Harriet paseaba supervisando el trabajo de las chicas del Grupo B. Era la líder del grupo, junto con otra chica llamada Sonya. Habían tenido un pequeño problema con el huerto y, la otra colider le había pedido que observase como iba todo.
Harriet caminó hasta adentrarse en una gran casa de dos plantas, hecha de madera, lo suficientemente grande como para que pudiesen dormir todas las chicas ahí dentro. Caminó por un pasillo de la planta baja hasta entrar en una pequeña habitación que Sonya y ella utilizaban a modo de despacho.
-Hola, -saludó una chica de pelo rubio rojizo, inclinada sobre una mesa, de espaldas a Harriet- ¿cómo va todo?
-Comeremos menos verduras, pero con las pocas que consigamos y las comida del ascensor no nos moriremos de hambre.
Harriet sonrió ante la idea de comer menos verduras. No le gustaban mucho, pero Sonya siempre la presionaba para se las comiese. Y siempre lo lograba.
-De todos modos, podríamos reducir un poco las raciones. -Propuso Sonya- Por si acaso escasea la comida y nos vemos en un aprieto.
Harriet se fijó en los papeles sobre la mesa. Su compañera colider había estado haciendo números para racionar la comida. Siempre iba demasiado preocupada por su grupo, como una buena líder, mientras que Harriet era la que más imponía y se encargaba de resolver los problemas que surgían entre las chicas y cosas por el estilo.
-Si escasea la comida -dijo Harriet apoyándose de espaldas contra la mesa para mirar a Sonya a la cara-, siempre podemos asar al palo.
Sonya se rió ante la idea de la otra chica. Palo es como llamaban a Aris, el único chico que había aparecido en el ascensor, inconsciente. Harriet sintió una agradable punzada colurosa en el interior. Sonya le provocaba sensaciones parecidas todo el tiempo.
-Eres una caníbal. -Bromeó la chica.
Harriet tan sólo le sacó la lengua. Sonya puso los ojos en blanco sin dejar de sonreír. Ella era así, nunca cambiaría. Volvió a mirar los papeles con el entrecejo fruncido. Debían asegurarse de que todo fuera bien y no hubiesen problemas.
Harriet estiró el brazo en dirección a Sonya y le colocó tras la oreja un mechón que no dejaba verle la cara. Le rozó la mejilla con la yema de los dedos. Fue un solo segundo, pero bastó para prender una pequeña chispa en el interior de Harriet, quien se dejó llevar por un impulso.
Puso la mano en la nuca de Sonya y tiró de ella hasta besarla. Oyó la exclamación de sorpresa de Sonya, que prontó quedó amortiguada por sus labios. Pensó que Sonya se apartaría de ella con un empujón, pero se sumió al ritmo de Harriet.
Cuando se separaron, Sonya jadeaba buscando aire, tenía los ojos abiertos por la sorpresa y las mejillas ruborizadas. Harriet sonrió, ¿podía alguien ser más adorable?
¿Qué? ¿A nadie se le había ocurrido?
¡Pues a mí si! Y aquí os traigo un Sorriet. El único nombre que se me ocurre, porque Harrya no me suena demasiado bien.
He leído por ahí muchos fics que trataban sobre Newt, Minho y Thomas como pareja principalmente, pero también hay más personajes, ¿no?
Lo sé: es corto. Lo siento, no se la inspiración debe de haberse tomado unas vacaciones o algo. De todos modos, espero que os haya gustado.
