Capítulo uno: Imprevisto.
–¡Natsu!
–¡Voy!
El joven pelirrosa corrió hacia la mujer albina que lo esperaba en el umbral de la puerta.
–¿Me llamaba, Mirajane-san?
–Mira.
–¿Eh?- preguntó desconcertado.
–¡Que me llames Mira! Joder, Natsu.
El pelirrosa rió con gracia y se inclinó.
–Disculpa, disculpa. ¿Para qué me llamabas, Mira-san?
–Peor es nada- susurró la albina-. Pues, como verás. Ya estás trabajando aquí desde hace… ¿dos años? Bueno, y como verás, nunca tomaste vacaciones, ni siquiera una semana… Y…
–Mira-san -interrumpió-. Llega al punto, por favor.
La albina suspirando largó todo.
–Debes irte de vacaciones.
Un silencio sepulcral inundó el ambiente. Mira miraba las reacciones del chico frente a ella: sin expresión alguna. Chasqueó los dedos, para que el joven dejara el trance en el que estaba.
–¡No puedo hacer eso, Mira-san!- gritó angustiado-. No es que tenga alguna necesidad urgente para que trabaje constantemente pero simplemente… ¡No puedo hacerlo! ¡Es mi vida!
–¡Esto NO es vida, Natsu! Trabajas todo el día, desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche.
Mirajane sacudió de los hombros a Natsu.
–Te vas.
–No.
–Natsu.
–No.
–Ya.
–Nunca.
–¡Natsu D' Flame!
El grito ensordecedor de la albina, causó que Natsu flaqueara sobre su decisión de no tomarse unos días.
–¿Dos días?
–Tres meses.
–¡Quince días!
–¡Un mes y medio!
El chico miró por la ventana. Miró a su jefa. Miró la ventana. Finalmente, suspiró rendido.
–De acuerdo.
La albina sonrió y se puso a saltar por todos lados mientras que un infeliz Natsu cayó dramáticamente al suelo.
–¡Muy bien! ¡Ahora ándate, Nat-kun!- ordenó.
–¿Qué? ¿Ahora? -preguntó, Mira asintió-. ¡Pero son las dos y cuarenta y cinco, Mira-san! Mi turno termina a las diez y media.
–Pero, yo te digo que desde este mismísimo instante estás de vacaciones.
Natsu no puso objeción. Se inclinó y fue a los vestidores para cambiarse de ropa. Tardó media hora en procesar todo esto de tomarse algunos días y dejar el café mientras se vestía. Al salir, optó por saludar a sus compañeros.
–Así que después de dos años por fin te vas de aquí –habló Lyon entre risas.
–No me voy del todo- explicó-. Solo será un mes y medio. Sé que no podrás sobrevivir sin mí, Lyon- rió el pelirrosa.
Natsu guiño un ojo mientras que Lyon se moría de risa.
–Claro, como digas. Pero yo sé que tú no podrás sobrevivir sin venir aquí.
–Obviamente que vendré. ¿Quién te dijo que no iba a pasar por aquí? ¡Me tendrás día y noche!
–No lo creo tan así, Natsu- dijo Lyon mientras señalaba la puerta-. Mira allí.
El mesero, confundido, caminó hacia la puerta principal. Figuró allí un gran cartel "Se prohíbe la presencia de Natsu D' Flame en esta cafetería. Según la orden de restricción, deberá estar alejado a más de diez metros del local. Si se rompe esta regla, nos veremos obligados a llamar a la policía. Disculpen las molestias. Muchas gracias"
– M-M-M-…-tartamudeaba el joven.
–¿M-M-M?- preguntó Lyon al ver como temblaba su compañero.
–¡MIRAJANE STRAUSS!- gritó a todo pulmón. Arrancó el pedazo de papel y, a grandes zancadas, llegó a la oficina de su jefa.
–¿Natsu?- preguntó con un aire inocente la albina.
–¡¿Qué carajos significa esto?!- escupió enojado el empleado. Le tiró el papel, o lo que quedaba de él, en el escritorio.
–Ah, eso- exclamó con indiferencia-. Me vi obligada a tomar recursos extremos, querido –tosió y aclaró su garganta-. Desde hoy, catorce de enero, hasta el regreso de tus vacaciones, tú, Natsu D' Flame, no pondrás un pie aquí –declaró Mira.
Natsu se quejó, pataleó, rompió y gritó de todo, bajo la serena mirada de Mira.
–¡Por mi bien ni dos mierdas! ¡Adiós! –habló Natsu ofendido.
–Discúlpame, Nat-kun. Espero que disfrutes de una buena vez una verdadera y auténtica vida.
–¿Y?
–Nada -suspiró Natsu-. No sé qué haré de ahora en adelante. No voy a poder venir aquí. ¡Un orden de restricción! Ni que fuese acosador de ella, ósea… Soy un empleado de este local. Nunca hice nada malo, ¿Por qué me hace esto?
–Qué se yo. Quizás quiere que vayas a otros lugares que no sea a la cafetería.
–No conozco otros lugares, Mavis-san –suspiró derrotado-. ¿Qué voy hacer?
–Es cuestión de investigar, conocer, y… no sé… Quizás hasta conozcas el amor, querido Nat-chan –dijo la rubia cocinera mientras le guiñaba un ojo.
–¿Qué es eso? ¿Se come? –preguntó ilusionado el pelirrosa haciendo que Mavis pegara su frente en la pared.
–¡No! El amor… es un sentimiento. Es cuando encuentras a esa persona tan… especial y que sientas mariposas en el estómago, y no dejes de pensar en ella o él y… y… -explicó soñadora la pequeña.
–Modo enamorada, encendido- rió D' Flame-. ¡Ya sé lo que es, Mavis-san!
–Ah- emitió sonrosada la rubia-. ¡Pues, buena suerte, Nat-chan! Te veré luego- despidió la cocinera del lugar.
–¡Adiós, Mavis-san!- saludó el mesero- ¡No pienses tanto en Zeref-kun, gobernada!- rió mientras salía de la cafetería, siendo Mavis a la última que saludó.
–¡QUÉ NO SOY GOBERNADA, D' FLAME! ¡Y NO PIENSO EN Z-Z-Z… EN ÉSE!- gritó roja de la vergüenza.
Natsu D' Flame aspiró el aire frío de la gran ciudad. Tallándose los ojos, cansado, se encaminó hacia su cálido hogar.
–Sorpréndeme, destino- habló en voz alta.
Holuu :3 Lectores, amados míos(¿? Aquí vengo con un nuevo proyecto "Romance de verano", surgió allá en el año 1765… Okno .-. Surgió de mi romántica y cursi imaginación. ¡Les encantará! De tooodos los fics que leí no creo que alguno de Natsu y Lucy sea como este. Apreciaría mucho que lo lean, no pido reviews. Sólo que lo lean n.n
Sé que tengo otro fic que lo dejé solito… en la deriva, en las manos de Dios. Pero tengan por seguro que subiré el capítulo two C: ¡Hasta ya lo tengo escrito! Sólo que está en la otra computadora xd
Saludos atentamente, Angel Sophia. C=
