Ankoku Ein, es un fic escrito en colaboración por Dikea y Hécate (dikate
productions S.A). Con este fic buscamos narrar una historia acerca del
amor, la lealtad y el valor, tratando de que el fic desborde acción y
aventura sin faltar, por supuesto, el romance y la pasión.
Todos los personajes de Ranma ½ son propiedad de Rumiko Takahashi, y
cualquier otro personaje pertenece a sus respectivas creadoras. Nuestra
trabajo ha sido realizado sin ningún ánimo de lucro. Esperamos que todos
los lectores disfruten de esta historia, fruto de mucho esfuerzo y ganas de
trabajar; pero sobretodo que todos puedan reír, llorar, emocionarse,
enamorarse....a la vez que los personajes ;en general que disfruten tanto
como nosotros escribiendo este fic porque es para ustedes: los seguidores
de esta magnífica, serie Ranma 1/ 2. Nos vemos al final del capitulo
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Ankoku ein:mundo maldito
Capítulo 1: Como en un día cualquiera . .
Al depositar su pie desnudo sobre el frío suelo de la habitación un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo haciéndole estremecer. Entonces deseo poder permanecer al reconfortante calor que pervivía aún entre las suaves sábanas de su cama; poder volver a reanudar el hermoso sueño que la había velado durante la larga noche; poder saborear durante unos instantes más la liberadora paz en los brazos de Morfeo; pero mientras aquellas agradables sensaciones la invadían y un suave sopor se apoderaba de sus sentidos, la repentina aparición de la imagen de su familia en su mente la hizo abandonar rápidamente sus deseos para tomar sus obligaciones.
Lentamente, como una flor abre sus pétalos a la luz de la mañana, Kasumi emergió de entre la sábanas; y con la misma calma se acercó a la ventana de la habitación para retirar las cortinas. Como de costumbre abrió de par en par la ventana para dejar entrar al recién amanecido sol. Suavemente tomó una profunda bocana de aire y dejó que la serenidad de la mañana invadiese su cuerpo revitalizándolo; súbitamente liberó todo el aire contenido en sus pulmones y en un casi inaudible pero dulce susurro pronunció un buenos días mamá ´´.
Acto seguido, se dirigió a su cómoda de la cual tomó algunas ropas y se dirigió a la ducha; el agua la refrescaría y terminaría de despertar sus sentidos para así poder comenzar con sus tareas.
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Akane abrazó con más fuerza aún su almohada, a la vez que por enésima vez se revolvía entre las sábanas; se había despertado demasiado temprano y ahora no era capaz a conciliar el sueño de nuevo. El ruido de la puerta del baño la sobresaltó.
debe ser Kasumi´´ pensó será mejor que vuelva a intentar dormir o estaré zoombie toda la mañana y Ranma no hará más que burlarse de mi´´
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Ranma acababa de deshacerse de una bella amazona que se había colado en su futón para despertar a su querido airen y poder ver juntos el romántico amanecer.
menos mal que Akane no se ha enterado, me habría matado´´ se giró bruscamente pero bueno y a mi que más me da lo que piense Akane´´ tiró con fuerza de las mantas-estúpida Akane-murmuró enfadado.
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La mañana ya había avanzado y la ciudad de Nerima había comenzado a despertar poco a poco. En una de las casas una joven preparaba un copioso desayuno para una numerosa y hambrienta familia que pronto empezaría a despertar demandando dicho alimento.
Mientras preparaba el desayuno moviéndose magistralmente por la cocina recordaba como cuando era una niña solía ayudar a su fallecida madre en la misma tarea en la que se encontraba enfrascada en ese momento. Cada estante, cada cajón, cada cazo,.....todo le recordaba a ella. Cuando cocinaba se sentía más cerca de ella; era como si su mano invisible la guiase en la preparación de una deliciosa comida para su adorada familia.
Sin tan siquiera darse cuenta posó su vista sobre el mandil que llevaba puesto y entonces recordó. Recordó como durante el funeral de su madre le había prometido a ésta que ahora ella se encargaría de cuidar a su familia. Al día siguiente se había levantado con el amanecer y aún descalza y con su pijama puesto, se deslizó silenciosamente por la casa hasta llegar a la cocina. No le hizo falta buscar demasiado, allí estaba, en el mismo lugar de siempre. Tomó una silla, se subió a ella y lo descolgó de la vieja percha de detrás de la puerta, lo sostuvo entre sus manos; aún permanecía en él su dulce aroma. La extrañaba tanto. Una solitaria lagrima se deslizó por su mejilla, apretó con fuerza aquel trozo de tela que tanto significaba para ella y con un gesto de decisión en su cara se puso el entonces enorme mandil de su madre. Sintió como su cálida esencia la rodeaba dándole nuevas fuerzas para continuar; decidida tomó la libreta con las recetas de su madre y se dispuso a preparar el desayuno.
Fue todo un desastre, una pequeña sonrisa se dibujo en la cara de la ahora adulta Kasumi, tan sólo hervir agua fue toda una odisea, pero finalmente lo consiguió; preparó un sencillo desayuno. La mirada de su padre cuando la vio salir de la cocina fue la mayor recompensa para ella, y desde entonces todo aquello se convirtió en una rutina; una agradable rutina para ella.
Nabiki ya debe estar por levantarse, ella siempre es la primera en hacerlo´´pensó la dulce Kasumi-será mejor que vaya preparándole la mesa para el desayuno.
Una vez hecho esto se dirigió a las puertas que daban al jardín, lugar donde solían jugar al shogi su padre y su tío Genma, y comenzó a abrirlas una a una para que el lugar estuviese ventilado para los dos.
-Buenos días Kasumi-saludó alegremente Nabiki mientras bajaba las escaleras- ¿está preparado el desayuno ya?
-si, Nabiki. Te lo serviré ahora mismo-
-no, no importa, ya lo hago yo-
-vaya hoy pareces muy contenta-
-si es que hoy haré grandes negocios-dijo con una gran sonrisa mientras guardaba un abultado sobre entre los libros de su cartera.
-bien, entonces seguiré con lo mío-
Abrió la última puerta y apoyó la cabeza contra el marco. Un destello llamó la atención de la joven. Rápidamente buscó con la mirada la fuente de aquella lucecilla que había captado su voluntad. Entonces en su búsqueda descubrió una pequeña flor, solitaria junto al estanque del jardín. Era sencilla pero hermosa, y parecía tan frágil, allí sin nada que la protegiese, parecía que el más leve soplo de aire la desintegraría, así sin más.
Aquel jardín, igual que la cocina, también llevaba hermosos recuerdos a su mente y otros no tan agradables. Allí había visto a sus hermanas aprender a dar sus primeros pasos, allí había consolados a las pequeñas Akane y Niabiki tras el funeral de su madre, allí había jugado numerosas veces con sus hermanas y padre, allí había observado con devoción como su madre se encargaba amorosamente del jardín, allí......habían pasado tantas cosas.
-buenos días Kasumi-nechan-saludó Akane con voz somnolienta
-oh! Buenos días Akane-chan. ¿te encuentras bien? Tienes cara de cansancio-
-si, estoy bien. Es sólo que no he dormido muy bien esta noche-intentó tranquilizar a su hermana-¿Nabiki se ha ido ya?
-Si, hace unos minutos que terminó su desayuno y se fue. Parecía muy contenta esta mañana-hizó una pequeña pausa-Ranma-kun no se ha levantado aún.¿Por qué no vas a despertarlo mientras yo os pongo el desayuno en la mesa?-
-¿por qué tengo que despertar a ese baka siempre? Volveremos a llegar tarde por su culpa-se quejaba la joven Tendo mientras se dirigía a la cocina.
De nuevo el destello apareció cegando la vista de Kasumi; pero esta vez había visto el origen del destello. No había sido otra cosa que la luz del sol atravesando una cristalina gota de rocío que se debatía con la fuerza de la gravedad sobre uno de los pétalos de la flor que había acaparado su atención durante aquellos minutos. Aquella flor seguro que habría fascinado a su madre, una amante de las flores que siempre decía estar segura de que el alma de las personas debía ser tan hermosa como una flor.
-mamá......te echo mucho de menos-pronunció con voz suave-¿qué tal estás? Aquí todos seguimos como siempre, felices y con buena salud-no sabía porque pero había tenido la súbita necesidad de hablar con su madre en ese momento, cosa que solo hacía por las noches en la intimidad de su cuarto- trato de cumplir la promesa que te hice, intento esforzarme en ello pero confieso que para mi es realmente agradable hacerlo. He podido ver crecer a Nabiki y Akane y me siento muy orgullosa de ellas-
-Nabiki es una buena chica, aunque lo que más le importe es el dinero estoy segura que renunciaría a él por cualquiera de nosotros. Es una chica cariñosa pero le cuesta demostrarlo y se escuda tras sus queridos billetes. Te echa mucho de menos; pero cree que no puede permitirse demostrarlo, desde el día en que te fuiste se volvió fría y superficial; pero yo sé que lo hace por nosotros supongo que creyó que ya había demasiada gente llorando en esta familia y decidió darnos fortaleza mostrando la suya, asi que no puedo reprocharle su frialdad ya que lo hizo sólo por nosotros, sobretodo por su pequeña hermanita Akane....Akane, pobrecita-
Akane, sin hacer caso del monólogo de su hermana, pasa al lado de esta con un cubo lleno de agua.
-Ella es la que más te añora, apenas te recuerda y eso la hace odiarse por ello, yo sé que cree que el no recordarte le hace pensar que no te quiere lo suficiente y eso es lo que le hace más daño. Puede que la gente piense que no es femenina pero yo se que es un ser muy dulce y me siento culpable; tal vez si yo me hubiese negado más rotundamente a que se obsesionase tanto con las artes marciales y hubiese intentado que se comportase más como una niña de su edad, las cosas no estarían así. Pero nunca pude negarle nada a esa pequeña y menos esto, cuando vi como las artes marciales le ayudaban a descargar toda su rabia e impotencia ¿cómo negarle eso? ¿cómo despojarla de su único consuelo? Y Ranma y sus insultos contribuyeron aún mas a su dedicación a la lucha, de manera que cada vez se hundía más creyendo que nunca podría ser una chica femenina, las ideas en la cabeza de Akane, ya caóticas de por si en su mente adolescente, no podían ser más confusas y entonces apareció la tía Saotome. Ha sido una buena influencia para ella, es como la madre que nunca conoció; la guía y escucha, ella la comprende y eso hace a Akane no sentirse tan desamparada sin una madre. Cuando la mira veo como sus grandes ojos color café irradian felicidad y seguridad. La tía ha sido una bendición venida del cielo, tal vez tu tengas algo que ver con su casual aparición.Si es así no podrías haber sido más oportuna-
-Papá está muy feliz desde que su querido amigo Genma está aquí, creo que le hace sentirse más joven y en cierta manera menos solitario; pero sé que aún piensa en ti a cada minuto del día, a veces le sorprendo mirando al infinito, susurrando tu nombre e intentando retener las lagrimas en sus ojos.......-
-Aaaahhh!!! Akane ¿por qué eres tan brusca?!!!- se oyó la voz de Ranma-chan desde la habitación de ésta.
-Y si no te levantas en seguida tendrás que ir sólo a la escuela!-le gritó Akane-encima de que le hago el favor de despertarlo todos los días va y me insulta- murmuraba enfadada mientras entraba en el salón para tomar su desayuno
-En cuanto ha Ranma y Akane como ves no pueden dejar de discutir; pero hacen una linda pareja ¿no crees? Yo estoy segura de que algún día arreglarán las cosas y te puedo prometer que Ranma será un buen esposo para ella; si no fuese así jamás habría permitido a papá cumplir esa tonta promesa con el tío Genma. Es un chico muy valiente y se preocupa mucho por Akane aunque es demasiado orgulloso. Y a pesar de que no lo quieran admitir están completa-mente enamorados, el paso del tiempo ha hecho que la atracción que sintieron al conocerse se haya fortalecido día a día y se ha convertido en un amor puro. Pero ellos no saben nada de amor, sobretodo Ranma; aunque no es de extrañar que con un padre como el suyo nunca haya conocido el amor; y sin embargo es un chico tan tierno y atento. Estoy segura de que cuando sea el momento adecuado, cuando nadie interfiera, todo saldrá como debe ser, mientras tanto seguirán queriéndose a su manera-
-buenos días chicas-saludó Soun Tendo-Akane, he oído voces, ¿has vuelto a discutir con Ranma?¿porqué no podéis llevaros bien?!!- un torrente de lagrimas surgió de los ojos del señor Tendo.
-papá.....-suspiró la aludida resignada a la terquedad de su padre con respecto al matrimonio.
-Kasumi hoy tengo mucha hambre así que tomaré doble ración de todo por favor-
-no hay tiempo tenemos que irnos, ya es tarde- dijo Akane sujetando fuertemente la trenza de su prometido mientras lo arrastraba por el suelo.
-pero Akane tengo hambre-
-te fastidias, haberte levantado antes-
Un cartel apareció en las zarpas de un panda sentado a la mesa: ''No te preocupes, yo me comerá tu comida. Se fuerte hijo''
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Kasumi Tendo-como ves todo sigue igual-
-Hija ¿con quién hablas?-
-eh? No, no es nada padre-y reanudo sus tareas.
-bien Saotome ¿le apetece jugar una partida de shogi?-
El panda movió la cabeza afirmativamente-muy bien esta vez no conseguirá hacerme trampa-
Un nuevo cartel volvió a salir de la nada: ''¿Cuándo he hecho yo trampas?''
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Frustración, realmente podía sentirla por todo su cuerpo interrogándola ¿porqué no podían mantener una conversación normal? No pedía una charla amena o divertida, un simple cruce de palabras le hubiese bastado, un mundano diálogo sería suficiente....; pero no, su relación era así y eso, por mucho que lo desease, nunca cambiaría.
Una tímida risa llamó su atención; era una pareja que como ellos se dirigía al instituto Furinkan. Con aire maternal observó como ninguno se atrevía a mirar al otro permaneciendo ambos pares de ojos clavados en el suelo como si les fuese la vida en ello; resultaba tiernos a los ojos de la joven Tendo. Las mejillas de la muchacha estaban teñidas por un pálido carmesí mientras el chico jugueteaba nerviosamente con el asa de su cartera. Ambos se esforzaban en conversar sin que se evidenciase su nerviosismo; ojalá Ranma y ella pudiesen experimentar algo asi......¿pero que estaba pensando? no, ni hablar, lo único que había querido expresar era su deseo de una buena amistad con él. Su compromiso era un hecho en sus vidas del que no podrían deshacerse fácilmente, al menos no hasta que cumpliesen 18 años, entonces la mayoría de edad les daría el derecho a romper el compromiso. Un matrimonio concertado era algo duro para una chica de 16 años, enterarse de la noche a la mañana que tendría que compartir el resto de su vida con un extraño no fue algo fácil de encajar y más estando enamorada de otro hombre en ese momento. Una alianza o mejor aún, una amistad entre ellos los habría hecho más fuertes ante sus padres y durante los largos meses habrían tenido alguien en quien apoyarse, nadie mejor que su compañero de fatigas podría entender sus sentimientos ante el forzado compromiso. Pero él se había empeñado en poner las cosas más difíciles aún.
Desde el primer día se lo había pedido amablemente ofreciéndole su amistad, aunque a él eso no pareció importarle en absoluto. Siempre supo que nunca podría sentir nada por aquel insensible chico que se empeñaba en humillarla e insultarla, pero ¿tanto la odiaba que ni siquiera podía soportar la idea de llevarse bien con ella? Sabía que podía ser muy dura con él y que nunca se paraba a escuchar sus explicaciones; pero él también la hería despreciándola y humillándola a cada momento que podía.
Desde hacía poco tiempo todo había cambiado, ella había cambiado. Lo que una vez creyó amor ahora no era más que simple cariño; lo que él le hacía sentir, eso era amor. En ese tiempo juntos, paso a paso, había aprendido a aceptarle, había aprendido a sentir su cariño entre sus protectores brazos, había aprendido a compartir su sufrimiento por la situación con su madre, había aprendido a escuchar las palabras que no podía pronunciar, había aprendido a encontrar cariño entre sus arrogantes palabras ....y cuando su voz la llamó a la vida en Jusenkyo, comprendió que había aprendido incluso a quererle con tal intensidad que era capaz de volver de entre los muertos sólo por él.
Volvió a mirar a la joven pareja. La tensión parecía haber disminuido; ahora se miraban, aún tímidamente, mientras charlaban amenamente acerca de una cita el próximo domingo. El chico, en un momento de valor, con la vista fija al frente, tomó la mano de su acompañante; ella se ruborizó violentamente mientras apretaba la mano del chico dándole a entender su aprobación ante el gesto. Ambos se miraron a los ojos dedicándose una mutua sonrisa; los nervios habían desaparecido. Ahora una linda pareja se dirigía a la escuela concentrados en su propio mundo, su compañero.
Aquella tierna visión dio a Akane Tendo el valor para intentar entablar una conversación con su prometido. Pero como cada nuevo intento, las palabras nacidas en su mente vieron la muerte en su garganta ante la experiencia, la cual le decía que dijese lo que dijese, tarde o temprano, él acabaría insultándola y hoy no se sentía con fuerzas para soportarlo. Cada insulto, cada hiriente palabra, hacía que su corazón se encogiese y el aire no llegase a sus pulmones mientras un leve sollozo luchaba por salir de su pecho, ¿por qué no podía evitar el dolor producido por los insultos del arrogante chico? Era seguro que a nadie le agradaba que le tratasen de la manera que él hacia con ella; pero no conseguía entender el dolor que la sobrecogía ante el hecho de que aquellas palabras salían de la boca de su prometido ¿acaso el amor dolía tanto? Sacudió la cabeza liberándose de aquellos confusos pensamientos.
Suspiró levemente. Hoy tampoco intentaría iniciar una conversación; prefería su silencio a su desprecio.
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Sus ojos escaparon a su control dedicando una furtiva mirada a su prometida. Maldita sea! Lo había vuelto a hacer, no podía evitarlo, era superior a él. Aquella chica que caminaba a su lado creaba en él un contradictorio deseo al que su mente se negaba; pero sus rebeldes ojos iban en contra de los dictados de su voluntad. Ella exhaló un pequeño suspiro y la expresión triste de sus rostro hizo desaparecer cualquier pensamiento de su mente. Su corta cabellera brillaba de manera especial bajo el sol de aquella mañana mientras la brisa matutina se deleitaba meciéndola suavemente. Sus grandes ojos miraban al horizonte distraídamente, su delicada piel parecía de porcelana y sus jugosos labios hipnotizaban completamente su ser. Cuantas veces los había mirado deseoso de hacerlos suyos, de acariciarlos lentamente con las yemas de sus dedos, recorriendo lentamente su contorno, de.......
''pero ¿qué demonios estoy pensando?''se preguntó el chico de la trenza'' es Akane! Esa chica no sabe comportarse como una chica, es violenta, no sabe cocinar, es fea y gorda ¿que clase de loco podría pensar lo contrario?''
