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Con la llegada de la primavera, es normal en Rusia echar fuera la basura acumulada durante el otoño y el invierno –que seguramente han sido crudos y despiadados, igual que siempre- haciendo una limpieza general. Hace espacio dentro de la casa y hasta te hace sentir más ligero en lo personal, y por eso es que aquella tarde Rusia se encontraba dedicando todo su tiempo y esfuerzo en limpiar su cocina mientras escuchaba el noticiero en la radio que había sobre el refrigerador.

Momento después las voces del noticiero fueron reemplazadas por una melodía notablemente pegajosa, que al momento de reconocer en seguida, el ruso sonrió y abrió su boca para iniciar a cantar la canción de los ositos bombones bañados en chocolate que mitad de su casa tenía ya plasmada en su cabeza.

Sin embargo, antes de siquiera empezar, el lugar se vio inundado del ruido del timbre combinado con varios golpes a la puerta. Rusia se dirigió a abrirla, reconociendo en seguida aquella forma salvaje de presentarse.

-¡No-lo-vas-a-creer! – exclamó América haciendo movimientos con sus manos en cada sílaba apenas vio al ruso.

-¿América-kun?- arqueó las cejas, confundido. El qué hacía el americano ahí era la última de las preguntas que se había formulado… no, realmente ni siquiera lo había pensado. Desde que comenzaran a salir era normal ver al rubio rondando por ahí con cualquier excusa barata antes de admitir que deseaba verlo, pero que pareciera tan notoria y sinceramente conmocionado era algo de admirar. -¿Qué es lo que se te ofrece hoy? ¿Qué cosa no voy a creer? –sonrió levemente y luego, antes de que América pudiera responder, añadió: -¿Has descubierto finalmente cómo atarte tú solo los zapatos?

-Ja, cuando te diga vas a pensar en otra cosa que decirme que eso, - respondió el otro haciéndose camino para adentrarse. Miró alrededor por unos momentos y volvió a girarse en su dirección sonriendo de oreja a oreja, aunque al ver al ruso dicho gesto desapareció. - ¿qué con esa ropa? – preguntó de pronto olvidándose de la razón de su presencia.

Rusia frunció el cejo. Ni siquiera lo había invitado a pasar, y eso era una falta de educación… aunque bueno, siendo el idiota de América, no había gran cosa que esperar. Luego se miró a sí mismo, confundido, y le dedicó una sonrisa alegre. No veía nada de malo en el delantal de volantes rosados y el pañuelo de cuadros amarillos y blancos que llevaba en la cabeza, alrededor del cabello.

-Estoy haciendo la limpieza de primavera. ¿Sabes lo que es eso? ¿Alguna vez has limpiado un poco de tu suciedad?- no pudo evitar pensar en Lituania en aquél momento. ¿Cómo se encontraría de salud? Ah, esperaba que bien, porque nadie que no fuera él mismo, ni siquiera un resfriado, tenía derecho a hacerlo sufrir.

El rubio lo observó por unos segundos y después sacudió su cabeza, - como sea, es…- se detuvo para volver a mirarlo, porque extrañamente al encontrarlo de esa forma le era difícil concentrarse, aun así solamente soltó un ligero bufido y continuó tratando de hablar con su boca haciendo señas de querer reír – Adivina… lo que vi hoy… ¡No lo vas a creer! – repitió con la misma emoción con la que había llegado.

-Hace un rato que me estoy preguntando eso, pero siendo tú puedo llegar a tantas posibles resoluciones absurdas que siento que es mejor que me lo digas, da?- y le dedicó una sonrisa dulce, casi afectuosa. Sea como sea, era divertido verlo gesticular así.

- Bien, ya que no quisiste adivinar, te diré – en realidad tampoco no es como si se pudiera contener más – justo hoy… fui a casa de Canadá para venderle uno de mis nuevos productos y extrañamente estaba todo alterado y prácticamente ya quería correrme de ahí, a su propio hermano ¿puedes creer eso? – dijo América caminando de un lado a otro indignado.

Rusia rió en voz baja, francamente divertido.

-Me cuesta creer algo así...- bueno, en parte era verdad. Canadá era una de las pocas personas en todo el mundo capaz de tolerar más de cinco minutos la compañía del americano por gusto propio. -¿Y qué fue lo que pasó? Porque dudo mucho que te hayas ido...

