Este fic se lo dedico a RukiaMK porque últimamente me está ayudando mucho para poder terminar el fic más grande y además... es su cumpleaños! Muchas felicidades!
Esta historia es un fanfiction basado en la historia original Naruto y Naruto Shippūden series por Masashi Kishimoto y en la novela Konoha Hiden.
El momento adecuado: El momento
Esta era la situación: ella había llegado hasta allí porque Shikamaru le había dicho de ir a unas aguas termales para evaluar qué tal estarían para una luna de miel. Ella no sabía bien a qué se refería pero se había armado de valor y le había acompañado. Sin embargo, estando delante de una posada siente que su valor se desmorona y que sus piernas flaquean. Ahora no ve más solución que escapar de aquello que tanto le aterra y salir corriendo.
Shikamaru puso toda su concentración en perseguir la espalda de Temari. Cuando por fin le pisaba los talones, alargó la mano para coger su mano.
'Esto no va a funcionar si estoy yo solo, ¡esto no va a funcionar por mí mismo…!'
La mano de Shikamaru alcanzó la mano de ella. Se las había arreglado para atrapar a Temari por el brazo.
Apretó su agarre y Shikamaru gritó:
- Por favor, ¡espera! ¡Te necesito!
Temari había sido forzada a parar, y ahora lo miraba por encima de su hombro. Por alguna razón, sus ojos lucían un poco húmedos como llorosos.
Los dos estaban jadeando, totalmente sin aliento. La tenue iluminación de las lámparas cercanas iluminaba sus rostros un poco, la sombra de Shikamaru caía sobre Temari.
Tal vez ella se había calmado, porque ahora su rostro ya no se mostraba rojo como hacía un momento. A la luz de las lámparas, su rostro parecía de alguna manera más madura de lo habitual.
Shikamaru inconscientemente terminó mirando embobado la cara de Temari.
Estaba envuelto en una sensación extraña. Como si estuviera en medio de un sueño.
- ¿Está realmente bien… si soy yo…? - Temari preguntó en voz baja y temblorosa.
Esas palabras sacaron a Shikamaru bruscamente de nuevo de sus pensamientos, y su ingenio se compuso de nuevo. Él asintió con firmeza en respuesta a la kunoichi.
-¡Sí, esto no funcionará si no es contigo! - Él lo dijo en serio. - ¡Después de todo, no puedo entrar en la parte femenina del spa!
-… ¿Eh? - Por un breve momento, la mandíbula de Temari se bajó. Ella ahora lucía desconcertada. - ¿Uhm…? ¿De qué estás hablando…?
Shikamaru estaba también desconcertado por la mirada que ella le estaba clavando, como si de pronto empezara a indagar de que hablaba él. Fue una reacción extraña a su respuesta. Pero por ahora, lo mejor era verificar lo que ambos estaban pensando.
- No importa cómo se mire, yo no puedo entrar en el lado de las mujeres de las aguas termales, ¿no?
- ¡Obviamente! - Ella sonaba un poco indignada. - ¿Por qué de repente…?
Ella era muy consciente de la situación, bien. Como era de esperar de Temari.
En ese caso, ahora él sólo tenía que explicar cuidadosamente el resto de la situación…
- Yo no puedo entrar en el lado de las mujeres porque soy un hombre. Así que necesito que vayas al lado de las mujeres, ya que tú sí puedes entrar. Como has dicho, es obvio. Al salir del lado de las mujeres, necesito que me digas el estado que se encuentra, justo con unas pocas palabras. Eso es todo lo que necesito, ¿está bien? Es una cosa muy simple de hacer, ¿no?
- ¿De qué estás hablando… exactamente…? - Preguntó Temari, con una voz muy tranquila.
Ella ahora no lo estaba mirando como si sospechara algo de él. Ahora simplemente sus ojos estaban confundidos.
Pero, ¿de qué exactamente? Él había explicado de manera muy sencilla y claramente, pero ella todavía no lo entendía. Shikamaru no sabía cómo solucionar este problema.
¿Por qué Temari no lo entendía? Apenas hace un rato, ella había asegurado que él no podía entrar del lado femenino de las aguas termales.
- Para empezar... - dijo Temari queriendo aclarar la situación - ¿De qué exactamente estamos hablando?
¿Esa era la raíz del problema? Pensó él. Y pensar que de todo lo que había estado diciendo no lo había escuchado ella en absoluto…
- ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó Shikamaru. - Estamos hablando de la selección de una posada para una luna de miel para una boda, ¿no?
- Exactamente, ¿boda de quién?
