Una chiquilla con una hermosa cabellera dorada corría como si el Diablo le persiguiese. Gruesas lágrimas rodaban desde sus ojos hasta morir en la comisura de sus labios y otras más traviesas desaparecían a lo largo de su níveo cuello. En su desesperada huida chocó contra algo o, sería más correcto decir, contra alguien. Cayeron ambos al suelo y esa muchacha llorosa no tuvo fuerza para nada más, se quedó sollozando sobre aquel cuerpo, tirados los dos en el pavimento.

-Me cago en Dios –la pobre joven levantó la cabeza al escuchar tal maldición – Quítate de encima, joder.

La peli dorada se ofendió por el tono y por el zarandeo del que fue víctima cuando las manos del desconocido le separaron con violencia de su cuerpo.

-¿No miras por donde vas o qué? –contestó altiva, limpiándose las lágrimas. No obtuvo contestación, levantándose y sacudiendo su uniforme escolar con rabia, cuando observó al estúpido maleducado con el que había chocado se le cayó el alma a los pies.

-Gomen, gomen –se apresuró a ayudar al hombre quien se levantaba en ese momento – No me había dado cuenta de que era usted…

Se interrumpió a mitad de la frase.

-¿Estás buscando una manera políticamente correcta de decirlo? ¿Invidente tal vez? Acabas de tirar al suelo a un puto ciego –exclamó en tono duro, agitando las manos frente al rostro de la menor.

-Gomen ne, le prometo que no era mi intención…yo…yo –la pobre muchachita estaba al borde de las lágrimas de nuevo y terriblemente avergonzada por lo que acababa de suceder – Acabo de ver a mi novio engañándome con otra –dijo sin saber por qué, volviendo a llorar.

La expresión del hombre con el que había chocado, quien calzaba unas enormes gafas de sol cuadradas, lejos de relajarse se agrió más.

-¿cuantos años tienes? –preguntó secamente, agachándose y palpando con las manos para poder recoger su bastón. La menor se dio cuenta y se agachó con prisas a recogerlo, se lo tendió pero observó que el otro seguía buscando por el suelo. Se golpeó mentalmente por su estupidez, ese hombre no podía verle.

-Le estoy tendiendo el bastón, justo delante de usted –dijo algo cohibida pues nunca había tratado con una persona ciega. El hombre se irguió, parecía más indignado si cabía, alargó su mano y alcanzó después de un par de intentos la de la joven, casi arrancándole el bastón de las manos. Pareció más tranquilo una vez pudo posar su bastón en el suelo.

-Te he preguntado la edad –demandó. Vaya si era seco ese hombre, pensó una todavía sensible joven.

-Dieciocho –contestó temblorosa.

-Encima de llorona, mocosa. No sé de qué me sorprendo –musitó el hombre. La joven se ofendió hasta el extremo.

-No creo que merezca esas palabras, siento la torpeza de haberle tirado al suelo. Pero me he disculpado, no debería insultarme –se envaró mirando a ese maleducado con ira, aunque sabía que no podía verle.

-Apártate, niña, me gustaría llegar a mi casa de una puta vez –y escupiendo aquello le dio un golpe con el bastón en la espinilla, que dolió como mil demonios.

-Auch, es usted un imbécil –al imbécil en cuestión le hizo gracia que aquella joven siguiese tratándole de usted a pesar de estar insultándole.

-Oh no sabes cuánto lo siento, iba a avanzar y tu pierna estaba en el camino de mi bastón. ¿No te han enseñado que hay que dejar paso a las personas invidentes? –siguió recriminándole con malicia.

-Usted no es una persona invidente, es un ciego amargado de mierda –y diciendo aquello la joven salió corriendo con la rabia latiéndole en el pecho y las lágrimas cayendo de nuevo por sus ojos.

El hombre se había quedado estático ante esas palabras. Estuvo en medio de la calle sin avanzar por unos cuantos minutos, después simplemente sonrió y siguió su camino, sacudiendo la cabeza para alejar de sus pensamientos ese extraño encuentro.

Una semana había pasado desde el "encontronazo", y nunca mejor dicho, con aquella extraña chica llorosa. Caminaba tranquilo, con el bastón por delante. En su otra mano sostenía la correa de su perrito, happy. Un pequeño y tierno cachorro de un peculiar pelaje azul.

Se detuvo escasos segundos, con una enorme y sarcástica sonrisa en los labios.

-mocosa ¿por qué me sigues? –creyó que aquella idiota saldría corriendo o que no le contestaría, por eso se sorprendió cuando escuchó la voz suave de la chica.

-¿Cómo sabía que estaba aquí? –preguntó incrédula.

-Llevas una semana siguiéndome, estoy por llamar a la policía pero antes quería darte la oportunidad de que te explicases –expuso el otro tranquilo, echando a andar de nuevo.

-¿Cómo sabe eso? –la joven con la que había chocado iba detrás de él, intrigado era poco para describir como se sentía en ese momento.

-Huelo tu perfume a kilómetros de aquí. Las mocosas no deberían utilizar esa clase de perfume, solo una que quiera aparentar algo que no es lo llevaría –dictaminó con voz dura.

-Me lo regaló mi padre –mintió la joven sonrojándose. Había empezado a utilizar ese perfume cuando había empezado a salir con su ahora exnovio.

-Una frase que solo una mocosa diría –musitó el hombre, divertido con toda la situación.

-Sigue insultándome, yo solo venía a disculparme por haberle dicho esas feas palabras –trató de pacificar la situación la menor.

