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Disclaimer: ninguno de los personajes me pertenece, le pertenecen a Dreamworks y/o Cressida Cowell. Sólo soy perteneciente de las escenas.

Rated: T

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Capítulo I

La mesa estaba moviéndose haciendo que el adolescente durmiendo encima, sus brazos por sobre su cabeza; anteojos cayendo de su rostro junto con una pequeña línea de saliva por el costado de su boca. Un quejido exagerado se escapó de sus labios mientras llevaba sus manos a su rostro, tratando de despabilarse. Observó de reojo, dejando de lado sus gafas, al dispositivo móvil que lo había despertado con sorpresa; 4 mensajes nuevos.

"Hiccup, ¿dónde estás? Ya perdiste tu primer período. –F."

"Segundo período. –F."

"Tercer período. –F."

"¡NO PUEDES PERDER EL CUARTO PERÍODO! EDUCACIÓN FISÍCA EMPIEZA EN UNOS MINUTOS. –F."

Una vez despierto completamente, examino el reloj que tenía en su muñeca. Mierda. Dos horas y media tarde, Gobber lo mataría si se enterara de que no se presentó a tiempo; se levantó rápidamente de su silla dejando que las patas de está hicieran un crujido hiriente para sus dientes. Buscó entre los papeles los trabajos que estaba haciendo la noche anterior, llenos de manchas pequeñas de café, algunos pequeños pedazos de goma junto con unas minas de lápiz. Su gato negro abrió un ojo curioso, como su amo iba de un lado a otro tomando todo lo que encontraba en su camino, así que, si no lo necesitaba entonces volvería a dormir. –Al menos dormiste en una cama.- se colocó su suéter verde. Era primero de Octubre, lo que significaba que el otoño había llegado, con ello los distintos mixes de naranjas, amarillos y marrones en las calles. La primavera se había ido, aunque en Berk no es muy notable, a veces era bastante hermoso sentir el sol en tu rostro mientras todos festejan la despedida de esta estación. La despedida de la primavera.

La escena volvía su memoria mientras cerraba con llave la puerta principal de su casa; la despedida había sido hace algunas semanas. Era un hermoso último día de primavera. Los chicos habían decidido festejar en el bosque, era una tradición entre ellos, en vez de ir a una fiesta; sin embargo, Snotlout no estaba del todo de acuerdo pero termino aceptando. Los chicos traerían las bebidas y las chicas la comida, así todos se reunirían en la cueva. No obstante, cuando el pelirrojo había llegado solo Astrid estaba ahí; sus pies en el agua con sus botas de lado, se veía tranquila y muy hermosa con la corona de flores encima de su cabeza. –Hey.- le sonrió ella cuando notó que estaba enfrente, sólo los dividía el lago.

-Hey.

-Los chicos se tomarán su tiempo en venir, hubo un pequeño problema.

-Oh, está bien. ¿Qué paso?

-Pues…- dijo, chapoteando con sus piernas. –Tuffnut quiere traer cerveza junto con Snot. Pero Ruffnut no quiere.- hace hombros. –La traerán de todas formas.

-Seh.- susurró dando toda la vuelta llegando hasta ella, por más que quisiera entrar al agua no podía. Es un trabajo bastante duro sacarse su prótesis para luego volver a ponerla.

-¿Cómo está tu papá?- preguntó mientras observaba como se sentaba a su lado.

-Uhm…- miró al suelo. –Mejor, creo. Los médicos aun quieren que este en el hospital por unos meses más. Creo que quieren hacerle más estudios, él dice que está bien y exige que lo dejen irse a casa. –levantó un dedo al aire. - ¿Cómo esperan que YO, Estoico the Vast, cuide a mi hijo de diecinueve años en el hospital? ¿Conectado a todas estás malditas máquinas?- movió sus brazos, su voz al mejor estilo de su padre. La chica río ante la escena.

-Él estará bien.- sonrió alegre. –Siempre lo está.- se acercó un poco más, dejando que sus dedos acaricien su cuello hasta su cabello. Estaba por empezar a hacer una trenza. No era que Hiccup las odiará, no es así; sino que le molestaba tener que explicar porque los tenía, ya que no era nada masculino de su parte. –Él es como tú.- susurró besando su mejilla mientras seguía trenzando.

-Querrás decir que yo soy como él.- ahora rojo como un tomate.

