando en realidad le molestaba haber sido distraído de sus pensamientos, porque fueran cuales fueran eran suyos y debían ser buenos y entretenidos, aunque en realidad no tenía idea ya que en ese instante ya no recordaba que había estado pensando.

Terry le señalo hacia el suelo, donde al lado de Harry yacía un pergamino hecho bola, y gesticuló otra vez. En esa ocasión Harry no entendió mucho de lo que decía, pero logró ver que señalaba a alguien tras él, dirigió su miraba a sus espaldas y notó que se trataba de Anthony, quien también le sonreía de manera apenada.

— ¿Podrías pasármelo, Harry? — le susurró Anthony muy bajito señalando hacia el papel. Harry sin dar respuesta se agacho, lo tomo y se lo paso — Lo siento, no era nuestra intención perturbarte, a Terry se le fue la mano — dijo el chico disculpándose.

— No hay cuidado — contestó Harry, sin molestarse en ocultar su falta de entusiasmo por la disculpa.

Cuando Gracias a Merlín y a todos los Magos de renombre la clase terminó, Harry miró hacia Ron, quien vencido por el sueño tenía la cabeza casi recostada sobre su hombro; sonrió travieso por la forma en que la boca de su amigo babeaba ligeramente, y sin contemplación le soltó un codazo que hizo brincar al pelirrojo.

— ¡Qué... qué... qué! — balbuceó Ron repetidamente, mirando hacia todos lados ligeramente ruborizado, percatándose de que todos sus compañeros comenzaban a ponerse de pie.

— La clase terminó — fue la escueta respuesta de Harry, que lucía más divertido que durante la clase.

Ron apenas logró decir un — ah — amodorrado y empezó a guardar sus útiles. Aún con su actitud pasmosa logró hacerlo antes que Harry

— ¿Qué hora es? — preguntó el pelirrojo bostezando sonoramente y estirándose cuan largo era con total desfachatez.

A Harry la falta de compostura de su amigo le causó más diversión y sonrió ampliamente

— Hora de pasar por Hermione — contestó sonriente, y el rostro de Ron se iluminó al instante, apurándose a colocarse el bolso lleno de útiles mal acomodados sobre el hombro

— ¿Vienes? — le preguntó el pelirrojo a Harry, dejando notar su prisa. Harry sonrió.

— No Ron, ve tú y no dejes de saludarla de mi parte — a pesar de ser sus mejores amigos y de lo divertido que era pasar tiempo con ellos, a Harry no dejaba de incomodarlo sentirse como un estorbo cuando estaban los tres juntos, todos esos besuqueos y miradas de adoración que ambos chicos se dedicaban no dejaban de hacerlo sentirse fuera de lugar.

Cuando vió salir a un Ron muy ilusionado despidiéndose de él alegremente, Harry soltó un suspiro. Era tiempo de dejar de aburrirse en clases para ir a aburrirse en casa. Kreacher era buena compañía, pero tanta soledad lo estaba llevando al hartazgo. Sacudió la cabeza intentando alejar sus pensamientos pesimistas cuando unas risitas llamaron su atención. Eran Terry y Anthony, que parados al fondo del aula miraban algo en un diario que Harry reconoció inmediatamente como "El Profeta", y se notaban en extremo divertidos y misteriosos. A Harry eso le causó una sensación de molestia, esperaba que no estuvieran leyendo nada sobre él y los recientes artículos de Rita Skeater donde hablaba sin pelos en la lengua sobre su homosexualidad, acusándolo de depravado y de ser un mal ejemplo para la comunidad mágica, además de expresar abiertamente su repudio por el y lo convencida que ella había estado siempre de que era "mala hierba".

Notó que Terry había dirigido su mirada hacia él y de inmediato codeaba a Anthony para señalarle que Harry los miraba, quien con el rostro serio volvió su vista hacia su bolso para pasarse la correa sobre la cabeza y empezar su andar para salir del aula. Estaba más que harto de ser señalado, le gustaba ser un mago, pero empezaba a fastidiarse de que desde que había descubierto "su don" se había topado con que era señalado más de lo necesario y que a pesar de lo mucho que se esforzara siempre había algún motivo que llevaba a que le criticaran su actuar.

No había logrado salir del aula cuando ambos chicos lo alcanzaron colocándose uno a cada lado de él

— Ummm… Hola Harry — empezó a decirle Anthony con timidez. Él ni siquiera lo miró, solo siguió caminado — Oye, de verdad no queríamos molestarte, sólo que el idiota de Terry lanzó el pergamino más fuerte de lo necesario, pero enserio no era su intención golpearte.

— No hay cuidado, Anthony — le dijo, aún mirando al frente.

— Oye, compañero — le soltó de pronto Terry — ¿Por qué no vienes a tomarte algo con nosotros y te contamos sobre algo que tenemos en mente? estoy seguro de que cuando lo sepas te gustará la idea y hasta querrás participar.

Anthony asintió convencido y sonriente. Harry, sintiéndose ligeramente intrigado por saber que podían tener un mente un par de ex Ravenclaw y sobre todo por qué consideraban que a él le podría interesar, los miró notando el entusiasmo de ambos chicos.

— Anímate Harry — lo instó Anthony, dándole un amigable golpe sobre el hombro.