- De Naruto y Hinata, obviamente... ¿Eh? ¿No te lo había dicho? Qué extraño…
Parecía que habían tenido algún tipo de malentendido. Todo el tiempo, Temari había estado pensando en alguna boda distinta a la de Naruto y Hinata. Shikamaru finalmente se dio cuenta de ese hecho en este momento.
Temari era superior en excelencia a otras personas. Ella oiría el comienzo de una explicación, y deduciría de inmediato el resto. Él no tendría que decirlo en voz alta para que ella se diera cuenta de que habían tenido un malentendido, así que ella ahora sí lo entendería tan rápido como él lo hizo.
'Así que eso es lo que era' Pensó Shikamaru, finalmente entendiendo. Había habido un gran malentendido.
Temari parecía haberlo entendido también.
- Hmm, así que eso era…. - dijo Temari. Ella estaba sonriendo en calma y en paz.
-No, pero espera, entonces… ¡Ah! - Shikamaru inadvertidamente dejó escapar una exclamación y su cara reflejaba sospecha.
Era posible que la incomprensión de Temari hubiera sido….
- No, ¿verdad? – él le preguntó. - Hey… no era eso…
Pero justo cuando él preguntó, Temari tomó en silencio el abanico de guerra de su espalda, sosteniéndolo en la mano.
- H…Hey… ¿qué pasa? - Él preguntó nervioso -¿Por qué estás de repente tomando eso…? ¿¡Qu…qué pasa con tu chakra…!?
Temari le sonrió cariñosamente aunque queriendo matarlo.
Shikamaru fue cautivado por la vista y descubrió que en su cara se formaba una sonrisa.
Sonriendo el uno al otro como estaban, se veían como la viva imagen de una íntima pareja de amantes.
- ¿Estás enfadada? – dijo él sobándose la nuca – no te enfades por favor. Perdona este malentendido...
- Me has hecho creer que... que esta invitación era por salir conmigo y... que hablabas de una luna de miel para nosotros...
Ella simplemente no podía mirarlo a los ojos mientras le decía eso. A Shikamaru se le había enrojecido todo el rostro. ¿Ella pensaba eso en serio? De ser así él había quedado como un tipo vulgar que quería ir demasiado rápido con ella. Y por eso ella decía que no estaba preparada mentalmente. Él ahora lo entendía todo, por fin. Pero demasiado tarde porque estuvo a punto de ofenderla.
- Lo siento, me he explicado mal todo este tiempo – le dijo él – seguro que estabas pensando algo malo de mí. Pero eso sería hubiera sido muy descortés por mi parte ya que solo hemos tenido una cita hasta ahora, ¿no crees?
- Sí, lo hubiera sido... – respondió ella.
- Pero, de verdad necesito que me ayudes. Así que, ¿quieres entrar a probar la posada?
Shikamaru le dijo las cosas directamente. Él no tenía intenciones impuras con ella. Él sólo quería su ayuda. Ella sonrió y le respondió:
- Claro – su abanico reposaba ahora en su espalda. Temari se veía totalmente relajada. Volvía a ser ella misma.
Él sonrió también.
Los dos entraron y fueron atendidos por el recepcionista. Shikamaru pagó los gastos y les dejaron pasar adentro.
Lo primero era probar las aguas termales así que cada uno se fue por su lado. Cada uno a su vestuario.
Temari se desvistió y comprobó que no había muchas mujeres en ese momento. Sólo había dos más. En el lado de Shikamaru no había nadie.
Era costumbre lavarse bien antes de meterse en el agua. Cada uno en su lado, sentados en las banquetas que allí había, se asearon con las duchas y el jabón proporcionado.
Al acabar, Temari, con la toalla tapándola, salió del vestuario a donde estaba el agua y se sentó del lado donde estaba la pared de bambú.
La kunoichi suspiró. Se sentía una pizca desilusionada. Todos sus nervios y la tensión que sentía por pensar que Shikamaru la llevaba como pareja habían desaparecido.
Shikamaru por su parte se dedicó a pensar profundamente en lo que había ocurrido. Temari le había dicho que no estaba preparada mentalmente y esas palabras le retumbaban en los oídos. ¿Sería que ella estaba pensando en que él se quería acostar con ella? Pensar en eso le estaba calentando así que lo mejor era poner la mente en blanco.
Tener una erección estando casi desnudo no era buena idea.
Cuando pasó un buen rato -el suficiente como para haber evaluado la situación- Shikamaru levantó la voz sabiendo que ella le escucharía estando al otro lado.
- Temari – dijo. Ella se sobresaltó porque todo estaba en silencio.
- ¿Qué? – preguntó intentando sonar tranquila.
