Los personajes de Candy Candy
NO ME PERTENECEN si no
A sus respectivas autoras…
"Una visita al pasado"
Por Lady Karen
Capitulo I "La ventura"
Los rayos de sol alumbraban la habitación y acariciaron el rostro de la joven de cabellos rubios y tez blanca. Por un momento quiso evitarlos y seguir con lo que era su profundo sueño. Cuando alguien irrumpió en la paz de su habitación.
-¡Candice! ¡Candice! ¡Despierta!- Saltando sobre su cama.
-¡Stear! ¡Déjame!- Aventándole una almohada.
-¡Vamos!¡Vamos tengo algo realmente maravilloso por mostrarte!
-¿Qué es tan emocionante que mi bello sueño?- Acurrucándose en su cama.
-¡Vamos! Ya no te servirá de nada dormir, Estas demasiada vieja.- En ese momento Candice se levanto de un golpe.
-¿Que has dicho? Déjame decirte querido que diecinueve años no es vejez… Candice ¡No es vieja! ¿Qué es lo que quieres mostrarme?- diciendo al ir a su tocador para arreglarse ¡Ya que! El pequeño Stear la había levantado de su trance no tenia caso seguir durmiendo cuando sabia que cuando su hermano se propone algo lo cumple. Respiro resignada.
- ¡Ven conmigo! ¡Tengo algo que mostrarte! ¡Sera una aventura!- Lo miro por el espejo muy emocionado sin duda tener 7 años era algo maravilloso. Aunque ella grande y el pequeño no dejaba de acompañarlo a sus aventuras que sucedían casi a diario y mas estando en sus merecidas vacaciones en la vieja mansión de Lakewood.
-Esta bien…- Tomando su bolsita de "Aventuras" como decidió llamarla Stear.
-¡Siiii!- tomándola de la mano.- Pero tendremos que salir quedamente, mama y papa aun siguen durmiendo y ya sabes como son al oír hasta el mas mínimo ruido cuando están dormidos.
Stear y Candice bajaron tranquilamente por las escaleras tratando de que no fueran vistos. Recordando que si su madre los tomaba por sorpresa les cancelaria la aventura, con eso que los modales eran muy importantes para ella no dejaba que ellos disfrutaran… el único consentidor de aventuras era su padre.
Cruzaron por el jardín de rosas, Candice solo pudo admirar su aroma…era su lugar preferido de toda la mansión. Tan exquisito. Quiso por un momento estar allí pero Stear la tomo mas fuerte de su brazo al ver que ella ya se había quedado a oler cada rosa nueva.
-¡Vamos Candice! ¡Luego les vienes a hablar!
-¡Esta bien!- Resignada.
Stear la condujo a través del pequeño bosque a las afueras de la mansión. Cuando no tardaron mucho en toparse con lo que Stear llamaba "su aventura"
-¿Lo ves?- Señalando un muro lleno de naturaleza. Enredaderas, flores, hojas marchitas.
-¿Stear que es esto?- Acercándose un poco mas.
-Es una puerta mira…-Arrancando enredaderas que se habían formado con el paso de los años. Candice decidió ayudarlo al ver que su avance era mínimo. Cuando después de un arduo trabajo pudieron divisar algo realmente asombroso.
-¡Mira Stear! ¡Es el escudo que esta en la mansión!- Limpiándolo mejor. Desde pequeña había sido su fascinación saber la historia de ese maravilloso emblema.
-¿si?
-¿Acaso no recuerdas que esta en nuestras habitaciones?
-¡Oh cierto!- El pequeño Stear alzo su vista al ver que la inmensa puerta de piedra era gigante y empezó a idear una forma de abrirla.
-¿Candice? ¿Crees que se pueda abrir?
-Mmm…parece impenetrable pero al parecer si…-Buscando a los alrededores en busca de una manera fácil de abrirla. Cuando el pequeño Stear vio un objeto fuera de lo común, quito lentamente la enredadera que lo rodeaba.
-¡Mira Candice! ¡Lo he encontrado! Mira…- Jalándole su fina blusa que había quedado cubierta de polvo. -¿Qué es?