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Mientras Harry se sentaba, se dió cuenta de que su idea de "tomar algo" distaba mucho de la realidad. Él había pensado que se referían a tomar un café en algún lugar cómodo o pasar por un helado, pero nunca que ese par de chiflados lo llevarían a una taberna de mala muerte; no pudo evitar pensar que talvez querían embriagarlo para sonsacarle toda la historia de cómo había sido que Rita había descubierto sus preferencias sexuales y dónde se había tomado la penosa foto que aparecía en El Profeta, en donde Harry, con los pantalones hasta las rodillas y un chico totalmente desnudo reclinado dándole más que la espalda, habían sido sorprendidos in fraganti. Lo peor era que no había podido hacer nada para evitarlo, y en la foto él se mostraba mirando sorprendido hacia la cámara y colocaba su mano tratando de impedir la toma. Si esa era la idea de diversión de sus compañeros, debían estar locos y más aún si tenían en mente tener con él algún tipo de encuentro, porque aquello de que "querría participar" le sonaba a insinuación; no cabía duda que los Ravenclaws, más que inteligentes, parecían excéntricos, quizá locos.

Perdido en sus pensamientos no se dio cuenta en que momento habían ordenado las bebidas, sólo reaccionó en el momento en que una copa rebosante de whiskey de fuego fue depositada en la "horrorosamente ennegrecida mesa" justo frente a él. De un trago bebió la mitad de la copa, intentando calmarse y apurar lo más posible el encuentro para poder ir a casa.

Los chicos sin perder tiempo bebieron también, y empezaron a hablarle, alternándose las frases de manera curiosa haciéndole recordar a Fred y George cuando conversaban. Harry asentía con seriedad lanzando miradas furtivas hacia el resto de magos en la taberna, que no disimulaban sus miradas de odio y repugnancia hacia él.

Con otro trago terminó toda su copa; estaba más que incomodo en ese lugar y consideró que ya que había terminado su copa podía simplemente despedirse de ellos, y dar por finalizada la conversación en donde él no esta haciendo más que gesticular algún "umm" acompañado de distraídos asentimientos, y marcharse quedando los tres tan amigos como siempre. Sin embargo su plan no resultó, porque en cuanto Terry notó que su copa estaba vacía, levanto la mano llamando la atención del tabernero, quien en instantes llegó con una nueva ronda a pesar que las copas de los chicos aún contenían algo de la ardiente bebida.

Medio escuchó que le hablaban de lo dura que había sido de la guerra, de los triste que era que hubieran muerto tantas personas, incluidos magos y brujas de gran renombre, de lo difícil que estaba siendo empezar de nuevo, de lo mucho que odiaban a Voldemort y a todos sus aliados, pero sobre todo de los frustrante que resultaba que algunos de esos aliados no hubieran recibido el castigo que merecían. Para ese momento la atención de Harry estaba más puesta en un lindo chico que le sonreía descaradamente desde un par de mesas frente a la suya, una leve señal del chico indicándole la puerta de los sanitarios hizo que una punzada de excitación recorriera el cuerpo de Harry, y estaba a punto de ponerse en pie y dirigirse hacia aquel lugar cuando dos palabras llevaron toda su atención hacia la conversación. O había escuchado mal o Terry había dicho "humillar", y talvez su paranoia era grave o Anthony había mencionado con mucha diversión la palabra "secuestro", lo más intrigante de la situación era que el objetivo de ese acto era Malfoy. Sus ojos enfocaron a sus compañeros intentando adivinar por qué sonreían tan entusiastas.

— ¿Verdad que suena genial? — le preguntó Terry con los ojos brillando de emoción, para después dar un prologando sorbo a su bebida. Anthony asintió frenéticamente, dejando notar su total acuerdo con el plan que acababan de exponerle ¿Cómo podían ese par de cabezotas pensar que secuestrar a alguien para humillarlo podía ser genial? aún cuando se tratara de Malfoy no dejaba de ser un delito y algo ruin. Harry no comprendió ni compartió el entusiasmo y les dirigió una dura mirada.

— Oh, vamos Harry, no puedes negar que tenemos todo bien estudiado, simplemente no puede salir mal — corroboró Anthony, pensando que Harry temía a las consecuencias.

— No se trata de eso chicos, sino de que no podemos hacer eso, es... es una locura — dijo pensando que esas palabras explicarían puntualmente el por qué algo así no podría realizarse. Al notar que los chicos parecían no comprender su punto de vista, agregó casi alarmado — Es ilegal.

— Pero eso sólo sería un problema si nos descubrieran, y eso no pasará, tenemos todo bajo control — Terry sonó muy seguro de sí mismo, mostrando cierta picardía mientras bebía de su copa.

La expresión consternada de Harry les indicó a los chicos la razón de su desacuerdo, y Anthony de inmediato justifico su interés — Vamos compañero, no me digas que no es algo justo, Malfoy siempre se portó con nosotros como un perfecto cabrón en Hogwarts.

— Sí, además fue él quien metió mortífagos al colegio, es una mierda que el Ministerio no lo haya mandado directito a Azkaban, es lo mínimo que se merecía — constató Terry

— Y no es como si fuéramos a matarlo o algo así, sólo es cuestión de darle una lección. Le gustaba humillar a todos, pues le mostraremos lo que se siente, sólo eso Harry; no vamos a cometer un delito, humillar a imbéciles no lo es, así que nadie podría mandarnos a Azkaban por ello, menos aún cuando él cometió delitos de verdad y no le hicieron nada — Dijo Terry, mostrando gran indignación por la situación de "privilegio" que vivía Malfoy.