- ¿Quieres ir a cenar ya? – le dijo él.
- Sí – respondió ella poniéndose de pie. – Enseguida salgo.
Shikamaru también se dispuso a salir. Se pusieron las batas y se arreglaron el pelo. Él acabó primero como era de esperar y se fue a esperarla a la puerta del vestuario de mujeres.
- ¿Qué tal? ¿Ha estado bien? – preguntó él cuando la vio salir acercándose a ella.
Shikamaru llevaba la bata y las sandalias de madera que les habían dado. La bata cerrada con el cordón en la cintura pero se podía apreciar parte de su pecho brillante todavía húmedo por el agua y el vapor. Ella intentaba que no se le fuera la mirada.
- Muy bien – respondió ella sonriendo – a mí es que me gustan mucho estos sitios ya que no hay en Suna. Es cómodo, es limpio... Está bien.
- Bien – dijo él satisfecho con la evaluación del spa – vamos a cenar.
Fueron a donde se les indicó que iban a servirles la cena. Cada uno llevaba su ropa en una cesta. Se encontraron con una mesita clásica japonesa y cojines para sentarse. Se sentaron con las rodillas dobladas como se exigía en estas situaciones en que no llevaban demasiada ropa encima. Él llevaba solo su calzoncillo y ella sólo las bragas.
Rápidamente les fueron trayendo toda la comida. Todo parecía exquisito.
- Estás muy callada – dijo él tras un rato de estar comiendo. - ¿Sigues un poco molesta?
- Oh, no. No te preocupes. Estoy bien – dijo ella. Parecía sincera. En verdad ella no hablaba porque sus nervios volvían lentamente. Quiso hablar de algo que no les llevara a hablar de ellos mismos. - Así que Naruto y Hinata se casan. Tal vez si lo hubiera sabido lo habría entendido todo.
- Pensaba que lo sabías. Es el evento del año. Naruto, el héroe de Konoha y Hinata, heredera del clan Hyūga.
- Suena importante – puntualizó ella.
- Lo es. Hinata llevaba muchos años enamorada de Naruto pero el muy tonto no se daba cuenta. Y ella tampoco se atrevía a decírselo. Siempre se ponía muy roja y nerviosa cuando estaba cerca de él. Algunas veces se desmayaba...
- ¿Y sólo por eso se van a casar? – preguntó Temari intentando no sonar mal - ¿sólo porque ella esté enamorada?
- Es cierto, dicho así suena raro. Pero algo pasó en la misión de rescate de Hanabi... Algo pasó entre ellos que hizo que Naruto se diera cuenta de que también tenía sentimientos por ella. O quizás los sentimientos de Hinata fueron tan fuertes que lograron alcanzar su corazón...
- Ahora suenas romántico – dijo ella bajando la mirada.
- Qué va, no soy para nada romántico – dijo él muy seguro de sí mismo.
Y se volvió a hacer el silencio tras esas palabras. De pronto Shikamaru sintió que era un buen momento para evaluar como se sentía ella con respecto la relación que tenían.
- Temari, hace un rato, me has dicho que hubiera sido descortés si intentara... Contigo...
- Sí, claro que sí... Ya te lo he dicho – dijo ella interrumpiéndole. El ambiente se volvía a poner tenso.
- Pero, para estar seguro, ese algo del que hablábamos es... ¿Sexo?
- Oh por favor – exclamó ella poniéndose toda roja y mirando para otro lado - ¿tenías que decirlo así? ¿Acaso no lo habías entendido ya?
- Sí pero – continuó él también todo rojo. Pero era más importante obtener respuestas que seguir en la ignorancia – como hemos tenido este malentendido quería tener las cosas claras.
- Tú mismo lo has dicho, sólo hemos tenido una cita – Temari volvió la mirada hacia él y se cruzó con sus ojos negros. - No es como... si yo fuera tu novia...
- Pero, ¿quieres serlo? – se atrevió él a preguntar por fin. Armándose de valor. Ella no se imaginaba que todo su ser por dentro se estaba desmoronando.
- ¿El qué? – exclamó ella dejando caer sus palillos en la mesa. Ahora ninguno de los dos prestaba atención a la comida.
- Verás yo no soy muy bueno en estos temas pero te estoy preguntando si te gustaría ser mi novia – dijo él tratando de ser lo más claro posible. Aquel día parecía que fallaba la comunicación entre ellos.
Temari creía que se iba a morir de vergüenza en ese preciso instante. ¿Tenía que responder a esa pregunta?
- Bueno... eres un buen tipo y... te conozco... tal vez... sí... – ella respondió de forma muy dudosa y él no estaba conforme con esa respuesta.