-¿Y creías que en una semana habría aprendido modales? ¿O qué sería un ciego menos amargado? –contestó mordaz recordando las palabras de aquella muchacha.

-No quise decir eso, discúlpeme –dijo bajando la cabeza avergonzada.

-Claro que quisiste decirlo, sino no lo habrías hecho. No sé qué mierdas quieres de mí pero me estoy hartando de tenerte merodeando por mis alrededores. Haré que happy te muerda el trasero mocosa. –dijo riéndose secamente.

-Oiga señor, deje de insultarme. Se lo digo en serio, por menos de eso le he roto la cara a algún gilipollas, así que si vuelve a llamarme…

-Mocosa –interrumpió el otro la frase.

-Es usted un estúpido –el aludido volvió a reír, aquella extraña persona seguía tratándole de usted volviendo a insultarle, francamente entretenida pensó.

-Soy un borde, un amargado, un maleducado. Pero estúpido no soy –concluyó.

-Pues a mí me lo parece –susurró la contraria.

-¿Sabes que los ciegos tenemos un oído muy fino? Si quieres decirme algo dilo en voz alta, no murmulles como una vieja, mocosa –le espetó.

-¡A MÍ ME PARECE QUE ES USTED UN ESTÚPIDO! –gritó la joven de repente. Media calle se volvió hacia ellos. El aludido no lo vio, pero estuvo seguro de que muchas personas habían escuchado ese grito.

-¿No te da vergüenza? Humillar así a un pobre ciego en medio de la calle. Pobre de mí –comenzó a dramatizar llevándose la mano a la frente teatralmente.

La menor observó complacida la hermosa sonrisa que ese hombre poseía. Para ser un ciego amargado ese hombre era muy atractivo, todos los días que le había seguido se había fijado en sus vestimentas, colores vivos, siempre a la última, cada día llevaba unas gafas de sol distintas, su peinado lejos de ser aburrido y tradicional era de lo más moderno, tenía el cabello de un peculiar color rosa, se le veían unos brazos firmes y trabajados, dedujo que su cuerpo debía estar igual de marcado. Llevaba una bufanda a cuadros blanca y era mucho más alto que ella. Además, le hacía gracia el hecho de que un ser pudiese albergar tanta mala hostia en su interior.

-No se haga usted la víctima, si no fuese porque es invidente ya le habría roto los dientes –le amenazó la joven, aunque su tono era tranquilo, incluso divertido.

-No te cortes por eso, mocosa. Ciego o no, te estoy faltando al respeto, no deberías contenerte tanto –se envaró el mayor, deteniéndose y girándose hacia su "acosadora" quien tuvo que frenar en seco para no volver a chocar con él.

-No lo decía en serio, no soy de esas que va pegando a la gente, solo me se defender ¿sabe? –respondió la menor algo cohibida por la cercanía del otro. Se moría de ganas por verle los ojos, ni siquiera una joven educada como ella se libraba de la morbosa e insana curiosidad del ser humano.

-Bueno, ya te has disculpado ¿no? Era lo que querías. Ahora ¡lárgate! –le espetó el otro, llevando la mano a su hombro a tientas y empujándole. Lo hizo con suavidad, sería un amargado pero no se consideraba un tipo violento, menos con una chica.

-No hace falta que me trate así de mal –dijo la contraria retrocediendo unos pasos.

-mocosa me estoy hartando de ti –le advirtió agitando el bastón frente a ella aunque una divertida sonrisa se dibujaba en sus carnosos labios.

-¿Acepta mis disculpas entonces? –preguntó la menor.

-Por supuesto que no. Me creo que no quisieras tirarme al suelo pero estoy seguro que piensas que soy un ciego amargado de mierda, así que no te voy a liberar de tu culpabilidad –le espetó el peli rosa.

-Pues en verdad lo siento –dijo bajando la cabeza apenada.

-Que mocosa por favor –suspiró el más alto.

-Deje de llamarme mocosa. Me llamo Lucy –exclamó ofendida.

-¿Lucy? ¿Qué mierda de nombre es ese? –preguntó divertido el peli rosa.

-Pues el mío –contestó orgullosa - ¿Y usted tiene nombre o debo seguir llamándole ciego amargado de mierda? –preguntó picajosa. Al otro le hizo gracia su actitud.

-Tengo nombre, pero tú no necesitas saberlo, mocosa. Ya que no volveremos a hablar –dijo echando a andar de nuevo. Una mano rodeando su brazo le sobresaltó.

-Onegai, dígame su nombre –la súplica con la que aquella chica habló le sorprendió casi más que el contacto.

-natsu, puedes llamarme natsu –dijo sacudiéndose de encima aquella mano.

-natsu –repitió la contraria para sí misma, como si necesitase hacerlo para recordarlo – Y se ríe de mi nombre ¿será posible? –dijo riéndose.

-Bien, hechas las innecesarias presentaciones ¡Lárgate! –volvió a espetarle, aunque esta vez no le empujó ya que la chica iba a sus espaldas.

-Está bien. Hasta otra….natsu –se despidió y el aludido le oyó alejarse.

-Hasta otra, Lucy –susurró con una pequeña sonrisa en los labios.

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hello!
si lo se es una completa irresponsabilidad de mi prte publicar y no acttualizar ..perom bueno
espero si de todo corazon q esten todos ya recuperados y estables luego del seguro paro cardiaco que tuvieron luego de leer el mnga de FT XD
xq yo casi mori xd
yaya volviendo al tema espero q esta historia les tinque y sea de su agrado... ami aun no me cnvence al 100%

en fin saludos y disfruten y flojeen en este fds largo
byeeeeeeeeeeeeeeeeeeee :D