Los invito a disfrutar de una de las historias que veo formarse entre los vapores de un buen mate y una fría madrugada.
Hola soy HotMate6 y les presento mi primer fic para esta página, espero sus opiniones para ver si les gusto y cualquier crítica es bien recibida mientras sea constructiva.
Pd: aún no tiene pareja definida y sus protagonistas son Hinata, Sakura, Sasuke y Naruto
1: vida rosa
Era otra noche de viernes como todos los viernes de hace dos años, un bar, un hombre, una mirada oscura y el mismo cuarto de motel
- Ahhh ahhhh - jadeos entre envestidas – ahhhh ahhh – el placer de ser consumida por la lujuria de aquel desconocido – ahhhh – su forma, sudor y olor en mi cuerpo – ahhhh ahhhh – un mundo de orgasmos y un sueño placentero.
La luz del sol entraba por las ventanas de la habitación y como siempre el chico de la limpieza empieza con su rutina de golpear las habitaciones.
Se revolvió en la cama perezosa sabiendo que sus días de universidad ya habían acabado, así que podía pasa de floja toda esa semana. Vio la mesa de alado llena de billetes pensando que ahora tal vez si se podría dar unos gustitos, sonrió tristemente con su mundo a punto de colapsar de tantas cargas, es que simplemente intentar ver las cosas bien realmente no funciona.
- Sakura puedo pasar – dijo el muchacho de la limpieza, era increíble lo que ser cliente habitual de ese lugar podía hacer.
- Espera un momento ya salgo
Recogió su tanga negra hecho trisas del suelo pensando en la pervertida mirada que le dedico su amante "si que la disfruto" dijo pensando en que otra sorpresa le prepararía la próxima ocasión. Acomodo su ropa ya acostumbrada a salir sin ropa interior del lugar y abrió la puerta al muchacho de la limpieza
- Disculpa por la demora Udon - le dijo con un guiño dejando al pobre muchacho con la cara roja– toma - extendió unos billetes como propina
- Sakura eso es demasiado - grito sorprendido con gestos exagerados
- Es por el buen servicio - dijo encendiendo su cigarrillo y marchándose del lugar.
Llego a su departamento exhausta con la única idea de relajarse en un baño caliente. La noche anterior sí que había estado pesada.
Esa mañana de sábado era como el amanecer de una vida nueva, no tenía nada que hacer y dentro de poco todo comenzaría de cero. Pero estar tirada de floja no era lo suyo, sobre todo porque en los últimos años no ha tenido tiempo libre para nada… mejor dicho solo ha tenido tiempo libre para salir los viernes.
Su cuerpo activo no se acostumbraba a tanta calma y entre tanta vuelta y vuelta la mirada oscura de ese hombre se metió en su cabeza y en un acto de reflejo sus manos fueron a su entrepiernas.
Sus dedos jugaban con su clítoris mientras una de sus manos se frotaba los pezones erectos. Sakura fantaseaba con ese hombre que parecía una fantasía, su cuerpo, sus ojos, sus caricias todo era demasiado sexual para mantenerse calmada antes sus instintos y después de un rato sucumbió ante el placer.
Me estoy volviendo loca – dijo a solas en la habitación
Las horas trascurrían en ese mundo estático donde ella habitaba, un mundo de nudos que se desmorona ante lo nuevo. La luz del sol lentamente se desvanecía por su ventana pensando en lo caótico que se ha vuelto su vida.
El culpable de todo tiene nombre y apellido pero lamentablemente ella no lo conoce, así es a pesar de estar acostándose con ese hombre durante dos años, no sabe siquiera su nombre es mas no saben nada el uno del otro. Sus charlas son puro mutismo con la excusa de una sesión sexual.
Nada – susurro en lagrimas
La verdad es que en esos momentos no le importaría estar revolcándose con ese hombre, pero entre ellos no hay nada más que una simple casualidad, no hay siquiera un numero o amigo en común, no existe nada que los una, solo un día, una hora y un bar, una casualidad que se repitió tantas veces hasta volverse rutina.
En su recuerdo aún están imágenes de otros tiempos no tan grises, donde tenía un corazón y no era solo un recipiente roto intentando sanarse en los brazos de un hombre, de esos días no han pasado mucho pero si una eternidad en sus memorias.
