Fiesta Pagana
Capítulo 1
El primer atardecer del mes de abril, habían llegado al pueblo de Karakura dos grupos de personas el primero un grupo de danzantes y musicales gitanos, el jefe Urahara Kisuke y su hermosa esposa Yoruichi, la familia Kurosaki, Kempachi y su familia, entre otros, gitanos muy unidos, toda una gran familia. Eran el negro ante la alta sociedad, esos paganos, que rompían las reglas morales y sociales… completamente dicho, sinónimo de mal educados y ladrones, herejes…
El otro que provenía de Londres, gente de la alta sociedad, recatada, bien educada, la familia japonesa, Los Kuchiki comandada por el orgulloso General Kuchiki Byakuya, su amable y linda esposa Kuchiki Hisana y su hermosa hermana Kuchiki Rukia, esa en especial siempre regañada por ser más rebelde. Además lo acompañaban el subcomandante Abarai Renji, Toushiro Hitsugaya otro general, Hanatarou sirviente de las Kuchiki, pero más su amigo, entre otros. Eran como el blanco, educados, hermosos, virtuosos, sinónimo de hombres y mujeres de bien…
Los gitanos se instalaron en las afueras de Karakura pero se la pasaban casi todo el día en el parque, algunos danzaban para espectáculos de las personas, tocaban melodías maravillosas en especial las de un chico, había títeres y espectáculos de magia. Por otro lado los Kuchiki vivían en una mansión mega grande para comodidad de todos y todas, estaba situada a las afueras del pueblo del otro extremo al parque.
Cierta mañana en el desayuno de los gitanos hablaban de la gente de la alta sociedad, sentados frente a lo que, en la noche ardería como la gran fogata, que les brindaría el fuego eterno del espíritu de la energía positiva.
―Pues que te puedo decir ― decía mientras mordía una roja y jugosa manzana ― Yo huí de ese mundo, la alta sociedad ―decía un calvito
―Tu huyes de todo el mundo ―todos se rieron ―dijo su compañero inseparable Ayasegawa un metro sexual incorregible
―Pero dinos ―dijo una pequeña rosada ―el dinero sobra cuando eres un noble ―
―Sí, interrumpió alguien ―acomodándose su pañuelo en el cabello y sus botas negras ―te sobra el dinero, pero pierdes la libertad y el amor, esos sentimientos que hacen arder al corazón ―respondió un joven no mayor de 23 años con su gran ceño facial, vestía una camisa de rayas naranja y verde, lo cubría un chaleco negro, con un pantalón pegado negro, botas, muchos accesorios y un pañuelo en su cabeza que cubría la totalidad de su cabello, considerado el hombre más sexy del campamento gitano, tenía aretes en la oreja derecha, usaba unos anillos en sus largos dedos, su estilo era espectacular―
―Buen día, Kurosaki―kun―dijo una peli rojiza―Bienvenido quieres fruta, jugo, está fresco―
― ¡Despertó el Oso del campamento!― grito Shuuhei
― No, gracias Inoue―dijo―me iré a visitar la ciudad― mirando despectivamente a Shuuhei
― ¡Cuidado! no te metas en problemas―dijo el padre del apuesto gitano ―Ahí son gratis por el hecho de ser gitano
―No molestes, viejo―dijo ignorándole y empezando a caminar por la vereda que conducía al pueblo―
―Me suena a problemas―dijo Isshin― ay hijo mío, un día de estos me matarás ―
―No te preocupes cariño, él estará bien, es un pueblo pacífico―
―Cuídate Ichigo―Gritó Masaki madre gitana
Todos los ahí reunidos suspiraron y retomaron su plática sobre la gente de linaje.
En el camino, Ichigo tocaba una melodía con su flauta travesera, mientras pensaba lo divertido de ser un nómada. Pasaba por un pasillo lleno de árboles de roble, altos y de gran esplendor, entre los arboles pudo escuchar una cascada, se introdujo entre los arbusto y pudo verla, se situó para admirar el paisa y al voltear vio a una chica, que se disponía a bañarse. No pudo dejar de ser curioso, la mujer era pequeña y de cabellos negros como la noche, se pudo dar cuenta que ella vestía un camisón fino, quizás seda. En el suelo había muchos ropajes, que formaban parte de un lujoso kimono.
―"Nunca había visto a una mujer tan peculiar, parece un niño"―sonrió, la chica comenzó a escalar un risco, para echarse un clavado
―Wow, es muy buena con los clavados, tiene buena técnica― decía el joven en voz alta―pero parece ser una noble, gente de casta "pura"― dijo en tono burlón para si ―Se dio cuenta que esa mujer era revestida de una piel esplendorosamente blanca como la intensa blancura de la luna.
El chico no se dio cuenta cuando llego frente al lago que formaba el agua de la cascada, la chica no se había percatado que había alguien frente a ella que la observaba hacer piruetas en el agua,
―Tienes muy buena técnica de clavados, ¿eres nadadora?― gritaba un hermoso chico que se parecía al mismísimo sol, estaba del otro extremo a donde estaban sus cosas
―…―La chica de cabello negro volteo, se asustó ―"Demonios estoy frita, si mi hermano se entera OO" ―aunque le llamaron la atención la vestimenta del joven, era extremadamente colorida, nada que ver con la vestimenta de los condes, duques y todos esos ridículos títulos que usaban los hombres.