Decidió abandonar aquellos absurdos pensamientos creados por su traicionero subconsciente, aunque a su juicio más bien habían sido creados por su somnolienta mente. No había podido dormir en toda la noche y cuando por fin lo había conseguido había aparecido Shampoo en su cuarto con el capricho de ver juntos el amanecer. Se sintió aliviado al pensar que Akane no se había enterado de aquello, sino ahora mismo estaría aún volando por los cielos de Nerima. Aquel pensamiento hizo que un pequeño escalofrío recorriese su cuerpo.
Parecía que ninguna de sus otras prometidas le molestaría en su camino a clases, hoy sería otra silenciosa mañana; aunque no había más que silencio entre su prometida y él, disfrutaba de ello. Era un silencio apacible que inspiraba en él quietud y paz, cosa que sólo con ella, y con nadie más, conseguía.
Sin darse cuenta una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro. Hoy podría disfrutar de ella.
. . Inusualmente habían llegado temprano a clase, mezclándose entre la multitud de alumnos atravesaron los portones del recinto escolar mientras la gran mayoría los observaba estupefactos. Hacía mucho que aquella pareja llegaba temprano a clases pero más aún que no armaban ningún revuelo en su llegada.
¿tan extraño será vernos llegar temprano a clases?´´ se preguntaba Ranma mientras sentía tal cantidad de miradas sobre él y su prometida. Decidió no darle importancia a las miradas de asombro, de todas formas parecía que el día había comenzado bien......o tal vez no.
-Akane Tendo!!!!!mi dulce damisela!!-aquellas melosas palabras gritadas a los cuatro vientos no podían ser más que de una persona; Kuno Tatewaki, el trueno azul del instituto Furinkan. El autoproclamado héroe del instituto corría para estrechar entre sus brazos a su amada mientras a su alrededor los demás estudiantes, el edificio del colegio, los árboles......; todo iba desapareciendo gradualmente dejando paso a una atmósfera de romanticismo que envolvía tan sólo a Kuno y Akane. Las distancias se hacían cada vez más cortas, ya podía oler el dulce perfume de la joven, un aroma lleno de frescura que le recordaba......le recordaba......le recordaba a su aftershave, eso demostraba que estaban hechos el uno para el otro, tenían los mismos gustos, usaban el mismo aftershave......¿aftershave?; pero antes de que pudiese asimilar aquel pensamiento un pie impactó en su cara dejándolo fuera de combate.
-Kuno, es demasiado temprano para que empieces a molestar con tus tonterías- suspiró con desdén el muchacho de la trenza, quien en un rápido movimiento se había interpuesto entre su prometida y el truncado Casanova. Sin tan siquiera inmutarse Akane continuó su camino al aula; hoy no tenía ganas de soportar aquella locura.
-La libro de ese idiota y ni siquiera se digna a darme las gracias-masculló con indignación el joven.
-Buenos días Ranma, parece que hoy has conseguido llegar a tiempo-saludó Daisuke mientras Hiroshi, con el mismo motivo de felicitación, le dedicaba a su amigo el símbolo de la victoria.
-Buenos días chicos-respondió al saludo el aludido-es cierto que hemos llegado a tiempo, pero a que precio, esa estúpida marimacho gorda y fea no me dejó desayunar y ahora me muero de hambre-un pupitre aterrizó en la cabeza del hambriento muchacho.
-te he oído, baka!!!-gritó una furiosa joven desde una de las ventanas del enorme edificio.
-nunca aprenderás a tener la boca cerrada amigo-le sermoneaban sus dos amigos mientras arrastraban al maltrecho chico rumbo a clase.
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Las clases habían transcurrido tranquilamente, el sueño, eterno enemigo del joven Saotome había sido mantenido a raya a duras penas hasta el momento. Animándose mentalmente se recordó a si mismo que sólo tenía que aguantar una clase más, entonces podría disfrutar de un delicioso almuerzo que le daría fuerzas para resistir el resto de las clases. Pero los renovados ánimos se desvanecieron por completo cuando vio atravesar la puerta de clase al Moriyama-sensei, profesor de historia. Esa clase no, cualquier otra menos aquella, no podría aguantar. Historia no era lo que se diría la asignatura preferida de Ranma, pero Moriyama-sensei podía conseguir que fuese más aburrida de lo que ya era por si sola. Aquel viejo hombre estirado se paseaba por la clase de un lado a otro con su libro de texto abierto entre sus manos leyendo con voz pausada y apesadumbrada.
''Esto no es bueno, nada bueno; si me coge durmiendo me matará ''
Todos los alumnos se levantaron y saludaron en silencio a su profesor, éste respondió al saludo y el alumnado ocupo su asiento. Con extrema calma posó su viejo maletín de cuero negro sobre su mesa y rebuscó en él hasta encontrar su libro de historia. Ojeó el libro con la misma lentitud de siempre hasta encontrar la página deseada, levantando la vista al frente se aclaró la garganta para permanecer en silencio durante unos segundos.
-Posiciónense en la página 142 de su libro de texto, hoy hablaremos de un hombre que hizo mella en su época, un hombre considerado como un loco brillante por muchos, Napoleón Bonaparte-posó su mirada sobre el texto que se hallaba ante él y comenzó a leer- Napoleón Bonaparte nació en 1769 en Córcega, hijo de Carlo Bonaparte y Letizia Ramolino, siguió la carrera militar en Francia y a los 16 años.........-
El aburrimiento respaldado por el sueño comenzó a apoderarse de Ranma, apoyó su cara sobre su mano mientras intentaba seguir la lectura.
-Fue nombrado jefe de las fuerzas de París y el 9 de Noviembre ocupó las cámaras legislativas. El golpe de estado fue aceptado favorablemente, tanto por la burguesía conservadora, que le veía como el hombre......-
Las palabras parecían haber emprendido una alocada danza en su libro de texto mientras la monótona voz de su sensei se iba perdiendo en la lejanía. Progresivamente sus párpados iban ganado peso, siendo a cada segundo más difícil mantenerlos abiertos. Involuntariamente su cabeza se deslizó por su mano, visitando durante unos breves segundos el país de los sueños, pero rápidamente recuperó la consciencia a tiempo de ser descubierto por su profesor. -En 1808 emprendió la ocupación de la Península Ibérica, si bien el ejército napoleónico se vio hostilizado por las guerrillas y tuvo que capitular en Bailén al mismo tiempo que en Alemania aparecía....-
Clok! un golpe seco inundó el salón de clases. Saliendo de la ensoñación, provocada por la pausada hipnótica voz de Moriyama-sensei, los alumnos dirigieron rápidas miradas al pupitre de su compañero de la trenza. El muchacho se encontraba roncando tranquilamente sobre su pupitre, ajeno a las risas de todos sus compañeros; exceptuando una jovencita con una enorme vergüenza ajena denotada en su escarlata rostro.
-Espero que de esta manera aprenda a dar a mis clases el respeto que se merecen señor Saotome- la puerta del aula se cerró brusquedad ocultando la cara de furia del desairado profesor.
Instantes después en el aula la calma había recuperado su reinado tan sólo interrumpido por la lectura del viejo Moriyama-sensei; mientras tanto en el exterior un muchacho ataviado con ropas chinas sostenía dos baldes de agua en cada mano luchando nuevamente con el sueño.
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Por fin llegó la tan esperada hora del almuerzo y si los hambrientos alumnos del instituto Furinkan, enfrascados en la difícil lucha por comprar su comida en la cafetería se hubiesen fijado, se habrían percatado de un muchacho parado en medio del pasillo. Ranma Saotome se encuentra mirando en todas direcciones mientras con ambas manos sobre su estómago intenta en vano acallar los rugidos de sus hambrientas tripas exigiendo su alimento.
Después de tanto movimiento la vista del joven se queda fija en un lugar concreto, su cara se ilumina al ver a su querida amiga Ukyo preparando sus de-liciosos okonomiyakis. A medida que se acerca a su parrilla una pícara sonrisa aparece en su rostro.
Al ver a que querido prometido una sincera sonrisa se dibuja en el rostro de Ukyo.
-¿Uno de calamares Ran-chan?-
-Claro U-chan!!-
-Toma, invita la casa- dijo servicialmente Ukyo mientras contemplaba como su prometido en un abrir y cerrar de ojos había acabado su okonomiyaki.
-gracias U-chan! Siempre puedo contar contigo-
-Vaya! Realmente hoy estabas hambriento-
-Para serte sincero esta mañana me he quedado sin desayunar por motivos ajenos a mi voluntad- pronunció con tono de reproche mientras pensaba en cierta jovencita de cabello corto.
-¿por qué no me cuentas esos motivos mientras te preparo otro okonomiyaki?-
-Estupendo U-chan, otro de calamares entonces-
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Aquella conversación había gozado de una hermosa oyente que ahora permanecía estática, observando la escena entre los dos amigos de infancia. Akane desvió su vista de aquella escena para posarla sobre su temblorosa mano, en la que sostenía un paquete envuelto con un pañuelo de infantiles de dibujos, un paquete que contenía el almuerzo que ilusionada había preparado para Ranma. Su vista comenzó a nublarse por la inminentes lagrimas que comenzaban a acumularse en sus vidriosos ojos. Rápidamente reaccionó; ya se había acostumbrado a aquellas decepciones, que desgraciadamente se habían convertido en frecuentes componentes de su vida diaria.
´´¿cómo se te ocurre ponerte así por ese baka?!" se reprendió a sí misma "eres una artista marcial, demuéstralo y compórtate como tal". Respirando profundamente comenzó a recuperar la compostura; las lagrimas se evaporaron de sus grandes ojos color café y el temblor se fue desvaneciendo paulatinamente.
El sonido de la campana se dispersó por el recinto escolar anunciando tristes noticias para los alumnos del instituto Furinkan; las clases se reanudaban. Con holgazanería los alumnos se fueron dirigiendo a sus respectivas clases, algunos intentan aprovechar los últimos segundos de su corta libertad invirtiéndolos en una animada charla, otros se evaden en pequeños juegos infantiles, otros pocos se resignan a su destino consolándose en la idea volver a casa; este pensamiento es el único que ocupa la mente de Akane Tendo.
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Inusualmente Ranma Saotome regresaba hoy tras un rutinario día de instituto acompañado de las dos hermanas Tendo, ambas absortas en su conversación acerca del nuevo grupo musical que estaba teniendo un gran éxito en Japón. Sin embargo, Akane no estaba tan atenta a la conversación como parecía; su mente estaba ocupada en otro asunto que le preocupaba más que un absurdo grupo musical.
Ranma la había rechazado nuevamente reemplazándola por otra de sus prometidas bonitas. Era cierto que Ranma nunca accedía a comer su comida, aunque ella siempre encontraba la forma de ''convencerlo'' de reconsiderar su negativa y comerse su comida. Aquello hería su orgullo profundamente, pero lo que más le molestaba era que nunca contase con ella, siempre anteponía a sus otra prometidas a ella. Pensándolo bien, si que había sido un monótono día. Akane se sentía frustrada e indignada, cada día aparecían nuevas locuras, decepciones y humillaciones que tenía que sobrellevar aparentando que no le afectaban, guardando siempre sus verdaderos pensamientos para compartirlos a solas con sus lágrimas. Pero ¿por qué? ¿Por qué tenia que ocurrirle todo aquello a ella?¿por qué no podía tener una relación normal con su prometido?. Esas preguntas le carcomía por dentro sin obtener nunca una respuesta llegando siempre al mismo pensamiento, se le negaba aquello que todos las personas experimentaban, tener una relación normal con una persona querida eso era lo que le hacía sentirse así.
Eso era lo que ella deseaba, deseaba poder hablar con Ranma si temor a ser herida por sus palabras o sus actos, deseaba poder caminar a su lado sin tener que estar alerta por el asedio de sus otras prometidas, poder mirarle a los ojos y perderse en su mirada sin miedo al rechazo, deseaba que desaparecieran la testarudez y el orgullo; que todo fuese distinto, eso era lo que realmente deseaba.
Aquel deseo se acrecentaba cada vez que contemplaba a tiernas parejas pasear de la mano, con las mejillas sonrosadas y la mirada de felicidad que sentían al estar al lado de la persona amada, sentir que esos momentos eran los pilares que sostenía sus vidas y los disfrutaban al máximo, como si fuera la ultima vez. Pero sus esperanzas se estrellaban contra el grueso muro que interponían los pretendientes, las prometidas, los retos,.........incluso el propio Ranma.
La imagen de Ranma y Ukyo durante la comida regresó a su mente, una punzada de dolor se asentó en su corazón, jamás conseguiría arrancar de Ranma una sonrisa igual a la que había dedicado a Ukyo, esa sonrisa de satisfacción al paladear el exquisito okonomiyaki de la joven cocinera jamás sería para ella y lo sabía.
Inmersa en sus pensamientos Akane caminaba junto a Ranma y Nabiki que ahora discutían acaloradamente acerca de unas fotos de cierta chica pelirroja. Un familiar sonido sacó a Akane de su estupor e hizo que Ranma y Nabiki interrumpiesen su discusión, un sonido que causó la aparición de distintos sen-timientos en los tres individuos; temor, ira e alegría.
-¡¡¡ AIREEENN !!! -gritaba Shampoo montada en su bicicleta de reparto de comida.
Ante la aparición en escena de la amazona la cara de Akane denotaba gran irritación, Ranma pensaba con todas sus fuerzas como salir airoso de esta conocida situación, y como no, la mente calculadora de Nabiki maquinaba la manera de obtener algunos ingresos extras para su cuenta personal. Y para variar, la rutina tenia que hacer honor a su nombre y pasó lo que siempre pasa.
Tras el sonido de un golpe seco, lo siguiente que se pudo apreciar fue a Ranma por los suelos con la bellísima Shampoo saludándole con un efusivo y sugerente abrazo. Ranma comenzó a transpirar al sentir el calor del aura de combate de Akane, quien mantenía sus ojos, llenos de furia, fijos en él.
Nabiki observaba la cómica escena, siempre le divertía ver a Ranma y a Akane envueltos en aquel tipo de situaciones, no le preocupaba en lo más mínimo sus enfados, no hacía falta ser un genio para saber que esos dos se amaban, así que siempre aprovechaba esos momentos para sacar beneficio propio. El día en que aquellos dos se declarasen su mutuo amor sería una gran perdida para su bolsillo.
Sin embargo, a Akane no le resultaba nada graciosa aquella escena, sino que le confirmaba algo que ella sabia pero que en el fondo de su corazón se negaba a aceptar, que ella no significaba nada para Ranma. Y allí permanecía el susodicho, mirándola con Shampoo en sus brazos sin hacer el más mínimo esfuerzo por apartarse de ella, despreciándola una vez más. Mientras esos pensamientos surcaban la mente de la chica Ranma permanecía conteniendo la respiración, contemplando como con cada caricia de Shampoo el aura de combate de su prometida se expandía a su alrededor; entonces supo que ya no había forma de escapar.
Numerosos pensamientos se agolpaban en la cabeza de la joven Tendo, resumiéndose todos en una única conclusión, ya demasiadas veces había presenciado esa escena, y no lo permitiría, no permitiría ni una humillación más, él no se merecía cada una de las lágrimas que había derramado por su causa. Ella lo había intentado todo, siempre poniendo cuanto podía de su parte; pero parecía que para Ranma eso no era suficiente. Un nudo se instaló en su estómago y sintió como las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos clamando por libertad. No quería llorar, no quería mostrar debilidad; pero las cristalinas manifestaciones de sus sentimientos iban tomando control de ella y pronto correrían libres por sus mejillas. Quiso ser fuerte, mitigar por un momento su dolor, dejar de mostrar su debilidad ante los demás. Y lo intentó, luchó, tomó su coraje y lo interpuso a su dolor.
Para asombro de los presentes, quienes ya esperaban ver a Ranma volando por los cielos, el aura de Akane se redujo en un pequeño parpadeo luminoso que poco a poco acabó por extinguirse. Akane sintió como sus fuerzas se debilitaban, ahí estaba él frente a ella, hiriéndola, destrozando su alma; sus fuerzas se diluyeron en su amargura, no pudo más. Una solitaria lágrima escapó a su voluntad y sólo un ¿por qué?´´ escapó de sus labios.
No podía hacer otra cosa más que mirarla, escudriñar en sus ojos intentando franquear su fría mirada.
-¿por qué Ranma?-volvió a repetir, esta vez en un susurro. La súbita necesidad de correr se apoderó de ella, su único deseo era evadirse del mundo y del dolor, tumbarse en su cama y dejar correr el tiempo. Pero no, había tomado una decisión y la mantendría, comenzó a caminar lentamente continuando su camino a casa, pero en cuanto giró la esquina, sintiéndose a salvo corrió, corrió tan rápido como pudo hasta su casa, hasta su refugio.
La vio desaparecer calmadamente tras la esquina, jamás hubiera esperado una reacción asi de ella y menos la suya propia. Había querido insultarla, que ella le hubiese golpeado y asunto arreglado; pero no fue capaz, simplemente se quedó estático al ver la mirada de Akane, no pudo más que pronunciar el nombre de su prometida en un susurro, susurro sordo a oídos ajenos.
La reacción de la joven Tendo no sólo había perturbado al chico, también había hecho mella en las otras dos espectadoras. Nabiki Tendo se sintió pero-cupada, por primera vez sintió preocupación por la joven pareja; sólo una vez había visto esa mirada en Akane, durante el funeral de su difunta madre. No toleraría que su pequeña hermanita volviese a experimentar ese dolor, no se quedaría quieta viéndola sufrir.
-Ranma Saotome- pronunció arrastrando las palabras observándolo con dura mirada- más te vale solucionar esto-
-Vamos Nabiki- intentó ocultar su preocupación en sus palabras- se le pasará enseguida, recuerda que es una marimacho pronto se le olvidará, los celos son cosas de chicas.
-muy bien, entonces me verá obligada a colgar por las paredes de la escuela una foto muy comprometedora de tu hombría, ¿ves que cosas tan horribles me haces hacer, cuñadito?-
Ranma sudó frío, ¿fotos comprometedoras de su hombría? miles de fotos en su forma femenina pasaron por su imaginación, sería mejor hacer lo que ella le dijese, era mejor no jugar con Nabiki; además debía admitir que nunca antes había visto una actitud así en Akane. Sin pensárselo más, se desprendió del pegajoso abrazo de Shampoo, retomando así su camino a casa.
a veces puedo ser muy persuasiva´´pensó orgullosa de si mismano puedo creer que se haya tragado ese farol, mira que es ingenuo este chico, ni tan siquiera me ha pedido pruebas´´
Shampoo había permanecido prácticamente ajena a los hechos pero la última acción de su airen había sido bastante patente en sus ojos. Allí, sola en mitad de la calle, permanecía estupefacta, tratando de asimilar la situación repitiéndosela mentalmente.
se ha ido, se ha ido tras ella y me ha dejado aquí´´ Poco a poco comenzó a levantarse del suelo mientras sentía como la furia crecía en su interior, no lo toleraría, las cosas no acabarían así. Ella que era una guerrera, una bella amazona a la que ningún hombre podía resistirse había sido rechazada.
Ranma, por mi honor que serás mío´´ masculló presa de la ira y la indignación, entonces un pensamiento cruzó por su mente-el hechizo......- susurró diabólicamente sintiendo como una súbita brisa la envolvía jugueteando con sus cabellos.
. .
