Amaneceres sin luz
Capítulo 1: ¿Cuanto tiempo ha pasado?
Ha veces cometemos errores que no queremos…. Pero algunas veces lo cometemos porque en verdad queremos…. ¿Acaso, será por aquellos sueño rotos del pasado? ¿O… Por qué pensábamos que sólo éramos las sombra de una persona?. Son muchas de las cosas que suceden en la vida.
Había salido el sol, algo muy típico de todas las mañanas, pero de alguna forma éste sol no daba calor a los habitantes de PrideLands. El cielo… que era de color azul estaba teñido de un color gris, cosa muy inusual que solo sebe cuando va a llover, pero el cielo no daba señales de una lluvia.
PrideLands no se veía como antes, sus suelos estaban teñidos del color grisáceo, muy parecido al del cielo. Pocas señales de vegetación de veía en aquel reino, los ríos y charcas se habían secado. Solo una charca no había secado, pero ¿Cuánto tiempo faltaba para que esa charca siguiera los pasos de las demás?.
Parecía que Aiheu había maldecido esas tierras, pero no era así. El ser que había cambiado el aspecto de PrideLands, era Scar… El Rey Scar. Hermano de Mufasa y tío de su sobrino, Simba.
Él había matado a su propio hermano he intento matar a su sobrino, algo que no consiguió pero el no sabe eso, ya que era las hienas Shenzi. Banzai y Ed encargadas de ese trabajo.
Había pasado un plazo de tiempo de un año, pero para las leonas de la manada parecía que había pasado mucho tiempo, más o menos como unos 4. El tiempo en las tierras eran largas para las leonas, ellas siempre creían que Mufasa enviaría a un ángel que los vendría a rescatar. Pero tal envío no se había visto.
Una leona, de ojos azules estaba caminando por las secas tierras, cerca de una colina. Aquella leona se había sentado, su cara estaba con expresiones de tristeza. Muy pronto tendría que ir a una casería, pero de que serviría si casi no quedaba presas en las tierras. Eran las pocas veces que veían a una presa, y aún más pocas cuando lograban cazar alguna. Parecía como si estuvieran jugando un juego que ellas y su manada no ganaban.
-¡Nala!- La voz de una de las leonas se había oído- ¡Es hora de la casería!-
La leona de ojos azules se había levantado, y se dirigió a las demás de la manada para cazar. Pero sus pasos se volvieron lentos, como si le pesara el cuerpo cosa que preocupo a muchas de las leonas. Sarafina, su madre, pensaba que había cazado alguna enfermedad cosa que ya se veía mucho en la manada.
-Nala, ¿Te encuentras bien?- Preguntó si madre preocupada por su hija.
-Si madre. Sólo estaba pensando.-La leona dio un suspiro como si fuera ha decir algo importante o no debido- Madre, te tengo una pregunta, espero que me la puedas contestar ¿Puedes?- Dijo la leona con un poco de preocupación.
-Por supuesto hija, me puedes decir todo lo que quieras y yo con gusto te lo contesto-
-Esta bien-La joven leona de ojos azules dibuja un leve sonrisa en su rostro, para después decir su gran pregunta- Madre… ¿Cuánto tiempo ha pasado de que Mufasa y Simba no han dejado?-
Aquella pregunta dejó a la leona un poco "chocada", Sarafina pensaba en otras clases de preguntas pero está fue totalmente inesperada. La leona no sabía como contestarle a su hija, para ella el tiempo entre ese pasado y el presente eran largos. Pero si sabía que solo habían pasado un año desde aquellas muertes.
-Hija-La voz de la leona se había tornado algo triste-Aunque tú no me lo creas, solo ha pasado un año desde ese accidente.
Nala suspiró, ella sabía que era cierto lo que había dicho su madre pero para ella era difícil de aceptar, ya que había pensado que había pasados más años, muchos más años. Intento poner una cara de alegría aunque le costara.
-Mejor nos vamos a la casería, madre- Dijo la leona de ojos azules, preparada para otro juego que de seguro perdería.