- Pero quiero saber si yo te gusto como hombre. Si te gusto como soy, porque tú a mí sí... – el corazón de Temari se iba a salir de un momento a otro – siempre me has apoyado. Has estado a mi lado. Conoces mi lado oscuro y aun así ahí sigues... incluso me dijiste que yo era el hombre que habías diferenciado de los demás. Tal vez eso significa algo.
- Sí. Tú, Shikamaru, eres importante para mí. Te he observado de cerca y siempre tengo altas expectativas de ti... Cuando supe que estabas en peligro me sentí muy angustiada porque no podía pensar en un mundo sin ti.
- Así que sientes lo mismo – dijo él aliviado por saber sus sentimientos – entonces, ¿por qué dudas?
- Porque yo nunca... nunca he tenido novio. No sé ni siquiera como se siente un beso. No sé si estoy preparada – confesó ella sintiéndose muy avergonzada.
- Bueno, no te preocupes. No eres la única aquí – Shikamaru tomó un sorbo de su té para aliviar la tensión.
Se quedaron de nuevo en silencio y ella movía los dedos nerviosa con las manos puestas encima de sus piernas. Shikamaru la observaba al otro lado de la mesa.
- Entonces... está bien, seré tu novia si quieres... – Temari no pudo evitar sonreír un poco porque al final todo había acabado sin que le diera un paro cardíaco en el intento de hablar de sentimientos con él.
- Yo sí quiero... que lo seas – dijo él tratando de asimilar que ella había aceptado – pero te vuelvo a decir que no soy demasiado romántico y puedo llegar a ser un completo idiota y tal vez no me dé cuenta de las cosas que quieres. Por eso lo que quieras pídemelo.
- ¿Así es como te vendes? Tal vez me arrepienta – dijo ella riéndose. De pronto las palabras de Shikamaru habían aliviado un poco la tensión.
- Te digo la verdad – dijo él también riéndose.
La situación se había calmado por completo.
Les recogieron la mesa y les llevaron su ropa a su habitación mientras ellos se fueron al baño por separado para lavarse los dientes u otras necesidades. Temari terminó antes que él y se fue a la habitación y descubrió que Shikamaru no había llegado todavía pero esa no fue la mayor sorpresa: en la habitación sólo había un futón.
De repente su corazón volvió a latir desbocado. Era evidente que cuando entraron los vieron como una pareja y era normal que hubiera un solo futón. Ella hasta ahora no lo había ni pensado. Y ahí estaba, completamente petrificada sin cerrar la puerta, sólo mirando el futón que tenía delante.
Casi se estaba mareando ahí de pie.
De pronto sintió una mano en su hombro y ella pegó un respingo. Temari miró hacia atrás para ver quién era.
- Tranquila – dijo Shikamaru cerrando la puerta corrediza. Ninguno de los dos encendió la luz al entrar porque con la luz que entraba de la calle se veía bien – soy yo. – dijo.
Pero eso no la tranquilizaba para nada. Si él ya estaba ahí con ella significaba que las cosas se pondrían tensas de nuevo cuando él viera el futón. Estaba a un segundo de volver a sentirse demasiado nerviosa.
Shikamaru dio un paso al frente y lo vio. Luego miró el rostro de la kunoichi y entendió por qué parecía petrificada.
- Un solo futón... – susurró él aunque era evidente que ese futón era para dos personas su educación y sus ganas de no incomodarla le hicieron decir – perdona, no lo he tenido en cuenta. Voy a pedir otro futón.
Shikamaru se iba a ir pero ella lo detuvo agarrándolo del cuello de la bata provocando que se abriera más de lo que ya estaba. Al instante se arrepintió de haber hecho eso porque ver su piel le provocaba placer visual pero al menos él se había quedado.
- No – dijo ella ansiosa mirándolo a los ojos – Así está bien.
- ¿Segura? No quiero que te sientas incómoda.
Temari asintió y ahora bajó la mirada para mirar su mano que agarraba la bata. Ella pensó que no era adecuado tener la mano ahí así que la retiró. No obstante, ésta fue atrapada por la mano derecha del shinobi. Y de pronto se quedaron mirándose fijamente a los ojos unos segundos que parecieron eternos.
- ¿Puedo darte un beso? – dijo él de repente. Temari se puso roja cuál tomate al escuchar sus palabras.
- ¡Se supone que algo así no deberías preguntarlo! – exclamó ella. Shikamaru sonrió por ver que la ponía nerviosa. No es como si él no se pusiera nervioso pero a ella se le notaba más y eso, en cierta forma, le relajaba y le hacía sentir seguro de sí mismo.
