No se si lo recuerden o no pero hace mucho, mucho tiempo, yo les había dicho que estaba planeando un proyecto con un amigo (que pueden encontrar en Wattpad como BatracioG -donde está subida la historia también-) pues finalmente tenemos la parte 1 de este caos.
Bienvenidos sean a: Mi peor enemigo, donde se pone toda la dedicación del mundo con sus pequeños errores que serán corregidos en un futuro si no lo olvido.
Y antes de que continúen las pequeñas advertencias:
Renuncia: Los personajes como historia (haciendo referencia de donde fueron creados) no me pertenecen sino esta pequeña historia que nace de dos mentes unidas.
Advertencias: Yaoi (chico/chico) SaiGen/SaiGenos, Angst entre otros que pierden chiste si lo cuento.
Hay una cosa que ni siquiera el hombre mas fuerte del mundo puede controlar o vencer, no importa cuanto esfuerzo haga nunca lograra derrotarlo. Pero puede acostumbrarse a eso, puede recibirla como una vieja amiga a la cual comúnmente ve en todos lados; no le molestaba, morir sería algo nuevo y que probablemente le diera sensaciones que antes le eran desconocidas.
Aunque cuando menos se lo piense, la muerte sera una tortura cuando vea que ni siquiera él era inmune a ella, cuando lo vea caer y perderse, cuando esos ojos se encuentren extinguidos cuando no pueda mas.
-¿Genos?-
Y se dará cuenta que la muerte es el enemigo mas mortal que tendrá en toda su existencia porque ciertamente el ni siquiera podía salvarlo de ella.
SOLO SOMOS UN SUEÑO
Nada es eterno en esta vida, nadie es inmortal en el mundo pero si acaso existían aquellos seres que nunca morían sin duda tendrían una vida tediosa e insignificante. Las cosas tienen un periodo de tiempo, largo o corto, nunca tardaba, nunca faltaba ni siquiera sobraba, todo estaba tan calculado que te preguntabas ¿Es acaso que algo sale de improvisto? ¿Es acaso que todo mundo esta medido? Probablemente sí, probablemente no, quizá para algunos la vida esta tan contada que dejaba de interesar.
Todos somos un sueño vinculado, tan hermoso y horrible que te hace pensar que por momentos uno es capaz de morir en cualquier instante; aunque vivir tampoco era algo que se notara demasiado. Pero cuando finalmente se sueña con algo que nunca en tu vida piensas que puede pasar despiertas y te preguntas si todo fue un sueño o de verdad lo viviste.
Hoy en día la fantasía era más cautivadora que la realidad.
La soledad no era algo nuevo en su vida, en realidad, estaba tan acostumbrado a esta que si alguien le llegase y le dijera "Recuerdo cuando estuvimos juntos" simplemente él no lo haría, no es como si necesitara de otros, con el mismo bastaba, siempre fue de esa forma. Tal vez esa manera de vivir no era la adecuada pero vamos ¿Cómo romper una rutina que ha surgido desde hace varios años? Es como decir que ahora, su poder, era una jodida bendición cuando era una condena con la cual debía cargar durante, por lo menos, toda su vida, bien, el se lo busco, cierto, pero ¿No había manera de conservar aunque sea un poco de humanidad en vez de perderla?
Quiso volverse fuerte no inhumano.
Y aún si el mundo lo odiara seguiría sin importarle, fue su sueño, no como lo imagino pero seguía siéndolo, no iba a tirar todo atrás por unos cuantos comentarios que llegaban a ser innecesarios, y, para agregar a la situación, completamente inútiles como las creencias sin sentido ¿Con qué derecho reclamaban si ellos no hacían nada por ayudar a otros? ¿Qué era lo que les detenía? Poderes o sin poderes, fuertes o no, podían hacer algo si sus bocas no fueran las primeras en reaccionar.
Y eso quedo claro, y el puso un ejemplo.
Pero estaba bien, esos asuntos eran viejos y sin importancia, todo estaba calmado, tranquilo o por lo menos en ese aspecto ya que siendo sinceros lo único que lo dejaba con ciertas dudas o sensaciones que daba por lo menos profundamente dormidas se alzaban un poco para llamar su atención. Era molesto. Aunque no es como si el culpable se mereciera una patada en el trasero por hacerle entrar en momentos pensativos, al contrario, podía más bien agradecerle por devolverlo a una realidad donde no era solamente un cuerpo con poder y que aparte dejaba parte de su esencia con el pasar de los días.
Era una lástima no poder agradecerle siendo el maestro que este pensaba que era pero nunca fue bueno dando lecciones y menos a alguien quien literalmente se ha soltado el esfuerzo físico que pudo usar de excusa por un largo tiempo.