Ranma Saotome avanzaba lentamente por las calles de Nerima, temeroso de enfrentarse a su prometida, él que siempre alardeaba de su valor y coraje se sentía vulnerable ante ella, tan sólo su presencia bastaba para que todo ese coraje se desvaneciese convirtiéndose en timidez y miedo. Sabía que debía disculparse con ella y esta vez más que nunca debía ser sincera, una disculpa sincera. Inhaló profundamente. Por fortuna, después de caminar tras él gran parte de su recorrido, Nabiki había decidido separar su camino del suyo excusándose con negocios, eso le había dado tiempo para pensar sobre lo ocurrido y en como debía encarar la situación; el chico frenó en seco,es cierto ¿qué le voy a decir?´´. Debería pensar una posible disculpa durante el resto del trayecto sino quería meter la pata diciendo lo que no debía, aunque sabía por experiencia que de todas formas, con una elaborada disculpa o sin ella, lo acabaría haciendo una vez más, como era costumbre.
Sin saber como, perdido en sus pensamientos, había llegado a la casa. Era el momento de la verdad, se detuvo frente a la puerta principal intentando acumular todo su coraje antes del temido enfrentamiento y cuando por fin iba a atravesar el umbral oyó las voces de los cabeza de familia conversando tranquilamente en su camino a la cocina. Si le veían dirigirse al cuarto de Akane inevitablemente todo se liaría, contando con que no le estuviesen esperando para reprenderle; el sólo pensamiento de la gigantesca cabeza de Soun Tendo gritándole por haber hecho llorar a su pequeña no le era muy agradable; aunque por el tono alegre de sus palabras podía deducir que ese no era el caso; de todos modos la mejor estrategia sería utilizar la ventana.
Justo cuando iba a tocar el cristal la vio, vio una imagen que lo petrificó. No esperaba ver a Akane así, lo habitual era que estuviese llorando pero en lugar de ello estaba sentada en su cama, abrazada a su almohada con la mirada completamente perdida. No creyó prudente interrumpirla, lo mejor sería dejarla a solas con sus pensamientos, además no se sentía con fuerzas para soportar verla en una postura tan desoladora. Decidió bajar a entrenar al dojo, así le daría tiempo a ella, y tiempo a si mismo.
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Interiormente agradeció que se hubiese ido, tal vez él no se había dado cuenta aún pero ya había aprendido a percibir su presencia siempre que estaba cerca. Aliviada al haber eludido un enfrentamiento para el que sabía que todavía no tenía fuerzas volvió a encerrarse en su mente.
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Se quedó inmóvil, manteniendo perfectamente su kata, su mente fue invadida por la imagen de Akane dedicándole su hermosa sonrisa, una de esas sonrisas que tan difícilmente veía adornar su angelical rostro.
La razón que nos da la fuerza para enfrentarnos a la vida,
Lentamente su cuerpo continuó delineando los movimientos de la kata. Una de esas sonrisas sinceras, que hacían que su respiración se cortase, que la tierra desapareciese bajo sus pies y no existiese cielo sobre su cabeza. El ritmo de sus movimientos fue aumentando.
puede llevarnos al cenit de los más bellos sentimientos
Una sonrisa que obligaba a su corazón a acelerarse, nublaba su cabeza en un dulce mareo. Él podía hacer cualquier cosa por una de esas sonrisas; pero
de la misma forma que puede destruirnos;
hoy había hecho lo imperdonable, había ocasionado que sus hermosos ojos se inundasen de cristalinas lágrimas, que en su boca no hubiese cabida a una sonrisa. Aumentó la velocidad de forma frenética.
llevando al caos nuestros pensamientos y emociones.
Sus labios temblorosos le pidieron distancia. Rápidos movimientos intentaban dar rienda suelta a su furia. Sus lágrimas le imploraron, no más, no me lastimes. Un iracundo puñetazo al aire. Perdió el equilibrio. Allí quedó, en el frío suelo, golpeándose en su inconsciente por haber dañado lo más valioso para él.
Que difícil es tener sentimientos,
Allí estaba, sentada junto a la ventana, mirando al cielo, sin moverse, sin pensar. Así, sin más. La frustración y el dolor habían ido desapareciendo poco a poco dando paso a la calma y la paz. Su respiración era ahora pausada y el ardor, producto de las amargas lágrimas, había abandonado sus ojos.
cuánto más hermosos, más frágiles,
La vista fija en el cielo y la mente en blanco; que distinta postura a la adoptaba hasta momentos antes, tumbada en su cama llorando desolada por un hombre. Jamás pensó que ella acabaría así; fuerte, siempre fuerte, ella era fuerte, no una débil mujer que se dejaba llevar por sus sentimientos. Pero todo era distinto. Volvió a vaciar su mente, ahora no quería pensar en eso, sólo deseaba no pensar, simplemente dejar pasar las horas.
un dulce gesto, una palabra amable, nos dan la vida
El cielo estaba espléndido, pintado de un hermoso color azul y plagado de esponjosas nubles. No tardaría en caer el sol engalanando el firmamento de bellos tonos naranjas; cuya visión siempre hacia crecer una suave calidez en su pecho, tan sólo comparable a la producida por las amables palabras de prometido. Su corazón rememoró aquella sensación producida por sus sinceros gestos y acciones, cuando la salvaba de algún peligro, cuando en la única mutua compañía disfrutaba de su presencia, cuando sus ojos azules profundizaban en su mirada....
tan fácilmente como nos la arrebatan,
Era inútil. Por mucho que lo intentase su subconsciente se volvía en su contra devolviendo su mente a aquel horrible momento. Una y otra vez volvían las imágenes a su cabeza, Shampoo sobre Ranma sin él hacer nada por evitarlo. La urgente necesidad de deshacerse en lágrimas la inundaba mientras luchaba contra ella. Quería ser fuerte, luchar contra sus desoladores sentimientos. Deseaba no sufrir más, no más por un hombre, volver a ser la que fue, la que odiaba a los hombres, escudándose así del amor.
destrozando nuestra alma y rompiendo nuestro corazón.
No tuvo más fuerzas. Una solitaria lágrima recorrió el camino de sus predecesoras, mientras otras tantas no tardarían en seguirla. Y mientras observaba al inminente ocaso hacer acto de presencia, dejando fluir libremente sus lágrimas, decidió que estas serían las últimas dedicadas a él.
. .
Tímidos golpes en la ventana fueron los causantes de la ruptura de la ensoñación que dulcemente la había envuelto hasta ahora; sin tan siquiera mirar sabía que era él, ¿cómo no saberlo? aquella escena se había repetido tantas veces que ya formaba parte de su vida diaria. Su cuerpo reaccionó por instinto ante la situación iniciando su lento recorrido hacia la ventana. Allí estaba él, el causante de su sufrimiento.
Escudriñó su rostro, ya no había rastro de llanto pero su mirada continuaba vacía. La chica abrió la ventana y dándole la espalda se retiró para dejar pasar a su visita.
-¿Qué quieres Ranma?-como dolía esa pregunta cargada de indiferencia.
-Yo, pues....verás....-el guión de tan repetida escena había cambiado, lo normal hubiese sido una disculpa, una nueva disputa y una buena paliza, pero esta vez era distinto, ella lo había exigido así al lanzar su hiriente pregunta.
-No tengo todo el día, si lo que quieres es que te ayude con los deberes silo dilo-mantener la frialdad comenzaba a convertirse en una difícil tarea, creyó que si no le miraba todo sería más sencillo; pero sabía que estaba ahí, tras ella, podía percibir su presencia haciéndola a cada momento más débil.
Palabra alguna salió de su boca, no sabía que hacer o decir, ¿tanto daño le había hecho? Akane resopló con fuerza, entonces reaccionó.
-no yo sólo quería.....esto....mmm.....preguntarte como estás; después de lo de Shampoo y toda la escenita.....ya sabes-al no obtener respuesta alguna comenzó a sentir el enojo crecer en su interior-venga Akane no entiendo porque te has puesto así, no me digas que te pusiste ¿celosa?- seguía siendo ignorado, el enojo, sin previo aviso, paso a convertirse en incontrolable furia y las palabras se apelotonaron en su boca antes de que pudiese darse cuenta de su significado- tienes que comprender que soy un hombre increíblemente atractivo y las mujeres me adoran; además deberías agradecer que me muestre en publico con una marimacho gorda y plana como tú, eso beneficia a tu imagen.....- se tapó la boca con ambas manos aún sabiendo que ya era demasiado tarde, solamente cabía esperar la paliza que le tocaba recibir.
Akane luchaba contra si misma por poder dejarse llevar y darle su merecido; pero esta vez las cosas serían distintas, de ahora en adelante su vida iba a cambiar, cumpliría con su promesa, no volvería a dejar que él le hiciese más daño.
-si ya has acabado de insultarme sal de mi cuarto-esa fue la inesperada sustituta de un gancho de derecha de su prometida; pero las cosas no se queda-rían así, conseguiría que reaccionase de una forma u otra, y el sabía la más efectiva.
-veo que por fin has admitido la realidad, así me gusta Akane que comiences a reconocerlo-
-fuera-
-y ahora quieres estar sola para empezar a aceptarlo, progresas mucho marimacho-
-te he dicho que te vayas estúpido engreído-en su promesa no había dicho nada de no defenderse...
-maldita cabezota, intento disculparme y lo primero que haces es ignorarme y ahora me insultas
-mira quien fue a hablar, el que comenzó a insultar fuiste tú si no recuerdo mal-
-¿yo?!!!no podía esperar menos de una chica violenta como tú, echarme a mi la culpa...-
-serás...serás...baka!-los viejos tiempos comenzaban a revivirse
-plana-poco a poco fueron acortando distancias
-pervertido- encarándose en una acalorada discusión
-violenta sin atractivo-los insultos ejercían una fuerza magnética entre sus cuerpos
-fenómeno-sus rostros distaban muy poco uno del otro
-ma...ma...mari...-no pudo acabar, la proximidad del rostro de su prometida era demasiada, miró en sus ojos y volvió a ver vida en ellos, volvían a ser los mismo vivaces ojos; un ligero rubor tiñó sus mejillas. Akane se extrañó del tartamudeo del chico y su posterior rubor le dio la pista final para darse cuenta de la postura en que se encontraban. Sintió como sus ojos azules escudriñaban en los suyos haciendo que también un tono carmesí se distinguiese en sus mejillas. Ambos podía sentir el roce de la nariz de su compañero en la suya propia. El aliento de ambos mezclándose en el aire al par que sus corazones comienzan a acelerarse.....
-lo siento- la voz de Ranma era ahora suave y sincera.
Durante escasos segundos Akane guardo silencio, disfrutando de la situación, acto que el chico agradeció saboreando el momento en la misma forma que su compañera.
-no importa-los dos sintieron el alivio relajando sus músculos, el asunto había sido zanjado; pero para Akane Tendo era la última disputa, cumpliría su promesa y se sentía reconfortada de que todo acabase así. Se separaron lentamente.
-entonces vamos a cenar, me muero de hambre-como siempre mostrando su entusiasmo por la comida
-si, vamos-le observó atravesar la puerta mientras una triste sonrisa se dibujó en su rostro adiós Ranma´´
El chico volvió a aparecer por el umbral- si no tienes hambre me comerá tu comida- y echó a correr en dirección al comedor.
-nunca cambiarás-susurró con melancolía-Saotome, ni se te ocurra tocar mi cena!!-gritaba una jovencita persiguiendo a su prometido escaleras abajo. . .
El momento era el propicio, en realidad la única oportunidad. Cologne había marchado a su pueblo natal para resolver ciertos inconvenientes que reclamaban su presencia como matriarca de la tribu. Mousse, en cambio, había sido fácil de manipular; unas cuantas palabras melosas y lo había mandado a hacer algunos recados. Asi que gozaba de la intimidad necesaria para sus planes.
Encendió una cerilla, el sulfúreo olor penetró en su nariz. Inhaló con fuerza y comenzó la ardua tarea de encender las 99 inmaculadas velas dejando viajar su mente meses atrás.
Flashback Cough,cough,cough....había tanto polvo acumulado en aquel viejo desván que sencillamente flotaba en el aire; limpiar aquella habitación sería un trabajo tan fácil como agradable. Interiormente maldijo su suerte. Ese día no sólo se había visto frustrado su intento de conquistar nuevamente a Ranma, sino que su bisabuela viendo que aquel caluroso día anunciante de la primavera no invitaba precisamente a tomar un humeante tazón de ramen, tuvo la brillante idea de que aquel día era el idóneo para tan ardua tarea. Idea con la que ella había estado completamente deacuerdo hasta que supo que se le había asignado a ella y no a Mousse. El torpe chico-pato era quien debería realizar aquel trabajo indigno de una amazona como ella; pero su bisabuela había alegado que aquel cuarto albergaba demasiados secretos de la tribu de la supremacía femenina como para dejar que un simple hombre curiosease entre ellos. Definitivamente no sería un buen día, sólo le quedaba la resignación frente a su mala fortuna.
Fin Flashback El silencio reinaba en el Nekohaten. Iluminado tan sólo por la tenue luz de las velas, que en su humilde existencia intentaban abatir a las sombras que ha-bitaban los rincones.
Tomó una gruesa tiza blanca y se dispuso a trazar en el suelo un calco exacto de la extraña imagen impresa en el viejo papel que temblaba entre sus manos. Una vez terminado el dibujo comenzó con la parte más importante, las ofrendas. Con armoniosos movimientos se movió alrededor de la esotérica imagen colocando en cada uno de los puntos cardinales chinos un pequeño cono de incienso.
Primero el este. Sobre un pequeño trozo de la madera más antigua de los bosques de China colocó un cono de incienso.
-Long-Huang, en tu honor y fuerza mi señor-encendió el incienso de lavanda- azul, como el cielo que derrama lagrimas por los nobles caídos en la lucha por la justicia.
Continuó su recorrido hasta llegar al norte, en el cual colocó una diminuta vasija de barro llena del agua más pura de los ríos de China. Junto a ella, un nuevo cono de incienso.
-Gui Xian, en tu bondad, sabiduría y eternidad mi señor-acercó la llama al cono de azahar-blanco, como el alma de los puros que siguen la estrecha senda de la magnánima iluminación.
Nuevamente se movió alrededor del dibujo. Esta vez fue el turno del Oeste, donde depositó un pequeño trozo de metal extraído de las vírgenes montañas de China. Sobre él puso otro cono de incienso.
-Bai Hu, en tu coraje y virtuosidad mi señor- el cono de azafrán comenzó a arder- marrón, como el óxido que cubre las espadas de los justos guerreros guardianes de la verdad.
Regresó al inicio de su recorrido. Finalmente el sur, en el que colocó un pequeño cuenco dorado que albergaba brasas traídas de uno de los grandes templos de China. A su lado, el último cono de incienso.
-Feng-Huang, en tu abudancia y prosperidad mi señor-unió la llama al incienso de fresa-rojo, como la sangre derramada por los puros en aras de la paz.
Flashback Miró a su alrededor, parecía mentira que una habitación tan pequeña pudiese alojar tal cantidad de cosas, siendo éstas en su mayoría grandes arcas repletas de viejos y polvorientos pergaminos. Se sentía totalmente aislada en aquella lúgubre habitación apenas iluminada por el pequeño farol que se encontraba junto a ella. Llevaba más de dos horas de trabajo y la escalofriante sensación que le había producido entrar allí aún no había desaparecido, aunque lo más desesperante era que ni siquiera había limpiado y ordenado la mitad de los trastos que la rodeaban; pasaría el resto de la tarde terminando su tarea. Mientras aquella desesperanzadora previsión cruzaba su mente un pergamino llamó su atención; parecía realmente viejo, probablemente el más antiguo de todos los que había visto durante la tarde. Su inquieta curiosidad la empujó a romper el sello obviando el carácter de advertencia de este.
Con sumo cuidado desenrolló el papel, era tan viejo que con toda seguridad cualquier movimiento minimamente brusco lo haría desquebrajarse por completo. Lo primero que pudo observar en la cabecera del escrito fue un símbolo, que si bien era muy antiguo igualmente era conocido por toda amazona; era un símbolo prohibido, reservado en escasas ocasiones a las más altas amazonas; era el símbolo de la primer amazona.
Durante el aprendizaje, toda amazona estudia la historia de su pueblo, lo primero que aprenden es la historia de su primer antepasada y mostrándoseles su símbolo para que, venerándolo con devoción, jamás lo utilicen; acción castigada con la muerte. Ella nunca olvidaría la segunda vez que tuvo el honor de tenerlo ante si; como heredera de la supremacía femenina, en su decimoquinto cumpleaños se le obsequió con un regalo muy especial; se le permitió ver uno de los escritos sagrados.
Dichos escritos sagrados eran las escrituras de las primeras amazonas, manuscritos celosamente custodiados por las más altas sacerdotisas de la tribu. Se decía que contenían la sabiduría de la primer amazona transmitida a sus discípulas más directas; pero la realidad era que nadie, salvo la más antigua amazona, poseía en su totalidad los conocimientos descritos en los pergaminos; sólo se daba el privilegio de leer uno de los pergaminos a la heredera de la supremacía femenina el día en que alcanzaba la mayoría de edad amazónica. Sí leía aquel pergamino estaría quebrantando la ley más importante de su tribu; y tal y como demostraba el sello en perfecto estado momentos antes de ser destruido por su propia mano, ni siquiera su bisabuela había osado contradecir aquella estricta ley; pero la idea de ser la única amazona con el conocimiento de dos de los pergaminos era demasiado tentadora y la sed de poder destruyó las dudas restantes continuando con la peligrosa lectura.
Fin Flashback El denso humo del incienso ascendía por el aire, impregnando el local de un empalagoso aroma que adormecía los sentidos despertando la mente.
En medio de la oscuridad se encontraba arrodillada en el suelo, en el interior del circulo de tiza, espina dorsal del dibujo que la bella amazona de cabellos púrpura había trazado. Situó frente a ella una enorme vela de pálido amarillo, que momentos antes había sido grabada con extrañas alegorías por su propia mano. Haciendo gala del más perfecto mandarín pronunció cuatro cortos rezos, uno a cada una de las deidades del panteón Chino.
Terminados los rezos, encendió una cerilla bendecida por una alta sacerdotisa del templo de Baima y con ella dio vida a la mecha de la enorme vela, la número 100. Cerró los ojos en señal de concentración.
Flashback A cada línea, a cada nueva palabra leída su expectación así como su emoción crecían desmesuradamente; aquel escrito era la llave que encerraba la clave para conseguir al que se había convertido en su meta desde que había llegado a la ciudad de Nerima, Ranma Saotome.
