Bueno, aquí está finalmente. Espero que disfrutes el fic, mi estimadx AI. Disculpa que sólo hice una de tus peticiones. Van a ser entre cinco y seis capítulos. Intentaré ser regular con las actualizaciones. Salud!

Este fic participa en la actividad "Amigo invisible" del Foro !El cometa de Sozin!

Capítulo 1

El mundo de los espíritus no es el mismo que el de los muertos. No hay manera de comunicarse con ellos a menos que se tenga una conexión espiritual muy fuerte. Los muertos no pueden acceder al mundo de los espíritus, por que los espíritus viven.

¿El general Iroh? Es un viejo zángano y tramposo. Te invita a una taza de té, y pronto, sin saber cómo accediste a ello, estás jugando una partida de Pai Sho, y apostando como el apostador más ingenuo de todos los mundos posibles.

Entonces notas la ficha del loto.¡Que ficha tan insignificante! ¡Qué poco dañina! Es cómo si hubiera sido creada sólo para ocupar un espacio en el tablero... Y eso piensas toda la partida, hasta que te das cuenta de que estas al borde de la derrota, por culpa de la estúpida ficha de loto que subestimaste todo este tiempo. Perder es inevitable para el momento en que te das cuenta de que has bailado como un trompo en la uña del hábil general.

Eso fue exactamente lo que le ocurrió al guardián de la puerta cuando Iroh se le acercó sonriendo amablemente: ¡Oh qué peligros escondía esa sonrisa! El guardián terminó apostando la libertad de Iroh. Así fue cómo el general salió del mundo de los muertos para ir al mundo de los espíritus, que es más entretenido.

Y muchas cosas ocurrieron al general desde que salió del lúgubre tánatos. Y cada vez que el balance del mundo peligró, cada vez que el avatar Korra luchó y se encontró en peligro, Iroh podía verlo y sentirlo en el mundo de los espíritus.

Y algún tiempo después de la última batalla, cuando el avatar traspasó de nuevo la frontera entre el mundo material y el espiritual, también notó que estaba acompañada. Y esta compañía hacía tan felíz al avatar, que los espíritus vibraban de emoción, el cielo se esclarecía y las mariposas tornasol brillaban más que de costumbre.

El general se encontraba sentado y Korra se le acercó por detrás para tratar de sorprenderlo, pero el viejo astuto ha vivido tanto tiempo en este entorno que nada de lo que se mueve aquí pasa desapercibido a sus agudos sentidos.

-¡Qué grata visita Korra!- rió Iroh adelantándose al Avatar

-Parece que es imposible sorprenderte- dijo Korra

-Así es. Déjame preparar té para los tres y nos sentaremos a hablar- dijo Iroh

-¿Tres?... ¿Cómo sabes que yo...?-

-No es posible sorprenderme- respondió mirando en dirección de dónde había venido el avatar, divisando a la lejanía la figura de una mujer.

-¿Me vas a dejar que te la presente, o también sabes su nombre?-

-¡Jajaja! Soy un hombre excepcional Korra, pero no soy un adivino. Será necesario que me la presentes. Estaré gustoso de conocerla-

Cuando Asami estuvo allí miró con enfado a Korra

-¡Saliste corriendo como una loca y me dejaste atrás!-

-Lo siento preciosa, quería sorprender al General...-

-Y asumo que...-

-Nop, no funcionó-

Luego se volvió hacia el general que ya se aproximaba con el té. Asami hizo una corta reverencia hacia el anciano.

-Iroh, ella es Asami, mi novia- dijo sonrojándose un poco- Asami, él es el General Iroh, un buen amigo mío-

-Mucho gusto, Asami- respondió sonriendo- puedes llamarme Iroh, hace ya mucho que no soy general

Se sentaron al tomar el té, y hablaron de muchas cosas, hasta que Iroh quiso saber cómo estaba su sobrino.

-Oh, él está muy bien. Su hija es la Señora de Reino del fuego, y su nieto es general, justo como usted! Es muy amable y se toma el trabajo muy en serio- respondió Korra- Oh!, y también es muy guapo!-

-¡¿Disculpa?!- dijo Asami

-No seas celosa- dijo el avatar besándo su mejilla- eres la única dueña de mi corazón, pero eso no le quita lo guapo a Iroh II

-¿Se llama Iroh, como yo?- pregunto el general un poco sorprendido

-Sí- dijo Korra sonriendo.

Los ojos del general se llenaron de lágrimas. Se sentía muy halagado, y de pronto le entró un deseo intenso de conocer a la hija y al nieto de su sobrino, que era como su propia descendencia.

-Mi sobrino seguro es todo un hombre ahora, con hijos y nietos, jaja! ¡Cuando era jóven era tan impetuoso! Más honorable que cualquiera, pero muy imprudente- dijo melancólico.

-El señor Zuko es un hombre muy sabio- respondió Korra- me fue de mucha ayuda cuando perdí contacto con mis vidas pasadas. Era gran amigo de Aang, y lo extraña mucho, casi tanto como a usted- terminó sonriendo.

Cuando el Avatar y su novia se fueron, el viejo general se quedó pensando: El mundo material y el de los espíritus estaban ahora conectados. Él podría ir a mundo material como lo hace cualquier espíritu en Ciudad República.

Así que fue hasta el portal, y extendió su mano a ver que sucedía: la verdad es que nunca lo había intentado. Se encontró con una barrera invisible. No podía atravesar el portal, después de todo, él estaba muerto.

¡Oh! Qué daría por tener aunque fuera un día para visitar el mundo material. Daría incluso su ficha favorita: la ficha de loto... ¡La ficha de loto! ¿Sería posible que el guardián de la puerta tropezara dos veces con la misma piedra? ¿Sería capaz de hacerlo apostar una licencia, aunque fuera por un sólo día, que le permitiera visitar el mundo de los vivos?

Se preparó para ir de regreso al mundo de los muertos, con su tablero de Pai sho bajo el brazo. Valía la pena intentarlo.

La leyenda de Korra pertenece a sus respectivos autores. Este es sólo un trabajo de ficción meramente recreativo.