Antes de comenzar la lectura un aviso importante.
Esta historia es un spin off de mi fanfiction Orgullo y tradición. Es la historia detrás de los flashbacks de Bulma y Vegeta, es por eso que agregué la palabra el comienzo.
No es necesario haberlo leído para adentrarse en esta historia, pero en caso de que quisieran saber más de esos flashback y disfrutan de los Vegebul entonces espero que lo disfruten.
Confieso que me negaba a escribir otro fanfic abordando los tres misteriosos años, pues hay muchísimos, pero me vi tentada, pues en mi cabeza se fue formando la historia sola y espero no ser repetitiva al existir tantos de esa etapa. Es muy difícil abordar esos años sin caer en algo visto anteriormente y estoy esforzándome por eso. Tal vez sea que lo sentimos muy cantado por el hecho de que las personalidades de Vegeta y Bulma y eventos son lo mismo, pues tenemos como base de la historia el canon y modificarlo no es una opción en la mayoría de casos. Aun así yo he disfrutado de leerlos, aunque tengo mi favorito.
En fin, sin nada más que agregar los dejo por el momento.
... … … … … …
Orgullo y tradición - El comienzo. CAP 01
El manto nocturno se extendía por encima de la capital del oeste, en el cielo se alcanzaban a apreciar pocas estrellas debido a la enorme iluminación creada por miles de lámparas y anuncios publicitarios que iluminaban la popular ciudad.
Justo en lo alto de la capital, un guerrero levitaba en total silencio, observando el bullicio escandaloso de los despreocupados habitantes del planeta que tanto despreciaba.
De brazos cruzados y el ceño fruncido meditaba sobre lo ocurrido justo esa misma tarde. Recién había regresado a la tierra e inmediatamente hizo su aparición la lagartija afeminada de Feezer junto con King Cold y su ejército. Por un momento llegó a pensar que ese sería el último día de su vida, pero en el momento menos inesperado apareció un joven que podía transformarse al igual que Kakaroto, derrotó con suma facilidad a Freezer y compañía, para después advertirles sobre dos amenazas que los eliminaría a todos en un futuro no muy lejano.
-Tsk… maldito Kakaroto- gruñó con frustración.
Después de pensarlo mucho había llegado a la conclusión de que ese misterioso joven debía ser hijo de Kakaroto.
"No me sorprendería, típico de un tercera clase, dejar bastardos regados con mujerzuelas. Esos no tienen el más mínimo sentido del orgullo saiyajin a la hora de escoger una hembra para dejar descendencia"
Voló hasta posarse sentado sobre la cúpula de un edificio, desde esa distancia podía observar mejor a los habitantes de la ciudad. Un grupo de jóvenes salían de un bar bromeando y riendo a todo pulmón, ignorando que era observados por un orgulloso y sanguinario príncipe.
"Tan ajenos a lo que se viene… son solo un puñado de insectos" Los miró con desprecio.
"Ahora recuerdo aquello que dijo Nappa justo antes de venir a la tierra..."
**FLASHBACK**
-¡¿Vegeta?!
-Mhp…- respondió de mala gana, terminando de masticar la pierna de un animal oriundo del planeta que recién habían tomado.
-Estuve pensando en que… si Kakaroto pudo reproducirse, es probable que las hembras de ese planeta sean compatibles.
-¿Aun sigues con eso Nappa? ¿No te bastó con los pasados resultados fallidos?- respondió de mala gana.
-No perdemos nada con intentarlo.
-Lo más probable es que los patéticos habitantes de esa roca sean eliminados, dudo que sobrevivan.
-Piensa Vegeta, si pudiéramos engendrar habrían más guerreros saiyajines y si resultan fuertes sería como el resurgir de nuestra raza.
-Serían mestizos, probablemente su poder sería una mierda… una vergüenza- escupió al suelo con una mueca de desprecio.
-El mocoso de Kakaroto parece esconder su verdadero poder. ¿Recuerdas lo que escuchamos por el rastreador?
-Tenemos una misión Nappa. Y no pienso mezclar mi valiosa sangre con basura-. Dicho esto acomodó su rastreador y se dirigió a su nave personal sin dirigir la mirada a Nappa.
A través del intercomunicador dio la orden a la nave del guerrero mayor para dirigirse hacia la tierra.
** FIN DEL FLASHBACK**
-Tal vez… si tan solo tal vez probara. ¿Qué puedo perder a estas alturas?