Era justo lo que necesitaba, el escrito relataba la forma de llevar a cabo un hechizo que le concedería cualquier deseo que ella pidiese. Mientras las campanas de boda sonaban en sus oídos recordó el símbolo que había visto hacia tan sólo unos instantes; poseer aquel símbolo convertía al hechizo en una salida muy peligrosa para ella. Recordó que en una ocasión cuando era una niña su bisabuela le explicó que, aunque aquellos escritos eran tachados de extremadamente peligrosos no podían destruirlos ya que formaban parte de su tradición y su pasado; los escritos sagrados recordarían a las generaciones venideras lo caro que se pagaba jugar con la magia, ya que el abuso de estos hechizos de magia negra, algunos de ellos robados a sus enemigos, habían estado apunto de destruir por completo a las amazonas. Lo que no entendía por completo era qué hacía aquel pergamino sin la protección de una sacerdotisa tal y como debiera ser. Unas líneas que hasta entonces habían pasado desapercibidas a sus ojos despejaron sus incógnitas:
Tú, loca estúpida, que te aventuras entre las líneas de este manuscrito, inconscientemente amenazas con condenar tu alma. Cautela, ella te salvará de la más absoluta perdición. Con este hechizo apostarás tu alma: un solo error causará tu condena a la vida eterna en la muerte física, capturándose el ánima en el cuerpo negada del control que en tus manos reside ahora. Tú castigo: sufrimiento, infierno de dolor ante las heridas de los que amas. Triste soledad, impasible silencio; únicos compañeros en la perpetuidad.
La advertencia ha sido declarada, en tus manos queda haberla escuchado.
Ahora la joven china dedujo que las sacerdotisas habían pedido a la matriarca que cuidase de tan importante pergamino; pero ¿cómo había dejado el escrito en le desván sin protección alguna? Ella conocía perfectamente la respuesta, su bisabuela podía ser la más fuerte de la tribu pero su memoria dejaba mucho que desear y habría mezclado los pergaminos sin darse cuenta olvidándose de éste tan importante. Lo cierto es que los despistes de su bisabuela podían ser realmente irritantes; pero en aquella ocasión le había proporcionado una buena estrategia para la conquista de su amado Ranma; por supuesto no pensaba usarla, no era estúpida, sabía que aquella advertencia no era una broma y el riesgo era demasiado grande; aunque podía ser un buen as en la manga en caso de emergencia.
Desechado el uso del hechizo se animó a conquistar a su amado con sus evidentes encantos, después de todo ella no sólo era una amazona, era la heredera de la Supremacía femenina, ningún hombre podía resistirse a ella, tarde o temprano el muchacho caería a sus pies, se aseguraba mentalmente a si misma la altiva amazona.
Miró el reloj el descanso había sido demasiado largo, aún quedaba mucho por hacer y poco tiempo para ello. Si no se daba prisa en terminar sabía que como castigo se quedaría sin cenar y lo cierto era que su estómago ya empezaba a clamar por comida; así que con gran desgana se dispuso a reanudar el desagradable trabajo mientras ideaba nuevas estrategias para obtener al hombre que ocupaba su corazón y ponerlas en práctica a la mañana siguiente.
Fin Flashback Abrió los ojos con determinación. Después de lo ocurrido aquella mañana sabía que había llegado la hora, la hora en la que se decidiría su destino, la hora en que Ranma Saotome fuera suyo para siempre. Alzó las manos en señal de rezo e inclinando la cabeza hacia atrás aspiró el delicado aroma de la estancia, y con voz queda a la vez que potente pronunció las palabras que marcarían su sino.
. .
Otro golpe sin compasión fue recibido por la misma piedra que le había acompañado desde el inicio del camino de vuelta al Nekohaten. Frustrado se había regañado mentalmente desde hacia varios minutos. Siempre dejándose manipular por la orgullosa amazona, se avergonzaba de si mismo, pero no podía evitar los sentimientos que despertaban en él por causa de la chica de los cabellos violetas porque desde el primer momento supo que era amor. Sonrió irónico; él que hasta aquel día había renegado del amor como si de una maldición se tratase, había abandonado dicha convicción desde el instante en que sus mirada se posó en ella.
Sin darse cuenta había llegado ya a casa. Su casa, por primera vez la había considerado como tal y eso le hizo feliz, feliz por poder llamar hogar al mismo techo que cobijaba a su amor, su primer hogar.
El restaurante estaba cerrado así que decidió entrar por la puerta trasera. Pero cuando iba a abrir la vieja puerta vio los cubos de basura repletos. Era obvió que si él no lo remediaba permanecerían asi por siglos, odiaba que las dos mujeres se aprovechasen asi de él. Cargó ambos cubos mientras mascullaba maldiciones.
. .
Sagrados dioses de mis antepasados,
eternos amos de mi devoto pueblo,
magnánimas señores del mundo místico,
etéreas deidades del infinito cosmos,
¡ oíd mi súplica !
aquellos que guardan las llaves del mundo,
de la compuerta que precede a los sueños
y pasiones, las puertas que esconden las
emociones de los corazones mortales,
¡ oíd mi súplica ¡
Que todos aquellos que desde el cielo
miran a través de los cristales del mundo,
aquellos que descienden de las estrellas
y gobiernan lagos y océanos,
tierra, aire, fuego y metal;
presten oídos a mis ruegos.
Que los corazones de los mortales se quiebren,
que hagan eco las trompetas de fuego de los abismos
del centro de la tierra, que suenen las llaves
y se abran las puertas custodias de la magia,
que el deseo de mi corazón sea escuchado.
Una tenue luz nació del circulo de tiza hasta alcanzar el techo, actuando como una mágica barrera. Sintió como el cálido fulgor penetraba gentilmente en su interior, compartiendo con ella el mayor poder que jamás había visto. El hechizo había resultado y este era el momento de expresar su más ferviente deseo que pronto se haría realidad.
Con suavidad, saboreando el ansiado momento, pronunció las palabras que cuidadosamete había elegido-deseo que...-
. .
Recogida la basura entró en la casa aún maldiciendo.
-si no fuera por mi este estúpido restaurante estaría en la ruina-se fue enfureciendo-todo se habría ido ya al...-
. .
-sean abiertas las puertas del corazón de...- . .
no pudo ahogar el grito-INFIERNO!
. . Un potente haz de luz iluminó durante breves instantes la noche de Nerima. Desde las nocturnidad de las calles de la ciudad observó el espectáculo junto a su prometida, después de la pelea y la reconciliación dio gracias de que la cocina se hubiese estropeado y les pidiesen que fueran a comprar la cena.
Era un hermoso celeste el que surcaba los cielos; sabía de su fascinación por esa clase de exhibiciones, se giró para observar como otras tantas veces el reflejo del asombro infantil ante el mágico espectáculo. Nuevamente aquel día le volvía a sorprender, la reacción de la chica no era la fascinación pueril acostumbrada sino que miraba con ojos soñadores la brillante luz, observó su semblante bañado por el celeste resplandor, se veía hermosa pero distinta, algo había cambiado en ella aquel día, algo que jamás volvería. Embriagado por las dulces facciones de su prometida se permitió olvidarse de todo, disfrutando únicamente de ella en ese momento.
Siempre había gustado de los fuegos artificiales pero esta vez no eran un simple entretenimiento para ella, sino que sentía que era una señal, una bienvenida a la nueva Akane; era el comienzo a una nueva etapa. Un sentimiento renovador bullía en su interior invitándola a perderse en la euforia de dar un paso adelante en el camino de la madurez; observó con orgullo el añil brillo representante de la fina línea del presente que separaba su pasado de su futuro. Puede que solamente fuesen unos simples fuegos artificiales pero para ella eran los más hermosos que jamás hubiese visto; sus pensamientos se detuvieron en secó, en la ciudad no había ninguna feria o festival por lo que no tenían sentido los fuegos artificiales; pero si no eran fuegos artificiales ¿qué otra cosa podían ser?
Recorrió con su mirada el camino trazado momentos antes por el celeste fulgor hasta llegar a su origen; un barrio ciertamente familiar a sus ojos. El punto concreto de origen no era claro pero debido a su ubicación no era difícil averiguarlo, no podía ser otro que el lugar de ese barrio más acostumbrado a esa clase de sucesos: el Nekohaten.
-Ranma...-su intento por advertir a su prometido no era necesario, éste al ver aflorar la preocupación en los ojos de la chica divisó lo que con tanta ansiedad miraba y era obvio que había compartido sus conclusiones. Sin dar tiempo a la chica a reaccionar comenzó una desesperada carrera hacia el restaurante chino; sabia que la magia era algo habitual entre aquel trio pero esto escapaba a los limites de lo que ellos conocían como normalidad. Escuchó las pisadas de Akane, ésta no se había quedado atrás y había tomado su misma decisión, pero no podía esperarla, no podía dejar que lo frenase; no si los habitantes del Nekohaten estaban en peligro; aceleró su carrera. . .
Abrió bruscamente la semidestruida puerta para encontrarse con un escenario que jamás hubiese esperado, no pudiendo hacer más que mirar sorprendido lo que ante él se presentaba. Obstaculizado por una espesa cortina de polvo buscaba con la mirada algún rastro de superviviente entre aquella destrucción. Al tiempo que la polvareda comenzaba a dispersarse el nerviosismo parecía acrecentarse; a sus espaldas un ahogado grito de Akane le indicó que ella ya había dado con el objeto de su propia búsqueda.
La amazona China al detectar la presencia de los recién llegados giró su rostro para dirigir una suplicante mirada llena de terror. Su bello rostro estaba salpicado de un tibio líquido rojizo que se diluía con las saladas lágrimas que habían escapado a su control y en sus brazos un moribundo Mousse respiraba con gran dificultad. La cara del joven sufría varios cortes sangrantes y las manchas carmesí que se extendían por sus ropas denotaban que el resto de su cuerpo no había corrido mejor suerte que su rostro. Una gran mancha de líquido vital se extendía rápidamente por el vientre del muchacho chino, si bien estaba vivo, ello no tardaría en dejar de ser una realidad. Alarmado ante la escena y quizás por instinto se colocó ante su prometida en posición de combate preparado para todo o quizás no todo; por primera vez desde que había llegado al ahora devastado restaurante se fijó en un conglomerado de brillantes colores que conformaban una especie de circulo y ante éste una nauseabunda criatura se erguía imponente mientras que sus ojos exploraban inquietos el nuevo mundo que se había abierto ante él.
-Al fin-la profunda voz que había dado vida a aquellas palabras inundó la habitación provocando que los cuatro jóvenes se estremeciesen-Al fin libre-
Nunca pensó que tan breves palabras pudiesen crear semejante efecto de desamparo; sintió como el miedo la tenía completamente paralizada y por primera vez en su vida se sintió presa del verdadero terror. Sintió como su corazón se encogía a la par que un escalofrío recorría su espalda obligando a sus piernas a temblar involuntariamente. Algo en su interior le decía que su temor poseía fundamentos más que suficientes. Su vista comenzó a nublarse lentamente, su mano trató de buscar un punto de apoyo aferrándose a la única silla que permanecía en pie en el ruinoso restaurante. Intentó recuperarse cerrando los ojos por unos segundos, empeñándose en controlar el insistente mareo, vano intento que sólo le llevó a descubrir un creciente vacío en su vientre. El persistente mareo, el progresivo vacío.......el mal presentimiento se convirtió en un mal augurio.
Su vista comenzó a despejarse lentamente, se concentró en su abdomen para que dicha molestia sufriese el mismo destino que su compañera; pero era inútil, podía sentirla expandiéndose en su interior, mudando en una pequeña fuerza que parecía tirar de ella. Presa del pánico, en un débil intento, trató de llamar a su prometido; pero no salió palabra alguna de su boca. Las circunstancias llamaron a la desesperanza quien hizo su trabajo provocando que las fuerzas de la chica comenzasen a flaquear hasta el limite del desmayo y en un último intento estiró la mano en busca de su prometido, pero antes de siquiera tocarlo lo vio, vio la luz traspasando su pálida mano. Manos, brazos, piernas,......la luz practicaba el mismo efecto en el resto de su cuerpo, toda ella se estaba desvaneciendo lentamente en el silencio.
La situación era delicada y sabía que debía actuar con mucha cautela; pero esa era una idea a la que se resistía el flujo de adrenalina que se agolpaba en su cerebro. Miró a la desvalida pareja de chinos, antes de que el combate diese lugar debía sacarlos de allí, Mousse cada vez estaba más pálido, necesitaba llevarlo con el doctor Tofu, su vida estaba en sus manos. Luego estaba Shampoo que parecía en estado de shock, desde su llegada apenas no se había movido; ella no sería de mucha ayuda asi que sólo quedaban Akane y él. La estrategia era sencilla: distraer al enemigo mientras Akane ayudaba a escapar a los demás, luego él se encargaría de esa cosa.
-Akane yo lo distraeré, tú saca a Mousse y Shampoo de aquí ¿de acuerdo?- sacando a flote toda su arrogancia intentó parecer seguro para darle fuerzas a su prometida.
En la lejanía pudó escuchar las palabras del joven.
No hubo respuesta. Rezó para que Akane no se encontrase en el mismo estado que Shampoo y sin quitar la vista de su oponente le gritó para traerla de nuevo a la Tierra-Akane!-Nueva ausencia de respuesta.
Sintió como sus fuerzas terminaron por desvanecerse y no hubo más que oscuridad.
La impotencia lo convirtió en su presa; desesperado, se giró bruscamente.......nada; sólo pequeños destellos celestes flotando en el aire en recuerdo de la joven Akane.
Fin del primer capítulo
. . . .
dikea: oh, dios mio! Pobrecita Akane ¿qué le ha pasado?
hécate: como si no lo supieras ¬¬U.....que la ha palmao jajaja...JAJAJAJAJA
dikea: oh hécate ¿cómo puedes decir eso de nuestra querida Akane? ¿y el pobrecito de Ranma? quedará desolado TT No seas tan mala hécate- chan,deberias ser más comprensiva
hecate:está bien....si tanto quieres que estén juntos, lo haré por ti: en el próximo capitulo mato a Ranma y se van juntitos al cielo
dikea: cielos!! ¿cómo puedes ser tan cruel? además, el amor de ranma y akane prevalecerá ante todas las adversidades(cara de ryoga cuando sueña despierto)
hécate: ¿amor?!! ¿qué es eso? el amor no existe, al final sólo hay muerte y en el segundo capitulo cuando mate a tu Ranmita, Akane estará esperándolo en el cielo pero él se irá al infierno por pervertido
dikea: hécate ranma no es un pervertido, solo es un adolescente que esta descubriendo cosas nuevas...
hécate: si,si, cosas nuevas......seguro que se cayó en el lago de la chica ahogada adrede para poder transformarse en chica y entonces me.....
dikea: hécate, por dios, modera ese lenguaje barriobajero que puede haber menores de edad leyéndonos
hecate: pero que lenguaje barriobajero ni que ocho cuartos, yo sólo digo la verdad; que él muy pervertido se transforma para.....
dikea: hécate, ya basta! cómo sigas así tendré que obligarte a tomar tus pastillas
hecate: ¿pastillas? me gustaría verte intentarlo santurrona
dikea: cielos, esta chiquilla va a acabar conmigo un dia de estos (dikea coge el móvil ) hola ¿hospital psiquiatrico Cogeaeseloco? Si, necesito que me manden un par de enfermeros (mira a hécate con indecisión) si, que sean bien musculosos
hecate: ¿a quién has llamado?
dikea: a nadie cielo, estas delirando, ¿tienes fiebre? (mano en la frente), deberias controlar mas tus acciones...
hécate: ¿como que ha nadie? pero si te he visto coger el telefono, que estoy loca pero no ciega
NiNO NINO NINO(de la ambulancia se bajan dos enfermeros muy forzudos)
hécate: ¿dikea?
dikea: si,es ella (empiezan a salir lagrimas de los ojos de dikea)
hécate: dikea, diles que paren, que era una broma, ¿dikea? DIKEAAAAAA!!!
dikea: portate bien, haz caso a los médicos y haz muchos amiguitos (despidiendo con un pañuelo blanco en la mano)
hécate: volveré ¿me oyes?!!! Volveré para cargarme a Ranma!! VOLVERÉ!!! jejeje...jajajaja...JAJAJAJAJAJA!!!
dikea:oh! queridos lectores, perdonen a mi amiga, es un poco...bueno..."unica", si(una gran gota aparece en la cabeza de dikea)..eso...es unica(un enfermero pasa volando junto a ella)
hécate-NUNCA TE LIBRARAS DE MI DIKEA JOJOJOJOJOJOJOJO (risa Kodachi)
-sujetadla bien!!! Traed unos sedantes!!!!-
dikea(la gota se hace enorme): Antes de nada me gustaría darles las gracias por leer nuestro fic, ah! es taaaan bonitooo...bueno a lo que iba...este fic lo hemos hecho mi amiga (q por diversos motivos ahora mismo no esta presente) y yo con mucha ilusión. Hemos tratado(con muchos contratiempos) de escribir un fic lleno de aventura, acción y diversión en el que por supuesto haya cabida para el romance así que los amantes de la acción no os desanimeis porque aunque en este primer capitulo ha habido mucho romance las batallas, retos y enemigos pronto llegaran para abrumar a nuestros amigos...(la puerta de la ambulancia se abre de repente)
hécate(tono psicópata): dikea, guapa. VEN AQUÍ !
dikea: esto....,creo que es hora de que me despida
hécate: vamos ven, no te voy a hacer nada
dikea: nos vemos en el próximo capitulo
hécate: DIKEA!
dikea: si es que sobrevivo (dikea corre a toda leche)
hécate: el corre que te pillo, mi juego favorito (los ojos de hécate se inyectan en sangre) puedes huir pero no esconderte (corre tras dikea) DIKEEEEEAA!!!!
Dikea: SOCOROOO!!!!!!-
.
Continuará......... . Notas de las autoras:
Baima(caballo blanco): primer templo budista de China. Se encuentra en Luoyang, provincia de Henan. Cuenta la leyenda que una noche el Emperador Mingdi, de la dinastía Han del Este, soñó con un hombre de oro de más de tres metros y medio de altura de cuya cabeza salía una luz que iluminó la sala donde se encontraba. . A la mañana siguiente el emperador contó a sus oficiales lo que había visto en sus sueños y uno de ellos, llamado Fu Yi, le aseguro que había soñado con Buda, un dios de Occidente. Acto seguido el emperador envió a Cai Yin, Qin Jing y a otros a Tianzhu (actual India) en busca de las escrituras budistas. Cuando Cai, Qin y los otros llegaron a lo que hoy en día es Afganistán se encontraron con los célebres monjes indios Kasyapamatanga y Dharmaranya, los cuales se encontraban en aquel lugar enseñando las doctrinas budistas. En el año 67 d.n.e. cargaron sobre un caballo blanco las escrituras budistas escritas en sánscrito y un retrato de Sakyamuni -Buda- pintado sobre fieltro blanco y regresaron a Luoyang llevando con ellos a los dos monjes indios. El emperador alojó a los monjes en los aposentos para emisarios extranjeros situados en el interior del Templo Honglu durante los años que duró la construcción del nuevo templo. Este fue llamado el Templo Baima (Caballo Blanco), para que la gente recuerde el caballo blanco que trajo sobre sus lomos las escrituras budistas y el retrato de Sakyamuni. . Long-Huang, Gui Xian, Bai Hu y Feng-Huang: son Seiryuu, Genbu, Byakko y Suzaku respectivamente. A la hora de elaborar el hechizo hemos uti-lizado los nombres chinos de estos cuatro dioses basandonos en las virtudes que representan(fuerza,sabiduria,....,) el punto cardinal que les pertence asi como los elementos que se les atribuyen(agua, metal.....) según la mitología china. . (dikea aparece de nuevo mirando en todas direcciones y en voz baja): buf! No está aquí. Se me olvidaba decirles que para cualquier comentario acerca de nuestro fic, bueno o malo, sólo tienen que escribirnos a , nos haría mucha ilusión asi que escribannos; prometemos contestar. Y muchas gracias por leer nuestra historia.
hécate: te he visto!!!