Aunque a pesar de eso Genos era como un ángel uno que se tomaba todas las molestias de rescatarlo de donde no había escape.
Solo era un niño, un niño al que injustamente se le quito todo cuando tal vez, en su opinión, hubiera merecido una vida mejor pero con ver esa sonrisa, esa determinación en su mirada: todo iba a estar bien. Siempre le hacía pensar eso cuando el rostro inexpresivo se llenaba de tanta vida, tanta humanidad y deseos que a pesar de sonar egoístas lo consideraba algo común de alguien quien conservaba esa manera infantil de ser.
Porque le hacía sentir, era un milagro renacido en malas historias, en desgracias y desastres.
Su perfil anterior encajaba perfectamente con un suicida y ahora, no estaba seguro, ahora era un hombre soltero que era un héroe por diversión/profesión, sin muchas ganancias, ni reconocimientos, mucho menos personas que lo quisieran y aclamaran por todo lo que ha dado pero hay algo de lo que podría estar orgulloso aún si en esas alturas lo considerase raro:
Genos siempre estaría a su lado, el rubio nunca lo dejaría solo.
Ya no sentiría ese vacío, esa soledad, ninguna sensación más de abandono sobre sus hombros, estaba libre, era libre junto a su autoproclamado aprendiz.
Quizás solo por eso, solo por confiar en esos puntos dorados se encontraba cayendo tan bajo, permitiendo que su corazón se descontrolara y sus respiraciones se transformaran en suspiros perdidos, que dentro suyo hubiera un desastre que no podía explicar.
Probablemente por ese pequeño detalle estaba asustado, tan vulnerable, tan emocionado.
Nuevamente se sentía tan humano.
-¿Maestro?-
Después de tanto tiempo y el otro no entendía que le era innecesario ser llamado de esa forma -¿Qué sucede Genos?-
-Lo he visto muy sonriente últimamente ¿Ha pasado algo de lo que yo no esté enterado?-
-No, ni siquiera estoy seguro de que me está pasando- burlaba cuando volvía a su manga, dejando que la situación se escapara como arena entre los dedos
-Si tiene algún problema puede decírmelo, con gusto le ayudaré-
-Genos, no es ningún problema, estoy bien-
-¿Seguro? No quisiera que le pasara nada malo maestro-
-¿Por qué deberías estar paranoico? Relájate, no es el fin del mundo además ¿Tiene algo de malo que lo haga?-
-¡No quise decir eso! ¡La sonrisa del maestro es muy linda! Es decir, yo, no quise-
Termino por levantarse y tomar su cara, apachurrando aquella piel artificial para hacer que hiciera gestos en contra de su voluntad –Calma, no tienes porque disculparte por una opinión cualquiera-
-Sí maestro-
Su rostro era una de sus cosas favoritas.
El era su problema más grande.
-¿Genos?-
-¿En qué puedo ayudarle?-
-Deberías sonreír más-
-¿Por qué debería hacer eso maestro?-
-No lo sé, tal vez es porque te verías lindo de esa manera-
Supo que aquellos labios curveados no fueron por una orden sino que de verdad parecía estar felizmente apenado por saber eso.
Saitama no podía evitar sentir algo, un sentimiento, darse cuenta que no estaba muerto.
Genos era su fuente de vida interna.
Pero a veces las propias emociones eran una mentira como los sueños tan irracionales, porque la vida era una estupidez que debía enfrentar.
Porque no todo era eterno, porque sus sentimientos no eran capaces de existir en ese plano, todo se pierde y se gana cuando finalmente un objetivo es cumplido. Saitama lo dejo todo por ser el hombre fuerte que es ahora, perdió toda oportunidad de seguir de pie, ahí, reclamando tener algo de humanidad cuando su alrededor debía arrebatar cada sueño y esperanza.
El cyborg se encontraba desobedeciendo cada una de esas reglas establecidas desde el inicio del tiempo, desde cuando las reglas "del más fuerte" fueron creadas para la supervivencia; no conocía las normas, estaba desobedeciendo cada una de ellas para salvarlo, para hacer lo que otros nunca hubieran intentado.
Era un milagro.
Pero todo milagro puede extinguirse y solo ser algo casi inexistente en la memoria.
No podía protegerse, era débil, ya nada importaba, ya no era nada.
¿Cómo ser algo cuando los motivos se van por el desagüe?
Cada vez el pecho se oprimía al verlo en ese estado crítico donde por obra del destino o solo casualidad los daños eran incapaces de poder repararse, de no resultar con un daño adyacente solo logrando que tuviera que vivir una tortura, un infierno lento.
¿Por qué no pudo estar en su lugar? ¿Qué motivos había para que no fuera quien estuviera en esa cama tan fría?