"¿Cómo es posible que un clase baja tenga descendencia y el príncipe de los saiyajines sin ningún vástago para heredar su linaje?" Una sonrisa retorcida se dibujó en el rostro del príncipe.
"De ser posible tendría un compañero leal para entrenar, sería de gran apoyo para lograr mis objetivos… de salir débil lo eliminaría y después... podría ser posible que lo intente de nuevo con otra hembra"
Apoyó con pereza su barbilla en una mano. "Ese es un problema… una hembra digna. Las de ésta insignificante roca se parecen mucho a las de mi raza, prácticamente solo les hace falta una cola, eso en cuestión física, en cuanto al poder al parecer todas son una mierda… Pero con mis genes superiores podría mejorar el producto final. Definitivamente sí... experimentaré un poco, tal vez el imbécil de Nappa no estaba tan errado. En cuanto a lo otro… no desistiré en mi principal objetivo, hacer pagar a Kakaroto por las humillaciones hacia mi persona, eliminar con mis propias manos a esas chatarras terrícolas y demostrar a todos esos gusanos de lo que está hecho el gran príncipe de la raza más poderosa del universo"
Con un nuevo objetivo en mente bajó hacia una calle y caminó sin prisa por la banqueta entre las personas, si pensaba llevar a cabo mezclar su sangre con una terrícola debía saber más sobre ellas. Era fin de semana y la noche cobraba vida propia, montones de anuncios luminosos con unos caracteres desconocidos para el guerrero lo invitaban a entrar a cualquiera de los bares de la ajetreada calle.
Entró a uno que se veía menos bullicioso que otros, miró de reojo a los ocupantes y recordó las noches en las que junto con Nappa y Raditz solía relajarse en algún bar de la galaxia.
"No muy diferente" Pensó con cierto optimismo.
Se acercó a la barra a observar por un momento y vio como un sujeto pagaba con papel moneda el trago que le habían servido.
"Dudo que acepten la moneda del imperio, o mejor dicho, no la han de conocer. De cualquier forma ya me queda muy poco" Pensó tocando las monedas en uno de los bolsillos de su pantalón, su única posesión.
"Al menos esa mujer escandalosa no las metió a lavar junto con mi traje"
Se disponía a exigirle al cantinero que le sirviera una cerveza con amenazas, ya la había bebido en su estadía pasada en casa de los Briefs y le agradaba su sabor, pero justo antes de hablar, una mujer le tomó del brazo.
-Yo invito guapo- la mujer había visto al guerrero tentar en las bolsas de su pantalón, por lo que dedujo que él no tenía dinero para pagar.
-Mph- la miró de lado con desconfianza.
-Mucho gusto mi nombre es Tiara- se presentó con una gran sonrisa. La mujer de apariencia joven, cabello castaño claro y ojos color miel no le pareció desagradable.
Vegeta la escaneó de arriba hacia abajo sin ocultarlo.
"La hembra no está mal, huele demasiado a algún implemento para disfrazar el olor natural, pero no es desagradable"
La extraña pidió dos cervezas y de inmediato se las entregaron.
-¿Y bien hombre misterioso? ¿Cuál es tu nombre?- le ofreció una botella, la cual Vegeta dudó en tomar por un par de segundos, pero finalmente se decidió a seguirle el juego. El príncipe bebió la mitad de la cerveza de un solo trago sin emitir palabra alguna.
-Ya veo… hombre de pocas palabras- dijo coquetamente. -Así es mejor, los que hablan mucho solo saben adornar las palabras pero…
-Tú también hablas mucho mujer- recriminó con voz áspera, clavándole su negra mirada.
Las piernas de la mujer temblaron al sentir esa mirada, lo que en cierta medida la estimuló, le encantaban los hombres rudos y este extraño parecía ser muy apasionado. -Supongo que vienes sin compañía porque quieres divertirte a tus anchas- se acercó con total confianza acariciando uno de los fuertes brazos del guerrero. -¡Wow! Te has de matar en el gimnasio- exclamó entusiasmada.
Vegeta sin inmutarse solo alzó una ceja mirándola con curiosidad. "¿Acaso esa hembra busca aparearse conmigo o solo quiere quitarse las ganas de fornicar?"
En su estadía pasada en la tierra llegó a ver el televisor, y por eso tenía alguna idea de la manera en que interactuaban los terrícolas. Recién se había propuesto experimentar con alguna hembra y de inmediato le caía una sola, sin siquiera haberse propuesto buscarla esa noche.