Dikea: oh no, ya está aquí. AAAAAAAAAHHHHHHHHH!!!!!!
Hécate: JOJOJOJOJOJO
Ankoku ein:mundo maldito
Capítulo 1: Como en un día cualquiera . .
Al depositar su pie desnudo sobre el frío suelo de la habitación un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo haciéndole estremecer. Entonces deseo poder permanecer al reconfortante calor que pervivía aún entre las suaves sábanas de su cama; poder volver a reanudar el hermoso sueño que la había velado durante la larga noche; poder saborear durante unos instantes más la liberadora paz en los brazos de Morfeo; pero mientras aquellas agradables sensaciones la invadían y un suave sopor se apoderaba de sus sentidos, la repentina aparición de la imagen de su familia en su mente la hizo abandonar rápidamente sus deseos para tomar sus obligaciones.
Lentamente, como una flor abre sus pétalos a la luz de la mañana, Kasumi emergió de entre la sábanas; y con la misma calma se acercó a la ventana de la habitación para retirar las cortinas. Como de costumbre abrió de par en par la ventana para dejar entrar al recién amanecido sol. Suavemente tomó una profunda bocana de aire y dejó que la serenidad de la mañana invadiese su cuerpo revitalizándolo; súbitamente liberó todo el aire contenido en sus pulmones y en un casi inaudible pero dulce susurro pronunció un buenos días mamá ´´.
Acto seguido, se dirigió a su cómoda de la cual tomó algunas ropas y se dirigió a la ducha; el agua la refrescaría y terminaría de despertar sus sentidos para así poder comenzar con sus tareas.
. .
Akane abrazó con más fuerza aún su almohada, a la vez que por enésima vez se revolvía entre las sábanas; se había despertado demasiado temprano y ahora no era capaz a conciliar el sueño de nuevo. El ruido de la puerta del baño la sobresaltó.
debe ser Kasumi´´ pensó será mejor que vuelva a intentar dormir o estaré zoombie toda la mañana y Ranma no hará más que burlarse de mi´´
. .
Ranma acababa de deshacerse de una bella amazona que se había colado en su futón para despertar a su querido airen y poder ver juntos el romántico amanecer.
menos mal que Akane no se ha enterado, me habría matado´´ se giró bruscamente pero bueno y a mi que más me da lo que piense Akane´´ tiró con fuerza de las mantas-estúpida Akane-murmuró enfadado.
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La mañana ya había avanzado y la ciudad de Nerima había comenzado a despertar poco a poco. En una de las casas una joven preparaba un copioso desayuno para una numerosa y hambrienta familia que pronto empezaría a despertar demandando dicho alimento.
Mientras preparaba el desayuno moviéndose magistralmente por la cocina recordaba como cuando era una niña solía ayudar a su fallecida madre en la misma tarea en la que se encontraba enfrascada en ese momento. Cada estante, cada cajón, cada cazo,.....todo le recordaba a ella. Cuando cocinaba se sentía más cerca de ella; era como si su mano invisible la guiase en la preparación de una deliciosa comida para su adorada familia.
Sin tan siquiera darse cuenta posó su vista sobre el mandil que llevaba puesto y entonces recordó. Recordó como durante el funeral de su madre le había prometido a ésta que ahora ella se encargaría de cuidar a su familia. Al día siguiente se había levantado con el amanecer y aún descalza y con su pijama puesto, se deslizó silenciosamente por la casa hasta llegar a la cocina. No le hizo falta buscar demasiado, allí estaba, en el mismo lugar de siempre. Tomó una silla, se subió a ella y lo descolgó de la vieja percha de detrás de la puerta, lo sostuvo entre sus manos; aún permanecía en él su dulce aroma. La extrañaba tanto. Una solitaria lagrima se deslizó por su mejilla, apretó con fuerza aquel trozo de tela que tanto significaba para ella y con un gesto de decisión en su cara se puso el entonces enorme mandil de su madre. Sintió como su cálida esencia la rodeaba dándole nuevas fuerzas para continuar; decidida tomó la libreta con las recetas de su madre y se dispuso a preparar el desayuno.
Fue todo un desastre, una pequeña sonrisa se dibujo en la cara de la ahora adulta Kasumi, tan sólo hervir agua fue toda una odisea, pero finalmente lo consiguió; preparó un sencillo desayuno. La mirada de su padre cuando la vio salir de la cocina fue la mayor recompensa para ella, y desde entonces todo aquello se convirtió en una rutina; una agradable rutina para ella.
Nabiki ya debe estar por levantarse, ella siempre es la primera en hacerlo´´pensó la dulce Kasumi-será mejor que vaya preparándole la mesa para el desayuno.
Una vez hecho esto se dirigió a las puertas que daban al jardín, lugar donde solían jugar al shogi su padre y su tío Genma, y comenzó a abrirlas una a una para que el lugar estuviese ventilado para los dos.
-Buenos días Kasumi-saludó alegremente Nabiki mientras bajaba las escaleras- ¿está preparado el desayuno ya?
-si, Nabiki. Te lo serviré ahora mismo-
-no, no importa, ya lo hago yo-
-vaya hoy pareces muy contenta-
-si es que hoy haré grandes negocios-dijo con una gran sonrisa mientras guardaba un abultado sobre entre los libros de su cartera.
-bien, entonces seguiré con lo mío-
Abrió la última puerta y apoyó la cabeza contra el marco. Un destello llamó la atención de la joven. Rápidamente buscó con la mirada la fuente de aquella lucecilla que había captado su voluntad. Entonces en su búsqueda descubrió una pequeña flor, solitaria junto al estanque del jardín. Era sencilla pero hermosa, y parecía tan frágil, allí sin nada que la protegiese, parecía que el más leve soplo de aire la desintegraría, así sin más.
Aquel jardín, igual que la cocina, también llevaba hermosos recuerdos a su mente y otros no tan agradables. Allí había visto a sus hermanas aprender a dar sus primeros pasos, allí había consolados a las pequeñas Akane y Niabiki tras el funeral de su madre, allí había jugado numerosas veces con sus hermanas y padre, allí había observado con devoción como su madre se encargaba amorosamente del jardín, allí......habían pasado tantas cosas.
-buenos días Kasumi-nechan-saludó Akane con voz somnolienta
-oh! Buenos días Akane-chan. ¿te encuentras bien? Tienes cara de cansancio-
-si, estoy bien. Es sólo que no he dormido muy bien esta noche-intentó tranquilizar a su hermana-¿Nabiki se ha ido ya?
-Si, hace unos minutos que terminó su desayuno y se fue. Parecía muy contenta esta mañana-hizó una pequeña pausa-Ranma-kun no se ha levantado aún.¿Por qué no vas a despertarlo mientras yo os pongo el desayuno en la mesa?-
-¿por qué tengo que despertar a ese baka siempre? Volveremos a llegar tarde por su culpa-se quejaba la joven Tendo mientras se dirigía a la cocina.
De nuevo el destello apareció cegando la vista de Kasumi; pero esta vez había visto el origen del destello. No había sido otra cosa que la luz del sol atravesando una cristalina gota de rocío que se debatía con la fuerza de la gravedad sobre uno de los pétalos de la flor que había acaparado su atención durante aquellos minutos. Aquella flor seguro que habría fascinado a su madre, una amante de las flores que siempre decía estar segura de que el alma de las personas debía ser tan hermosa como una flor.
-mamá......te echo mucho de menos-pronunció con voz suave-¿qué tal estás? Aquí todos seguimos como siempre, felices y con buena salud-no sabía porque pero había tenido la súbita necesidad de hablar con su madre en ese momento, cosa que solo hacía por las noches en la intimidad de su cuarto- trato de cumplir la promesa que te hice, intento esforzarme en ello pero confieso que para mi es realmente agradable hacerlo. He podido ver crecer a Nabiki y Akane y me siento muy orgullosa de ellas-
-Nabiki es una buena chica, aunque lo que más le importe es el dinero estoy segura que renunciaría a él por cualquiera de nosotros. Es una chica cariñosa pero le cuesta demostrarlo y se escuda tras sus queridos billetes. Te echa mucho de menos; pero cree que no puede permitirse demostrarlo, desde el día en que te fuiste se volvió fría y superficial; pero yo sé que lo hace por nosotros supongo que creyó que ya había demasiada gente llorando en esta familia y decidió darnos fortaleza mostrando la suya, asi que no puedo reprocharle su frialdad ya que lo hizo sólo por nosotros, sobretodo por su pequeña hermanita Akane....Akane, pobrecita-
Akane, sin hacer caso del monólogo de su hermana, pasa al lado de esta con un cubo lleno de agua.
-Ella es la que más te añora, apenas te recuerda y eso la hace odiarse por ello, yo sé que cree que el no recordarte le hace pensar que no te quiere lo suficiente y eso es lo que le hace más daño. Puede que la gente piense que no es femenina pero yo se que es un ser muy dulce y me siento culpable; tal vez si yo me hubiese negado más rotundamente a que se obsesionase tanto con las artes marciales y hubiese intentado que se comportase más como una niña de su edad, las cosas no estarían así. Pero nunca pude negarle nada a esa pequeña y menos esto, cuando vi como las artes marciales le ayudaban a descargar toda su rabia e impotencia ¿cómo negarle eso? ¿cómo despojarla de su único consuelo? Y Ranma y sus insultos contribuyeron aún mas a su dedicación a la lucha, de manera que cada vez se hundía más creyendo que nunca podría ser una chica femenina, las ideas en la cabeza de Akane, ya caóticas de por si en su mente adolescente, no podían ser más confusas y entonces apareció la tía Saotome. Ha sido una buena influencia para ella, es como la madre que nunca conoció; la guía y escucha, ella la comprende y eso hace a Akane no sentirse tan desamparada sin una madre. Cuando la mira veo como sus grandes ojos color café irradian felicidad y seguridad. La tía ha sido una bendición venida del cielo, tal vez tu tengas algo que ver con su casual aparición.Si es así no podrías haber sido más oportuna-
-Papá está muy feliz desde que su querido amigo Genma está aquí, creo que le hace sentirse más joven y en cierta manera menos solitario; pero sé que aún piensa en ti a cada minuto del día, a veces le sorprendo mirando al infinito, susurrando tu nombre e intentando retener las lagrimas en sus ojos.......-
-Aaaahhh!!! Akane ¿por qué eres tan brusca?!!!- se oyó la voz de Ranma-chan desde la habitación de ésta.
-Y si no te levantas en seguida tendrás que ir sólo a la escuela!-le gritó Akane-encima de que le hago el favor de despertarlo todos los días va y me insulta- murmuraba enfadada mientras entraba en el salón para tomar su desayuno
-En cuanto ha Ranma y Akane como ves no pueden dejar de discutir; pero hacen una linda pareja ¿no crees? Yo estoy segura de que algún día arreglarán las cosas y te puedo prometer que Ranma será un buen esposo para ella; si no fuese así jamás habría permitido a papá cumplir esa tonta promesa con el tío Genma. Es un chico muy valiente y se preocupa mucho por Akane aunque es demasiado orgulloso. Y a pesar de que no lo quieran admitir están completa-mente enamorados, el paso del tiempo ha hecho que la atracción que sintieron al conocerse se haya fortalecido día a día y se ha convertido en un amor puro. Pero ellos no saben nada de amor, sobretodo Ranma; aunque no es de extrañar que con un padre como el suyo nunca haya conocido el amor; y sin embargo es un chico tan tierno y atento. Estoy segura de que cuando sea el momento adecuado, cuando nadie interfiera, todo saldrá como debe ser, mientras tanto seguirán queriéndose a su manera-
-buenos días chicas-saludó Soun Tendo-Akane, he oído voces, ¿has vuelto a discutir con Ranma?¿porqué no podéis llevaros bien?!!- un torrente de lagrimas surgió de los ojos del señor Tendo.
-papá.....-suspiró la aludida resignada a la terquedad de su padre con respecto al matrimonio.
-Kasumi hoy tengo mucha hambre así que tomaré doble ración de todo por favor-
-no hay tiempo tenemos que irnos, ya es tarde- dijo Akane sujetando fuertemente la trenza de su prometido mientras lo arrastraba por el suelo.
-pero Akane tengo hambre-
-te fastidias, haberte levantado antes-
Un cartel apareció en las zarpas de un panda sentado a la mesa: ''No te preocupes, yo me comerá tu comida. Se fuerte hijo''
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Kasumi Tendo-como ves todo sigue igual-
-Hija ¿con quién hablas?-
-eh? No, no es nada padre-y reanudo sus tareas.
-bien Saotome ¿le apetece jugar una partida de shogi?-
El panda movió la cabeza afirmativamente-muy bien esta vez no conseguirá hacerme trampa-
Un nuevo cartel volvió a salir de la nada: ''¿Cuándo he hecho yo trampas?''
. .
Frustración, realmente podía sentirla por todo su cuerpo interrogándola ¿porqué no podían mantener una conversación normal? No pedía una charla amena o divertida, un simple cruce de palabras le hubiese bastado, un mundano diálogo sería suficiente....; pero no, su relación era así y eso, por mucho que lo desease, nunca cambiaría.
Una tímida risa llamó su atención; era una pareja que como ellos se dirigía al instituto Furinkan. Con aire maternal observó como ninguno se atrevía a mirar al otro permaneciendo ambos pares de ojos clavados en el suelo como si les fuese la vida en ello; resultaba tiernos a los ojos de la joven Tendo. Las mejillas de la muchacha estaban teñidas por un pálido carmesí mientras el chico jugueteaba nerviosamente con el asa de su cartera. Ambos se esforzaban en conversar sin que se evidenciase su nerviosismo; ojalá Ranma y ella pudiesen experimentar algo asi......¿pero que estaba pensando? no, ni hablar, lo único que había querido expresar era su deseo de una buena amistad con él. Su compromiso era un hecho en sus vidas del que no podrían deshacerse fácilmente, al menos no hasta que cumpliesen 18 años, entonces la mayoría de edad les daría el derecho a romper el compromiso. Un matrimonio concertado era algo duro para una chica de 16 años, enterarse de la noche a la mañana que tendría que compartir el resto de su vida con un extraño no fue algo fácil de encajar y más estando enamorada de otro hombre en ese momento. Una alianza o mejor aún, una amistad entre ellos los habría hecho más fuertes ante sus padres y durante los largos meses habrían tenido alguien en quien apoyarse, nadie mejor que su compañero de fatigas podría entender sus sentimientos ante el forzado compromiso. Pero él se había empeñado en poner las cosas más difíciles aún.
Desde el primer día se lo había pedido amablemente ofreciéndole su amistad, aunque a él eso no pareció importarle en absoluto. Siempre supo que nunca podría sentir nada por aquel insensible chico que se empeñaba en humillarla e insultarla, pero ¿tanto la odiaba que ni siquiera podía soportar la idea de llevarse bien con ella? Sabía que podía ser muy dura con él y que nunca se paraba a escuchar sus explicaciones; pero él también la hería despreciándola y humillándola a cada momento que podía.
Desde hacía poco tiempo todo había cambiado, ella había cambiado. Lo que una vez creyó amor ahora no era más que simple cariño; lo que él le hacía sentir, eso era amor. En ese tiempo juntos, paso a paso, había aprendido a aceptarle, había aprendido a sentir su cariño entre sus protectores brazos, había aprendido a compartir su sufrimiento por la situación con su madre, había aprendido a escuchar las palabras que no podía pronunciar, había aprendido a encontrar cariño entre sus arrogantes palabras ....y cuando su voz la llamó a la vida en Jusenkyo, comprendió que había aprendido incluso a quererle con tal intensidad que era capaz de volver de entre los muertos sólo por él.
Volvió a mirar a la joven pareja. La tensión parecía haber disminuido; ahora se miraban, aún tímidamente, mientras charlaban amenamente acerca de una cita el próximo domingo. El chico, en un momento de valor, con la vista fija al frente, tomó la mano de su acompañante; ella se ruborizó violentamente mientras apretaba la mano del chico dándole a entender su aprobación ante el gesto. Ambos se miraron a los ojos dedicándose una mutua sonrisa; los nervios habían desaparecido. Ahora una linda pareja se dirigía a la escuela concentrados en su propio mundo, su compañero.
Aquella tierna visión dio a Akane Tendo el valor para intentar entablar una conversación con su prometido. Pero como cada nuevo intento, las palabras nacidas en su mente vieron la muerte en su garganta ante la experiencia, la cual le decía que dijese lo que dijese, tarde o temprano, él acabaría insultándola y hoy no se sentía con fuerzas para soportarlo. Cada insulto, cada hiriente palabra, hacía que su corazón se encogiese y el aire no llegase a sus pulmones mientras un leve sollozo luchaba por salir de su pecho, ¿por qué no podía evitar el dolor producido por los insultos del arrogante chico? Era seguro que a nadie le agradaba que le tratasen de la manera que él hacia con ella; pero no conseguía entender el dolor que la sobrecogía ante el hecho de que aquellas palabras salían de la boca de su prometido ¿acaso el amor dolía tanto? Sacudió la cabeza liberándose de aquellos confusos pensamientos.
Suspiró levemente. Hoy tampoco intentaría iniciar una conversación; prefería su silencio a su desprecio.
. .
Sus ojos escaparon a su control dedicando una furtiva mirada a su prometida. Maldita sea! Lo había vuelto a hacer, no podía evitarlo, era superior a él. Aquella chica que caminaba a su lado creaba en él un contradictorio deseo al que su mente se negaba; pero sus rebeldes ojos iban en contra de los dictados de su voluntad. Ella exhaló un pequeño suspiro y la expresión triste de sus rostro hizo desaparecer cualquier pensamiento de su mente. Su corta cabellera brillaba de manera especial bajo el sol de aquella mañana mientras la brisa matutina se deleitaba meciéndola suavemente. Sus grandes ojos miraban al horizonte distraídamente, su delicada piel parecía de porcelana y sus jugosos labios hipnotizaban completamente su ser. Cuantas veces los había mirado deseoso de hacerlos suyos, de acariciarlos lentamente con las yemas de sus dedos, recorriendo lentamente su contorno, de.......
''pero ¿qué demonios estoy pensando?''se preguntó el chico de la trenza'' es Akane! Esa chica no sabe comportarse como una chica, es violenta, no sabe cocinar, es fea y gorda ¿que clase de loco podría pensar lo contrario?''
Decidió abandonar aquellos absurdos pensamientos creados por su traicionero subconsciente, aunque a su juicio más bien habían sido creados por su somnolienta mente. No había podido dormir en toda la noche y cuando por fin lo había conseguido había aparecido Shampoo en su cuarto con el capricho de ver juntos el amanecer. Se sintió aliviado al pensar que Akane no se había enterado de aquello, sino ahora mismo estaría aún volando por los cielos de Nerima. Aquel pensamiento hizo que un pequeño escalofrío recorriese su cuerpo.