Su rostro apacible y los labios levemente separados, sus ojos cerrados con calma, con cables que estaban alrededor de todo su cuerpo haciendo el intento de alargar lo que podía mantenerlo en un estado consciente. Una flama que solo iluminaba cierta parte de la habitación oscura, al inicio era brillante pero con el paso de los días cada vez se consumía hasta ser un punto en medio de la nada. No era nada, ya no.
La vela se estaba extinguiendo hasta ya no iluminar nada.
¿Qué podía hacer? Lo único que su mente carburaba era el hecho de quedarse observando fijamente sin palabra o gesto alguno, congelado, indeciso, dañado, asustado, culpable, atormentado ¿Cuántas cosas miserables se pueden ser a la vez?
Lo siento.
Lo siento tanto.
Sentía como si fuera un monstruo el cual era incapaz de derramar una sola lágrima, de sentirse tan miserable como debería pero en vez de eso solo quedaba algo hueco, un cascarón vacío que repetía mil veces esa escena, ese momento, como aquel monstruo llamado "Shadow" envolvía al joven que perdió todo, él decía tantas cosas sin siquiera mover sus labios, lo único que podía diferenciarse entre esos bultos y deformaciones negras que desaparecían cuando se le deseaba.
Punzaba ese recuerdo, llegaba a ser una droga, un vicio, un deseo tan toxico como necesario que, si se dejaba de pensar por un instante, llegaba a perder la respiración por varios minutos.
Esas garras perforando el metal, volviéndolo negro hasta que estos caían hechos cenizas.
Terror puro en los ojos de su alumno advirtiendo que no se acercara por ningún motivo, que no deseaba verlo dañado.
¿Y si ahora lo estaba?
¿Y si su sacrificio era lo que lastimaba?
La risa escandalosa que proclamaba diversión bizarra al ver como cada trozo se destrozaba hasta no ser más que la nada.
Perdón.
Perdóname.
Core en manos ajenas, varios versos cantados con el mismo final de ver morir a la persona más fuerte de la existencia pues su hobby principal era conservar los sentimientos más desgarradores de personas o seres con gran fortaleza.
No lo entendió en un inicio, tampoco comprendió cuando este se detuvo cuando el daño terminaba siendo grave, cuando solo lograba ver una minúscula parte del pecho y cuello, la mitad del rostro hecho añicos, con marcas negras como si se tratara de quemaduras y esos ojos.
Por dios, sus ojos.
Nunca miro eso antes, como su mirada perdía control mientras varios ruidos de estáticas confundían más la escena, el cambio de dorado a rojo y viceversa hasta que todo se detuvo, hasta que no hubo más solo una profundidad sin nada más que un vacío, su vacío.
¿Genos?
Recordaba la voz de los otros héroes llamándolo por su nombre cuando solo toco la tierra al ser desechado como una envoltura cualquiera.
Las voces temerosas, pasos indecisos, vistas culpables que trataban de guardar un secreto que prontamente fue descubierto por su presencia entre ese caos al no enterarse de lo que ocultaban: su próxima locura.
Tú estarás bien.
Necesito que estés bien.
Bueno, no es como si de verdad el mundo supiera lo que pasaba dentro suyo.
Nunca expresaba mucho más que cosas sencillas y sin gracia en perspectiva con la edad que poseía pero esa vez, pero esa única vez era como si el mundo hubiera visto por primera vez un sentimiento que ni el mismo estaba seguro de conocer.
Abandono.
Me encuentro solo.
Y no se trataba de un abandono común, no, era uno más profundo, uno más inquietante.
La pérdida de alguien quien resultaba ser todo lo que amaba.
Todo lo que amaba.
Insufribles ecos estaban pensando por ese lugar con la misma frase.
No fui lo suficientemente veloz.
No fui lo suficientemente fuerte.
No fui lo suficiente.
Simplemente no era el héroe que de verdad necesitó, no fue la persona correcta, no fue lo que Genos debió tener; bromas del destino, malas jugadas, era como si fuerzas superiores apostaran en qué momento se habría dado el valor de mostrar todo lo que callaba solo por ser extraño, solo por querer evitar daños colaterales. Oh ironía con sabor amargo ¿Necesitaba hacer eso para dejarle claro que era un tonto?
Te perdí..
¿De verdad lo era? Eso era poco para el error tan grande que provoco.
Lo dejo morir.
Fue su culpa.
Lo permitió.
Con solo ver el rostro del menor era suficiente como para que todo el dolor regresara y se reprodujera como si se tratara de una escena de la cual era imposible salir.
Un círculo vicioso.
-Debería volver a casa-
La voz del mayor lo sacaba por escasos minutos de los recuerdos que estaban carcomiendo su espíritu.
