Los personajes no me pertenecen, como saben son de su creador Himaruya-sama, excepto Angelo y Alessandro esos si son míos n.n Pablo y Chema les pertenecen a sus respectivas usser.

Perdonen las faltas de ortografía pero lo escribí en un momento de depresión.

Angelo/Vaticano, José/México, Pablo/Antioquía (olvide si este es su nombre de región perdón) Paulo/Portugal.

Bueno sin mas que decir, espero que lo disfruten.

Era un día más, y el se encontraba ahí frente a aquel lugar que tanto dolor le traía ¿Qué hacía ahí de nuevo?¿Acaso no había prometido no regresar? ¿Acaso era masoquista? Si, esa tenia que ser la respuesta a donde se encontraba en ese sitio de nuevo. Pero ese no era el punto, el punto era que su amor se había ido ¿por que? Pues nada mas y nada menos que por culpa de sus queridos sobrinos.

Había sido estúpido esperando que Jose Maria cambiara estando con su amado, y mas aun esperando que Pablo lo cuidará desde lejos como el lo hacia ¿Quien diría que 2 chicos que decían amar tanto a su ángel fueran los mismos que ocasionaron el fin de su vida?

Se puso de rodillas frente a la lapida y lloró -Sabes... Te extraño mucho- dijo colocando unas rosas blancas, que sabia eran las rosas eran las favoritas del italiano -Desde el momento en que terminamos nuestra relación, desde el momento en que decidiste regresar a América- acaricio con cuidado y una dulzura infinita la lápida -Angelo... Si no te hubieras ido... Ese bebe que tuviste pudo haber sido nuestro, pudiste haber sido feliz y yo contigo... -dijo tratando de que su voz no sonara entrecortada debido al llanto.

Luego de varias horas de estar ahí hablando, como si realmente esperará que Angelo apareciera y le respondiera a sus comentarios, escuchó unos pequeños pasitos que venían corriendo y se levantó viendo como un pequeño niño corría hasta donde el estaba.

Se talló los ojos y dudo un segundo ¿Angelo? No, eso era imposible, además El Niño aparentaba unos 6 años, no más... Pero entonces ¿Quien era?

-¿Eh? ¿Quién es usted?- pregunto El Niño con una voz tierna y suave, mirando al adulto con cierta curiosidad, curiosidad que el juraba haber visto en otro lado.

-Yo... Sólo vine a visitar a alguien importante- dijo mientras observaba al niño, sin duda era la copia de Angelo y seguramente era su hijo y de... Chema.

Tan pronto pensó eso miro a su alrededor buscando al chico, más sin embargo no lo vio cerca.

-ah... Ya veo... Yo también vine a ver a alguien a quien quiero mucho mucho- contesto el niño, volteando a ver la tumba de done sabía estaba su madre y miro el ramo de rosas blancas -¿las puso usted?- pregunto curioso dejando las suyas -A mami le gustan más las rosas rojas- le dijo con una sonrisa que sin duda había sacado de José porque se parecía demasiado a la de España.

-Si, fui yo...- tranquilo poniéndose a la altura del niño -lo recordare para la próxima vez que venga- le dijo tomando sus manitas y dándoles un besito, pensando en que el pudo haber sido su hijo... Si tan solo no hubiera dejado ir a Angelo.

-Claro!- dijo con una sonrisa el nene pero algo llamo su atención y luego miro de nuevo al hombre directo a los ojos - Disculpé ¿puedo hacerle una pregunta?- bajando la mirada tal y como lo hacia Angelo cuando le daba pena algo.

-Claro, pregunta lo que quieras pequeño pero antes que nada... ¿Me dirías tu nombre?- sonriéndole un poco.

-Me llamo Alessandro Rodríguez Vargas, pero mami me decía Ale y papá también me llama así- expresando contento el diminutivo con el que se refería su mamá -Señor... ¿Usted es un ángel?- con un brillito en los ojos.

-¿yo? ¿Un ángel?- sin entender -No Alessandro, yo no soy un angel- dijo sonriendo un poco.

-Si lo es!- dijo convencido el pequeño -Mamá me dijo que solo los ángeles se hacían daño, por que no les gusta la vida en la tierra- dijo mirando los brazos del mayor- dijo que el mundo los esta destruyendo y que por eso tratan de regresar al cielo. Mami me dijo que ellos son sensibles al dolor de los demás y de sí mismos- mirando abajo como si lo que dijo hubiera estado mal, pero... Lo dijo su mamá asi que estaba bien ¿no?

El hombre se quedo sorprendido, no esperaba que un niño a esa edad fuera a decir eso, mucho menos que se fuera a dar cuenta de las heridas en sus brazos -Tu mamá era muy sabio Ale- dando una pequeña sonrisa.

-Gracias, aunque el también es un ángel, solo que el ya regreso al cielo- con un poco de tristeza porque extrañaba mucho a su mamá.

-Seguramente desde el cielo te esta cuidando Ale- dijo mientras veía al niño asentir y le daba un besito en la frente, más al instante sintió como 2 personas se acercaban. Se separó del niño y busco notando que eran 2 jóvenes... Y no cualquiera si no sus "queridos" sobrinos.

-Tío/Portugal- dijeron José y Pablo casi al mismo tiempo mirando como el mayor estaba con el mas pequeño.

-Ustedes no tiene derecho a estar aquí, el único que lo tiene es Alessandro asi que por favor váyanse- dijo bastante serio, como en sus épocas de conquistador junto a España.

-Eso no es cierto! Nosotros...- sin embargo Pablo no término cuando vio al pequeño acercarse y jalarles de la mano.

-Vamos...- dijo el nene, más sin embargo se detuvo y volvió a donde estaba el otro adulto -Muchas Gracias por venir a ver a mamá señor...- dijo dándole un besito en la mejilla.

-Llámame Paulo, Y yo era muy buen amigo de tu mamá si alguna vez te siente mal con ellos puedes llamarme ¿ok?- dijo acariciando su cabecita.

-Aja...- no entendía muy bien pero el señor le había caído bien, además le había traído flores a su mami.

-Momento! El es mi hijo de sangre no te lo puedes llevar- dijo serio José.

-Puedo, porque el tendría a su madre de no ser por 2 personas que no supieron controlarse, que no supieron cuidarlo y que terminaron por arrancarle las alas a un ángel- dijo serio a ambos chicos -no tienes ningún derecho a estar aquí ni a reclamar- contesto mientras veía como el nene les decía que quería irse, porque se sentía triste en ese sitio a lo que los 2 jóvenes hicieron caso.

El por su lado, regreso frente a la lápida y dejo una cajita que contenía un anillo muy bonito con una piedra de igual color que los ojos de aquel ángel que ya había regresado al cielo -Perdón... Por favor Angelo espérame, aún no tengo el valor de alcanzarte- dijo sujetando sus brazos y sintiendo como el viento soplaba suavemente contra su rostro -te amo Angelo... Y te extraño- dijo a la nada, para después dar media vuelta e irse por el mismo camino que antes recorrieron José y Pablo.

-Hasta que nos volvamos a ver Angie- como promesa mientras regresaba a su vida normal.

Fin

Bueno eso fue todo, espero les haya gustado, dejen su opinión solo por favor recuerden el respeto . ¡Gracias!