Parecía que ninguna de sus otras prometidas le molestaría en su camino a clases, hoy sería otra silenciosa mañana; aunque no había más que silencio entre su prometida y él, disfrutaba de ello. Era un silencio apacible que inspiraba en él quietud y paz, cosa que sólo con ella, y con nadie más, conseguía.
Sin darse cuenta una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro. Hoy podría disfrutar de ella.
. . Inusualmente habían llegado temprano a clase, mezclándose entre la multitud de alumnos atravesaron los portones del recinto escolar mientras la gran mayoría los observaba estupefactos. Hacía mucho que aquella pareja llegaba temprano a clases pero más aún que no armaban ningún revuelo en su llegada.
¿tan extraño será vernos llegar temprano a clases?´´ se preguntaba Ranma mientras sentía tal cantidad de miradas sobre él y su prometida. Decidió no darle importancia a las miradas de asombro, de todas formas parecía que el día había comenzado bien......o tal vez no.
-Akane Tendo!!!!!mi dulce damisela!!-aquellas melosas palabras gritadas a los cuatro vientos no podían ser más que de una persona; Kuno Tatewaki, el trueno azul del instituto Furinkan. El autoproclamado héroe del instituto corría para estrechar entre sus brazos a su amada mientras a su alrededor los demás estudiantes, el edificio del colegio, los árboles......; todo iba desapareciendo gradualmente dejando paso a una atmósfera de romanticismo que envolvía tan sólo a Kuno y Akane. Las distancias se hacían cada vez más cortas, ya podía oler el dulce perfume de la joven, un aroma lleno de frescura que le recordaba......le recordaba......le recordaba a su aftershave, eso demostraba que estaban hechos el uno para el otro, tenían los mismos gustos, usaban el mismo aftershave......¿aftershave?; pero antes de que pudiese asimilar aquel pensamiento un pie impactó en su cara dejándolo fuera de combate.
-Kuno, es demasiado temprano para que empieces a molestar con tus tonterías- suspiró con desdén el muchacho de la trenza, quien en un rápido movimiento se había interpuesto entre su prometida y el truncado Casanova. Sin tan siquiera inmutarse Akane continuó su camino al aula; hoy no tenía ganas de soportar aquella locura.
-La libro de ese idiota y ni siquiera se digna a darme las gracias-masculló con indignación el joven.
-Buenos días Ranma, parece que hoy has conseguido llegar a tiempo-saludó Daisuke mientras Hiroshi, con el mismo motivo de felicitación, le dedicaba a su amigo el símbolo de la victoria.
-Buenos días chicos-respondió al saludo el aludido-es cierto que hemos llegado a tiempo, pero a que precio, esa estúpida marimacho gorda y fea no me dejó desayunar y ahora me muero de hambre-un pupitre aterrizó en la cabeza del hambriento muchacho.
-te he oído, baka!!!-gritó una furiosa joven desde una de las ventanas del enorme edificio.
-nunca aprenderás a tener la boca cerrada amigo-le sermoneaban sus dos amigos mientras arrastraban al maltrecho chico rumbo a clase.
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Las clases habían transcurrido tranquilamente, el sueño, eterno enemigo del joven Saotome había sido mantenido a raya a duras penas hasta el momento. Animándose mentalmente se recordó a si mismo que sólo tenía que aguantar una clase más, entonces podría disfrutar de un delicioso almuerzo que le daría fuerzas para resistir el resto de las clases. Pero los renovados ánimos se desvanecieron por completo cuando vio atravesar la puerta de clase al Moriyama-sensei, profesor de historia. Esa clase no, cualquier otra menos aquella, no podría aguantar. Historia no era lo que se diría la asignatura preferida de Ranma, pero Moriyama-sensei podía conseguir que fuese más aburrida de lo que ya era por si sola. Aquel viejo hombre estirado se paseaba por la clase de un lado a otro con su libro de texto abierto entre sus manos leyendo con voz pausada y apesadumbrada.
''Esto no es bueno, nada bueno; si me coge durmiendo me matará ''
Todos los alumnos se levantaron y saludaron en silencio a su profesor, éste respondió al saludo y el alumnado ocupo su asiento. Con extrema calma posó su viejo maletín de cuero negro sobre su mesa y rebuscó en él hasta encontrar su libro de historia. Ojeó el libro con la misma lentitud de siempre hasta encontrar la página deseada, levantando la vista al frente se aclaró la garganta para permanecer en silencio durante unos segundos.
-Posiciónense en la página 142 de su libro de texto, hoy hablaremos de un hombre que hizo mella en su época, un hombre considerado como un loco brillante por muchos, Napoleón Bonaparte-posó su mirada sobre el texto que se hallaba ante él y comenzó a leer- Napoleón Bonaparte nació en 1769 en Córcega, hijo de Carlo Bonaparte y Letizia Ramolino, siguió la carrera militar en Francia y a los 16 años.........-
El aburrimiento respaldado por el sueño comenzó a apoderarse de Ranma, apoyó su cara sobre su mano mientras intentaba seguir la lectura.
-Fue nombrado jefe de las fuerzas de París y el 9 de Noviembre ocupó las cámaras legislativas. El golpe de estado fue aceptado favorablemente, tanto por la burguesía conservadora, que le veía como el hombre......-
Las palabras parecían haber emprendido una alocada danza en su libro de texto mientras la monótona voz de su sensei se iba perdiendo en la lejanía. Progresivamente sus párpados iban ganado peso, siendo a cada segundo más difícil mantenerlos abiertos. Involuntariamente su cabeza se deslizó por su mano, visitando durante unos breves segundos el país de los sueños, pero rápidamente recuperó la consciencia a tiempo de ser descubierto por su profesor. -En 1808 emprendió la ocupación de la Península Ibérica, si bien el ejército napoleónico se vio hostilizado por las guerrillas y tuvo que capitular en Bailén al mismo tiempo que en Alemania aparecía....-
Clok! un golpe seco inundó el salón de clases. Saliendo de la ensoñación, provocada por la pausada hipnótica voz de Moriyama-sensei, los alumnos dirigieron rápidas miradas al pupitre de su compañero de la trenza. El muchacho se encontraba roncando tranquilamente sobre su pupitre, ajeno a las risas de todos sus compañeros; exceptuando una jovencita con una enorme vergüenza ajena denotada en su escarlata rostro.
-Espero que de esta manera aprenda a dar a mis clases el respeto que se merecen señor Saotome- la puerta del aula se cerró brusquedad ocultando la cara de furia del desairado profesor.
Instantes después en el aula la calma había recuperado su reinado tan sólo interrumpido por la lectura del viejo Moriyama-sensei; mientras tanto en el exterior un muchacho ataviado con ropas chinas sostenía dos baldes de agua en cada mano luchando nuevamente con el sueño.
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Por fin llegó la tan esperada hora del almuerzo y si los hambrientos alumnos del instituto Furinkan, enfrascados en la difícil lucha por comprar su comida en la cafetería se hubiesen fijado, se habrían percatado de un muchacho parado en medio del pasillo. Ranma Saotome se encuentra mirando en todas direcciones mientras con ambas manos sobre su estómago intenta en vano acallar los rugidos de sus hambrientas tripas exigiendo su alimento.
Después de tanto movimiento la vista del joven se queda fija en un lugar concreto, su cara se ilumina al ver a su querida amiga Ukyo preparando sus de-liciosos okonomiyakis. A medida que se acerca a su parrilla una pícara sonrisa aparece en su rostro.
Al ver a que querido prometido una sincera sonrisa se dibuja en el rostro de Ukyo.
-¿Uno de calamares Ran-chan?-
-Claro U-chan!!-
-Toma, invita la casa- dijo servicialmente Ukyo mientras contemplaba como su prometido en un abrir y cerrar de ojos había acabado su okonomiyaki.
-gracias U-chan! Siempre puedo contar contigo-
-Vaya! Realmente hoy estabas hambriento-
-Para serte sincero esta mañana me he quedado sin desayunar por motivos ajenos a mi voluntad- pronunció con tono de reproche mientras pensaba en cierta jovencita de cabello corto.
-¿por qué no me cuentas esos motivos mientras te preparo otro okonomiyaki?-
-Estupendo U-chan, otro de calamares entonces-
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Aquella conversación había gozado de una hermosa oyente que ahora permanecía estática, observando la escena entre los dos amigos de infancia. Akane desvió su vista de aquella escena para posarla sobre su temblorosa mano, en la que sostenía un paquete envuelto con un pañuelo de infantiles de dibujos, un paquete que contenía el almuerzo que ilusionada había preparado para Ranma. Su vista comenzó a nublarse por la inminentes lagrimas que comenzaban a acumularse en sus vidriosos ojos. Rápidamente reaccionó; ya se había acostumbrado a aquellas decepciones, que desgraciadamente se habían convertido en frecuentes componentes de su vida diaria.
´´¿cómo se te ocurre ponerte así por ese baka?!" se reprendió a sí misma "eres una artista marcial, demuéstralo y compórtate como tal". Respirando profundamente comenzó a recuperar la compostura; las lagrimas se evaporaron de sus grandes ojos color café y el temblor se fue desvaneciendo paulatinamente.
El sonido de la campana se dispersó por el recinto escolar anunciando tristes noticias para los alumnos del instituto Furinkan; las clases se reanudaban. Con holgazanería los alumnos se fueron dirigiendo a sus respectivas clases, algunos intentan aprovechar los últimos segundos de su corta libertad invirtiéndolos en una animada charla, otros se evaden en pequeños juegos infantiles, otros pocos se resignan a su destino consolándose en la idea volver a casa; este pensamiento es el único que ocupa la mente de Akane Tendo.
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Inusualmente Ranma Saotome regresaba hoy tras un rutinario día de instituto acompañado de las dos hermanas Tendo, ambas absortas en su conversación acerca del nuevo grupo musical que estaba teniendo un gran éxito en Japón. Sin embargo, Akane no estaba tan atenta a la conversación como parecía; su mente estaba ocupada en otro asunto que le preocupaba más que un absurdo grupo musical.
Ranma la había rechazado nuevamente reemplazándola por otra de sus prometidas bonitas. Era cierto que Ranma nunca accedía a comer su comida, aunque ella siempre encontraba la forma de ''convencerlo'' de reconsiderar su negativa y comerse su comida. Aquello hería su orgullo profundamente, pero lo que más le molestaba era que nunca contase con ella, siempre anteponía a sus otra prometidas a ella. Pensándolo bien, si que había sido un monótono día. Akane se sentía frustrada e indignada, cada día aparecían nuevas locuras, decepciones y humillaciones que tenía que sobrellevar aparentando que no le afectaban, guardando siempre sus verdaderos pensamientos para compartirlos a solas con sus lágrimas. Pero ¿por qué? ¿Por qué tenia que ocurrirle todo aquello a ella?¿por qué no podía tener una relación normal con su prometido?. Esas preguntas le carcomía por dentro sin obtener nunca una respuesta llegando siempre al mismo pensamiento, se le negaba aquello que todos las personas experimentaban, tener una relación normal con una persona querida eso era lo que le hacía sentirse así.
Eso era lo que ella deseaba, deseaba poder hablar con Ranma si temor a ser herida por sus palabras o sus actos, deseaba poder caminar a su lado sin tener que estar alerta por el asedio de sus otras prometidas, poder mirarle a los ojos y perderse en su mirada sin miedo al rechazo, deseaba que desaparecieran la testarudez y el orgullo; que todo fuese distinto, eso era lo que realmente deseaba.
Aquel deseo se acrecentaba cada vez que contemplaba a tiernas parejas pasear de la mano, con las mejillas sonrosadas y la mirada de felicidad que sentían al estar al lado de la persona amada, sentir que esos momentos eran los pilares que sostenía sus vidas y los disfrutaban al máximo, como si fuera la ultima vez. Pero sus esperanzas se estrellaban contra el grueso muro que interponían los pretendientes, las prometidas, los retos,.........incluso el propio Ranma.
La imagen de Ranma y Ukyo durante la comida regresó a su mente, una punzada de dolor se asentó en su corazón, jamás conseguiría arrancar de Ranma una sonrisa igual a la que había dedicado a Ukyo, esa sonrisa de satisfacción al paladear el exquisito okonomiyaki de la joven cocinera jamás sería para ella y lo sabía.
Inmersa en sus pensamientos Akane caminaba junto a Ranma y Nabiki que ahora discutían acaloradamente acerca de unas fotos de cierta chica pelirroja. Un familiar sonido sacó a Akane de su estupor e hizo que Ranma y Nabiki interrumpiesen su discusión, un sonido que causó la aparición de distintos sen-timientos en los tres individuos; temor, ira e alegría.
-¡¡¡ AIREEENN !!! -gritaba Shampoo montada en su bicicleta de reparto de comida.
Ante la aparición en escena de la amazona la cara de Akane denotaba gran irritación, Ranma pensaba con todas sus fuerzas como salir airoso de esta conocida situación, y como no, la mente calculadora de Nabiki maquinaba la manera de obtener algunos ingresos extras para su cuenta personal. Y para variar, la rutina tenia que hacer honor a su nombre y pasó lo que siempre pasa.
Tras el sonido de un golpe seco, lo siguiente que se pudo apreciar fue a Ranma por los suelos con la bellísima Shampoo saludándole con un efusivo y sugerente abrazo. Ranma comenzó a transpirar al sentir el calor del aura de combate de Akane, quien mantenía sus ojos, llenos de furia, fijos en él.
Nabiki observaba la cómica escena, siempre le divertía ver a Ranma y a Akane envueltos en aquel tipo de situaciones, no le preocupaba en lo más mínimo sus enfados, no hacía falta ser un genio para saber que esos dos se amaban, así que siempre aprovechaba esos momentos para sacar beneficio propio. El día en que aquellos dos se declarasen su mutuo amor sería una gran perdida para su bolsillo.
Sin embargo, a Akane no le resultaba nada graciosa aquella escena, sino que le confirmaba algo que ella sabia pero que en el fondo de su corazón se negaba a aceptar, que ella no significaba nada para Ranma. Y allí permanecía el susodicho, mirándola con Shampoo en sus brazos sin hacer el más mínimo esfuerzo por apartarse de ella, despreciándola una vez más. Mientras esos pensamientos surcaban la mente de la chica Ranma permanecía conteniendo la respiración, contemplando como con cada caricia de Shampoo el aura de combate de su prometida se expandía a su alrededor; entonces supo que ya no había forma de escapar.
Numerosos pensamientos se agolpaban en la cabeza de la joven Tendo, resumiéndose todos en una única conclusión, ya demasiadas veces había presenciado esa escena, y no lo permitiría, no permitiría ni una humillación más, él no se merecía cada una de las lágrimas que había derramado por su causa. Ella lo había intentado todo, siempre poniendo cuanto podía de su parte; pero parecía que para Ranma eso no era suficiente. Un nudo se instaló en su estómago y sintió como las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos clamando por libertad. No quería llorar, no quería mostrar debilidad; pero las cristalinas manifestaciones de sus sentimientos iban tomando control de ella y pronto correrían libres por sus mejillas. Quiso ser fuerte, mitigar por un momento su dolor, dejar de mostrar su debilidad ante los demás. Y lo intentó, luchó, tomó su coraje y lo interpuso a su dolor.
Para asombro de los presentes, quienes ya esperaban ver a Ranma volando por los cielos, el aura de Akane se redujo en un pequeño parpadeo luminoso que poco a poco acabó por extinguirse. Akane sintió como sus fuerzas se debilitaban, ahí estaba él frente a ella, hiriéndola, destrozando su alma; sus fuerzas se diluyeron en su amargura, no pudo más. Una solitaria lágrima escapó a su voluntad y sólo un ¿por qué?´´ escapó de sus labios.
No podía hacer otra cosa más que mirarla, escudriñar en sus ojos intentando franquear su fría mirada.
-¿por qué Ranma?-volvió a repetir, esta vez en un susurro. La súbita necesidad de correr se apoderó de ella, su único deseo era evadirse del mundo y del dolor, tumbarse en su cama y dejar correr el tiempo. Pero no, había tomado una decisión y la mantendría, comenzó a caminar lentamente continuando su camino a casa, pero en cuanto giró la esquina, sintiéndose a salvo corrió, corrió tan rápido como pudo hasta su casa, hasta su refugio.
La vio desaparecer calmadamente tras la esquina, jamás hubiera esperado una reacción asi de ella y menos la suya propia. Había querido insultarla, que ella le hubiese golpeado y asunto arreglado; pero no fue capaz, simplemente se quedó estático al ver la mirada de Akane, no pudo más que pronunciar el nombre de su prometida en un susurro, susurro sordo a oídos ajenos.
La reacción de la joven Tendo no sólo había perturbado al chico, también había hecho mella en las otras dos espectadoras. Nabiki Tendo se sintió pero-cupada, por primera vez sintió preocupación por la joven pareja; sólo una vez había visto esa mirada en Akane, durante el funeral de su difunta madre. No toleraría que su pequeña hermanita volviese a experimentar ese dolor, no se quedaría quieta viéndola sufrir.
-Ranma Saotome- pronunció arrastrando las palabras observándolo con dura mirada- más te vale solucionar esto-
-Vamos Nabiki- intentó ocultar su preocupación en sus palabras- se le pasará enseguida, recuerda que es una marimacho pronto se le olvidará, los celos son cosas de chicas.
-muy bien, entonces me verá obligada a colgar por las paredes de la escuela una foto muy comprometedora de tu hombría, ¿ves que cosas tan horribles me haces hacer, cuñadito?-
Ranma sudó frío, ¿fotos comprometedoras de su hombría? miles de fotos en su forma femenina pasaron por su imaginación, sería mejor hacer lo que ella le dijese, era mejor no jugar con Nabiki; además debía admitir que nunca antes había visto una actitud así en Akane. Sin pensárselo más, se desprendió del pegajoso abrazo de Shampoo, retomando así su camino a casa.
a veces puedo ser muy persuasiva´´pensó orgullosa de si mismano puedo creer que se haya tragado ese farol, mira que es ingenuo este chico, ni tan siquiera me ha pedido pruebas´´
Shampoo había permanecido prácticamente ajena a los hechos pero la última acción de su airen había sido bastante patente en sus ojos. Allí, sola en mitad de la calle, permanecía estupefacta, tratando de asimilar la situación repitiéndosela mentalmente.
se ha ido, se ha ido tras ella y me ha dejado aquí´´ Poco a poco comenzó a levantarse del suelo mientras sentía como la furia crecía en su interior, no lo toleraría, las cosas no acabarían así. Ella que era una guerrera, una bella amazona a la que ningún hombre podía resistirse había sido rechazada.
Ranma, por mi honor que serás mío´´ masculló presa de la ira y la indignación, entonces un pensamiento cruzó por su mente-el hechizo......- susurró diabólicamente sintiendo como una súbita brisa la envolvía jugueteando con sus cabellos.