— Chicos, estoy de acuerdo en que Malfoy es un jodido imbécil, pero no por eso nos vamos a comportar como él, ya bastantes cosas malas han pasado entre los magos hasta ahora por los ideales como para que nosotros nos enfrasquemos en venganzas sin sentido. Malfoy tendrá lo que merece algún día, además el tampoco mató a nadie hasta donde sé, así que no hay un verdadero motivo para que el Wizengamot lo mande a prisión. Sólo olvídenlo chicos, él nisiquiera es merecedor de que perdamos el tiempo pensando en él.

— ¡No puedo creer que seas tú quien nos diga que nos olvidemos de él, cuando fue a tí a quien más se dedico a humillar! ¿Acaso ya has olvidado todo lo que te hizo, la manera en que te hablaba, siempre burlándose de ti, siempre inventadote cosas? vaya, incluso te hizo trampa varias veces en los encuentros de Quidditch, y eso sin mencionar que su padre intento matarte varias veces — dijo molesto Anthony.

— Claro que no lo he olvidado — un leve sentimiento de rencor hacia Malfoy brotó en Harry al recordar uno a uno sus insultos — pero yo no... — iba a decirles que no creía que fuera buena idea, que no estaba de acuerdo con las venganzas, que no pretendía caer tan bajo como Malfoy, que no consideraba divertido humillar a nadie, insistirles en que no era tiempo para rencores sino para olvidar y perdonar, incluso pensó en decirles que no pensaba infringir la ley.

Pero el recuerdo de aquel día de la foto lo dejó mudo, ya que había sido Malfoy la única persona que se encontraba adentro de aquel baño del Instituto en donde Harry y un "suculento" chico del cual no recordaba ni el nombre habían entrado a echar un polvo; Malfoy lo había mirado con desaprobación en cuanto los había visto entrar y había salido como bólido del lugar, aún cuando ellos no estaban haciendo nada fuera de lugar, mas que precisamente entrar. Casualidad o no el reportero que había tomado la foto había aparecido menos de 5 minutos después, haciéndole pasar a Harry el momento más bochornoso de su vida.

Al recordar eso, Harry empezó a darse cuenta que la idea de los chicos no sonaba ni tan descabellada ni tan irrealizable como minutos antes creía, Malfoy se merecía eso y más, mucho más que lo que ellos planeaban, porque después de todo, no podía negar que resultaba cómico imaginarse a Malfoy suplicando por su vida, teniendo que hacer un par de cosas muy humillantes y siendo dejado inconciente y en bolas en medio del patio principal del Instituto para que a primera hora, cuando todos los alumnos llegaran, lo vieran ahí y se pudieran reír de él a sus anchas. Ya se imaginaba recortando un par de fotos de El Profeta tomadas por los chicos, pero alusivas a problemas de compostura y alcohol por parte del rubio. Seguro que Lucius "adoraría" toda esa publicidad, esa seria para Malfoy y su familia una cucharada de su propia sopa.

Azorado por sus propios pensamientos se dio cuenta de que ambos chicos lo miraban expectantes, seguramente habían pasado algunos segundos desde que había dejado de hablar.

Harry sintió que estaba siendo mal agradecido, y aunque quiso reprimir el sentimiento no pudo lograrlo. Después de todo ellos eran sus amigos, habían estado de su lado, habían luchado junto a él, lo habían defendido tanto de humillaciones en el colegio como de hechizos en la batalla, habían puesto su confianza en él al integrarse al ED y justo unos minutos antes le habían confiado un plan que llevaban tiempo fraguando y que no habían compartido con nadie más

— Yo no puedo hacerlo — dijo intentando sonar convincente, pero la mirada desolada que ambos le dirigieron sólo aumento su sentimiento de culpa — no es que no quiera, es que realmente no puedo... verán, desde el incidente de "la foto" hay reporteros tras de mí todo el tiempo, siguiéndome a todos lados. No podría participar sin arruinar todo, porque habría testigos de lo que le hagamos a Malfoy.

Los Ravenclaw se miraron uno al otro en un claro intento de adivinar a que foto se refería Harry, y como si pudieran comunicarse sin palabras los dos soltaron un -¡ah!- de comprensión.

— Es una mierda que los de El Profeta hayan? publicado eso, deberían dejarte en paz y enfocarse en los exmortifagos que están libres y planeando Merlín sabrá qué para vengarse de nosotros — espetó Anthony, claramente indignado.

— No dejes que lo que dicen de ti te afecte compañero, es tu vida, ellos no tienen por qué sentirse con derecho de opinar, y menos aún la puta de Skeater — declaró Terry, también molesto.

La vergüenza que había sentido Harry al hacer mención de ese "detalle" en su vida desapareció al instante. Ellos lo entendían, incluso se ponían de su parte otra vez, pero no pudo disfrutar del regocijo de sentirse querido porque la culpa al saber que no quería retribuirles el apoyo se apoderó de su interior — Descuiden, ya estoy bastante acostumbrado al acoso, pero... como ven no estoy en libertad para hacer algo como lo que ustedes tienen en mente.

— Eso no sería problema Harry, podemos usar poción multijugos — dijo Anthony recobrando el entusiasmo.

— O un bien conjurado hechizo glamour — aportó Terry

Harry comprendió que los Ravenclaws, además de inteligentes y excéntricos, eran insistentes; así que convencido de que no podía persuadirlos de llevar a cabo su plan, no le quedo más que justificarse como pudo, y para darse valor tomó un largo trago de su nueva copa — Supongo que serían buenas opciones, pero no deja de ser un riesgo. Además, no es como si yo quisiera que ustedes no lo hicieran, sólo les estoy diciendo que para mi mala suerte no puedo ayudarles, pero no duden que guardaré el secreto... soy una tumba — dijo al fin, fingiendo una amplia sonrisa aprobatoria.