Shikamaru puso su otra mano en el mentón de Temari y la besó tiernamente. Al principio fue un beso casto sólo con los labios pero muy pronto él sintió la necesidad de ella al sentir la punta de su lengua. Shikamaru la acarició con la suya y ella respondió de la misma manera.
Él se separó unos segundos para tomar aire y ella volvió a agarrar el cuello de su bata, esta vez con las dos manos.
- ¿Te gusta? – preguntó él colorado clavando sus ojos negros en los verdes.
- Sí... – respondió ella – no pares...
Shikamaru le hizo caso. Temari de vez en cuando soltaba algún gemido de placer inconsciente. Cada vez que rozaba su lengua. Cada vez que apretaba sus labios. El shinobi notó que pronto dejaría de pensar con claridad si ella seguía gimiendo así.
- Esto me excita... – dijo él – no puedo seguir.
Él la soltó y dio un pequeño paso atrás. Temari tomó su mano para que no se alejara de ella.
- No te alejes de mí, por favor – suplicó ella. Entonces se apretó contra él medio escondiendo su cara entre la tela de la bata y la piel del pecho de Shikamaru. Su cuerpo olía demasiado bien, pensó. Al instante se sintió tentada de meter una mano debajo de la tela y acariciar su pecho con la yema de sus dedos.
Shikamaru tenía sus brazos en el aire sin saber qué hacer. No sabía donde poner sus manos. No sabía donde tocar o si lo tenía tan siquiera permitido.
- Temari... – susurró él – no soy de piedra. Me estás confundiendo... A veces te pones nerviosa por pensar que yo pueda querer algo contigo y ahora me estás tocando así...
- Bueno... Hinata no es la única chica que tiene derecho a estar nerviosa delante del chico que le gusta – dijo ella todavía con la mejilla derecha apoyada en su pecho. – Cuando he visto el futón me he sentido nerviosa porque he pensado que iba a dormir contigo y lo que ello significaba. Siempre me he creído la idea de que las chicas tienen que ser pacientes y esperar el momento adecuado para intimar con un hombre pero, ahora me he dado cuenta que eso no tiene nada que ver con esperar un tiempo determinado. Tiene que ver con saber cuándo es el momento adecuado. Y este es el momento adecuado.
- ¿El momento adecuado...? – Shikamaru repitió esas últimas palabras sin creerse lo que ella estaba diciendo.
- Y quiero que seas tú Shikamaru... el que lo tenga – ella dijo esto último separándose de él y cogiendo sus manos para ponerlas en el cinturón de su bata y desatarla. La bata se abrió y dejó ante sus ojos el cuerpo de la rubia que sólo llevaba las bragas.
Temari tomó una de las manos del shinobi y la puso encima de su vientre.
- Tócame... – susurró ella. A lo que Shikamaru respondió poniendo la otra mano también en su cintura. Levantó su mirada desde su mano hasta los pechos de la rubia. Volvió a mirar sus ojos verdes y después otra vez a su mano la que esta vez subió hasta el pecho izquierdo de la kunoichi.
- No puedo – dijo Shikamaru abrazándola muy fuerte de repente. Temari puso sus manos en la nuca del moreno.
- ¿Por qué? – preguntó ella acariciando el pelo negro que le caía en la nuca con sus dedos. - ¿Estás nervioso?
- Es que yo no sé... – le dijo Shikamaru – no sé cómo hacerlo...
- No hay nada que saber – dijo ella todavía abrazada a él – sólo sigue tu instinto.
Shikamaru metió su nariz entre el cabello de la rubia y después siguió por su cuello. Allí la besó delicadamente con sus labios. Plantó varios besos en la zona provocando que el vello corto y rubio de su piel clara se erizara. Temari se quitó la bata dejándola caer al suelo ahora que Shikamaru había bajado por el cuello hasta la zona de la clavícula.
Él puso sus manos en los hombros y la miró de frente, directamente a los ojos. Temari se lanzó a su boca desatando la bata de Shikamaru y sacándola de sus brazos para dejarla en el suelo.
Al momento él la llevó hasta el futón de la mano y se tumbó indicándole que se tumbara a su lado. Temari se metió con él bajo la manta y apoyando la cabeza en la almohada viendo como el shinobi se ponía ligeramente por encima de ella para volver a besarla. Temari puso las manos en su espalda para acariciar su piel mientras él se deleitaba besándola por su cuello, y sus labios. Shikamaru se levantó un momento para mirar su rostro y sonrió satisfecho por verla tan excitada. Ella llevaba el pelo suelto desde que habían salido de las aguas termales. Se veía diferente y más ahora que lo tenía revuelto por motivos evidentes.