Parece un brillo de luz distante los recuerdos de cuando llego a la ciudad para cumplir su sueño de convertirse en doctora. Su vida universitaria fue pesada, provenía de una familia de clase media y aunque trataban de ayudarla el dinero siempre era un problema así que tuvo que combinar su difícil itinerario académico con trabajos de medio tiempo. Pero Sakura era una chica fuerte que siempre sale adelante y a pesar de todo se destacó como la mejor estudiante de su promoción-
No era la chica más popular del campus pero tampoco pasaba desapercibida y como a una princesa le gustaba estar de besa sapos, esperando encontrar en los azares de sus años a su amado príncipe azul. Entre citas y novios por fin su corazón había hablado y su ansiado príncipe de ensueño por fin había aparecido, pero la vida real es cruda, cruel y sin censura, y su príncipe solo era un hombre, que armado con un pene lo único que hiso fue arrebatarle su virginidad a costa de un juramento de amor eterno que nunca cumplió.
Su corazón aun dolía al recordar a ese malnacido y es que todo fue tan perfecto que aún no podía creer que esas palabras, miradas y sonrisas tan sinceras resultaran ser solo una farsa.
Encendió un cigarrillo en la oscuridad de la habitación, ese sábado parecía no querer morir nunca y pensó en lo jodido que sería el domingo, aspiraba y exhalaba el humo pensando que para su yo de años atrás eso sería algo inaceptable, rio por lo bajo pensando que su yo de antes era una idiota.
Se vio a sí misma en la universidad esperando ansiosa encontrarse con él aunque sea por casualidad, la ilusión que sintió cuando él se interesó en ella y la forma tan bonita que trascurrió todo hasta un abrupto final.
En sus recuerdos esos tiempos fueron los más hermosos de su vida pero en su corazón es una aguja oxidada que esta incrustada en ella desde el mismo día que todo término.
Su nombre era Naruto Uzumaki, un profesor sustituto de la universidad, un hombre muy guapo y amable que no tardo en conquistar mi corazón a tal punto de entregar toda mi vida en sus manos sin dudarlo ni una vez. La relación que mantuvimos era hermosa pausada y tierna, sus besos románticos y gentiles y sus caricias delicadas dejaron un fuego cálido que hasta hoy aun arden sobre mi piel
Todo hubiese sido perfecto entre nosotros si tan solo no hubiese descubierto que era el perfecto esposo de una mujer que estaba a punto de dar a luz.
- lo siento – fue lo único que me dijo cuándo lo encare y nunca más volví a verlo.
Sincera y descaradamente admito que fueron varias las veces que espere que entrara por la puerta para decirme que era a mí a quien amaba, realmente no sabía si algún día podría llegar a perdonarlo o si algo entre nosotros aun podía ser posible, en esos momentos solo quería tenerlo cerca, por lo menos ver sus azules ojos y disfrutar de su cálida compañía, pero nunca apareció y el vacío en mi interior aumentaba el dolor que día a día iba creciendo, a tal punto de perder toda cordura en una noche de borrachera y terminar haciendo el amor con un hombre cuyo nombre hasta hoy día desconozco.
Exhalo el humo de su cigarrillo recordando las sensaciones de ese primer sábado de mañana, recordó entrar en pánico, estar asustada y hasta sentirse usada pero de entre todas las cosas negativas que pasaba por su cabeza esa mañana, no se sentía arrepentida. Los días siguientes solo podía pensar en quien era ese hombre, como se llamaba y si lo volvería a ver, pase varias noches por el mismo bar para ver si lo encontraba por casualidad pero siempre era lo mismo y ese hombre no aparecía, pensé que tal vez era un turista o un cliente no habitual, y de alguna forma intente borrar todo y hacer como si nada hubiese pasado. Pero debo admitir que quede segada por la belleza de ese hombre, sus ojos profundos ahuyentaba al fantasma de Naruto y su cuerpo musculoso y fuerte cubrían con pasión las caricias tiernas que alguna vez aquel gran amor dejo.
Y así sin darme cuenta pasó una semana y como de un autómata se tratase nuevamente estaba frente al bar con la esperanza de no encontrar nada, pero esta vez lo encontré, sentado solo en la parte más apartada del local con un vaso de whisky en la mano. No pude pensar otra cosa que no sea la ridícula situación, me pase toda una semana yendo a un bar para encontrar a un hombre que no conocía, no sabía si era peligroso o siquiera sabía qué hacer en caso de que lo encontrara.