Los chicos lo miraron felices, y hasta propusieron un brindis para festejar. Sabían que contar con Harry facilitaría la realización de su plan, pero esa era una idea que les había surgido el mismo día, después de todo si él no podía participar era comprensible y ellos no iban a darle más problemas al pobre de Harry, que seguramente ya la pasaba mal con todo lo que los diarios decían de él.

— Sin embargo — soltó de pronto Harry — quiero algo a cambio de mi silencio — dijo sonriente. Ellos lo miraron sorprendidos ¿Desde cuando Harry pedía cosas a cambio de hacer algo? en su opinión ese chico era la persona más noble que conocían, poniendo en riesgo incluso su propia vida para salvar la de otros.

— No se asusten — les dijo, divertido por la expresión de sus caras — lo que quiero es una de las fotos que le tomen al cabrón de Malfoy, estoy seguro que se llevara el susto de vida... va a llorar como una niñita y hasta podría apostar a que se hincará a implorarles que le perdonen la vida, así que guarden la mejor toma para mí como recuerdo — soltó una risotada que los chicos compartieron al instante.

— Por supuesto que te guardaremos la mejor, Harry — le aseguró Anthony y Terry asintió feliz, mientras una nueva ronda de copas llegaba presta a la mesa.

El alivio de Harry al saberse aceptado por sus amigos y fuera de sus locos planes duró hasta que llegó a su casa, donde Kreacher lo esperaba preocupado pero tan servicial como siempre. Mientras cenaba Harry no dejó de pensar en lo desestresante que había resultado charlar con ellos, ya que después de dar por concluido el tema "Malfoy" no habían parado de reírse recordando divertidas anécdotas de Hogwarts.

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Los días para Harry continuaron pasando uno tras otro, sin nada novedoso que lograra acabar con su aburrimiento, paranoia y delirio de persecución; sin embargo, sus temores no estaban del todo mal infundados, pues al menor intento de hacer algo atrevido como salir de paseo o ligar con alguien, notaba que de la nada aparecía algún reportero listo para tomar impresión del momento.

Era una bendición que ya no lo persiguieran por todos lados intentando sonsacarle su opinión sobre cualquier acontecimiento, lo detestable era que la "fiebre por el héroe" se había transformado en "enfermedad crónica" debido al desafortunado incidente de la foto del baño.

Los profesores de su clase parecían tener un tipo de conspiración en contra del disfrute de las clases y el aprendizaje en general, pues todo ellos no paraban de leerles pesados libros llenos de teoría que los remontaban a fechas imposibles de recordar de magos que Harry jamás había escuchado nombrar antes. Cada profesor en su materia se esforzaba por resaltar a los aurores más destacados en cada técnica de ataque o defensa, las leyes y acuerdos que amparaban su facultad de actuación y las fechas en que habían sido utilizadas cada unas de esas técnicas.

A Harry eso le sonaba sólo a palabras retumbando en su mente. Por más que intentaba concentrarse para poner atención, terminaba dándose cuenta de que lo único que lograba era repetir las palabras "debo concentrarme" una y otra vez en su mente, y así terminaba por perderse de absolutamente todo lo dicho por el profesor de turno.

Al final de las clases de ese día, Harry se fue a casa meditando sobre la posibilidad de tomar algún tipo de curso de "algo" que le hiciera entretenerse, algo muggle para variar y conocer más gente con quien pudiera salir y explayarse un poco sin el acoso de la prensa mágica y sin que lo miraran como una especie "regalo divino". Un curso de baile no le iría mal, ya que en la única oportunidad que había tenido de mostrar frente a un público de su edad sus dotes de bailarín, lo único que había podido demostrar era que había nacido con "dos pies izquierdos" y eso era una vergüenza, no podía seguir así, un Gay por todo lo alto tenía que saber bailar y él, a pesar de sus pocas oportunidades con chicos hasta el momento, pretendía ser un Gay por todo lo alto.

Se apareció tras unos árboles en el parque frente a su casa. Al asomarse para verificar que ningún muggle anduviera cerca, se llevó una sorpresa al descubrir a un joven ataviado en un oscuro traje que rayaba en lo mágico, porque ningún muggle llevaría saco de cuello alto y mangas largas en pleno verano, no con el calor que estaba haciendo.

Sin dudar que quien vigilaba frente a la "imposible de ver" entrada de su casa era un mago, camino con aplomo, cruzando la calle para llegar hasta la acera frente a su propiedad. Se iba preparando emocionalmente para lidiar con la persona; sabía de sobra que de no ser un acosador loco por él y su fama sería algún reportero demasiado interesado en conocer su versión sobre las noticias recientes acerca de él. Lo que fuera, estaba seguro que le haría pasar un mal rato.

Cuando estuvo más cerca reparó en el hecho de que el cabello del hombre era rubio; brillaba con los rayos de sol tan escasos en Londres, pero tan presentes en las últimas semanas. Su cuerpo se tensó en cuanto captó que sólo había visto a dos hombres en toda su vida con una cabellera tan rubio platinado, y que no le hacia gracia encontrarse con ninguno de ellos.

Talvez por el sonido de sus pasos, el hombre se dio cuenta de su presencia y se volteó elegantemente para cerciorarse de quien se trataba.

