Hola. Primer Fic Yei, realmente no se que escribir, estoy tan emocionada. Bueno este fic va a constar de 2 partes las dos van a ser en especial largas, o eso creo. Si les gustó review, follow, favorite y si no...también xD. Dejen comentarios de que les pareció o en que debería mejorar, se aceptan cualquier tipo de comentarios. Bueno disfruten de la lectura :D

A veces uno no se da cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, o cómo de un rato al otro puede cambiar tú vida.

Yo jamás creí que nuestro destino estuviera trazado, que hubo alguien que escribió la historia que deberíamos seguir. Jamás lo creí, pero a veces hay algo o alguien que te hace cambiar de parecer.

Otro lunes más, hoy empiezo mi primer semestre en la universidad, no me apetece ir, quiero seguir durmiendo, al final mi conciencia otra vez me convence, tengo que levantarme.

Hace mucho frío, no puedo tomar un baño así, me dará una hipotermia. Otra vez mi conciencia me controla.

Me pongo unos jeans cómodos, una polera roja y una chaqueta que originalmente era verde, ahora no se nota por lo desteñida que está, me pongo mis botas para nieve, tomo mi morral y salgo de mi departamento.

Tengo que caminar hasta la parada del bus que me lleva a la universidad. Me froto las manos para mantener el calor y me pongo el gorro que traje. Antes de llegar a la parada del bus, me dirigí hacia una cafetería que quedaba cerca y pedí un café. Justo al llegar a la parada un bus llegó, me senté en la última fila al lado de la ventanilla, me puse mis audífonos y empecé a beber mi café.

Llegué temprano, demasiado temprano diría yo, así que me puse a dar vueltas por la universidad, debía admitir que era grande, tenía muchos patios y campos deportivos.

No sé realmente en que pensaba en ese momento, pero al parecer estaba muy distraída, porque no me di cuenta del chico que venía en mi dirección que igual estaba metido en sus pensamientos.

Chocamos, el café que tenía se derramó tanto en su ropa como en la mía, mi primer impulso, como siempre, fue gritarle por no ver por dónde iba, sin considerar que yo también estaba distraída. Cuando estaba a punto de gritarle, me di cuenta que me limpiaba, o trataba de limpiar, la ropa. Alzo la mirada y vi que sus ojos estaban llenos de vergüenza y arrepentimiento, antes de irse me pidió perdón y se fue corriendo.

Al pedirme perdón, me odie por tratar de gritarle y recriminarle una culpa que no era del todo suya. Después de que se fue caí en la cuenta de que sus ojos eran verdes, como es que se me pasó ese detalle. Entonces vi en el suelo un cuaderno, era de tapa gruesa y gris, abrí el cuaderno y vi dibujos de dragones, en el inferior de cada hoja, estaban escritas notas, no llegué a leerlas ya que vi llegar a varias personas, guarde el cuaderno, estaba decidida a devolvérselo al chico de ojos verdes.

Me dirigí hacia el aula donde se supone pasaría mi primera clase. Me senté en el lugar más alejado, no es que fuera una inadaptada social, solo que me sentía mejor sola, poco a poco fueron llegando los demás estudiantes, hasta que llegó el profesor, justo cuando se disponía a empezar la clase alguien tocó la puerta, el profesor abrió la puerta mientras nos decía que sería la última vez que abría a alguien que se hubiera atrasado, al abrir pude ver al chico de ojos verdes.

-¿Cómo te llamas muchacho?-dijo el profesor

-Hiccup Haddock

-Bien Hiccup, déjame decirte que esta será la última vez que entres si vuelves a llegar tarde ¿Está claro?

Él solo asintió con la cabeza, mientras el profesor volvía adelante, el chico se sentó a mi lado. Jamás me había sentido tan nerviosa, por qué de repente sentí sudor frío en mis manos, por qué sentí miedo con solo voltear a verlo, al fin y al cabo tenía que devolverle el cuaderno.

No tuve el valor de hablarle, en ninguna de las clases, que por coincidencia nos tocaba juntos. No fue hasta la tarde que lo vi en el estacionamiento, así que me anime a acercarme a él.

-Hey...-le dije mientras caminaba en su dirección, en cuánto me vio se sorprendió-¿me recuerdas? Soy la chica de esta mañana, la que te hecho el café-no sé porque le dije eso-ah por cierto me olvide disculparme...eh...Hiccup ¿verdad?-estaba mostrando más seguridad de la que sentía.

-Si...-me dijo con un poco de timidez

-Ah, perdona olvide presentarme, soy Astrid, mucho gusto- le extendí la mano y él me la estrechó.