Lleno de excitación, bajó hasta su pecho y succionó un pezón a lo que ella respondió con un sonoro gemido. La ventana de la habitación se agitó como si hubiera sido azotada por el viento. Shikamaru la miró de reojo, no parecía que se hubiera roto así que siguió con su tarea, ahora con el otro pezón. La tenía insensibilizada y totalmente a su merced.
Shikamaru siguió descendiendo por su cuerpo hasta llegar por debajo del ombligo. Se detuvo cuando llegó a sus bragas y puso sus dedos en la goma elástica.
- ¿Qué pasa? – le preguntó ella acariciando el pelo de Shikamaru con los dedos que tenía entre la coleta.
- Estaba pensando que yo no tengo condones.
- En estos sitios suele haber, ¿no?
- Ya me he fijado pero no he visto por ninguna parte algo que parezca un recipiente que pueda contenerlos. – explicó él.
- Esto puede formar parte de tu evaluación del sitio – dijo ella sonriendo.
- Tienes razón – dijo él mirándola de nuevo tras hacer un nuevo escrutinio con la mirada del entorno. – Pero... Entonces, ¿quieres?
- Sólo si puedes evitar eyacular adentro.
- Por supuesto – dijo él – no te iba a dejar embarazada la primera vez.
- ¿A qué esperas entonces? – dijo ella ansiosa – quiero sentirte adentro...
Shikamaru abrió los ojos sorprendido por sus palabras y se apartó de ella. Temari tenía las mejillas sonrosadas y un aspecto muy delicado. Pero también parecía desesperada por culminar lo que estaban haciendo. Sin dar más rodeos le quitó las bragas pillándola desprevenida pero ella sólo sonrió ante el gesto de él estirando su prenda interior piernas abajo.
A su vez, él se quitó de encima de ella y poniéndose de rodillas sobre el futón se dispuso a quitarse los calzoncillos.
- Espera – dijo ella reclinándose – déjame a mí. Shikamaru asintió y quitó sus manos de la goma del calzoncillo para dejar que ella fuera la que hiciera esa tarea. Cuando ella se sentó para poder tener las manos a la altura del calzoncillo pudo apreciar como el miembro del shinobi se marcaba en la tela. Ella sintió que se derretía por dentro.
No tardó mucho en sacarlo a la luz y pudo ver el pene totalmente erecto de Shikamaru. De la punta caía un fluido viscoso y transparente y ella se quedó mirándolo.
- Es para lubricar – explicó él sintiéndose de pronto avergonzado por estar siendo tan observado. Pero ella no levantó la mirada sino que quiso dedicarse a tocar la zona. Puso un dedo en el glande queriendo tocar el fluido viscoso que brotaba de él. La reacción de Shikamaru fue la de alguien que le arde una herida.
- ¿Te duele? – preguntó ella preocupada mirando hacia arriba.
- No, es solo que está muy sensible. – dijo él ruborizado. - ¿Qué opinas?
- Me gusta... – Shikamaru se puso a sobarse la nuca como solía hacer cuando estaba nervioso. Sin embargo, ella no pudo pensar en otra cosa que no fuera en la imagen que tenía delante. Un chico moreno, alto, de cuerpo con músculos definidos. Poca densidad de vello corporal. Sólo en las axilas y el vello púbico. Y su miembro, muy erecto y con una forma, longitud y complexión que quitaban el hipo. – Ahora tienes que venir aquí abajo y hacerme el amor...
Las neuronas de Shikamaru sufrieron un cortocircuito y enseguida la atrapó bajo su cuerpo y se posicionó entre sus piernas no sin que ella soltara un primer gemido de placer por sentir todo su cuerpo encima de ella y notar su miembro rozando su vulva. Ahora Shikamaru parecía tener la ansiedad de un animal en celo y volvió a besarla en la boca con la misma o más intensidad que antes a la vez que seguía rozando su vulva. Temari movía la cadera hacia arriba tratando de que él se introdujera en ella pero él se echaba atrás cuando veía sus intenciones. Él quería que ella estuviera más ansiosa.
Al final Temari no sólo levantó su cadera sino que con sus piernas alrededor de su zona lumbar lo apretó contra ella para que él no tuviera más remedio que entrar.
- Voy a entrar – dijo él con la voz ronca ahora que reposaba su cara contra la almohada y con los dos brazos al los costados de ella - ¿estás lista?