Harry lo reconoció en seguida y como lo temía, sí era uno de los Malfoy, y para la mala suerte de su hígado era el menor de ellos. Lo miró con el ceño fruncido deteniéndose justo frente a él, sin preocuparse siquiera de saludarlo; un pregunta rondó en su mente ¿Por qué estaba ahí? y de esa pregunta se desprendieron un sin fin de posibilidades, ninguna de ellas alentadora.

— Eh, Potter – Comenzó a decir Malfoy nerviosamente. Su incomodidad era tan palpable como la de Harry, sólo que el rubio no lucia molesto sino angustiado — Eh, ¿Cómo estas? – logró preguntar casi atorándose con las palabras. Debía culpar a la intensidad del calor del verano que lo tenía ruborizado y con la piel irritada a un paso de la transpiración y no a sus nervios, porque "los Malfoy tienen nervios de acero".

Harry elevó las cejas, incrédulo de que Malfoy le estuviera haciendo una pregunta de cortesía. No alcanzaba a comprender qué se traía entre manos, pero seguro que no podía ser nada bueno.

— Bien, supongo — contestó mirándolo fijamente, como si pensara que de descuidarse Malfoy lo atacaría lanzándosele directo a la yugular. No se molestó en mostrar educación y devolver la pregunta.

Malfoy asintió con la cabeza, como si entendiera la respuesta y la actitud de Harry. Miró hacia el suelo con un extraño interés por varios segundos, y después de sacar valor de Merlín sabrá donde, enfocó su vista nerviosamente en la del Héroe.

— Estoy seguro de que debe parecer extraña mi presencia frente a tu casa, Potter — arrastraba las palabras como siempre, pero ni un poco de su vieja presunción quedaba en él; Harry podía decir que a través de sus ojos podía ver la derrota — pero créeme cuando digo que estoy tan incómodo con esto como tú — Harry elevó nuevamente las cejas con una mueca que Malfoy interpretó como un cuestionamiento — Y entiendo que te preguntes cual es el motivo de mi visita dadas las circunstancias — Harry empezaba a frustrarse con tantas vueltas al asunto.

— Sí, me lo pregunto — Afirmó Harry, sin poder evitar sonar un relativamente tajante, manteniendo su vista fija en él.

La mirada de escrutinio de Potter no ayudaba a los nervios de Draco, pero aún con ello hizo acopio de la dignidad que le quedaba; preparándose para perderla y con la voz insegura, empezó a explicarse:

— Debido a que llevo la Marca Tenebrosa en mi antebrazo, el Ministerio me colocó en el programa de "Reivindicación", que se estableció para los seguidores de Lord Voldemort que hemos probado no haber cometido asesinatos – recitó de memoria. Las cejas de Harry se estrecharon aún más; él sabia de un programa llamado así, impuesto por el Ministerio, pero no entendía que tenía que ver eso con que Malfoy estuviera frente a su "puerta no visible" — Y como parte de ese programa tengo que pedir disculpas por mi actitud pasada a las personas contra las que haya cometido ofensas graves durante la guerra

Como ahí se terminaba el discurso que el asesor del Ministerio le había enseñado, Draco se sintió más nervioso, con una terrible angustia subiendo por su garganta, provocándole un nudo que la bloqueaba casi por completo. Sabía de sobra qué debía decir, y sabía que debía decirlo de inmediato, antes de que la situación se volviera más incómoda; pero una parte de él, la mayor parte, se negaba a hacerlo y arrastrarse frente a Potter. A pesar de sus deseos, hizo lo que era su deber por su propio bien

— En el... — carraspeó para limpiar su garganta, al sentir que las palabras se le atoraban — En el Ministerio han revisado mis recuerdos y han encontrado que la mayoría de las personas contra las que cometí alguna ofensa grave o contra quienes fui cómplice de esas ofensas graves, están muertas, así que han considerado que es mi deber empezar pidiéndote disculpas a ti — cerró los ojos, tragándose el poco orgullo que le quedaba — Así que, Potter…… Te….pido disculpas sinceras por todo lo que pude haber hecho o dicho con ánimo de ofenderte, herirte e incluso acabar con tu vida.

Harry había escuchado atentamente todo lo que Draco había dicho, pero en todo momento había estado seguro de que no podía ser otra cosa que una broma. Cuando lo vio mirándolo fijamente en espera de su respuesta con angustia mal contenida, cayó en la cuenta de que debía ser cierto, porque de momento nadie estaba sonriendo.

Sintió que se le entumecía el estomago, mientras sus entrañas formaban una especie de nudo gigante; por más que lo deseó no se le ocurrió nada insultante que decir, sabía que el arrepentimiento de Malfoy podía no ser genuino, sobre todo porque era obligado, pero aún a pesar de eso su corazón Gryffindor se estremeció. No podía negarse, simplemente no podía.

— Acepto… tus disculpas, Malfoy — le contestó con dificultad, mientras cierta emoción irreconocible lo invadía; se sentía bien perdonar. Aunque todo fuera una treta para satisfacer al Ministerio, se sentía bien.

Malfoy soltó la respiración, dejando notar que la había estado conteniendo — Bien — dijo, enrojeciendo de manera extraña, para después buscar lentamente algo por todas las bolsas de su saco y pantalón, tardándose en ello una eternidad según Harry. Cuando al fin lo ubicó, pareció dudar un momento, y después de suspirar con pesadez lo extrajo de su bolsillo. Era un trozo de pergamino doblado por la mitad que extendió hacia Harry, quien lo tomó confundido, notando que en la parte superior decía su propio nombre y en la inferior las palabras "Quedas Disculpado" precedidas por una línea.