-¡Exactamente! – remarcó haciendo una seña con su dedo índice en el aire – entonces me dice… 'está bien, te comprare tus productos' y yo estaba sorprendido, normalmente pasan meses y meses para convencerlo. Después se fue por unos momentos y en lo que yo lo esperaba me comí unos dulces que casualmente estaban a lado de un jueguito de té preparado. Entonces Canadá regresó, se enojó al ver que me los había comido y le digo 'cielos, Canadá, relájate ¿qué iba a hacer mientras te esperaba? ¿ver tus canales?' y justo cuando ya me iba sonó el timbre y él ya estaba prácticamente corriéndome por detrás con todo los dulces… pero entonces… me quedé pensando '¿qué tal si es Cuba queriendo planear algo…? ¿u Holanda viniendo para compartirle de esa shit que siempre se mete?'… y claro, una lección en la vida es que al héroe no se lo oculta nada, ¡Fue por eso que fui y abrí la puerta! – explicó meneando sus manos en cada detalle pareciendo que nunca se detendría a tomar aire - ¿Y adivina quién era?

No es que el ruso no lo supiera ya, pero cada vez que hablaba con Estados Unidos descubría más y más cosas inesperadas –y que tal vez no deseara saber- sobre su hermano pequeño. Por eso no le sorprendió nada de lo que escuchó en los últimos segundos, y aunque en realidad le importaba bien poco lo que el canadiense hiciera en su tiempo libre, con dulces y productos americanos, no pudo evitar sentir un poco de curiosidad.

-¿Quién?

Dudaba que hubiera sido Cuba, porque seguramente América no hubiese salido bien librado del encuentro.

- ¡Tu hermana! – reveló el estadounidense dándole un tilde de drama innecesario - …¡Ucrania! – añadió al final al darse cuenta la forma en que había sonado lo anterior.

En ese momento Rusia tuvo muchos sentimientos encontrados. Primero la sorpresa… ¿qué demonios estaba diciendo el svinʹya[1]? Después una momentánea sensación de ilusión… Si era Bielorrusia, eso significaba que volvería a ser libre –si es que alguna vez lo fue- porque su hermana había encontrado alguien más a quien molestar, pero entonces el rubio dijo "Ucrania" y fue como si el piso se hundiera a sus pies.

No sabía si estaba molesto, o sólo conmocionado. Al principio se echó a reír, con aire divertido, y golpeó la cabeza del americano con el plumero de color rosado chillante que llevaba en una mano.

-No digas tonterías, ¿qué se supone que estaría haciendo *mi* hermana en casa de *tu* hermano?

-Y eso fue lo mismo que me pregunte… - respondió el otro, viendo distraídamente entre el plumero y Rusia, - no por nada soy también conocido como el mejor detective más genial del mundo. Al principio pensé que Ucrania venía a atender los mismos asuntos políticos de siempre, pero después comenzaron a ponerse nerviosos, - continuó el rubio y a medida que avanzaba más hacia el punto de revelación su sonrisa se ampliaba sin notar lo que probablemente pasaba por la mente de Rusia, - ¡Y entonces ahí fue cuando me dijeron queee…! - al comenzar con esa exclamación, de pronto se detuvo al recordar algo que invadió sus recuerdos de manera pronta, algo que había olvidado por completo debido a su infantil emoción. Aquello pasó tan rápido que dejó de hablar de golpe y se mordió la lengua pensando "Fuuuuuuuck…."

-¿Qué?- Rusia, que se había ido enfadando cada vez más, dio un paso hacia él. Lo que América estaba diciendo... ¿realmente podría tener alguna otra connotación? ¿O era sólo él, que había pasado demasiado tiempo con Francia? Intentó con todas sus fuerzas pensar en otras posibilidades, pero... -¿Qué fue lo que te dijeron?

Retrocedió un poco, comprendiendo en parte porque Ucrania le pidió no hacer lo que casi estaba a punto de. "Fuckfuckfuck" -Me dijeron que…uhm, - miró a ambos lados y rió tratando de mostrar su típica confidencia- Puedes creer que… eh…¿Ya no recuerdo que me dijeron? Haha…

No lo dudaría, si América no fuera, además de malo para guardar secretos, un pésimo mentiroso.

-Dime la verdad, ¿qué fue lo que te dijeron? ¿Es algo malo? ¿Es algo que no debería saber?

-¡N-no, claro que no! Pfff, ha! si… Ucrania solamente estaba ahí para…cocinar con Canadá, tú sabes lo ñoño que puede llegar a ser, no es como si estuvieran haciendo algo más, digo, algo que te moleste, después de todo por qué querrían hacerlo, - continuó el estadounidense sonando lo más natural y relajado posible.

