Esta es la primera ves que escribo un fanficcion, espero que les guste y espero vuestras criticas al respecto. Así mismo dejo en claro que Macross/Robotech no me pertenecen, solo lo hago como esparcimiento y para la gente que disfruta la lectura fantástica.
La historia se desarrolla en en universo Macross Do you Remenber Love. Espero que la disfruten.
CAPITULO 1
Caminaba solo por las calles de la Ciudad Macros dentro de la nave que a estas alturas llamábamos hogar, cuando las alarmas sonaron como nunca las había escuchado, o al menos así parecía. Tras la llegada de los emisarios de Lord Britai Kridanik y luego de el quiebre unilateral del fuego por parte de las fuerzas de Gorg Bodolzaa la SDF1 comenzaba lo que todos creíamos seria nuestro último despliegue en el espacio. Mientras corría hacia su base tropieza con una joven mujer china, pero por la prontitud solo se disculpo y continúo pensando porque estaría llorando. Al llegar a la cubierta del Prometeos fue cuando me di cuenta de que quizás, no con seguridad, sería mi último despegue.
Había naves de todo tipo y tamaño surcando los cielos, cruceros, acorazados y hasta la increíble mole del líder Zentradi. Todas esas naves y sus tripulantes tenían una sola misión, aniquilarnos.
En la cubierta de vuelo dentro de mi VF1A fuertemente artillado solo pensé una cosa, "Llevarme conmigo los que más pueda". Y así fue una vez que despegamos nuestras pobres pero decididas fuerzas despegaron a la espera de que nuestro líder de grupo nos diera la orden de disparo o que nos centremos en algún objetivo, lo cual sería extremadamente sencillo, teníamos cerca de cuatro millones de naves enemigas, sin contar sus Pod´s de combate. En ese instante una luz nos alerto de otro peligro, otro FOLD masivo se estaba gestando a nuestras espaldas, la temible fuerza Meltradi emergía del hiperespacio dejando a nuestra solitaria nave en medio del campo de batalla.
Ya en el espacio divisamos como los distintos Pod´s enemigos se desplegaban en nuestra dirección, la decisión era sencilla, disparar a todo lo que no sea humano. Unos minutos después de una tensa calma las hostilidades comenzaron y nuestra nave quedo en medio del fuego enemigo como jamás se haya visto en la historia, a lo menor de nuestra galaxia. Unos minutos después de tal despliegue de fuerza dábamos por sentado que seriamos parte del mar de escombros que quedarían diseminados aun antes de que la batalla terminase.
Ya con mis municiones casi al límite y mi cañón láser sobrecargado una armadura Meltradi, un Queadluun-Rau color azul llego para acabar conmigo. Las historias de estas guerreras que sonaban exageradas no lo eran en lo más mínimo, ese enemigo tenía el arte de la muerte en su sangre y se había enfrascado en mi, o por lo menos así lo quiso el destino. A pesar de la inmensidad del espacio lo sentía pequeño y mi cabina me sofocaba, en cuestión de interminables minutos termine mis municiones y mí a perseguidor parecía que no se le acababan. Tras esquivar los misiles que lanzó con mis últimas bengalas, las cuales solo pensé que servirían dentro de la atmósfera terrestre logre salvar mi vida por unos segundos al menos, pensé. En un giro sorpresivo la salvaje guerrera Meltradi se coloco delante de mí y con uno de los brazos metálicos de su armadura tomo el hombro de mi Battroid mientras que con el otro apunto en dirección de la cabeza de mi VF1A arrancándola de un disparo, cuando creí que fue todo cerré los ojos resignado…
Fue en ese momento cuando lo escuche…