- me llamo Sakura, la semana pasada follamos y quizás podamos conocernos – cosas como esas sonaban tan coherentes en situaciones como esa y de hecho se lo hubiese dicho de haber podido pronunciar alguna palabra y es que sin darme cuenta mi lado autómata ya me había sentad o en la misma mesa del hombre en cuestión que no paraba de observarla.
El no dijo nada, solo quedo delineando con sus ojos lo que tenía frente. Sakura sentía que se derretía ante cada mirada, se sentía extrañamente excitada al verse reflejada en esos orbes y es eso lo que había ido a buscar, una nueva experiencia que la hiciera sentir viva y aunque no tenía idea de cómo hacerlo, esa noche fue a seducir a aquel hombre.
- quieres algo de beber – hablo por fin con una voz gruesa sobresaltando a la joven quien solo negó efusivamente con la cabeza
- … yo…- intentaba hablar pero de su boca solo salían ruidos inentendibles, la presencia de ese hombre era tan fuerte que hacía temblar sus labios, dios es que acaso era tan difícil pedir que te follen, maldijo mentalmente el hecho de ser tan reprimida en esos casos y optando por esperar en silencio a que algo pasara.
Observo al hombre esbozar una pequeña sonrisa para luego levantarse del lugar, y sin necesidad de palabras acepto su invitación, entendía hacia donde se dirigían, tenía miedo pero ya no era inocente, claramente sabía que no había ido todas las noches a ese bar a buscar un príncipe.
Inhalo el humo del cigarrillo intentando recrear su aroma, esa es la marca de cigarrillo que el siempre fuma después de hacer el amor. En estos dos años son solo suposiciones lo que sabe de ese hombre, nunca entablaron una verdadera conversación, no sabe por qué solo se ven los viernes. Quizás ya sea casado y solo usa los viernes para entretenerse o quizás solo disfruta del morbo de ese tipo de relación, quién sabe? son muchas las hipótesis que han pasado por su cabeza durante esos años. Es un hombre muy guapo, de ojos negros profundos, piel pálida y cuerpo fornido, aparenta estar por los treinta años o quizás menos, siempre está bien vestido y al parecer no tiene problemas de dinero pues siempre deja una buena cantidad sobre la mesa al marcharse. Es casi imposible creer que un hombre así tenga un fetiche tan raro con alguien como ella.
Se levantó de la cama aun con el cigarro en mano, al fin ese sábado había muerto pero apenas eran las una de la mañana del domingo no había comido nada pero igual no tenía hambre, encendió la luz y se dispuso a contar el dinero que ese hombre le había dejado, como siempre no tenía una cantidad específica pero siempre era mucho o por lo menos demasiado dinero para ella.
Recordó la primera noche que paso con ese moreno sin estar bajo los efectos del alcohol, se sentía tan vacía y asustada. Ese hombre la acariciaba sin respeto, sus besos eran fuertes y voraces y recorría mi cuerpo con tanta pasión y desespero sin detenerse ni siquiera una vez por mi llanto. Una noche donde perdí mi alma en esos brazos, entregada en ese torbellino de lágrimas, miedo y sobretodo deseo. Desgarro mi ropa y su lengua me hiso cosas que nunca podría olvidar, me obligo a verlo a besarlo y a desearlo tanto como fuera posible, llevándome a tantos orgasmos en tantas posiciones que termine olvidando todo en esa efímeramente. Pero a pesar de tanto placer se sentía vacía y cuando despertó la mañana siguiente tan tristemente sola con un montón de dinero sobre la mesa de luz y una nota que decía "paga la cuenta" no la hacía sentir mejor. Era jodidamente ridículo que un cuarto costara tanto así que supuso que ese dinero era para ella, una forma cordial de decir, gracias por tus servicios.
Su orgullo le impedía aceptar ese dinero, a pesar de que lo necesitaba y sobre todo a pesar de que esa cantidad doblaba lo que ella ganaría en un mes si se matara trabajando todo el día. Paso otra semana y aunque lo había vuelto a buscar otros días solo lo encontró de nuevo el viernes, y aunque solo lo buscaba para devolverle el dinero o por lo menos eso quería creer volvió a pasar exactamente lo mismo que en su anterior encuentro, conversaciones mudas, la misma habitación, una sesión brutal de sexo y un pago aún más alto. Al final termino cediendo, después de todo necesitaba el dinero, había libros que quería comprar, cuentas que pagar y tendría más tiempo para estudiar, era un buen trato, después de todo ese hombre no la amaba, solo quería romperle el culo literalmente y si siente que debe pagar por ello está bien, si al final ella tampoco lo ama, solo quiere que le rompan el culo para olvidar que le rompieron el corazón "patética" se dijo así misma encontrándose con ese hombre todos los viernes.