Malfoy desvió su mirada hacia los árboles que estaban cruzando la calle, evadiendo claramente la mirada de Harry.

— ¿Podrías firmarlo? — le preguntó avergonzado, dirigiéndole apenas unas mirada adolorida. Harry pareció no comprender bien de lo que se trataba, por lo cual Malfoy habló de nuevo — Es para el Ministerio, debo presentarla firmada como prueba de que realmente estuve aquí, y de que tú de verdad me has disculpado — sus palabras sonaron tan vacilantes como seguramente lo estaba su orgullo. Por ello Harry firmó sin hacer más preguntas, transformando su varita en una elegante pluma entintada y recargándose dificultosamente contra una de las maderas de la acera de sus vecinos.

Cuando devolvió el pergamino firmado, se preguntó si debía hacer algo para hacerle saber a Malfoy que no debía sentirse mal con todo ese asunto, que él de hecho estaba orgulloso de que lo estuviera haciendo, pues eso demostraba su fuerza de carácter y sus deseos de reintegrarse a la comunidad, olvidándose de sus viejas creencias; pero para cuando se decidió a hablar Malfoy ya estaba dándosela la vuelta, después de articular un rápido y muy bajo — Gracias Potter.

Harry estiró la mano, sujetando suavemente a Malfoy para evitar que se marchara, luego le sonrió — De nada Malfoy — le dijo, sorprendiéndose a sí mismo por su espontánea amabilidad — ¿No te gustaría pasar? — le preguntó, un tanto nervioso al darse cuenta que lo tenia sujeto; lo soltó suavemente y señaló hacia su espalda donde debía estar la puerta de su casa. Se ruborizó ligeramente pensando que eso sonaba como una proposición, y él de ninguna forma lo pretendía así — Ummm, sabes, tengo tu varita…— Intento justificar — Y creo que deberías tenerla tú, ya que te pertenece — se sintió nervioso al notar que Malfoy lo miraba atentamente — No… no te la había dado porque no ha habido oportunidad, ya sabes… usualmente… no nos hablamos, creo, así que no lo había hecho, pero, umm, si quieres puedo dártela ahora mismo y así tú podrías tenerla — al lograr quedarse callado se maldijo a sí mismo por quedar como un imbécil hablando entre balbuceos y frases desconectadas, pero no lo había podido evitar, la mirada de Malfoy lo ponía nervioso de una manera extraña; Merlín, hasta las manos le estaban sudando. Parpadeó intentando serenarse y deshacerse del efecto que causaban en él esos ojos grises que lo miraban con intensidad.

— Yo... eh… — Draco respiró para intentar serenarse. Acababa de vivir un momento realmente humillante, aunque estaba conciente que desde el año anterior había tenido muchos momentos así; peor aún, había muchos por venir si pretendía que el Ministerio le entregara su constancia de "Reivindicado", y con ello el reconocimiento de su inocencia. Había estado tan angustiado con lo que sucedería el día que tuviera que disculparse con Potter que había imaginado decenas de situaciones posibles, sin embargo con Merlín de testigo podía jurar que en ningún momento se le había ocurrido que Potter lo invitaría a pasar a su casa para devolverle su varita.

— Supongo que tendrá que ser en otra ocasión ­— dijo al fin, recomponiendo su postura — Debo entregar esto — elevó ligeramente el pedazo de pergamino que Potter acababa de firmar — en el Ministerio antes de que piensen que ha surgido algún "inconveniente" entre nosotros y manden aurores a buscarme — se ruborizó ligeramente al pensar en lo denigrante que sería que los aurores realmente llegaran a detenerlo frente a Potter.

Harry no supo por qué en ese momento su ánimo flaqueó — Vaya, en ese caso, será en otra ocasión — le sonrió con incomodidad. Malfoy hizo un ligero asentimiento a modo de despedida, y sin inmutarse por los riesgos de ser visto por muggles, se concentró en desaparecer justo ahí.

Cuando Harry pensó que Malfoy se esfumaría, el rubio volvió a mirarlo con cierta pesadumbre — Oye, Potter — lo llamó con notoria incomodidad — ¿Sabes dónde puedo encontrar a Granger y a Weasley?.

Por un instante Harry se tensó con preocupación, pero de inmediato comprendió que debía tratarse de la "Reivindicación". Antes de que respondiera, Malfoy lo interrumpió ­— En el Ministerio me recomendaron encontrarlos en el Instituto, y también a ti; afortunadamente sabía la ubicación de tu casa, pero las de ellos las desconozco, y sinceramente no considero una buena opción acercarme a ellos en un lugar tan concurrido.

El asentimiento de Harry dejó claro que estaba de acuerdo ­— Estoy seguro de que Ron dijo que esta noche iría a recoger a Hermione a la Biblioteca Central de Estudios Paranormales como a eso de las 8:00 pm, seguro que ahí puedes encontrarlos — le recomendó, sabiendo que todo mago de estudios superiores sabría su ubicación, y que a pesar de que por fuera parecía una fea tienda de antigüedades, por dentro hospedaba a la mejor Biblioteca Mágica del país.

— Sí, es buen lugar, nunca está muy concurrido por ahí a esa hora — dijo para sí mismo, para después dirigir su mirada nerviosa hacia Harry — Eh, gracias por la información, Potter — Tras hacer una mueca de sonrisa, se desapareció.