"Parece que esto va a ser más fácil de lo que imaginaba" Una sonrisa mordaz apareció en su rostro al imaginarse la cara que pondría Nappa si se llegara a enterar que pondría en práctica su tan ansiado plan.
La mujer pasó de acariciar sus brazos a su pecho, no ocultó un suspiro de admiración al sentir los duros músculos debajo de esa fea camiseta rosa. Vegeta jaló a la mujer hacia una esquina oscura del bar, no sin antes beber más de esa cerveza que no estaba nada mal, al menos no sabía a orines.
Con movimientos toscos palpó el cuerpo de la hembra, primero la cintura, después las caderas y finalmente el trasero, se acercó peligrosamente a su cuello levantando el cabello para olfatearla.
"No parece un mal ejemplar, sería la primera vez que lo haría con una tan parecida a mi raza… no pierdo nada con aprovechar la oportunidad. Además hace ya bastante desde la última vez que forniqué" Pensó mientras continuaba palpando con cierta brusquedad las suaves curvas.
-Silencioso y directo, justo como me gustan- sonrió ante el cosquilleo que le propició la nariz del guerrero en su cuello.
-¿Puedes procrear mujer?- inquirió estoico, mirándola con impaciencia.
-No te preocupes guapo- sacó de su bolsa un par de condones y se los mostró con orgullo.
Vegeta no entendió a lo que se refería la mujer cuando sacó esos dos pequeños sobres cuadrados, le restó importancia ya que consideraba que los terrícolas en general solían hablar por hablar. Intentó levantar la corta falda de la mujer por los glúteos pero ella lo detuvo con rapidez.
-Aquí no- miró hacia los lados con discreción, -no seas impaciente- protestó divertida entre risas.
El guerrero la soltó sin protestar, pues ella tenía razón, aunque en los bares que él había visitado antes en otros planetas había visto de todo, inclusive en algunos no había ningún problema en que las meretrices brindaran sus servicios ante las miradas de terceros. Pero en esta ocasión en particular no era para bajar la calentura, él esperaba sembrar su semilla con la esperanza de engendrar un heredero, por primera vez en su vida copularía para reproducirse y eso definitivamente no lo haría con terceros como testigos.
La mujer lo tomó de la mano y salió del bar jalándolo. -¿Al menos puedo saber tu nombre?
-Príncipe Vegeta- respondió con en seño más fruncido de lo que acostumbraba, le molestaba que ella lo tocara con tanta familiaridad, nunca antes se había dejado tocar demasiado por nadie, inclusive en la intimidad era arisco al respecto, solo una prostituta a la que recurrió varias veces en el pasado había tenido semejante honor, la misma que lo hizo hombre entrando a su adolescencia.
La soltó visiblemente irritado. -¿A qué demonios juegas mujer?
-Hemos llegado señor… príncipe- supuso que el título lo había dicho de broma, le pareció un juego divertido y sensual, por lo que decidió jugarlo. La mujer señaló una camioneta color negra estacionada casi frente al bar. -Dentro tendremos privacidad, podremos juguetear y… quién sabe- le cerró un ojo coquetamente.
Abrió la puerta trasera y en efecto, era muy espaciosa y con los vidrios polarizados en un negro intenso.
-Mi marido me la regaló para pasear con mi familia.
-¿Ma… marido?- balbuceó pestañeando con confusión.
-Sí... ¿No te lo dije verdad? Soy una mujer casada, pero debido a que mi marido tiene que estar fuera de la ciudad por días o semanas… pues yo suelo tener algunas aventuras de vez en cuando, ya que a diferencia de él, yo si soy muy ardiente- le cerró un ojo con picardía.
-¿A… Aventuras?
La mente de Vegeta divagó en lo aprendido por el torpe aparato rectangular en casa de la vulgar terrícola, donde se había enterado de lo que era el matrimonio, recordó que los terrícolas no tenían palabra, se emparejaban formalmente para después anularlo, les hacía falta honor y orgullo. Recordó haberse mofado del estúpido ritual del matrimonio y de todas las palabras vacías que se decían con facilidad y con esa misma facilidad se rompían al poco tiempo.
Molesto por la repentina facilidad con la que había sido embaucado se limitó a dar un salto hacia atrás, miró con desprecio a la mujer y se elevó con rapidez, la mujer solo sintió una ráfaga de viento que la lanzó dentro de la camioneta dejándola confundida.