-¡Es una palanca!- Tomándola y jalándola para que esta fuera su medio para entrar hacia aquella "aventura".
Después de hacer un poco de fuerza entre los dos, al final lograron su objetivo; ante ellos la puerta se habría imponente se notaba que tenia años cerrada. Una pequeña nube de humo se levanto y comenzaron a toser.
-Cof..cof….¡Mira Candice!- Señalando el interior obscuro.
-¡Hay que entrar!- Sin duda "aventura" era su segundo apellido.
-Este…las damas primero…-Decía con una gran sonrisa para disimular su miedo a la obscuridad.
-¡Ja! Solo cuando les conviene…por eso nosotras SIEMPRE- Recalco- somos valientes.- Dijo con orgullo para ver la acción de su hermano.
Poniéndose enfrente de la gran entrada -¡Soy Valiente!- haciendo que el eco sonara fuertemente.- Pero pensándolo mejor voy detrás de ti.- Tomándose de un pedazo de su blusa.
-¡Hombres!- dijo al prender una pequeña linterna para alumbrar su camino. Al ir entrando la gran puerta se cerraba detrás de ellos.
Lo primero que divisaron fueron telarañas, consecuencia de los años transcurridos. Caminaron hasta llegar a lo que parecía ser una luz al final. Para su sorpresa parecía ser un tipo de "laboratorio", la luz provenía de una pequeña ventana subterránea que alumbraba perfectamente cada parte del laboratorio, quien la hubiera diseñado, había sido una gran idea. Candice apago su pequeña linterna mientras curioseaba.
-Candice… ¿Crees que él sea el dueño?- Señalando un retrato.
-No lo se…-Limpiando la pequeña placa que al parecer tenia el nombre.- Alistair…Cornwell… ¡Mira Stear! ¡Tiene tu nombre!
-¿Qué?- Acercándose a ver la inscripción.
-¡Si! Dice…Alistair Conrwell…Solo con la diferencia que tú te apellidas Granchester.
El pequeño Stear miro atónito el retrato tratándose de comparar con aquel retrato pero ningún aspecto de él era igual al del chico del retrato. El tenía los ojos verdes y grandes y su rostro estaba lleno de pequeñas pecas y su cabello era castaño. Mientras que Alistair era de piel morena clara y de ojos negros y sin ni una peca.
-No creo que sea de nuestra familia.-Dijo resignado y siguió curioseando por el laboratorio.
Mientras tanto Candice admiraba el espacio que tenia el pequeño "laboratorio-subterráneo" era fascinante. Lleno de inventos y de curiosidades que a ella nunca se le hubieran ocurrido; aparte de lo que serian su fascinación "herramientas", aunque era una chica fina (como la había calificado su madre) tenia su lado aventurero y creativo; aunque no siempre lo desempeñara. Daba vueltas por el cuarto que no era tan grande pero si espacioso, acomodado estratégicamente. Dio vueltas por la mesa que estaba colocada en medio, cuando cierto cuaderno llama su atención. De pasta ya vieja y con las hojas amarillentas sopla la cubierta para dejar ver que decía.
-Alistair Cornwell- Leyó en voz baja.
Lo abrió curiosa y noto que era un libro de apuntes. Diversos inventos por hacer y sus respectivos planos así como dibujos sobre distintas cosas, pensamientos y pequeñas cartas no entregadas. La última página del pequeño libro llamo su atención y comenzó a leer en su mente…
1 Enero de 1915
Hola mi pequeña Candy…si bien no se como empezar pero si se lo que debo de decir. Espero encuentres este pequeño cuaderno de apuntes que es una de mis mas valiosas posesiones mientras yo estoy en acción y seas tu quien lo tenga hasta mi llegada. Escribo esto último antes de mi partida.