Rusia se quedó pensándolo durante un momento... Al final, arrugó el cejo y se quedó de pie ahí, en el medio del recibidor, y después sonrió repentinamente.

-Te creo.

América sintió un ligero golpe en su pecho al momento de escucharlo y en seguida frunció la frente. - ¿Qué? – soltó de pronto tras unos segundos de corto silencio. Si lo único que nunca ha pasado durante todos estos años, era que Rusia realmente le creyera en algo, así que no pudo evitar que eso lo tomara por sorpresa. – Digo, ¡Por supuesto! – rió al final.

-Da.- el ruso siguió sonriendo, como si nada. -Quiero decir, es probable que lo olvidaras... Después de todo estamos hablando de ti, haha~ Por otro lado, dudo mucho que tú, de todas las personas en el mundo, me ocultaras algo tan importante para mí. Estamos hablando de mi querida hermana mayor, después de todo... Es como si yo fuera a ocultarte algo de suma importancia sobre Canadá-kun, ¿verdad? Ambos sabemos que eso nunca sucedería.

-Eh… no… nunca, supongo, - murmuró América, todavía un tanto confundido.

-Así que… ¿América-kun? No me estás mintiendo, ¿verdad?- y lo miró fijamente a los ojos, con una expresión no tan amenazante sino más bien de sincera credulidad. Tal vez…

América se tensó e intentó regresarle la mirada – Uhm… nnnno…-para después desviarla hacia otro lado al momento que respondía con lo mismo.

-Entonces mírame a los ojos y dilo de nuevo. Tú sabes que es Ucrania de quien estamos hablando… Da? Ucrania. Mi única hermana mayor, da? ¿No crees que es normal que me preocupe por ella? ¿Qué harías tú en mi lugar? –suspiró. –Aunque si dices que es la verdad, supongo que…

El rubio volvió a regresarle la mirada, para desviarla de nuevo y hacer la misma acción un par de veces más. Maldita sea, se sentía en una especie de juego de psicosis o…o… o… de esos juegos tétricos rusos que intentan manipularte la mente hasta querer hacértela explotar y…y…

Decidió quedarse quieto, topando sus ojos nuevamente con los del otro para aplicar su técnica de mirada convincente y penetradora (?) para responderle, pero apenas queriéndolo hacer mientras se mantenía en aquella posición, no tardó en desviarla nuevamente. – Aghhh ¡Bien! ¡No es así! – soltó por fin - ¡No sé por qué arman tanto escándalo de todas formas!

El ruso, por su parte, no pudo evitar felicitarse internamente. A pesar del lazo que lo unía con el americano la mayor parte del tiempo terminaba siendo imposible para él resistirse a manipularlo a su antojo –aunque cabe mencionar que muchas veces también era a la inversa-, y resultaba gratificante ver que a final de cuentas Estados Unidos no podía resistirse a algo así…

Como sea, frunció el cejo y apretó un poco más el plumero. Le había mentido, por alguna razón ya no tan difícil de imaginar, y aquello había sido de algún modo doloroso para él.

-¿No es así? ¿Qué quieres decir con que no es así? ¿Qué fue lo que te dijeron?

Para América le dio de pronto sencillamente igual seguir con lo demás y sinceramente no le veía gran cosa, después de todo. Por lo que encogió los hombros y soltó un suspiro, - me dijeron que hace poco tiempo están saliendo juntos, hum, y yo que creía que Canadá vendría saliendo con alguien como Cuba, - rió con lo último que dijo al hacerse una imagen mental.

Y Rusia lo escuchó reír. Fue cuestión de unos segundos en realidad… después se quedó en blanco, con la mirada fija en el americano y ya no dijo nada más. A pesar de que se lo había estado esperando, aún así, fue como un puñetazo en toda la cara escucharlo.

Que Ucrania, su hermana, casi su madre, estaba saliendo con alguien y ni siquiera se lo había comentado… Y lo principal: que ese alguien era el hermano de Estados Unidos.

América dejó de reír de golpe al notar el silencio inquietante del otro. – Huh.. ¿Rusia…?

Pero no hubo respuesta.

Hacía rato que Rusia había despegado.

[1] Cerdo. Aún no descubro la manera de decir "cerdito".

Notas: Por cierto, este fanfic no es sólo mío; lo estoy escribiendo junto con mi querida manis del alma, dabsieland (livejournal) ;o; que es a quien realmente se le ocurrió esta awesome idea.