"Debí imaginarlo, fue tan fácil… definitivamente no, no me conviene una hembra con un macho a su lado, no garantizaría que el producto sea solo mío… y de solo pensar que preñada de mí se deje tocar por otro…" Hizo una mueca de asco.
Aterrizó en otra zona de la ciudad, se veían casas de buena pinta, al parecer era un barrio tranquilo, un par de hombres pasaron corriendo con ropa deportiva al lado del príncipe.
"Qué manera tan mediocre de ejercitarse"
Siguió caminando hasta que se topó con un automóvil llegando a una casa, del auto salió una mujer de cabello negro que le llegaba hasta las caderas, enfundada en un ceñido vestido blanco hasta la rodilla y zapatillas de tacón medio.
La mujer vio a Vegeta caminando por la banqueta y supuso que era un vecino.
-¡Vecino! Buenas noches… ¿Me podría ayudar a bajar una caja?
La curiosidad lo movió hacia la mujer, bajo la potente luz de la lámpara nocturna visualizó que era de facciones finas y delicadas, su color de piel y cabello le recordó a las saiyajines, inclusive tenía ojos marrón oscuro, casi negros.
-Disculpa la molestia, recién me estoy mudando y yo…
-¿Y tu marido?- la interrumpió.
-No tengo, no estoy casada- sonrió con amabilidad, -por eso estoy pidiendo ayuda, yo sola no puedo mover una caja en la cajue…
Sin mediar palabra la sujetó por la cintura y voló con ella hasta un oscuro parque cercano.
Al sentir que no había ninguna energía de algún terrícola cerca sintió que era el lugar apropiado y lanzó al suelo a la confundida mujer, desde una altura de metro y medio.
-Debes sentirte honrada, nunca antes había experimentado procrear y tú eres la elegida- dijo con seriedad.
-No entiendo a qué se refiere. ¿Cómo llegamos hasta aquí?
Vegeta se acercó a ella y de un tirón rompió el vestido que la cubría, mostrando la ropa interior que ella vestía.
-¡NO! AYU…
Una rápida mano tapó la boca de la mujer callándola al instante.
-Deberías agradecer que el príncipe de la raza guerrera más poderosa te toque. Si continuas gritando te rompo el cuello. ¿De acuerdo?
"Es indigno forzar la situación, pero es por una buena causa. No pienso cortejar como lo hacen aquí, jamás me humillaría, ni por mil descendientes"
La mujer asintió con la cabeza comenzando a llorar. Vegeta admiró el cuerpo femenino, no estaba mal, aunque le faltaban más curvas según su gusto. Pero de eso a lo que había en el espacio, al menos el color de piel era similar. Con un dedo rompió el sostén sin ningún problema, dejando libres los senos medianos moviéndose debido a la agitación producida por el sollozo que emitía la joven.
-Por favor no me toque… no… por favor…- rogó hincándose frente al guerrero.
-No hagas eso- siseo molesto.
Ella se aferró a una pierna del guerrero suplicando y llorando por piedad en voz baja y sumisa. Vegeta asqueado de tanta falta de orgullo se soltó de su agarre, gruñó y se elevó por los cielos, alejándose de ahí.
-Tsk… ¿Habrá en este patético planeta alguna hembra digna? No puedo permitir que solo Kakaroto tenga descendencia… Lo humillaré en batalla y de igual manera lo humillaré con un mejor linaje, le demostraré que también en eso soy superior-. Se dijo con la mirada perdida en la dirección donde sentía la energía de su rival.
-Me comporté como un verdadero imbécil hace rato, fue tanta mi emoción al tener una nueva meta que cumplir que no pensé bien antes de actuar-, cerró los ojos y aspiró profundamente el aire para continuar con su conversación personal. -Definitivamente llevaré mi plan a cabo… pero no sin antes seleccionar bien a la afortunada…- una sonrisa maquiavélica adornó su rostro, -espero que la hembra al menos sobreviva al parto… Las que hoy conocí solo me sirvieron para reafirmar mi postura, pero lo haré con la cabeza fría… ese par de hembras ni siquiera servían para calmar mi libido, son solo basura.
Con una mueca de arrogancia dirigió su vista hacia la Corporación Cápsula.