Encendió otro cigarrillo, la única prueba que tiene de ese hombre son las marcas en su cuerpo y un nombre que una vez Udon pronuncio "Sai"
- gracias señor Sai – escucho decir al joven empleado cuando este le dio una propina en el estacionamiento.
Es irónico pensar que sabe más de los empleados de ese motel que del hombre con quien se acuesta en él. Subaki la madre de Udon es la recepcionista y cuidadora del motel, al parecer fue una ex prostituta que se embarazo sin desearlo y Udon es un chico ejemplar que ayuda a su madre en lo que puede, aunque claramente ese no sea el trabajo apropiado para un menor, sus calificaciones son excelentes y es becado de un instituto muy prestigioso en la ciudad. La verdad es que ese chico le recuerda mucho a ella por eso aprovecho para dejarle una porción, más que propina, de lo que dejo ese hombre.
Ya era una doctora como siempre deseo y fue contratada en el hospital más prestigioso de konoha, su vida pronto cambiaria, reescribiría todo de nuevo, se convertirá en la mejor pediatra del hospital, se volvería a enamorar y cortaría con su ciclo vicioso de los viernes. Buena meta para el primer día de la semana, dijo apagando el cigarrillo con una sonrisa, algún día sabría el nombre de ese sujeto, charlaría de lo absurda de su relación y le devolverá todo su dinero y después, solo quizás, podría enamorarse de él.
Los días siguientes pasaron lentos, pero por suerte el hospital de konoha por fin la había llamado para comenzar a trabajar, estaba algo nerviosa era su primer día de trabajo y al parecer le asignaron un supervisor. Fue a la sala que le asignaron notando que era un gran salón y estaba repleto de médicos y enfermeras que supuso que eran los nuevos contratados al igual que ella, miro el nombre de su supervisor y se le helo la sangre "Sai" decía en el papel y pensó que tales coincidencias no eran nada buenas.
- podemos vernos luego si quieres – escucho una voz que no podría confundir jamás – dame tu numero – dijo juguetón con una gran sonrisa en su rostro mientras intentaba ligar con una de las enfermeras
- luego te lo dio – le dijo la enfermera rubia muy cerca de su rostro con una sonrisa picara
Por un momento deseo desaparecer del lugar, que hacia Naruto trabajando en ese hospital, quería hiperventilar, quería gritar, quería hacer cualquier cosa que supuso que haría si lo volvía a ver pero por alguna razón no estaba ni llorando. Se sorprendió bastante de su autocontrol a pesar de que claramente tenía la espalda pegada a la pared por su instinto de huida
- Sakura Haruno – dijo una vos masculina casi causándole un infarto
- hola – dijo confusa pensando que esos juegos del destino querían volverla loca
- Mi nombre es Sai Shimura seré su instructor a partir de ahora – dijo con una sonrisa
- Mucho gusto Sai – sensei daré lo mejor para aprender de usted – dijo nerviosa intentando omitir el hecho de que ese hombre era muy parecido con el hombre de los viernes
Poco después de su presentación con Sai apareció Tsunade Senju, la dueña y jefa del Hospital dando un leve discurso sobre ética y profesionalidad, en todo ese tiempo Naruto continúo intentando ligarse a su nueva enfermera Ino Yamanaka, dejándome pensar si ese era realmente el Naruto que conocí o si solo fui segada por el amor que le profesaba. Durante un instante nuestras miradas se cruzaron, lo mire con indiferencia, intentando no doblegarme ante mis emociones guardadas en esos orbes azules notando confusa como el apartaba la mirada "arrepentido".
El salón lentamente se iba vaciando cuando los doctores, enfermeras y otros empleados del hospital salían con sus respectivos tutores- Sai me pidió que lo espere un momento mientras hablaba con Tsunade y por un instante pensé que por fin ese día había acabado con todas sus sorpresas.
- Hyuga Hinata - dijo una vos masculina
- si – respondió tímidamente una hermosa mujer que increíblemente parecía invisible hace unos momentos
- soy Sasuke Uchiha….
Sentí el cuerpo ligero mientras todo se volvía nubloso - el hombre de los viernes y su nombre es Sasuke Uchiha.