―Oye, ¿te comieron la lengua los peces o qué?
― ¡Eso no te incumbe! ―evitando mirarlo―"necesito desaparecerme"―mientras ella buscaba una forma de escaparse, además aquel hombre no podía ver su cuerpo, ya que la camisola blanca, mojada, entallaba DEMASIADO la figura
― ¿Cómo te llamas?―dijo sonriendo― él ya estaba del lado de su ropa― entonces la chica se sumergió, pero no se dio cuenta de que una de las plantas se enrollo en su pierna y no podía salir, el chico que esperaba que saliera para hablarle, presintió que algo estaba mal, ella no salía, se quitó las botas, su chaleco, se sumergió por ella y pudo divisarla, estaba luchado con una planta acuática y al parecer la planta iba ganando…
El chico nadó lo más que pudo para alcanzarla ella había dejado de moverse, sacó una navaja y tomo a la chica, se apresuró a la superficie, la arrastro a la orilla y la puso en el suelo
―Oye, despierta― decía preocupado―"Wow, tengo que admitirlo, es hermosa"― pero qué diablos digo―dijo confundido― ¡vamos!― mientras zarandeaba el cuerpo de la menuda mujer― vamos que despiertes― "no se mueve" ― se habrá muerto, Oye despierta, ―realmente preocupado dijo―Y si le doy respiración de boca a boca―se preparó mentalmente tenía que salvarla pero poner sus labios sobre los de ella― Demonios, no debí haberme detenido a observar― maldecía internamente, se puso nervioso
Se ponía en posición para darle respiración de boca a boca, coloco sus manos sobre el pecho de la mujer, noto que se le traslucía TODO, noto que de los pechos de ella, sus pezones estaban erectos, quizás tenía frío, sintió que su cabeza le traicionaba, gitano o no, era hombre.
―bien allá voy― decía rojo como tomate, pero al estar a escasos 15 cm de los labios de la morena, esta abrió los ojos y el recibió un golpe en la barbilla―
―Pero qué demonios haces pervertido―grito hecha una fiera―
― ¡Ah!… ¡pe…pero! ¿Qué?―Confundido― sólo trataba de ayudarte, enana gruñona―
― ¿enana… gruñona? ―mira ¡DIOTA!―decía toda roja, pero cuando se dio cuenta en el estado en el que su cuerpo había reaccionado por frio o lo que fuera, opto por cubrirse con sus delgados brazos―
―Qué te pasa ni que quisiera contigo― respondía el joven, algo en la menuda mujer lo hacía sentirse muy bien
―Bien, idiota, ni quien se fije en ti, jirafa de 50 metros― la molestia en la cara de la mujer era excitante
―Muy bien hormiga, perdona por haberte ayudado ― dijo frunciendo el ceño―
―y ¿de qué forma pensabas cobrarme tu ayuda? estúpido― estaba hecha un monstro, histérica, nunca había sido tocada por ningún hombre, a menos que fuera ella quien tocara (no piensen mal) él la encontraba ligeramente emocionante era un pequeña fierecilla―
―no, sé… pensándolo bien no estás tan mal― decía de manera seductora, mientras se acercaba más a ella―claro un poco enana y plana, pero―no lo dejo terminar por que tenía el puño de la chica en el estomago
―¿Qué?― "es rápida, esto es muy interesante"―pensaba mientras se acercaba más a ella iba a tomarla por el brazo, ella se estaba cubriendo su pecho traslucido con su bata mojada,
―Estás loco, aléjate― dijo se colocó rápido su kimono para sentirse un poco segura―
―y ¿qué si no lo hago?―ella le tiro un golpe que el detuvo como si nada―mmm que mal, te ves mejor sin ropa― dijo el bromeado―"Tienes los ojos más bellos que jamás había visto"
―¡Pervertido!― le dio un pisotón y salió corriendo, él trato de alcanzarla pero no lo logro se había esfumado―
Se detuvo para tomar aire, ella lo había dejado atrás. ―Sólo espero volverte a ver monstrua enana ―jajajaja―mientras recuperaba el aliento―
―"Que fue todo eso"― pensó el chico―me eh encontrado con un ser muy interesante, pero sus ropas al parecer es de familia de casta―
―Demonios estoy todo mojado, mejor me regreso al campamento, el joven dio media vuelta y al pasar por el lugar en el que había estado peleando con la pequeña mujer encontró un colgante,
―Un conejo―sonrió y emprendió su camino al campamento
En la gran mansión
Entro por el pasadizo secreto que había encontrado, ahora nada más tenía que cruzar
―Demonios no me acordaba que cruzaría media mansión― decía terriblemente dañada por el tipo de hacia un tiempo―tengo que esperar a estar más o menos seca o haré un desastre―ese…ese tipo me las pagará―decía aun molesta
―maldito, tipo...Espero no verlo nunca más― decía echando humo de su cabecita―Lo odio, aunque tenía unos ojos impresionantemente hermoso―se da un golpecito en la cabeza―pero que piensas Rukia― cuando tuvo oportunidad corrió a su recamara, se desvistió―
―No puedo creerlo, un hombre me ha visto en interiores― decía en voz alta― si abre la boca estoy frita con mi hermano
―Rukia de nuevo, has salido― Una voz detrás de ella―No cambiarás…
Continuará...