"Ha sido un día con muchas sorpresas y necesito tomar un descanso. Le tomaré la palabra a la vulgar mujer y la honraré quedándome en su propiedad… y de pasada me voy enterando de los progresos del imbécil de Kakaroto"
Inmediatamente se dirigió hacia la corporación, donde tenía una cómoda habitación disponible toda para él.
...
Al día siguiente, el príncipe de la raza guerrera le había exigido de mala gana al doctor Briefs elevar la gravedad de la nave en la que había llegado, argumentando que él era el guerrero más poderoso y por lo mismo era capaz de soportar el triple de presión que Kakaroto.
A regañadientes aceptó el padre de Bulma prestarse para semejante locura, como él decía, pero en el fondo le intrigaba cómo funcionaba el cuerpo saiyajin, por lo que confió en que el muchacho lo soportaría y terminaría adaptándose a ese enorme aumento de gravedad.
El príncipe se dedicó a entrenar desde temprana hora en un paraje desolado a unos kilómetros hacia el norte de la capital, en lo que la nave se encontraba en mantenimiento, lo cual duró un par de semanas. Entrenaba hasta que el hambre lo hacía detener, luego comía en una cueva del mismo lugar, los alimentos los cargaba consigo en un gran morral que llenaba diario en la mañana, de la despensa que poseía la gran corporación. Luego descansaba un rato y merodeaba por las cercanías, solo para matar su curiosidad, una vez que había dado suficiente tiempo para la digestión, entrenaba de nuevo hasta entrada la noche y regresaba a cenar solo en la cocina, aprovechando que todos se encontraban descansando, finalmente se dirigía a su habitación para darse una merecida ducha antes de dormir. Esa fue su rutina durante esos tranquilos días.
-¡Hasta que te dejas ver!- exclamó Bulma con las manos en la cintura a mitad del pasillo que dirigía a las habitaciones.
Vegeta frenó su caminar, la observó detenidamente frunciendo el ceño y le respondió con un tono de ironía. -Olvidé que no pueden vivir sin mi gratificante presencia.
-Me da gusto que te encuentres de buen humor- le hizo un gesto con la mano invitándolo a seguirle, -ven… te necesito en el jardín.
-Pídele al insecto débil que te ayude con lo que sea que necesites- respondió cortante.
-¿Acaso no quieres derrotar a los androides?
-Es un hecho innegable mi triunfo sobre esas chatarras… y también sobre Kakaroto…- respondió alzando un puño.
La científica se acercó a un par de pasos del príncipe, aun con las manos en las caderas. -Sin el entrenamiento adecuado no lograrás tus objetivos.
-¿Tú qué sabes de entrenar? Lo único que haces es pasearte por todos lados haciendo ruidos molestos con tu boca.
La mujer de cabello azul soltó un resoplido de resignación y se encogió de hombros. -Mi padre acaba de hacerle unos ajustes a la nave… pero en vista de que no estas interesado le diré a Yamcha que me ayude a poner a prueba el sistema de gravedad aumentada- entrecerró los ojos, -es una lástima que no tenga a la mano a alguien más poderoso para probarla… tal vez Goku pue…
Vegeta gruñó y la interrumpió. -¡AHH YA BASTA MUJER! Con tal de que guardes silencio iré ya mismo… Creí que me ibas pedir cualquier otra estupidez.
Bulma se sonrió internamente. "Parece que dándole en el orgullo se presta para lo que sea… esa información no está de más tenerla"
-Sígueme…- le dijo secamente caminando en silencio hacia el exterior. Extrañamente el guerrero la siguió sin reclamar nada.
-Se le hicieron algunos ajustes al generador de gravedad, falta más por mejorar, pero para empezar necesitamos que alguien realmente fuerte la pruebe.
Vegeta se cruzó de brazos y la observó de reojo, entrecerrando la mirada, pues una duda le había nacido de pronto.
"¿Habrá alguna posibilidad de que quieran deshacerse de mí?"
-¿Y se puede saber por qué recurriste precisamente a mí para probarla? ¿Esas mejoras se las pedí a tu padre?
-Ya te dije que necesito a alguien fuerte. Y mi padre tiene que ponerse al corriente con sus pendientes, pues se atrasó para cumplir tus caprichos.
-¿Y se puede saber por qué no le has ofrecido la nave a Kakaroto?
-Por qué TÚ- lo apuntó con un dedo, -se lo pediste a mi padre.