- Hazlo ya – ordenó ella clavando sus uñas en su espalda. Pero Temari no terminó de decirlo cuando se sintió desgarrada ahí abajo en una oleada de placer y dolor simultáneos. Un gemido salió de su boca y unas lágrimas de sus ojos. Él levantó su rostro para mirarla.
- ¿Estás bien? – preguntó él con rostro preocupado al ver sus lágrimas en los ojos.
- Sí... – dijo ella agitada. – Sigue.
Shikamaru siguió penetrando con cuidado y sin prisa para que ella se acostumbrara a él. Por dentro él estaba que no se podía creer que aquello fuera tan increíble. Las ganas que tenía de eyacular eran enormes. Pero tenía que aguantar porque se lo había prometido. Pronto Temari dejó de sentir dolor para sentir solo placer y le animó a que embistiera más deprisa y así lo hizo pero sus testículos amenazaban con provocarle una eyaculación en dos segundos.
Temari se sentía en la gloria. Shikamaru era exquisito haciendo el amor. Era sexy y delicado. El contacto con su piel y sus besos eran una sensación sublime. Oír sus gemidos roncos en su oreja era también demasiado excitante.
- Temari – dijo él levantando la mirada y buscando la de la rubia. Ella interrumpió sus pensamientos y lo miró sonriente. Él también sonrió y besó su mejilla para después decirle en su oído.
- Voy a eyacular – dijo él – prepárate.
Ella asintió y él se puso de rodillas frente a ella, cogió su pene y se masturbó unos segundos para eyacular encima de ella. El semen de Shikamaru cubrió su vientre y su pecho y ella se tocó comprobando que éste estaba caliente y viscoso.
Cuando Shikamaru terminó de eyacular se tiró rendido a su lado y ella se quedó mirándolo extasiada.
- ¿Estás bien? – preguntó ella viendo que él parecía bastante cansado.
- Más que bien – respondió él con una sonrisa de satisfacción en la cara – pero ahora te debo uno.
- ¿Un orgasmo? – dijo ella.
- O varios – dijo él con una expresión pervertida.
- No seas tan arrogante – exclamó ella divirtiéndose con aquella conversación – es tu primera vez.
Shikamaru la miró notando que ella no estaba convencida de sus palabras y eso fue suficiente para que él volviera a besarla apretándola contra él estando tumbados de lado.
- Ahora que ya no eres virgen te voy a penetrar como un animal – le dijo retándola – muérdeme y clávame las uñas.
Temari frunció el ceño extrañada porque no se imaginaba que esas palabras saldrían de su boca aunque sonreía con malicia por las cosas que le decía el shinobi.
- Parece mentira que hace un par de horas no te dieras cuenta ni de lo que yo sentía – dijo ella. – ahora pareces tan atrevido.
- Hace un par de horas no te tenía de esta manera – explicó él como si todo tuviera sentido. Aunque en el amor muchas veces todo y nada tiene sentido a la vez.
Shikamaru empezó de nuevo a hacer el amor con ella esta vez haciéndole un cunnilingus con el que Temari tuvo un primer orgasmo y mojó hasta la sábana debajo de ella. Shikamaru se fijó en que su clítoris estaba muy erecto y su vulva no paraba de lubricarse cuando él la estimulaba. Pronto le dijo que se pusiera a cuatro patas y ella asintió adoptando la postura que él le había dicho. Se sentía muy expuesta estando así pero también muy excitada cuando él agarró su trasero y se aproximó para penetrarla.
Temari soltó un sonoro gemido y volvió a escucharse retumbar las ventanas con el viento de la calle. Ahora ella dirigió la mirada hacia atrás girando su cabeza hacia la derecha para observar los movimientos que hacía su shinobi favorito allí en su trasero. La imagen que alcanzaba a ver de sus músculos contrayéndose mientras la embestía no hacía sino provocar más su excitación. Temari puso sus manos en la pared que tenía en frente y se él se inclinó hacia adelante sin dejar de penetrarla para agarrar sus pechos con las dos manos.
- Más fuerte Shikamaru, ¡más fuerte! – le gritó. Y él juró que se iba a morir si ella seguía diciéndole esas cosas. Así que la cogió entre sus brazos y la puso más erguida de manera que pudo alcanzar su boca con su mano derecha y la tapo mientras le dijo:
- Vas a hacer que me corra si me dices esas cosas – Temari podría interpretar que le tapara la boca como una ofensa pero en lugar de eso lo sintió todavía más excitante. Y así él logró darle un segundo orgasmo aunque sus gemidos eran acallados por su mano. Le temblaban las piernas y él supo que ella había terminado así que la dejó descansar.
Se tumbó bocarriba respirando agitada todavía gimiendo ligeramente. Más viento azotaba las ventanas y él la miró empezando a sospechar.