-Bueno que querías decirme, Astrid-dijo con un poco más de confianza.

-Casi lo olvido, toma-le di su cuaderno-se te cayó esta mañana

Abrió los ojos sorprendido y tomó el cuaderno- Gracias, si no hubiera sido por ti, no me hubiera dado cuenta- sonrió, mientras guardaba su cuaderno.

-Bueno, nos vemos Hiccup, adiós- le dedique una sonrisa y giré, debía ir a la parada de buses.

-E...espera, no quieres que te lleve a casa, después de todo te debo una...por haberme devuelto mi cuaderno-al voltearme pude notar que tenía un leve sonrojo.

-No, no quisiera molestarte

-Descuida, no será problema-Definitivamente ese chico era único, pensar en eso me provocó un sonrojo, de inmediato roge para que él no lo hubiera notado.

-Bueno, pero es mejor que no intentes nada, ¿Eh?, soy cinta negra en karate y se judo- traté de decirlo lo más seria posible, pero no lo logré y solté una carcajada, de inmediato el se rió.

-Tranquila no intentaré nada- dijo aún riendo-y te protegeré, los delincuentes no podrán con todo esto-señaló sus brazos con músculos inexistentes, ya que era delgado.

-Si claro-dije con un poco de sarcasmo.

-Bueno, te llevo o que

-Claro ¿Cuál es tu auto?- dije mientras buscaba con la mirada un auto.

-¿Auto? ¿De qué hablas?- de inmediato me di cuenta que se dirigía hacia una moto, abrí los ojos, ¿me iba a llevar en una moto?

-Sube y sujétate.

-Hiccup, ¿esto es seguro?

-Claro, solo hay que cuidar que la policía no nos vea.

-¿Por qué?

-Aún no tengo mi licencia-en ese momento arrancó, nunca creí estar tan asustada en mi vida, me aferré como pude a su espalda. Mientras yo temía por mi vida él se reía, empecé a gritarle desesperadamente que se detuviera, poco a poco fue más lento, entonces pude desprender mi cara de su espalda.

Íbamos por la carretera cuando de repente se desvío hacia el bosque, me maravillaba con todo lo que veía, estaba segura de que me veía como una niña ya que Hiccup me veía disimuladamente.

-Estás loco

-Lo sé, ¿pero eso no te gusta?

Decidí no comentar nada más, su pregunta me había hecho sonrojar más de lo necesario, por respuesta Hiccup se rió.

-Sabes Astrid me preguntaba dónde vives, no te puedo dejar en cualquier lugar pensando que es tu casa, no soy adivino.

-Qué raro, pensé que ya lo sabías, ya que te ofreciste a llevarme.

-Sé que puedo parecer acosador, pero créeme, no lo soy.

-Jajaja... Bueno vivo a dos calles de la plaza principal de Berk.

-Que coincidencia, yo vivo por ahí

-Te creeré

-Es enserio, ¿vives en la calle 4?

-Hiccup ¿seguro que no eres un acosador?

Al llegar a la calle 4, le señalé el edificio en el que vivía y él me señaló la casa que quedaba justamente al frente, diciéndome que era ahí donde vivía, como era que no lo vi antes, ¡vivía al frente!

-Bueno my lady, llegamos

-Gracias Hiccup-le dije mientras le devolvía el casco.

En cuanto el se sacó el suyo, pude verlo mejor, tenía unos jeans, una polera verde y una chaqueta café, cabello castaño y sus infaltables ojos verdes, al verlo mejor creí conocerlo de toda la vida.

-Astrid, creo que te conozco de algún lado.

-Y yo creo que tú lees mi mente-sonrió y soltó una leve carcajada

-Bueno nos vemos mañana

-Claro

-No quieres que mañana te lleve

-Después de lo de hoy, prefiero omitirlo

-No me digas que no te encantó.

-No quiero admitirlo

-Como quieras, después de todo me las arreglare para secuestrarte

-No creo que puedas hacerlo, ya sabes se karate y judo.

Se río-Bueno hasta mañana my lady-era la segunda vez que lo decía, aunque debería molestarme que lo dijera, no lo hizo.

-Hasta mañana mi caballero de la mesa redonda- alcé una ceja siguiéndole el juego y me dirigí hacia la puerta.

Sentí que me vio un buen rato, se río y luego entró a su casa. Entré a mi departamento, me apoye en la puerta y solté un leve suspiro, sonreí.

"Después de todo no creo que haya sido tan malo echarle el café" pensé divertida.