-¿Y así de fácil le hacen mejoras para mí? ¿O lo hacen por qué me temen? ¿O planean algo?- cuestionó con los brazos cruzados y la mirada entrecerrada.
Bulma azotó enfadada un pie en el piso. -Sé directo Vegeta, ¿algo estás pensando?
-No soy ningún estúpido mujer- hizo una mueca de fastidio, -bien podrías tenderme alguna sucia trampa.
-Hace rato no te pareció mala idea venir- le recriminó.
-Cambié de opinión- levantó la nariz en un gesto de arrogancia.
-¡Allá tú! Ahorita mismo le hablaré a Goku para que venga por la nave y tenga un entrenamiento apropiado.
Intentó retirarse pero Vegeta la tomó del brazo y la hizo retroceder.
-Dime una cosa mujer… ¿por qué me la ofreciste primero?
-Ya te dije que mi padre la mejoró a petición tuya.
"No me queda de otra que confiar en ella y su padre, tal vez me temen tanto que harían lo que les pidiese… es interesante tener esa información"
-¡¿Vas a soltarme?!-Se acercó más al guerrero, -o será acaso que buscas algún pretexto para estar cerca de mí, no me sorprendería ya que soy realmente hermosa.
Vegeta la soltó con rapidez. -Lo único que deseo es precisamente todo lo contrario-. Se acercó a la compuerta y entró a la nave para cerrar la puerta detrás de él y huir del parloteo de la mujer.
"Vamos a ver si el anciano obedeció mis órdenes… por un momento creí que ella y su padre serían capaces de tenderme una trampa. Los pondré a prueba, después de todo es imposible que ese anciano pueda crear algún tipo de trampa para eliminarme, por muy científico que sea, su mediocre tecnología no podría contra mí"
Programó el generador de gravedad a 150 para comenzar.
"Mhn… todo bien hasta ahora" Pensó una vez que vio la iluminación cambiar a color rojo y sentir la presión sobre su cuerpo.
Comenzó a lanzar patadas y puñetazos a enemigos imaginarios, poco a poco su cuerpo fue adaptándose a la nueva presión, hasta que sus movimientos lograron ser fluidos en poco tiempo.
"Bien, bastante bien. Vamos a ver si efectivamente esta chatarra puede subir a 300" Tecleó la nueva cantidad e inmediatamente se duplicó la presión sobre su trabajado cuerpo. Cayó de rodillas y tuvo que apoyar sus manos para no terminar de bruces contra el piso.
"Soy el príncipe de la raza guerrera más poderosa… yo puedo más que ese imbécil clase baja"
Con trabajo logró ponerse de pie, sus hombros inclinados hacia abajo lo jalaban de nuevo, pero con la determinación que lo caracterizaba logró erguirse por completo y comenzar a realizar movimientos variados para que su cuerpo se acostumbrase a los 300 de gravedad aumentada.
Al poco rato se encontraba realizando algunos saltos y golpes al aire, con mucha mayor dificultad que antes de digitalizar su nueva meta, pero poco a poco su cuerpo se acostumbraba a semejante presión.
La pantalla que se encontraba sobre la consola se encendió y apareció la científica con una sonrisa ladina en el rostro. -¡Ya vez que lo logramos en muy poco tiempo! Apuesto a que estas impresionado de nuestras habilidades.
Vegeta levantó una ceja y cruzó los brazos. -Si conocieras la tecnología del imperio enmudecerías de por vida… lo cual no estaría nada mal.
-Eso lo dices solo para alardear, si conocieran nuestros avances hubieran venido desde hace mucho tiempo a tomar nuestro planeta y beneficiarse con ello.
-Lo conocen mujer. Tienen conocimiento de cada roca en el espacio, si no han llegado hasta aquí es debido a que esta roca no vale nada para el imperio.
-¿Entonces cómo explicas que hayan enviado a Goku a conquistarnos?- lo cuestionó poniendo ambas manos en la cintura con aire autoritario.
-No puedo asegurar que fue enviado para conquistar, el mismo Raditz no encontró una explicación coherente pues al parecer la decisión de enviarlo fue premeditada, pero no sabemos más porque al poco tiempo Freezer destruyó el planeta y sus padres murieron… A todo esto, no le veo el caso que te quejes, de haber sido invadidos ya no existirían.
-No es eso… tú no entiendes nada porque solo piensas en peleas.