Por todas las frecuencias, se escucho el canto de la Estrella del SDF1 Lynn Minmay. Pero seguía aquí. Volví a abrir los ojos y me di cuenta de que la tan atroz guerrera se quedo inmóvil delante mío sin dejar de apuntar su arma en dirección a mi cabina. En ese momento no sabía si dicha armadura quedo impresionada por lo que escuchaba o sin combustible. Lo que era seguro era que algo tenía que hacer. Solo tenía uno de los brazos libres de mi valkiria y solo atiene a tomar lo que parecía la máscara de dicho Pod y con fuerza lo arranque. Fue en ese momento a instantes de perder la vida que la vi. A través del cristal ámbar de su casco, vi esos ojos, los ojos de una criatura salvaje y asustada, "¿Asustada de qué?" pensé, no tuvo ningún problema para dejar mi nave casi destruida y allí estaba. Tenía mucha incertidumbre en su mirada, quizás porque a mi nave la faltaba la cabeza y seguía allí, quizás por la música que estaba escuchando, quizás por todas ellas. Yo también estuve obnubilado por sus ojos, casi sin darme cuenta de que las alarmas de mi nave sonaban como un árbol de navidad. Hasta que una de ellas me hiso entrar en razón EJECT- EJECT- EJECT a lo cual no vacile, aunque con gravedad cero y de seguro con la nave madre lejos o destruida seria prolongar lo inevitable, accione el control correspondiente y pude ver como la guerrera aun mas extrañada al ver que la carlinga se separaba del fuselaje y que mi asiento salía despedido por el espacio sin rumbo determinado. No había logrado alejarme más de unos 150 metros que mi VF1A exploto aun con la armadura Meltradi sujetándolo. Al menos no fue en vano – pensé – mientas me alejaba, mi nave por una de ellas. Pero la armadura seguía allí…
Pensé que estaría estropeada o que la piloto estaría muerta o al menos inconsciente por la onda de choque que también sentí traspasar mi cuerpo ingrávido. Pero paso algo que no loguer comprender, la parte superior de dicha armadura que ya no era de ese hermoso color azul metalizado se abrió y de ella salió la aturdida piloto, a la distancia parecía de mi tamaño, y lo que más me llamo la atención fue su cuerpo, cuando éramos niños nos imaginábamos a los extraterrestres de otra manera, pero no, delgada, estilizada, con mas curva de las que un corredor profesional podría tomar. Giro su cabeza buscando que… buscándome a mí. Con terror vi como esa enorme, aunque increíblemente bella mujer se acercaba a mí acechándome como un cazador a la presa. ¿Mi suerte estaría echada en un apretón de manos de esa mujer?
Para mi sorpresa floto con gracia y suavidad hacia mi tomándome con ambas manos y llevándome cerca de su casco, me miraba como nunca me habían mirado, una mezcla de sorpresa y fascinación al ver algo tan pequeño, quizás mi rostro tenia la misma expresión, no sabría decirlo, de seguro el mío notaba miedo a ser aplastado. Estuvo cerca de una hora contemplándome hasta que la batalla seso, ambos flotamos en ese campo de batalla gigantesco entre la luna y la tierra hasta que una nave purpura uso una especie de rayo tractor y nos introdujo dentro. De apoco empecé a sentir la gravedad y ella se poso con gracia en el piso metálico. Al abrirse las compuertas entraron dos soldados también mujeres, o mejor dicho Meltradi, las cuales llevándose su mano derecha al pecho saludando claramente a su superior, hablaron entre ellas algo que no supe qué, aunque me di cuenta que las amenazo y esta camino dejando a las guardias detrás sin decir nada, pude notar que tenía una pierna lastimada por como cojeaba al caminar ¿Abre sido yo? no podía saberlo. Camino un rato hasta lo que parecía su cuarto, entro y me deposito en lo que parecía un escritorio, fue cuando se quito el casco y pude apreciar que tenía el cabello largo hasta la cintura, de color negro azulado, mas azulado en realidad, y me miro con esos ojos purpuras, jamás había visto algo tan hermoso, aun para tener más de diez metros de altura y yo estar apoyado en una mesa de uno o dos pisos de altura.
Se inclino observándome con detenimiento, por lo que yo al ver que los sensores marcaban que el aire era respirable me quite el casco dejándome ver. Ella exclamo algo como "Debura", que a la distancia que estaba casi me estallan los oídos, a lo que yo le respondí con solo un "HOLA" con la vos los suficientemente alta como para que me oyera y no demasiado como para que se molestara, ella se corrió el pelo como para oír mejor y pude apreciar que sus orejas, eran algo puntiagudas, pero al decir verdad, ese era el menor de los problemas en mi situación.
Nota: Se que en dicha obra el SDF1 no cuenta con el portaaviones Prometeo, pero es uno de los que siempre me gusto esa plataforma de despegue de las Valquirias.