He tenido un extraño presentimiento al respecto de estas fechas puede ser que sea yo nada mas quien lo sienta pequeña Candy, pero un destello en mi corazón me dice que las cosas no están del todo bien por eso hice la pequeña cajita de música que al abrirla te dije soñaría esa dulce música que te haría sonreír. Fue todo un triunfo construirla. Recuerdo que con delicadeza tome cada pieza y la puse en el lugar correcto, para que este invento tuviera éxito. Tal vez te preguntaras porque la hice… veras una tristeza profunda me invadió y me preocupe por ti. No podía nada más que pensar en ti. Puede que no leas esto y que nadie sepa donde esta mi escondite o si quiera se atrevan a entrar. Pero aquí te declaro aquel amor profundo que tanto te tuve o tal vez te tengo. Pero has sido una de las personas más importantes en mi vida Candy…pero este no es el verdadero punto a donde quiero llegar con esta última página de mi viejo cuaderno. Si no que anhelo enormemente tu felicidad pequeña gatita (como te llama Archie). Por eso me di a la tarea de después de inventar la pequeña caja de música…invente una maquina del tiempo, aun no tengo el tiempo de probarla pero con el mismo amor que hice la cajita espero y sirva ¿Qué porque la invente? Porque quiero Candy que si algún día estas triste la uses ¿Para que? Para que puedas revivir cada momento donde fuiste realmente feliz. Como con Anthony. Te veía tan reluciente y tus ojos denotaban tanto amor. Tu decidirás a que momento regresar o que parte de tu vida te hubiera gustado disfrutar aun mas. La maquina del tiempo es mi mejor invento Candy, cuando la pruebe te traeré aquí mismo donde estoy, lo prometo. Tal vez digas que soy un tonto por inventarla pero un hombre enamorado es capaz de hacer cualquier cosa para sacar una sonrisa a quien pertenece dicho corazón ¿No? Sabes Candy cierto miedo me invade con esta Guerra. Tal vez cuando regrese me persigas por toda la calle diciéndome "Stear ¡Tonto! ¡Nos has dado un gran susto!" Rio al imaginar tal escena. Aunque algo en mi pecho me dice que tal vez no vuelva ¡Seré positivo! Tal y como me lo enseñaste ¡Lo prometo! ¡Volveré! Y te mostrare la maquina del tiempo. Sin querer decir adiós…
Siempre tuyo
Alistair Cornwell
Cuando Candice termino de leer dicha página su corazón de repente latió rápido. Algo le decía que aquel inventor no volvió de dicha misión. Su corazón se encogió por un momento al ver que aquel joven con delicadas y tiernas palabras se le declaro a "Candy" como conocía el nombre de la chica. Volteo a ver a los alrededores para ver si la "maquina del tiempo" estaba allí. Dio unos pasos hacia atrás cuando choco con algo. Volteo para ver la gran figura que estaba ante ella. Cubierta por una sabana llena de polvo quiso quitarla pero la voz de Stear la interrumpió.
-¡Candice!- Le dijo.- ¡Oigo a mama llamarnos!- Ella se freno en seco, volvería otro día se prometió.
-¿Dónde la escuchas?- Viendo el cuarto para ver de donde la oía.
-no lo se pero se escucha cerca…-Cuando el vio una puerta que al parecer era un pequeño pasadizo.-¡Mira! ¿A dónde nos llevara?
-De seguro es una salida…mejor salimos antes de que mamá empieza a gritarle a la servidumbre diciéndoles que no nos cuidaron.- Si. Su madre aun los trataba como sus bebes y le molestaba perderlos de su vista. Así la habían criado para pasar a su siguiente generación ciertos modales que con el tiempo se habían perdido.
Al ir caminando dentro de aquel pasadizo notaban que la voz de su madre estaba aun mas cerca por lo que decidieron de caminar lentamente y al final divisaron una pequeña puertita que estaba cerca de sus cuartos. Salieron silenciosamente sin que fueran vistos y cada uno se metió a su respectiva habitación. Candice y Stear se vistieron rápidamente, no querían ver la cara de su madre cuando viera lo sucios que estaban los dos. Pero la mente de Candice recordaba cada palabra leída en ese cuaderno de apuntes y tenia deseo de volver. Algo en ella sentía que cambiaria al saber un poco mas sobre aquella maquina del tiempo y sobre Candy ¿Quién era ella?
Algo sin duda cambiaría en la señorita Candice Granchester.
Continuara….
By : Lady Karen
