Un pequeño proyecto que espero vaya creciendo poco a poco... La vida no siempre es en blanco y negro.
Disclaimer: Shingeki no Kyojin es de Hajime Isayama | La trama de este fanfic es mía
1.
Eran más allá de las once cuando sacaba mi retaguardia adormecida al fin de ese infernal cubículo, mantenía mi expresión embaucadora y mi traje desaliñado. Pasaría más de un mes que no salía de la oficina con la tranquilidad de que al día siguiente no volvería hasta el día después de ese.
Mi aliento se desprende de mí, desvaneciéndose entre el frio de la callejuela sub-urbana que adorna esta parte del distrito, conjunto a sus húmedos suelos negros y rocosos, y esas casas departamentales repletas de hombres malaventurados, parejas jóvenes y estúpidas, madres con un centenar de hijos y un marido que ha ido por cigarrillos hace más de un par de años. Todo eso conforma lo sátira y negra que es mi rutina.
«Podría ser peor». Murmuro para mí mismo, ilógico, porque… ¿Por qué debería murmurar en mi propia mente? ¿es que hasta eso escuchan ellos? Aquellos quienes siempre tienen el tiempo de observarte y analizar cada detalle de la vida ajena de otro, inclusive cuando no tienen ni un momento para arreglar su tan miserable vida.
Las luces de un coche me arrancan de mi dilema. Tan rápido como brillante, el auto negro y −supongo− carísimo, para justo frente a mí, en un callejón en el que una triste luz amarillenta ilumina con el ultimo gramo de su aliento al montón de basura que descansa en la esquina. Es extraño, hasta para mí, un «hombre de negocios», ver un auto de ese calibre en estas calles. Mi apatía se convirtió en recelo al ver que del coche un bulto de melena negra sale disparada a trompicones por la puerta de atrás.
El carro rechino a todo lo que daba y con un rugido brutal, salió disparado de la calle hacia el centro de la ciudad… supongo. Mientras el bulto daba revuelo como un pájaro herido entre los desperdicios del día, intentando levantarse con mucha dificultad. Apoya las manos al suelo sucio, se pone en cuatro, intenta levantarse. Cae de espaldas. Las manos al suelo. Las rodillas al charco. Un impulso… y esta vez cae completo a la basura.
«¿Por qué me quedo mirando esto?» Me pregunto, de nuevo con un murmullo, y mi yo interno agarra su portafolios imaginario y cubre su imaginaria vergüenza para poder irse de ahí como el cobarde imaginario que es. Y yo… el real… ¿Qué haré?
Mis pies comienzan a andar por si solos, sin dejar de ver a la pobre alma perdida que yace en el asfalto con la cara partida en melancolía y drogas. Lentamente esa figura menuda se hace más deshecha, más transparente y entonces la imagen de un joven de quince años se enciende en la oscuridad de la noche. Un chico de cabellos lisos y negros como el carbón… menudo y solitario que andaba siempre de un lado a otro trabajando y estudiando para que su pobre madre dejara de sufrir por la leucemia. Esa imagen del joven que solos decía un seco «buenos días» en las escaleras y subía a toda prisa hasta su piso, mientras yo, un devastado veinteañero −casi treintañero−, se movía con la agilidad de un anciano y vivía sin rumbo fijo por este basto y negro océano a los que todos llamaban vida. Negro… todo es así, desde su cabello liso y ahora crispado, hasta la sangre reseca en su labio. Como el café que sabe a tierra de la oficina. Como la sonrisa vacía de la puta que rente el otro día. Como la tierra en la que mi padre me dejo abandonado en mi infancia. Como sus ojos muertos al hablarme para que llamase a la policía en vez de una ambulancia. Como el extenso listón que colgaba el chico sobre la puerta de su casa…
No hubo color en mi vida… y no la habrá en la suya. Yo no pretenderé ser su héroe si mi vida es igual o peor a la suya. No podré serlo… aun con todo mi ser. Solo será un alma en pena más de esta monocroma calle y yo solo seré otro cobarde espectador del montón.
Si les ha gustado, ya saben que hacer... Review y un favoritos ... ayuda mucho :3
Más amor para la alma en pena, ¿debe ser salvada?
Con todo mi amors...
-K.