En cuanto vio la ausencia del rubio, Harry respiró aliviado ­— ¿Pero que clase de imbécil soy? ­— se preguntó a sí mismo en voz alta­— A lo que me orilla la soledad, coquetear con Malfoy, que estúpido, ¿Por qué por el Grandisimo Merlin lo invite a pasar? ¿En que estabas pensado Harry Potter, en que jodidos estabas pensando? — se recriminó una y otra vez mientras entraba a su casa.

Mientras esperaba por su cena, no pudo evitar pensar en lo inusual que había sido su conversación con Malfoy; sobre todo porque se le podía clasificar como tal, sobre todo por que no habían estado presentes los insultos y menos aún hechizos de por medio. Nunca habían hablado de esa manera, no que recordara, no desde que habían sido "sorteados" por el Sombrero Seleccionador para casas enemistadas por tradición.

Sentía curiosidad por cómo reaccionarían Ron y Hermione al recibir las disculpas de Malfoy, pero sobre todo le preocupaba que Ron no se portara a la altura de la situación, aunque sabía que podía confiar en que Hermione se encargaría de hacerlo entrar en razón, como acostumbraba. La sensación de que él había sabido casi al instante que la Biblioteca era la mejor opción le sembró una duda ¿Quién le había dicho que Malfoy estudiaba ahí hasta muy tarde? estaba seguro que se lo habían dicho, pero no podía recordar quién, sobre todo porque no acostumbraba hablar sobre Malfoy con nadie.

Cenó en su cuarto acompañado solamente por sus recuerdos, pensando a cada tanto en lo bien que se veía Malfoy de cerca y portándose como una persona civilizada, de esa forma hasta podía creer que era agradable e innegablemente atractivo; reconocer su homosexualidad le había abierto la mente y le había dado la capacidad de admitir la belleza física hasta de su peor enemigo del colegio

— Puta Soledad — dijo pícara e irónicamente antes de beber de su jugo de calabaza.

Más tarde, fastidiado de recorrer los canales de televisión con la ayuda de su inseparable control remoto, dándose cuenta de que no había nada interesante que ver, optó por darse una relajante ducha.

Las clases del día lo habían dejado fastidiado para variar, pero sin duda la visita de Malfoy lo había conmocionado y necesita con urgencia dejar de pensar en ello. Tomó el jabón mientras se sumergía en el chorro de agua, sintiendo como la temperatura de su cuerpo disminuía agradablemente; se acarició el pecho con la barra de jabón, deseando que fueran las manos de algún chico "agradable e innegablemente atractivo". La abstinencia sexual no era buena en absoluto para un joven de su edad.

Mientras se secaba, el sonido de su teléfono móvil le anunció una llamada. Colocándose la toalla rodeando su cintura, salió del baño con dirección a su cama, donde el móvil parecía amenazarle con hechizarlo de no contestar por la insistencia y estridencia del sonido.

No dudó ni por instante que se trataba de Hermione, pues era la única con quien mantenía comunicación muggle, y quien bajo amenaza de restaurar "El Retrato de la Gran Señora Black" lo había animado a comprarlo. La saludó con el entusiasmo de siempre, notando que la voz de ella sonaba exaltada

— ¡No te imaginas com quién nos hemos topado a la salida de la Biblioteca, Harry! — le comentó aun conmocionada.

— Sorpréndeme — le retó Harry, sonriendo al saber perfectamente de quién se trataba.

— Era Malfoy, Harry. ¡Draco Malfoy! ¿Puedes creerlo? Draco Malfoy, aún no quepo en mi asombro.

— No me digas, ¿Se lo han topado por casualidad? — dijo fingiendo desconocer el asunto.

— No, fue... extraño, bastante diría yo, pero él estaba ahí esperándonos; resulta que está en el programa de "Reivindicación del Ministerio" y debía disculparse con nosotros.

— ¡Y con mucha gente, no lo dudes! — espetó Ron desde algún lugar cercano al móvil de Hermione

— Ya basta, Ron — le amenazó ella sin reparos; un bufido de exaltación cruzo la línea de comunicación, pero Ron no dijo más. Harry pudo imaginar la mirada fulminante que su amiga habría dirigido a Ron para hacerlo callar — Como te decía, Harry, Malfoy quería disculparse. Suena raro ¿No?, pero parecía sincero.

— ¡Siiiii, claro! — se mofó Ron — sobre todo cuando nos dio esos pergaminos para que le firmáramos; no sabes lo emotivo que fue ese momento, casi lo abrazo conmovido — ironizó el pelirrojo.

— ¡Ronald Weasley! — soltó Hermione, y tras un "auch" por parte del pelirrojo, volvió a hablar — Yo, a diferencia de Ron, pienso que fue sincero. Además, me parece muy bien que el Ministerio este apoyándolos para que se reintegren de una manera civilizada, no podemos quedarnos enfrascados en las viejas rivalidades eternamente.

— No, eso sería imperdonable para nosotros, que clase de magos seríamos si anduviéramos por la calle sintiendo rencor por los idiotas que INTENTARON MATARNOS — gritó frustrado el pelirrojo, resistiéndose a mantener la boca cerrada.

— ¡Ronald Bilius Weasley! — 'ahora si estas en problemas, amigo' pensó Harry un tanto divertido, en parte de acuerdo con Ron, después de todo — Creo que mejor te llamo luego Harry, Ron y yo tenemos que hablar muy seriamente de este asunto. ¿Puedes creer que intentó hechizar a Malfoy? por Merlín, que actitud tan infantil, y para colmo quiso quemar el pergamino que debía firmar invocando Fuego Maldito, Harry ¡Fuego Maldito! como si fuera capaz de controlarlo. Si no es porque lo detuve a tiempo, habría provocado un incendio en la Biblioteca y eso si que no se hubiera perdonado, y no me vengas con excusas Ronald.

