Título: History repeats itself
Fandom: Doctor Who
Pairing: Doctor/Amy
Rating: T
Resumen: "Those who cannot remember the past are condemned to repeat it". - George Santayana
Disclaimer: The Moff is the boss. La llave de la TARDIS la tienen en la BBC.
La TARDIS no se había estrellado nunca contra el cobertizo, ni él había comido pescado con natillas, ni le había hablado de piscinas que estaban en la biblioteca, en el interior de naves espaciales de madera.
Ninguna niña pequeña había esperado toda la noche en su jardín.
No habían pasado catorce años en cinco minutos.
No habían pasado; eso era todo.
Pero sobre todo, el beso.
Ese beso nunca había existido, y la única grieta que había en el universo la tenía él.
Por dentro.
¿Cómo puedes acordarte cada día de algo que ni siquiera ha ocurrido?
"Ahora eres una viajera del tiempo. Te cambia el modo en que ves el universo, para siempre".
Es curioso cómo ella es la última cosa que ve antes de desvanecerse en la inexistencia, y cómo ella es lo primero que ven sus ojos cuando vuelve a la vida. Debe ser una broma del universo, todo siendo curvo y cíclico, y todo termina para que algo pueda empezar.
Aunque ahora ella no tiene nada de lo que huir, y no ha sufrido ninguna experiencia cercana a la muerte (no últimamente o, al menos, no más de lo normal). Y en caso de que pasara, Mister Pond sí estaría ahí esta vez para consolara.
Pero no pueden evitarlo. Son como dos planetas, orbitando cada uno alrededor del otro y chocando en el espacio, ruidosamente y con fuerza.
Se han acercado demasiado al centro de atracción.
Que ella caiga de nuevo vale, porque Amy es trágica y hermosamente humana, y el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
(Bueno, a excepción de los espiridermos, del planeta Glaucovia, que tropiezan entre unas dos y cincuenta y siete veces al día con la misma piedra y todas las que haya alrededor, claro, aunque haya que excusarles por el hecho de que tiene cuarenta y dos patas; eso son muchas patas para tropezar).
Pero el Doctor no es humano (aunque tropieza bastante, sobre todo con esta piedra suya personal).
¿Qué excusa tiene él para devolverle el beso, enredar los dedos en su pelo y recordar en su boca sabores que no ha probado nunca pero recuerda perfectamente?
Nada de eso había ocurrido, y al mismo tiempo, sí lo había hecho.
Y lo volvería a hacer.
Una vez, y otra, y otra y otra.
En todo eso piensa el Doctor, acorralado contra la pared de la TARDIS y con los tirantes caídos, mientras está besando a Amy Pond.
De nuevo.
Dicen que la historia se repite, y él debería saberlo bien.
Al fin y al cabo, es un Señor del Tiempo.