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Ranma Saotome avanzaba lentamente por las calles de Nerima, temeroso de enfrentarse a su prometida, él que siempre alardeaba de su valor y coraje se sentía vulnerable ante ella, tan sólo su presencia bastaba para que todo ese coraje se desvaneciese convirtiéndose en timidez y miedo. Sabía que debía disculparse con ella y esta vez más que nunca debía ser sincera, una disculpa sincera. Inhaló profundamente. Por fortuna, después de caminar tras él gran parte de su recorrido, Nabiki había decidido separar su camino del suyo excusándose con negocios, eso le había dado tiempo para pensar sobre lo ocurrido y en como debía encarar la situación; el chico frenó en seco,es cierto ¿qué le voy a decir?´´. Debería pensar una posible disculpa durante el resto del trayecto sino quería meter la pata diciendo lo que no debía, aunque sabía por experiencia que de todas formas, con una elaborada disculpa o sin ella, lo acabaría haciendo una vez más, como era costumbre.
Sin saber como, perdido en sus pensamientos, había llegado a la casa. Era el momento de la verdad, se detuvo frente a la puerta principal intentando acumular todo su coraje antes del temido enfrentamiento y cuando por fin iba a atravesar el umbral oyó las voces de los cabeza de familia conversando tranquilamente en su camino a la cocina. Si le veían dirigirse al cuarto de Akane inevitablemente todo se liaría, contando con que no le estuviesen esperando para reprenderle; el sólo pensamiento de la gigantesca cabeza de Soun Tendo gritándole por haber hecho llorar a su pequeña no le era muy agradable; aunque por el tono alegre de sus palabras podía deducir que ese no era el caso; de todos modos la mejor estrategia sería utilizar la ventana.
Justo cuando iba a tocar el cristal la vio, vio una imagen que lo petrificó. No esperaba ver a Akane así, lo habitual era que estuviese llorando pero en lugar de ello estaba sentada en su cama, abrazada a su almohada con la mirada completamente perdida. No creyó prudente interrumpirla, lo mejor sería dejarla a solas con sus pensamientos, además no se sentía con fuerzas para soportar verla en una postura tan desoladora. Decidió bajar a entrenar al dojo, así le daría tiempo a ella, y tiempo a si mismo.
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Interiormente agradeció que se hubiese ido, tal vez él no se había dado cuenta aún pero ya había aprendido a percibir su presencia siempre que estaba cerca. Aliviada al haber eludido un enfrentamiento para el que sabía que todavía no tenía fuerzas volvió a encerrarse en su mente.
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Se quedó inmóvil, manteniendo perfectamente su kata, su mente fue invadida por la imagen de Akane dedicándole su hermosa sonrisa, una de esas sonrisas que tan difícilmente veía adornar su angelical rostro.
La razón que nos da la fuerza para enfrentarnos a la vida,
Lentamente su cuerpo continuó delineando los movimientos de la kata. Una de esas sonrisas sinceras, que hacían que su respiración se cortase, que la tierra desapareciese bajo sus pies y no existiese cielo sobre su cabeza. El ritmo de sus movimientos fue aumentando.
puede llevarnos al cenit de los más bellos sentimientos
Una sonrisa que obligaba a su corazón a acelerarse, nublaba su cabeza en un dulce mareo. Él podía hacer cualquier cosa por una de esas sonrisas; pero
de la misma forma que puede destruirnos;
hoy había hecho lo imperdonable, había ocasionado que sus hermosos ojos se inundasen de cristalinas lágrimas, que en su boca no hubiese cabida a una sonrisa. Aumentó la velocidad de forma frenética.
llevando al caos nuestros pensamientos y emociones.
Sus labios temblorosos le pidieron distancia. Rápidos movimientos intentaban dar rienda suelta a su furia. Sus lágrimas le imploraron, no más, no me lastimes. Un iracundo puñetazo al aire. Perdió el equilibrio. Allí quedó, en el frío suelo, golpeándose en su inconsciente por haber dañado lo más valioso para él.
Que difícil es tener sentimientos,
Allí estaba, sentada junto a la ventana, mirando al cielo, sin moverse, sin pensar. Así, sin más. La frustración y el dolor habían ido desapareciendo poco a poco dando paso a la calma y la paz. Su respiración era ahora pausada y el ardor, producto de las amargas lágrimas, había abandonado sus ojos.
cuánto más hermosos, más frágiles,
La vista fija en el cielo y la mente en blanco; que distinta postura a la adoptaba hasta momentos antes, tumbada en su cama llorando desolada por un hombre. Jamás pensó que ella acabaría así; fuerte, siempre fuerte, ella era fuerte, no una débil mujer que se dejaba llevar por sus sentimientos. Pero todo era distinto. Volvió a vaciar su mente, ahora no quería pensar en eso, sólo deseaba no pensar, simplemente dejar pasar las horas.
un dulce gesto, una palabra amable, nos dan la vida
El cielo estaba espléndido, pintado de un hermoso color azul y plagado de esponjosas nubles. No tardaría en caer el sol engalanando el firmamento de bellos tonos naranjas; cuya visión siempre hacia crecer una suave calidez en su pecho, tan sólo comparable a la producida por las amables palabras de prometido. Su corazón rememoró aquella sensación producida por sus sinceros gestos y acciones, cuando la salvaba de algún peligro, cuando en la única mutua compañía disfrutaba de su presencia, cuando sus ojos azules profundizaban en su mirada....
tan fácilmente como nos la arrebatan,
Era inútil. Por mucho que lo intentase su subconsciente se volvía en su contra devolviendo su mente a aquel horrible momento. Una y otra vez volvían las imágenes a su cabeza, Shampoo sobre Ranma sin él hacer nada por evitarlo. La urgente necesidad de deshacerse en lágrimas la inundaba mientras luchaba contra ella. Quería ser fuerte, luchar contra sus desoladores sentimientos. Deseaba no sufrir más, no más por un hombre, volver a ser la que fue, la que odiaba a los hombres, escudándose así del amor.
destrozando nuestra alma y rompiendo nuestro corazón.
No tuvo más fuerzas. Una solitaria lágrima recorrió el camino de sus predecesoras, mientras otras tantas no tardarían en seguirla. Y mientras observaba al inminente ocaso hacer acto de presencia, dejando fluir libremente sus lágrimas, decidió que estas serían las últimas dedicadas a él.
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Tímidos golpes en la ventana fueron los causantes de la ruptura de la ensoñación que dulcemente la había envuelto hasta ahora; sin tan siquiera mirar sabía que era él, ¿cómo no saberlo? aquella escena se había repetido tantas veces que ya formaba parte de su vida diaria. Su cuerpo reaccionó por instinto ante la situación iniciando su lento recorrido hacia la ventana. Allí estaba él, el causante de su sufrimiento.
Escudriñó su rostro, ya no había rastro de llanto pero su mirada continuaba vacía. La chica abrió la ventana y dándole la espalda se retiró para dejar pasar a su visita.
-¿Qué quieres Ranma?-como dolía esa pregunta cargada de indiferencia.
-Yo, pues....verás....-el guión de tan repetida escena había cambiado, lo normal hubiese sido una disculpa, una nueva disputa y una buena paliza, pero esta vez era distinto, ella lo había exigido así al lanzar su hiriente pregunta.
-No tengo todo el día, si lo que quieres es que te ayude con los deberes silo dilo-mantener la frialdad comenzaba a convertirse en una difícil tarea, creyó que si no le miraba todo sería más sencillo; pero sabía que estaba ahí, tras ella, podía percibir su presencia haciéndola a cada momento más débil.
Palabra alguna salió de su boca, no sabía que hacer o decir, ¿tanto daño le había hecho? Akane resopló con fuerza, entonces reaccionó.
-no yo sólo quería.....esto....mmm.....preguntarte como estás; después de lo de Shampoo y toda la escenita.....ya sabes-al no obtener respuesta alguna comenzó a sentir el enojo crecer en su interior-venga Akane no entiendo porque te has puesto así, no me digas que te pusiste ¿celosa?- seguía siendo ignorado, el enojo, sin previo aviso, paso a convertirse en incontrolable furia y las palabras se apelotonaron en su boca antes de que pudiese darse cuenta de su significado- tienes que comprender que soy un hombre increíblemente atractivo y las mujeres me adoran; además deberías agradecer que me muestre en publico con una marimacho gorda y plana como tú, eso beneficia a tu imagen.....- se tapó la boca con ambas manos aún sabiendo que ya era demasiado tarde, solamente cabía esperar la paliza que le tocaba recibir.
Akane luchaba contra si misma por poder dejarse llevar y darle su merecido; pero esta vez las cosas serían distintas, de ahora en adelante su vida iba a cambiar, cumpliría con su promesa, no volvería a dejar que él le hiciese más daño.
-si ya has acabado de insultarme sal de mi cuarto-esa fue la inesperada sustituta de un gancho de derecha de su prometida; pero las cosas no se queda-rían así, conseguiría que reaccionase de una forma u otra, y el sabía la más efectiva.
-veo que por fin has admitido la realidad, así me gusta Akane que comiences a reconocerlo-
-fuera-
-y ahora quieres estar sola para empezar a aceptarlo, progresas mucho marimacho-
-te he dicho que te vayas estúpido engreído-en su promesa no había dicho nada de no defenderse...
-maldita cabezota, intento disculparme y lo primero que haces es ignorarme y ahora me insultas
-mira quien fue a hablar, el que comenzó a insultar fuiste tú si no recuerdo mal-
-¿yo?!!!no podía esperar menos de una chica violenta como tú, echarme a mi la culpa...-
-serás...serás...baka!-los viejos tiempos comenzaban a revivirse
-plana-poco a poco fueron acortando distancias
-pervertido- encarándose en una acalorada discusión
-violenta sin atractivo-los insultos ejercían una fuerza magnética entre sus cuerpos
-fenómeno-sus rostros distaban muy poco uno del otro
-ma...ma...mari...-no pudo acabar, la proximidad del rostro de su prometida era demasiada, miró en sus ojos y volvió a ver vida en ellos, volvían a ser los mismo vivaces ojos; un ligero rubor tiñó sus mejillas. Akane se extrañó del tartamudeo del chico y su posterior rubor le dio la pista final para darse cuenta de la postura en que se encontraban. Sintió como sus ojos azules escudriñaban en los suyos haciendo que también un tono carmesí se distinguiese en sus mejillas. Ambos podía sentir el roce de la nariz de su compañero en la suya propia. El aliento de ambos mezclándose en el aire al par que sus corazones comienzan a acelerarse.....
-lo siento- la voz de Ranma era ahora suave y sincera.
Durante escasos segundos Akane guardo silencio, disfrutando de la situación, acto que el chico agradeció saboreando el momento en la misma forma que su compañera.
-no importa-los dos sintieron el alivio relajando sus músculos, el asunto había sido zanjado; pero para Akane Tendo era la última disputa, cumpliría su promesa y se sentía reconfortada de que todo acabase así. Se separaron lentamente.
-entonces vamos a cenar, me muero de hambre-como siempre mostrando su entusiasmo por la comida
-si, vamos-le observó atravesar la puerta mientras una triste sonrisa se dibujó en su rostro adiós Ranma´´
El chico volvió a aparecer por el umbral- si no tienes hambre me comerá tu comida- y echó a correr en dirección al comedor.
-nunca cambiarás-susurró con melancolía-Saotome, ni se te ocurra tocar mi cena!!-gritaba una jovencita persiguiendo a su prometido escaleras abajo. . .
El momento era el propicio, en realidad la única oportunidad. Cologne había marchado a su pueblo natal para resolver ciertos inconvenientes que reclamaban su presencia como matriarca de la tribu. Mousse, en cambio, había sido fácil de manipular; unas cuantas palabras melosas y lo había mandado a hacer algunos recados. Asi que gozaba de la intimidad necesaria para sus planes.
Encendió una cerilla, el sulfúreo olor penetró en su nariz. Inhaló con fuerza y comenzó la ardua tarea de encender las 99 inmaculadas velas dejando viajar su mente meses atrás.
Flashback Cough,cough,cough....había tanto polvo acumulado en aquel viejo desván que sencillamente flotaba en el aire; limpiar aquella habitación sería un trabajo tan fácil como agradable. Interiormente maldijo su suerte. Ese día no sólo se había visto frustrado su intento de conquistar nuevamente a Ranma, sino que su bisabuela viendo que aquel caluroso día anunciante de la primavera no invitaba precisamente a tomar un humeante tazón de ramen, tuvo la brillante idea de que aquel día era el idóneo para tan ardua tarea. Idea con la que ella había estado completamente deacuerdo hasta que supo que se le había asignado a ella y no a Mousse. El torpe chico-pato era quien debería realizar aquel trabajo indigno de una amazona como ella; pero su bisabuela había alegado que aquel cuarto albergaba demasiados secretos de la tribu de la supremacía femenina como para dejar que un simple hombre curiosease entre ellos. Definitivamente no sería un buen día, sólo le quedaba la resignación frente a su mala fortuna.
Fin Flashback El silencio reinaba en el Nekohaten. Iluminado tan sólo por la tenue luz de las velas, que en su humilde existencia intentaban abatir a las sombras que ha-bitaban los rincones.
Tomó una gruesa tiza blanca y se dispuso a trazar en el suelo un calco exacto de la extraña imagen impresa en el viejo papel que temblaba entre sus manos. Una vez terminado el dibujo comenzó con la parte más importante, las ofrendas. Con armoniosos movimientos se movió alrededor de la esotérica imagen colocando en cada uno de los puntos cardinales chinos un pequeño cono de incienso.
Primero el este. Sobre un pequeño trozo de la madera más antigua de los bosques de China colocó un cono de incienso.
-Long-Huang, en tu honor y fuerza mi señor-encendió el incienso de lavanda- azul, como el cielo que derrama lagrimas por los nobles caídos en la lucha por la justicia.
Continuó su recorrido hasta llegar al norte, en el cual colocó una diminuta vasija de barro llena del agua más pura de los ríos de China. Junto a ella, un nuevo cono de incienso.
-Gui Xian, en tu bondad, sabiduría y eternidad mi señor-acercó la llama al cono de azahar-blanco, como el alma de los puros que siguen la estrecha senda de la magnánima iluminación.
Nuevamente se movió alrededor del dibujo. Esta vez fue el turno del Oeste, donde depositó un pequeño trozo de metal extraído de las vírgenes montañas de China. Sobre él puso otro cono de incienso.
-Bai Hu, en tu coraje y virtuosidad mi señor- el cono de azafrán comenzó a arder- marrón, como el óxido que cubre las espadas de los justos guerreros guardianes de la verdad.
Regresó al inicio de su recorrido. Finalmente el sur, en el que colocó un pequeño cuenco dorado que albergaba brasas traídas de uno de los grandes templos de China. A su lado, el último cono de incienso.
-Feng-Huang, en tu abudancia y prosperidad mi señor-unió la llama al incienso de fresa-rojo, como la sangre derramada por los puros en aras de la paz.
Flashback Miró a su alrededor, parecía mentira que una habitación tan pequeña pudiese alojar tal cantidad de cosas, siendo éstas en su mayoría grandes arcas repletas de viejos y polvorientos pergaminos. Se sentía totalmente aislada en aquella lúgubre habitación apenas iluminada por el pequeño farol que se encontraba junto a ella. Llevaba más de dos horas de trabajo y la escalofriante sensación que le había producido entrar allí aún no había desaparecido, aunque lo más desesperante era que ni siquiera había limpiado y ordenado la mitad de los trastos que la rodeaban; pasaría el resto de la tarde terminando su tarea. Mientras aquella desesperanzadora previsión cruzaba su mente un pergamino llamó su atención; parecía realmente viejo, probablemente el más antiguo de todos los que había visto durante la tarde. Su inquieta curiosidad la empujó a romper el sello obviando el carácter de advertencia de este.
Con sumo cuidado desenrolló el papel, era tan viejo que con toda seguridad cualquier movimiento minimamente brusco lo haría desquebrajarse por completo. Lo primero que pudo observar en la cabecera del escrito fue un símbolo, que si bien era muy antiguo igualmente era conocido por toda amazona; era un símbolo prohibido, reservado en escasas ocasiones a las más altas amazonas; era el símbolo de la primer amazona.
Durante el aprendizaje, toda amazona estudia la historia de su pueblo, lo primero que aprenden es la historia de su primer antepasada y mostrándoseles su símbolo para que, venerándolo con devoción, jamás lo utilicen; acción castigada con la muerte. Ella nunca olvidaría la segunda vez que tuvo el honor de tenerlo ante si; como heredera de la supremacía femenina, en su decimoquinto cumpleaños se le obsequió con un regalo muy especial; se le permitió ver uno de los escritos sagrados.
Dichos escritos sagrados eran las escrituras de las primeras amazonas, manuscritos celosamente custodiados por las más altas sacerdotisas de la tribu. Se decía que contenían la sabiduría de la primer amazona transmitida a sus discípulas más directas; pero la realidad era que nadie, salvo la más antigua amazona, poseía en su totalidad los conocimientos descritos en los pergaminos; sólo se daba el privilegio de leer uno de los pergaminos a la heredera de la supremacía femenina el día en que alcanzaba la mayoría de edad amazónica. Sí leía aquel pergamino estaría quebrantando la ley más importante de su tribu; y tal y como demostraba el sello en perfecto estado momentos antes de ser destruido por su propia mano, ni siquiera su bisabuela había osado contradecir aquella estricta ley; pero la idea de ser la única amazona con el conocimiento de dos de los pergaminos era demasiado tentadora y la sed de poder destruyó las dudas restantes continuando con la peligrosa lectura.
Fin Flashback El denso humo del incienso ascendía por el aire, impregnando el local de un empalagoso aroma que adormecía los sentidos despertando la mente.
En medio de la oscuridad se encontraba arrodillada en el suelo, en el interior del circulo de tiza, espina dorsal del dibujo que la bella amazona de cabellos púrpura había trazado. Situó frente a ella una enorme vela de pálido amarillo, que momentos antes había sido grabada con extrañas alegorías por su propia mano. Haciendo gala del más perfecto mandarín pronunció cuatro cortos rezos, uno a cada una de las deidades del panteón Chino.
Terminados los rezos, encendió una cerilla bendecida por una alta sacerdotisa del templo de Baima y con ella dio vida a la mecha de la enorme vela, la número 100. Cerró los ojos en señal de concentración.
Flashback A cada línea, a cada nueva palabra leída su expectación así como su emoción crecían desmesuradamente; aquel escrito era la llave que encerraba la clave para conseguir al que se había convertido en su meta desde que había llegado a la ciudad de Nerima, Ranma Saotome.
Era justo lo que necesitaba, el escrito relataba la forma de llevar a cabo un hechizo que le concedería cualquier deseo que ella pidiese. Mientras las campanas de boda sonaban en sus oídos recordó el símbolo que había visto hacia tan sólo unos instantes; poseer aquel símbolo convertía al hechizo en una salida muy peligrosa para ella. Recordó que en una ocasión cuando era una niña su bisabuela le explicó que, aunque aquellos escritos eran tachados de extremadamente peligrosos no podían destruirlos ya que formaban parte de su tradición y su pasado; los escritos sagrados recordarían a las generaciones venideras lo caro que se pagaba jugar con la magia, ya que el abuso de estos hechizos de magia negra, algunos de ellos robados a sus enemigos, habían estado apunto de destruir por completo a las amazonas. Lo que no entendía por completo era qué hacía aquel pergamino sin la protección de una sacerdotisa tal y como debiera ser. Unas líneas que hasta entonces habían pasado desapercibidas a sus ojos despejaron sus incógnitas:
Tú, loca estúpida, que te aventuras entre las líneas de este manuscrito, inconscientemente amenazas con condenar tu alma. Cautela, ella te salvará de la más absoluta perdición. Con este hechizo apostarás tu alma: un solo error causará tu condena a la vida eterna en la muerte física, capturándose el ánima en el cuerpo negada del control que en tus manos reside ahora. Tú castigo: sufrimiento, infierno de dolor ante las heridas de los que amas. Triste soledad, impasible silencio; únicos compañeros en la perpetuidad.
