Disclaimer: No me pertenece nada de Harry Potter. Todos los derechos son de J.K.Rowling y Warner Bross
Un chico de unos 16 años estaba sentado en una oscura celda en Azkaban, totalmente indignado de que lo hayan encarcelado, solamente por el rumor que se había propagado de que era el posible hijo del Innombrable. Pero tampoco lo habían comprobado, ni siquiera él lo sabía, pues nunca había tenido contacto directo con él. Entonces, ¿qué razón tenían para encerrarlo? Ninguna. Simplemente no podían dejarlo vivir una vida normal de un mago adolescente. Además que en el ministerio de la magia estaban desesperados por hacer ver que hacían algo en la guerra con el Señor de las Tinieblas.
Estaba harto de tener que escuchar siempre las mismas preguntas, ¡no tenía ni la más remota idea de donde estaba Voldemort!
Se acerco un mago a su celda, él ya estaba pensando que era para interrogarlo otra vez, pero le dijo: -levántate, tienes una visita-
-¿Una visita? ¿Pero quien es?- quien sea haré que me consiga un abogado- pensó para sí
lo condujeron a la misma sala en la que siempre lo interrogaban, pero al llegar se encontró con un mago que no había visto nunca, alto con pelo y barba largos y blancos, y anteojos con forma de medialuna.
-¿Quién eres?-
-me llamo Albus Dumbledore, director Hogwarts, colegio de Magia y Hechicería-
-¿Y qué haces aquí?-
- Principalmente he venido a informarte que estoy haciendo todo lo posible por sacarte de aquí, si tenemos suerte el ministro firmará los papeles y mañana podrás salir de aquí-
Pero el chico lo miró desconfiado, porque alguien que no lo conocía movería un dedo para sacarlo de allí
-¿Eso es cierto?... ¿Y porque quieres sacarme de aquí? ¿No piensas que soy el hijo de Voldemort?
-Todo lo que te he dicho es verdad. Pero sí creo que seas el hijo de Voldemort, principalmente porque eres vivo reflejo de él antes de su transformación, aunque esa no es razón para mantenerte encerrado- El chico era la viva imagen de Tom Riddle a los 16 años, alto, atractivo, morocho, de tez clara, solo sus ojos eran diferentes de un color verde claro.- ¿Tú piensas que eres su hijo?-
-No lo sé, la verdad, jamás lo he visto... Mi madre decía que si lo soy, esa es toda la información que tengo.-
-¿Y donde está ella ahora?-
-Murió-
-Lo siento... permite preguntar, ¿porque rechazaste asistir a Hogwarts? Casi nadie lo ha hecho-
- Bueno, principalmente mi madre no quería que asistiera, no me quería lejos de ella, por lo que recibí otro tipo de instrucción mágica, pero no me arrepiento de su decisión-
-De acuerdo, nadie puede obligarte. ¿Cómo te llamas?-
-Brian Riddle-
-Bueno, Brian espero que mañana seas liberado, y tal vez nos volvamos a ver. Ahora debo irme. Buenos Días- dicho esto se levantó y se fue.
Y él fue conducido otra vez a su celda, deseando que llegara el día siguiente, aunque si era liberado le debería un gran favor a alguien que no conocía y no le gustaba para nada eso.
Mientras tanto, Dumbledore se dirigía al cuartel general de la Orden del Fénix, creía que Voldemort iba a contactarse con su hijo, quería que alguien mantuviera un ojo en el chico, no sería bueno que el chico se uniera a los mortífagos, menos aún si tenía mas poderes de los que sabía que tenía o pudiera perfeccionar.