-Uhm…- gruño. –Nah…- dejó escapar eso en un suspiro, su aliento chocando contra su piel pecosa. Sintió como sus manos viajaban a su barbilla haciendo girar su cabeza. Sus labios estaban en los suyos ahora, moviéndose lentamente; sus manos en sus hombros. Sin embargo, fueron separados por el ruido de las ramas romperse.

-¡QUERÍA TRAERLA!- se escucharon los gritos de Tuffnut desde una distancia no tan lejana. Quizá estaban a unos veinte pasos. Posteriormente de ese suceso, las cosas se volvieron un poco incomodas entre ellos.

Y lo peor de todo. Hiccup ni siquiera había respondido.

Buscó las llaves de su moto dentro de su mochila, estaban en un bolsillo a un lado de un sándwich de tres días; estaba empezando a refrescar, debería haberse comprado una bufanda como Gobber le había dicho que hiciera. Esa chaqueta de cuero negra no podía abrigar su cuello.

Llegó a la universidad en unos minutos, las calles estaban desiertas así que pudo aprovechar la situación para aumentar la velocidad. Dejó la moto en el aparcamiento. Corrió, por lo que le pudieron dar su pierna, a un lado del gran edificio (que abarcaba una manzana). Viendo, desde la distancia, a sus compañeros corrió más rápido; ellos ya estaban vestidos con su ropa. Solo tenía diez minutos para cambiarse. –Hey Hiccup, estábamos- era la voz de Tuffnut. Sin embargo, no lo escucho desapareciendo en los vestidores. Minutos más tarde estaba saliendo. –Eso sí fue rápido, ¿te quedaste dormido, otra vez?

-Déjame adivinar, ¿el taller o los dibujos?- esa voz femenina venía de cerca de los bancos para el público en época de partido. Había dos chicas sentadas en la banquilla, una no sonreía con su cabello bastante largo atado en dos trenzas, su rostro recostado en la palma de su mano. Se notaba que estaba aburrida. La otra tenía su rostro reposando en sus manos, su abrigo de piel puesto con su capucha en ella, su trenza caía en su hombro derecho redondeando aún más su rostro. Le sonrió de manera graciosa haciendo que el corazón de Hiccup se detenga por un mini segundo. -¿Adiviné? Iba a responder cuando la voz del profesor los interrumpió.

-Vamos, lover boy. – dijo su primo mientras golpeaba su espalda. Llevándoselo.

-¿No han hablado de eso aun?- preguntó Ruffnut tamborileando sus dedos contra su barbilla.

-Sabes cómo es Hiccup…- suspiró pesadamente levantándose mientras sonaba la campana de cambio de clase. –Vamos, tenemos que llegar antes que el profesor.- le extendió la mano para ayudarla a levantarse, escuchando un gruñido de apatía.

···

-¡Haddock! ¿Otra vez yendo a casa? ¿Es tan difícil tomarse una ducha con todos los demás chicos?- preguntó el profesor desde la puerta de las duchas para hombres, sintiendo como el vapor golpeaba contra su espalda.

-Verá profesor, estar desnudo frente a otros chicos no me es cómodo…- poniendo su mano detrás de su cabeza. –Además… además, creo que sabe sobre mi pierna, así que prefiero tomar una ducha en casa; solo, sin miles de ojos mirándome, con una cortina de por medio.- sonrió divertido viendo como la sangre subía al rostro del profesor. Era mejor retirarse.

···

Después de un merecido baño estaba preparándose para ir al hospital, era día de visita; tenía en su mano una lata de atún a medio abrir cuando el teléfono de línea irrumpió el silencio. -¿Sí?- preguntó con el móvil entre el hombro y su mejilla.

-¿Hiccup Haddock?- era el doctor que atendía a su padre.

-Oh, doctor, estaba saliendo justamente para allá. ¿Sigue sin querer comer? Pensé—fue interrumpido por el sonido de una tos ronca.

-No, Hiccup… Creo que no sería bueno que vinieras.- tosió otra vez. –Tu padre…- suspiró pesadamente.- Tu padre murió está mañana, un paro cardíaco, tratamos de reanimarlo pero no pudimos hacer nada. Lo sentimos tanto…- el doctor seguía hablando pero el teléfono ya había caído al suelo.


Finalmente tuve las agallas para poder subir esto; imaginen que estuve desde Octubre con está idea buscando los pequeños detalles y errores. Lo que deben saber es que tengo ya los tres primeros capítulos hechos. Así que, espero que le guste.