La advertencia ha sido declarada, en tus manos queda haberla escuchado.
Ahora la joven china dedujo que las sacerdotisas habían pedido a la matriarca que cuidase de tan importante pergamino; pero ¿cómo había dejado el escrito en le desván sin protección alguna? Ella conocía perfectamente la respuesta, su bisabuela podía ser la más fuerte de la tribu pero su memoria dejaba mucho que desear y habría mezclado los pergaminos sin darse cuenta olvidándose de éste tan importante. Lo cierto es que los despistes de su bisabuela podían ser realmente irritantes; pero en aquella ocasión le había proporcionado una buena estrategia para la conquista de su amado Ranma; por supuesto no pensaba usarla, no era estúpida, sabía que aquella advertencia no era una broma y el riesgo era demasiado grande; aunque podía ser un buen as en la manga en caso de emergencia.
Desechado el uso del hechizo se animó a conquistar a su amado con sus evidentes encantos, después de todo ella no sólo era una amazona, era la heredera de la Supremacía femenina, ningún hombre podía resistirse a ella, tarde o temprano el muchacho caería a sus pies, se aseguraba mentalmente a si misma la altiva amazona.
Miró el reloj el descanso había sido demasiado largo, aún quedaba mucho por hacer y poco tiempo para ello. Si no se daba prisa en terminar sabía que como castigo se quedaría sin cenar y lo cierto era que su estómago ya empezaba a clamar por comida; así que con gran desgana se dispuso a reanudar el desagradable trabajo mientras ideaba nuevas estrategias para obtener al hombre que ocupaba su corazón y ponerlas en práctica a la mañana siguiente.
Fin Flashback Abrió los ojos con determinación. Después de lo ocurrido aquella mañana sabía que había llegado la hora, la hora en la que se decidiría su destino, la hora en que Ranma Saotome fuera suyo para siempre. Alzó las manos en señal de rezo e inclinando la cabeza hacia atrás aspiró el delicado aroma de la estancia, y con voz queda a la vez que potente pronunció las palabras que marcarían su sino.
. .
Otro golpe sin compasión fue recibido por la misma piedra que le había acompañado desde el inicio del camino de vuelta al Nekohaten. Frustrado se había regañado mentalmente desde hacia varios minutos. Siempre dejándose manipular por la orgullosa amazona, se avergonzaba de si mismo, pero no podía evitar los sentimientos que despertaban en él por causa de la chica de los cabellos violetas porque desde el primer momento supo que era amor. Sonrió irónico; él que hasta aquel día había renegado del amor como si de una maldición se tratase, había abandonado dicha convicción desde el instante en que sus mirada se posó en ella.
Sin darse cuenta había llegado ya a casa. Su casa, por primera vez la había considerado como tal y eso le hizo feliz, feliz por poder llamar hogar al mismo techo que cobijaba a su amor, su primer hogar.
El restaurante estaba cerrado así que decidió entrar por la puerta trasera. Pero cuando iba a abrir la vieja puerta vio los cubos de basura repletos. Era obvió que si él no lo remediaba permanecerían asi por siglos, odiaba que las dos mujeres se aprovechasen asi de él. Cargó ambos cubos mientras mascullaba maldiciones.
. .
Sagrados dioses de mis antepasados,
eternos amos de mi devoto pueblo,
magnánimas señores del mundo místico,
etéreas deidades del infinito cosmos,
¡ oíd mi súplica !
aquellos que guardan las llaves del mundo,
de la compuerta que precede a los sueños
y pasiones, las puertas que esconden las
emociones de los corazones mortales,
¡ oíd mi súplica ¡
Que todos aquellos que desde el cielo
miran a través de los cristales del mundo,
aquellos que descienden de las estrellas
y gobiernan lagos y océanos,
tierra, aire, fuego y metal;
presten oídos a mis ruegos.
Que los corazones de los mortales se quiebren,
que hagan eco las trompetas de fuego de los abismos
del centro de la tierra, que suenen las llaves
y se abran las puertas custodias de la magia,
que el deseo de mi corazón sea escuchado.
Una tenue luz nació del circulo de tiza hasta alcanzar el techo, actuando como una mágica barrera. Sintió como el cálido fulgor penetraba gentilmente en su interior, compartiendo con ella el mayor poder que jamás había visto. El hechizo había resultado y este era el momento de expresar su más ferviente deseo que pronto se haría realidad.
Con suavidad, saboreando el ansiado momento, pronunció las palabras que cuidadosamete había elegido-deseo que...-
. .
Recogida la basura entró en la casa aún maldiciendo.
-si no fuera por mi este estúpido restaurante estaría en la ruina-se fue enfureciendo-todo se habría ido ya al...-
. .
-sean abiertas las puertas del corazón de...- . .
no pudo ahogar el grito-INFIERNO!
. . Un potente haz de luz iluminó durante breves instantes la noche de Nerima. Desde las nocturnidad de las calles de la ciudad observó el espectáculo junto a su prometida, después de la pelea y la reconciliación dio gracias de que la cocina se hubiese estropeado y les pidiesen que fueran a comprar la cena.
Era un hermoso celeste el que surcaba los cielos; sabía de su fascinación por esa clase de exhibiciones, se giró para observar como otras tantas veces el reflejo del asombro infantil ante el mágico espectáculo. Nuevamente aquel día le volvía a sorprender, la reacción de la chica no era la fascinación pueril acostumbrada sino que miraba con ojos soñadores la brillante luz, observó su semblante bañado por el celeste resplandor, se veía hermosa pero distinta, algo había cambiado en ella aquel día, algo que jamás volvería. Embriagado por las dulces facciones de su prometida se permitió olvidarse de todo, disfrutando únicamente de ella en ese momento.
Siempre había gustado de los fuegos artificiales pero esta vez no eran un simple entretenimiento para ella, sino que sentía que era una señal, una bienvenida a la nueva Akane; era el comienzo a una nueva etapa. Un sentimiento renovador bullía en su interior invitándola a perderse en la euforia de dar un paso adelante en el camino de la madurez; observó con orgullo el añil brillo representante de la fina línea del presente que separaba su pasado de su futuro. Puede que solamente fuesen unos simples fuegos artificiales pero para ella eran los más hermosos que jamás hubiese visto; sus pensamientos se detuvieron en secó, en la ciudad no había ninguna feria o festival por lo que no tenían sentido los fuegos artificiales; pero si no eran fuegos artificiales ¿qué otra cosa podían ser?
Recorrió con su mirada el camino trazado momentos antes por el celeste fulgor hasta llegar a su origen; un barrio ciertamente familiar a sus ojos. El punto concreto de origen no era claro pero debido a su ubicación no era difícil averiguarlo, no podía ser otro que el lugar de ese barrio más acostumbrado a esa clase de sucesos: el Nekohaten.
-Ranma...-su intento por advertir a su prometido no era necesario, éste al ver aflorar la preocupación en los ojos de la chica divisó lo que con tanta ansiedad miraba y era obvio que había compartido sus conclusiones. Sin dar tiempo a la chica a reaccionar comenzó una desesperada carrera hacia el restaurante chino; sabia que la magia era algo habitual entre aquel trio pero esto escapaba a los limites de lo que ellos conocían como normalidad. Escuchó las pisadas de Akane, ésta no se había quedado atrás y había tomado su misma decisión, pero no podía esperarla, no podía dejar que lo frenase; no si los habitantes del Nekohaten estaban en peligro; aceleró su carrera. . .
Abrió bruscamente la semidestruida puerta para encontrarse con un escenario que jamás hubiese esperado, no pudiendo hacer más que mirar sorprendido lo que ante él se presentaba. Obstaculizado por una espesa cortina de polvo buscaba con la mirada algún rastro de superviviente entre aquella destrucción. Al tiempo que la polvareda comenzaba a dispersarse el nerviosismo parecía acrecentarse; a sus espaldas un ahogado grito de Akane le indicó que ella ya había dado con el objeto de su propia búsqueda.
La amazona China al detectar la presencia de los recién llegados giró su rostro para dirigir una suplicante mirada llena de terror. Su bello rostro estaba salpicado de un tibio líquido rojizo que se diluía con las saladas lágrimas que habían escapado a su control y en sus brazos un moribundo Mousse respiraba con gran dificultad. La cara del joven sufría varios cortes sangrantes y las manchas carmesí que se extendían por sus ropas denotaban que el resto de su cuerpo no había corrido mejor suerte que su rostro. Una gran mancha de líquido vital se extendía rápidamente por el vientre del muchacho chino, si bien estaba vivo, ello no tardaría en dejar de ser una realidad. Alarmado ante la escena y quizás por instinto se colocó ante su prometida en posición de combate preparado para todo o quizás no todo; por primera vez desde que había llegado al ahora devastado restaurante se fijó en un conglomerado de brillantes colores que conformaban una especie de circulo y ante éste una nauseabunda criatura se erguía imponente mientras que sus ojos exploraban inquietos el nuevo mundo que se había abierto ante él.
-Al fin-la profunda voz que había dado vida a aquellas palabras inundó la habitación provocando que los cuatro jóvenes se estremeciesen-Al fin libre-
Nunca pensó que tan breves palabras pudiesen crear semejante efecto de desamparo; sintió como el miedo la tenía completamente paralizada y por primera vez en su vida se sintió presa del verdadero terror. Sintió como su corazón se encogía a la par que un escalofrío recorría su espalda obligando a sus piernas a temblar involuntariamente. Algo en su interior le decía que su temor poseía fundamentos más que suficientes. Su vista comenzó a nublarse lentamente, su mano trató de buscar un punto de apoyo aferrándose a la única silla que permanecía en pie en el ruinoso restaurante. Intentó recuperarse cerrando los ojos por unos segundos, empeñándose en controlar el insistente mareo, vano intento que sólo le llevó a descubrir un creciente vacío en su vientre. El persistente mareo, el progresivo vacío.......el mal presentimiento se convirtió en un mal augurio.
Su vista comenzó a despejarse lentamente, se concentró en su abdomen para que dicha molestia sufriese el mismo destino que su compañera; pero era inútil, podía sentirla expandiéndose en su interior, mudando en una pequeña fuerza que parecía tirar de ella. Presa del pánico, en un débil intento, trató de llamar a su prometido; pero no salió palabra alguna de su boca. Las circunstancias llamaron a la desesperanza quien hizo su trabajo provocando que las fuerzas de la chica comenzasen a flaquear hasta el limite del desmayo y en un último intento estiró la mano en busca de su prometido, pero antes de siquiera tocarlo lo vio, vio la luz traspasando su pálida mano. Manos, brazos, piernas,......la luz practicaba el mismo efecto en el resto de su cuerpo, toda ella se estaba desvaneciendo lentamente en el silencio.
La situación era delicada y sabía que debía actuar con mucha cautela; pero esa era una idea a la que se resistía el flujo de adrenalina que se agolpaba en su cerebro. Miró a la desvalida pareja de chinos, antes de que el combate diese lugar debía sacarlos de allí, Mousse cada vez estaba más pálido, necesitaba llevarlo con el doctor Tofu, su vida estaba en sus manos. Luego estaba Shampoo que parecía en estado de shock, desde su llegada apenas no se había movido; ella no sería de mucha ayuda asi que sólo quedaban Akane y él. La estrategia era sencilla: distraer al enemigo mientras Akane ayudaba a escapar a los demás, luego él se encargaría de esa cosa.
-Akane yo lo distraeré, tú saca a Mousse y Shampoo de aquí ¿de acuerdo?- sacando a flote toda su arrogancia intentó parecer seguro para darle fuerzas a su prometida.
En la lejanía pudó escuchar las palabras del joven.
No hubo respuesta. Rezó para que Akane no se encontrase en el mismo estado que Shampoo y sin quitar la vista de su oponente le gritó para traerla de nuevo a la Tierra-Akane!-Nueva ausencia de respuesta.
Sintió como sus fuerzas terminaron por desvanecerse y no hubo más que oscuridad.
La impotencia lo convirtió en su presa; desesperado, se giró bruscamente.......nada; sólo pequeños destellos celestes flotando en el aire en recuerdo de la joven Akane.
Fin del primer capítulo
. . . .
dikea: oh, dios mio! Pobrecita Akane ¿qué le ha pasado?
hécate: como si no lo supieras ¬¬U.....que la ha palmao jajaja...JAJAJAJAJA
dikea: oh hécate ¿cómo puedes decir eso de nuestra querida Akane? ¿y el pobrecito de Ranma? quedará desolado TT No seas tan mala hécate- chan,deberias ser más comprensiva
hecate:está bien....si tanto quieres que estén juntos, lo haré por ti: en el próximo capitulo mato a Ranma y se van juntitos al cielo
dikea: cielos!! ¿cómo puedes ser tan cruel? además, el amor de ranma y akane prevalecerá ante todas las adversidades(cara de ryoga cuando sueña despierto)
hécate: ¿amor?!! ¿qué es eso? el amor no existe, al final sólo hay muerte y en el segundo capitulo cuando mate a tu Ranmita, Akane estará esperándolo en el cielo pero él se irá al infierno por pervertido
dikea: hécate ranma no es un pervertido, solo es un adolescente que esta descubriendo cosas nuevas...
hécate: si,si, cosas nuevas......seguro que se cayó en el lago de la chica ahogada adrede para poder transformarse en chica y entonces me.....
dikea: hécate, por dios, modera ese lenguaje barriobajero que puede haber menores de edad leyéndonos
hecate: pero que lenguaje barriobajero ni que ocho cuartos, yo sólo digo la verdad; que él muy pervertido se transforma para.....
dikea: hécate, ya basta! cómo sigas así tendré que obligarte a tomar tus pastillas
hecate: ¿pastillas? me gustaría verte intentarlo santurrona
dikea: cielos, esta chiquilla va a acabar conmigo un dia de estos (dikea coge el móvil ) hola ¿hospital psiquiatrico Cogeaeseloco? Si, necesito que me manden un par de enfermeros (mira a hécate con indecisión) si, que sean bien musculosos
hecate: ¿a quién has llamado?
dikea: a nadie cielo, estas delirando, ¿tienes fiebre? (mano en la frente), deberias controlar mas tus acciones...
hécate: ¿como que ha nadie? pero si te he visto coger el telefono, que estoy loca pero no ciega
NiNO NINO NINO(de la ambulancia se bajan dos enfermeros muy forzudos)
hécate: ¿dikea?
dikea: si,es ella (empiezan a salir lagrimas de los ojos de dikea)
hécate: dikea, diles que paren, que era una broma, ¿dikea? DIKEAAAAAA!!!
dikea: portate bien, haz caso a los médicos y haz muchos amiguitos (despidiendo con un pañuelo blanco en la mano)
hécate: volveré ¿me oyes?!!! Volveré para cargarme a Ranma!! VOLVERÉ!!! jejeje...jajajaja...JAJAJAJAJAJA!!!
dikea:oh! queridos lectores, perdonen a mi amiga, es un poco...bueno..."unica", si(una gran gota aparece en la cabeza de dikea)..eso...es unica(un enfermero pasa volando junto a ella)
hécate-NUNCA TE LIBRARAS DE MI DIKEA JOJOJOJOJOJOJOJO (risa Kodachi)
-sujetadla bien!!! Traed unos sedantes!!!!-
dikea(la gota se hace enorme): Antes de nada me gustaría darles las gracias por leer nuestro fic, ah! es taaaan bonitooo...bueno a lo que iba...este fic lo hemos hecho mi amiga (q por diversos motivos ahora mismo no esta presente) y yo con mucha ilusión. Hemos tratado(con muchos contratiempos) de escribir un fic lleno de aventura, acción y diversión en el que por supuesto haya cabida para el romance así que los amantes de la acción no os desanimeis porque aunque en este primer capitulo ha habido mucho romance las batallas, retos y enemigos pronto llegaran para abrumar a nuestros amigos...(la puerta de la ambulancia se abre de repente)
hécate(tono psicópata): dikea, guapa. VEN AQUÍ !
dikea: esto....,creo que es hora de que me despida
hécate: vamos ven, no te voy a hacer nada
dikea: nos vemos en el próximo capitulo
hécate: DIKEA!
dikea: si es que sobrevivo (dikea corre a toda leche)
hécate: el corre que te pillo, mi juego favorito (los ojos de hécate se inyectan en sangre) puedes huir pero no esconderte (corre tras dikea) DIKEEEEEAA!!!!
Dikea: SOCOROOO!!!!!!-
.
Continuará......... . Notas de las autoras:
Baima(caballo blanco): primer templo budista de China. Se encuentra en Luoyang, provincia de Henan. Cuenta la leyenda que una noche el Emperador Mingdi, de la dinastía Han del Este, soñó con un hombre de oro de más de tres metros y medio de altura de cuya cabeza salía una luz que iluminó la sala donde se encontraba. . A la mañana siguiente el emperador contó a sus oficiales lo que había visto en sus sueños y uno de ellos, llamado Fu Yi, le aseguro que había soñado con Buda, un dios de Occidente. Acto seguido el emperador envió a Cai Yin, Qin Jing y a otros a Tianzhu (actual India) en busca de las escrituras budistas. Cuando Cai, Qin y los otros llegaron a lo que hoy en día es Afganistán se encontraron con los célebres monjes indios Kasyapamatanga y Dharmaranya, los cuales se encontraban en aquel lugar enseñando las doctrinas budistas. En el año 67 d.n.e. cargaron sobre un caballo blanco las escrituras budistas escritas en sánscrito y un retrato de Sakyamuni -Buda- pintado sobre fieltro blanco y regresaron a Luoyang llevando con ellos a los dos monjes indios. El emperador alojó a los monjes en los aposentos para emisarios extranjeros situados en el interior del Templo Honglu durante los años que duró la construcción del nuevo templo. Este fue llamado el Templo Baima (Caballo Blanco), para que la gente recuerde el caballo blanco que trajo sobre sus lomos las escrituras budistas y el retrato de Sakyamuni. . Long-Huang, Gui Xian, Bai Hu y Feng-Huang: son Seiryuu, Genbu, Byakko y Suzaku respectivamente. A la hora de elaborar el hechizo hemos uti-lizado los nombres chinos de estos cuatro dioses basandonos en las virtudes que representan(fuerza,sabiduria,....,) el punto cardinal que les pertence asi como los elementos que se les atribuyen(agua, metal.....) según la mitología china. . (dikea aparece de nuevo mirando en todas direcciones y en voz baja): buf! No está aquí. Se me olvidaba decirles que para cualquier comentario acerca de nuestro fic, bueno o malo, sólo tienen que escribirnos a , nos haría mucha ilusión asi que escribannos; prometemos contestar. Y muchas gracias por leer nuestra historia.
hécate: te he visto!!!
Dikea: oh no, ya está aquí. AAAAAAAAAHHHHHHHHH!!!!!!
Hécate: JOJOJOJOJOJO