-Hablas mucho mujer. Pasaré por alto esta interrupción debido a que el viejo hizo bien su trabajo y me encuentro de buen humor… Pero no toleraré otra y te recomiendo no provocarme-. Finalizó para después presionar el botón que apagaba el monitor.
-Mucho mejor, esa hembra es muy ruidosa.
Continuó con su entrenamiento por un par de horas hasta que su cuerpo agotado le pidió una tregua.
Al salir de la nave se dirigió directo a la casa, durante el camino se quitó su playera y con ella secó el sudor de su frente y pecho. En la cocina se encontraban dispuestas para él unas brochetas que al parecer no tenían mucho de haber sido cocinadas. Las devoró junto con los acompañamientos y refrescos. Recién terminaba de comer los alimentos cuando entró la madre de Bulma.
-Veo que le gustó lo que preparamos en la terraza.
-No estaban tan mal- respondió secamente dispuesto a dirigirse hacia su habitación.
-Si gusta más puede ir a la terraza, también tenemos algunos postrecillos por si gusta- le cerró un ojo.
Vegeta salió de la cocina sin contestar, un tanto contrariado, esa mujer era demasiado cortés con él y no sabía cómo reaccionar a eso, no estaba acostumbrado a tratos cordiales a menos que fueran llenos de hipocresía.
Llegó a una salita donde a veces veía televisión para matar el tiempo, antes de sentarse en el sofá fue al gran ventanal, lo abrió y aspiró profundo. El ruido de cuchicheos lo hicieron mirar hacia abajo, en la terraza se encontraban Bulma y Yamcha bebiendo unos tragos, muy juntos platicando y sonriéndose.
-Mhj insectos. No me sorprendería que el debilucho ese no dure ni un minuto contra los dichosos androides, pierde mucho el tiempo holgazaneando.
Después de mirarlos con desprecio, lanzó su playera a un lado y se acomodó en el sillón, encendió el televisor, cambió los canales con desgano, en esa ocasión no encontró nada que fuera digno de ser visto, ni siquiera para burlarse, por lo que apagó el aparato molesto.
"Tengo que buscar a una hembra para llevar a cabo mi plan. Pero ni siquiera he salido a buscarla… Necesito que se preste de buena gana, eso no está a discusión, o de lo contrario el producto se podría perder antes de saber si es útil."
En silenció pensó en donde comenzar a buscar y la manera en que las abordaría, una acción tal vez fácil para un terrícola, pero para el príncipe de los saiyajines era casi como una misión peligrosa.
Se levantó pesadamente del sillón vistiendo solo unos shorts ajustados para dirigirse a su habitación y al salir al pasillo una distraída Bulma chocó de frente con él, casi cayó al suelo pero un fuerte brazo la detuvo.
-G..gracias Vegeta- dijo confundida.
Vegeta se le acercó peligrosamente, casi pegó su nariz al cuello de la mujer, provocándole un cálido cosquilleo con su aliento.
Extrañamente ella se quedó quieta.
-No tomaste mucho, hueles poco a esas bebidas… tu débil anatomía no soporta esa baja cantidad de alcohol.
-No acostumbro mucho beber.
-Eso se nota, eres de una raza débil.
-Buenas noches Vegeta- dijo con un tono de indignación, ese comportamiento que tuvo le extrañó, pero no le molestó del todo. Intentó seguir con su trayecto pasando al lado de él.
El paso de la científica fue detenido por una mano del príncipe que la sujetó por un brazo, haciéndola retornar hacia él de golpe, para terminar de nuevo pegada a su fuerte pecho desnudo.
-Hay algo que necesito mujer y tú lo tienes- soltó con voz grave.
Hasta aquí el primer capítulo.
Me cuesta tanto escribir a esta pareja en ésta parte de su historia, y es debido a que existen tantos fanfics abordando el inicio de su relación. Como dije al principio, temo en caer en la repetición de algo escrito, estoy tratando de evitar escribir lo que ya he leído, pero la base de la historia, al menos del canon es algo que definitivamente no quiero modificar. Espero sea del agrado de algunas personas y que nos divirtamos juntos con la historia detrás de los flashbacks.
Vegeta se ha propuesto engendrar un descendiente, a la vez que debe entrenar para derrotar a su rival Kakaroto y derrotar a los androides que llegarán en tres años. Bulma ignora que es parte de un experimento por parte del príncipe, pero su propia trampa lo atrapará a él mismo y obtendrá más de lo que deseaba.