Me asome a mi ventana para ver el cielo nublado, traducción, para ver la casa del chico de ojos verdes, entonces me di cuenta de que mi ventana colindaba con la de él. Lo vi entrar a su habitación, una oleada de sentimientos subió a mi cabeza, de inmediato me tiré al suelo, como podía ser eso posible, es que el universo conspiraba en mi contra o que, no solo él estaba en mi universidad, no solo pasábamos las mismas clases, no solo vivía frente mío, ahora la ventana de su habitación estaba al frente de mi ventana.

Como puedo salir de esto, me da pena levantarme y solo decirle "Hey al parecer nuestras ventanas están frente a frente". Definitivamente los dioses me odian.

Ligeramente me arrastré a cerrar las cortinas, todo parecía estar yendo bien cuando de repente tropiezo con una alfombra que oportunamente estaba en mi camino. Doy una vuelta en el aire, suelto un pequeño grito y me golpeó mi espalda, aún en el suelo me río por lo torpe que fui.

-¿Astrid?

"No, no puede ser me vio, que hago, que le digo"

-¿Astrid eres tú?

"No soy tu abuelita, si será idiota"

Oí que se había marchado y me paré con mucho cuidado, ya no estaba ahí. Alguien quiere decirme porque los dioses me odian, por que conspiran contra mí, es que no tienen algo mejor que hacer.

Apenas pude levantarme, pude ver que ya no estaba en su habitación, cerré las cortinas y revise si eran lo suficientemente oscuras para que no se pudiera ver nada. Tengo que lavarme la cara, esta roja, casi casi como un tomate.

No quiero cocinar, mejor pido comida china, pondré una película, me pondré mi pijama y al fin podré descansar. De repente suena el intercomunicador de mi departamento, debe ser el que trae la comida china. Recibo la comida y le doy el dinero.

Al terminar de comer el sueño me ganó, y no me di cuenta que me quede dormida. Desperté con el sonido del intercomunicador, otro día no es posible, que rápido pasó todo, aún no puedo creer lo que pasó ayer.

Vuelve a sonar el intercomunicador, quien será a estas horas, o es más ¿Qué hora es?

-Señorita Hofferson, un muchacho la busca

"¿Muchacho? No será...Dioses"

-Ahora bajo

Es increíble, está ahí, en la puerta de mi edificio, no pasaba un día y ya estaba ansiosa de verlo. Cuando bajaba por las gradas recién me di cuenta del estado en el que bajaba. Pijama azul y amarilla, pantuflas de conejitos y mi trenza deshecha, traté como pude de parecer presentable; que es lo que me pasa, si fuera otra persona no me hubiera preocupado tanto.

-Buenos días Astrid- el ya estaba vestido para ir a la universidad, acaso me quede dormida.

-Hiccup ¿Qué hora es?

-Siquiera un hola

-Hola ¿Qué hora es Hiccup?

-Ya cerca de las 7:45

-Dioses- exclamé y salí, literalmente volando hacia mi departamento, me cambié, me lave la cara y como pude me hice una trenza, no había tiempo para desayunar, tomé mi morral y volví a salir corriendo, sin importarme el desorden que dejaba. Salí del edificio como un bólido, sin darme cuenta lo descortés que había sido con Hiccup; no iba a llegar a tiempo, que es lo que haría, cuando llegué a la parada de buses, agotada y jadeando, una moto se estacionó frente a mí.

Aparte de ser descortés, me había olvidado por completo que Hiccup se había ofrecido llevarme, me había pasado de largo sin darme cuenta de su existencia, aún así ahí estaba con una gran sonrisa en su cara.

-¿Quieres que te lleve my lady?

Solo llegué a asentir con mi cabeza, me pasó un casco y me subí a la moto.

-¿Por qué me esperaste?

-Sentí que debía hacerlo

-¿Aún sabiendo que llegarías tarde?

-Sip

-¿Seguro que no te caíste de cabeza cuando eras un bebé?

-¿Segura que no te encanta eso de mí?

-Es de mala educación responder una pregunta con otra

-No te respondí con otra pregunta, solo que mi primera respuesta a tu pregunta fue otra pregunta.

-¿Te sientes bien confundiéndome?

-Definitivamente

Me sentía rara, estaba hablando con él como si lo conociera de toda mi vida, era completamente una sensación extraña, no podía evitar sonreír estúpidamente cuando sentía el calor de su cuerpo, su respiración.

Dioses tengo que evitar pensar en él de esta manera, apenas lo conocí ayer, es que el universo parece estar armando un complot contra mí, parece querer que este con él.

"Pero eso no tiene nada de malo, ¿verdad?"

Les encantó, si, no. Si lo sé los molesto, pero quiero saber si está bien. Díganmelo. Escríbanme

Con toda la latosidad del mundo se despide.

Once Ler 23