— Esta bien Herm, llámame cuando quieras, pero creo que no deben discutir por lo ocurrido, después de todo la Biblioteca no sufrió ningún daño, supongo.

— Claro que no — dijo ella exaltada — Primero muerta que permitirlo — Harry sonrió al pensar que su amiga venía arrastrando desde Hogwarts un serio problema de prioridades — por cierto, la razón de la llamada era para ponerte sobre aviso; no te sorprendas si uno de estos días te topas con Malfoy, espero que no quieras atacarlo como Ron, y mucho menos te pongas a soltar vulgaridades contra su parentela. Dale una oportunidad Harry, sólo esta tratando de adaptarse como todos nosotros.

— Descuida Herm, haré mi mejor esfuerzo — sonrió travieso al preguntarse que pensaría Hermione, pero más aún que podría pensar o querer hacer Ron en contra de Malfoy si les contara que la visita ya había ocurrido y que incluso opinaba que el chico lucía muy atractivo.

— Sabes, aún me pregunto como fue que se enteró de que estaríamos ahí a esa hora, porque desde que lo vimos parecía estar esperando por nosotros.

— Es un misterio sin duda, Herm, talvez en el Ministerio le habrán informado; además, tú pasas mucho tiempo ahí, supongo que han coincidido en varias ocasiones ¿Acaso no me comentaste alguna vez que el iba a diario? — preguntó confundido, al pensar que ella era la única persona que le había podido decir sobre las idas de Malfoy a la Biblioteca por la coincidencia que tenían en el gusto por la lectura.

— No, seguro que no, yo nunca lo había visto ahí, será porque no pongo mucha atención en las personas que van y las que no, voy ahí a estudiar, no a hacer amistades, mucho menos a revisar la lista de visitantes — contestó casi indignada, como si le molestara que se pusiera en tela de juicio su capacidad de concentración o su excesivo gusto por el estudio.

— Debió ser alguien más — contestó Harry, ensimismado — Bueno, cuídense chicos y por favor, no discutan por esto, después de todo las cosas no pasaron a mayores.

— Talvez tengas razón — medio reconoció ella — Cuídate mucho Harry, y no olvides que mañana debemos estar temprano en la explanada del Instituto para que nos asignen a nuestros "Tutores de Estudios Vocacionales".

— Claro, como olvidarlo — se quejó Harry — Si los profesores no se cansan de hablar sobre la importancia de contar con un estudiante de niveles avanzados que nos guíe en desarrollo de nuestros trabajos finales, que pesadez.

Tras despedirse de sus amigos, Harry se sentó sobre la cama, todavía bufando de disgusto por tener que madrugar al día siguiente; no entendía por qué hacían tanto alboroto por eso de asignar tutores y mucho menos por qué debían ser nombrados frente a todos los estudiantes. Algo más privado le sentaría mejor, no ayudaba en nada para su situación actual que les hubieran advertido que asistieran vestidos formalmente porque los reporteros de los "diarios más importantes" estarían ahí, como si necesitara más reporteros acosándolo.

Como si una bludger hubiera golpeado su cabeza para volverlo a la realidad, Harry se puso de pie exaltado.

— El día de la asignación de Tutores — dijo en voz alta — ese es el día en que Terry y Anthony dijeron que Malfoy estaría tirado en la explanada — no cabía en su conmoción, ¿Cómo demonios había olvidado eso? —Eso sólo puede significar que ¡Ah! — un jadeo escapó de su boca — ellos van a secuestrar a Malfoy — se pasó las manos por el cabello, mientras empezaba a andar por la habitación buscando ropa desesperadamente.

Le quedaba claro quién le había contado que Malfoy pasaba todas sus tardes en la Biblioteca y no salía de ahí hasta llegada la noche. Peor aún, mientras se colocaba los pantalones comprendió el hecho de que, dada la hora, ellos ya debían haberlo capturado. "Nunca se va antes de las ocho" le había dicho Terry. "Y nunca después de las nueve" había sido el comentario de Anthony; ellos habían planeado esperar durante todo ese rango de tiempo.

Casi a trompicones salió de su habitación, colocándose la varita dentro del bolsillo; bajar las escaleras abrochándose la camisa no había sido buena idea, y estuvo a punto de caer por ellas. Como pudo se equilibró para seguir corriendo, corrió hecho un rayo hacia la puerta de entrada de su casa, apenas gritándole a Kreacher que volvería mas tarde.

Al abrir la puerta, el frío de la noche londinense le caló hasta los huesos; fue hasta entonces cuando cayó en la cuenta de que era buena idea llevarse un buen abrigo para no quedar hecho hielo en el trayecto. Apuntó su varita escaleras arriba invocando un accio, gracias al cual su abrigo llegó flotando hasta sus manos.

No podía permitir que Malfoy, después de lo ocurrido, fuera victima del secuestro.


Felicidades Jhowhe !!

Como sabes todavia me encuentro un tanto ebria despues de la tremenda parranda que hemos armado festejando tu cumple... ojala que la jaqueca nos deje trabajar mañana... que digo trabajar.. Espero que sobrevivamos a esto... Ji Ji Ji

A quienes tienen la amabilidad de leer, muchas gracias y a quienes quieran felicitar a Jhowhe conmigo, pueden hacerlo mediante un Review... Gracias Lindas !!