- Te juro que no es culpa mía – dijo ella riéndose refiriéndose a lo del extraño viento aquella noche.
- ¿Segura? – dijo él con tono de no creérselo.
- Bueno, no lo sé – dijo ella ahora dudando hasta de sus propias capacidades – es la primera vez...
Temari de pronto parecía exhausta y parecía que se iba a quedar dormida de un momento a otro.
- Hey todavía te necesito un poco más – dijo él señalando lo evidente. Ella soltó una risita y se levantó para ayudarle con su problema.
Y así en una nube de carne, sudor y semen se volvieron a fundir unas cuantas veces hasta quedar exhaustos.
Esa noche en Konoha…
Un repentino vendaval fuera de temporada recorrió las aguas termales de Konoha, y duró toda la noche. Los residentes y turistas pasaron toda la noche en vela, demasiado asustados para ir a dormir.
...
Aquella mañana...
Se despertaron sin prisa con la propia luz del día. Shikamaru miró a su alrededor con dificultad y vio que gran parte de la manta estaba en el suelo y la otra parte la tenía en su poder Temari. Las almohadas estaban bastante lejos del sitio donde debían estar. Cada una a un extremo distinto del cuarto. Las batas estaban al lado de la puerta tiradas por el suelo. No había señales de su ropa interior por ningún sitio. Pensar en buscarla le estaba dando dolor de cabeza así que trató de seguir durmiendo mientras ella no se diera cuenta.
- Sé que te has despertado ya Shikamaru – dijo ella girándose hacia él. – No te hagas el dormido.
Shikamaru abrió su ojo derecho manteniendo el izquierdo cerrado para que la luz de la ventana que le quedaba de frente no le diera de pleno en el ojo.
- ¿Te he dicho alguna vez que eres preciosa? – dijo para evitar que ella se enfadara por su intento de quedarse durmiendo engañándola deliberadamente.
- Es la primera vez que me lo dices – le informó ella amablemente. Él sonrió y se levantó para darle un besito en la mejilla y después de eso ya se quedó sentado.
- ¿Qué vamos a hacer después de lo que ha pasado esta noche? – preguntó él girando su cabeza para mirarla pues ella todavía estaba tumbada en la cama.
- Seguir juntos, espero – dijo ella haciéndose la indignada.
- Eso por supuesto – respondió él dándole un pellizco amoroso en la mejilla. Ella hizo una mueca como una niña enfadada y él se rió a carcajadas.
- Quiero darme una ducha antes de irme. Estaría bien tener baño propio en la habitación. – dijo Temari – teniendo en cuenta que a las parejas les pasan accidentes cuando tienen relaciones. Apúntalo también en la evaluación de este sitio.
- Tienes razón – dijo Shikamaru – tal vez debería seguir buscando sitios. Espero que me acompañes.
- Pero la boda es dentro de poco, ¿no? – dijo Temari.
- Entonces no tardes en volver de Suna – dijo Shikamaru sonriendo irresistiblemente sexy. Temari le tiró una almohada por poner esa cara y se puso la bata y se llevó la ropa para darse una ducha antes de irme.
Y aunque para Shikamaru no era tan necesario, igualmente también fue a ducharse.
...
- Ojalá no tuvieras que irte nunca – le dijo Shikamaru a la rubia en la puerta de Konoha.
- Pero tengo que irme a casa – dijo ella poniendo el semblante triste.
- Tal vez yo también debería pedirte matrimonio.
- ¿No vas muy deprisa shinobi? – dijo ella sonriendo. Después cambió su tono a uno más serio. – No te preocupes, volveré.
- Eso espero. – dijo él asintiendo contento.
Pero Temari frunció el ceño confusa porque él no hacía ni un movimiento para besarla. No obstante, movió su mano en señal de despedida y con una sonrisa en la cara se dispuso a irse dándole la espalda.
Shikamaru la frenó agarrando su mano.
- Espera – dijo – creo que no me he despedido adecuadamente... no estoy acostumbrado.
El shinobi puso sus manos en los hombros de ella y se inclinó para besar sus labios. Temari recibió el beso con satisfacción. Era la primera vez que la besaba en público.
Seguro que luego sus amigos que vigilaban la entrada se lo recordarían, pensó él.
- Espero verte pronto – dijo él tras separar sus labios y ella asintió. Él bajó sus manos dejándola ir con la esperanza de que llegara el día en que no tuviera que verla marchar.
Cuando Temari se iba Shikamaru se quedó embelesado mirando como los rayos de sol bañaban su cabello dorado y la hacían ver más bella que nunca...