-Necesitas descansar un poco-
-Estoy bien- declaró monótono, como una grabadora que reproducía un mensaje de hace tiempo
-No se haga esto Saitama, él no lo hubiera querido-
Claro que no, su Genos siempre era tan atento, tan preocupado, dedicado, alguien quien le deseaba el bien sobre todas las cosas y que incluso por sencilleces podía hacer un desastre por verlo animado y evitar que se encontrara en un estado infeliz pero ¿Cómo dejaba ese algo que no era nada como a la vez todo?
-Por supuesto que no, es Genos-
Sí, era Genos…
Era.
-Sabe que puede venir mañana pero necesito seguir haciendo pruebas, debe descansar si quiere ver los resultados-
-Lo entiendo-
Mentía pero esa necesidad de tener una charla antes de ir a su vivienda ahora vacía llegaba a ser el único consuelo que tenía.
-¿Se pondrá bien?-
-Hace el intento de estarlo-
¿Es qué nada era seguro?
¿Es qué simplemente ya no había esperanza?
Mejora, por favor.
Desprenderse de él llegaba a ser lo más doloroso que pudo haber experimentado, ni en sus años de prácticas ni en los momentos en que todo fue tornándose tedioso hasta no tener sentido alguno en cualquier definición que fuera posible.
Salir de ese sitio lo hizo sentir un ser humano tan distante que no le importaba absolutamente nada por tener sus ojos normales, sin rastro de irritación, hinchazón o llanto alguno como si desconociera la piedad, la compasión, el amar de verdad.
Pero sabía cómo hacerlo pero nunca como mostrarlo.
¿De verdad hubiera sido el indicado si eso nunca hubiera pasado?
Siento tanto convertirme en lo que confiabas.
Necesitaba solo mirar sus manos para percatarse de que tan idiota era, de todo lo que condeno, todo lo que hizo para llegar a un punto sin retorno donde jamás iba a poder sentirse de una manera especial sin que eso se hubiera acabado.
¿Terminó?
¿No había más?
Desde que paso todo eso lo único que había hecho era pensar y mirar a su alrededor, servir la comida para dos, acomodar ambos futones, mantener conversaciones que nadie respondería y más que nada preocupar a otros como a Mumen, King, Bang o, inclusive, sorprendentemente a Sonic.
Saitama se convirtió en un centro donde el único necesitado era el mismo.
¿Qué tan mal estaba?
No notaba diferencias.
No miraba el mundo de distinta manera.
Claramente era porque solo una cosa quedaba apartada solo para un solo ser que iba a ser irremplazable, porque siempre iba a existir un lugar donde solo quien abrió las puertas iba a cerrarlas.
¿Entonces era normal que el mundo diera vueltas tan lentas que el mismo las sentía?
Todo es demasiado lento, tranquilo.
-Hoy la noche está despejada-
Se comentaba como si se tratara de cualquier otro día en el que paseaba en busca de algún peligro o encontrar por lo menos en algo en que distraerse más sin embargo lo único que pudo pasar en esos instantes era una absurda, larga y tediosa explicación de que estaban compuestas las estrellas.
Sonrió antes de que sintiera como si algo hubiera golpeado su estómago provocando milagrosamente un daño a pesar de que nada ni nadie estuviera ahí para hacerlo solo su recuerdo, solo su cabeza, solo él.
Era tierno a pesar de arruinar el momento.
Concentró sus pensamientos y los volvió a esconder debajo de la alfombra para seguir continuando y evitar quedarse por horas observando el cielo como si este se llegase a pintar de puntos de distintos colores que alumbraban todo incluso que fuera posible distinguir la estrella de norte; una buena distracción en un mal lugar, si fuera posible el doctor ya le hubiera puesto cualquier tipo de anestesia para llevarlo arrastrando a casa.
Quizás hubiera sido bueno que se lo pidiera para la próxima.
-Creo que voy a volver a preparar curry instantáneo-
Propuso como si alguien le fuera a reclamar por la comida tan insalubre que estaba consumiendo últimamente, no es como si eso importara pero tal vez necesitaba esa voz consciente, seria, correctiva diciendo lo que era correcto para evitar cualquier tipo de enfermedades.
Si tuvo apetito ahora desaparecía.
-No es importante hacerlo para cenar-
Los primeros días era de atascarse lo suficiente para acabarse las provisiones de la semana para luego entrar en ayunas al menos cuando estaba en la privacidad de su vivienda porque si se trataba de estar afuera no mostraba más aunque hoy en día era difícil estar solo cuando los monstruos decidían hacerle la existencia más inoportuna y claro, la asociación de héroes pidiendo disculpas por la pérdida de su compañero tampoco sus pocos amigos (incluso algunos contrincantes) que se aseguraban de que no se hubiera ido.
Extraño verte en las mañanas cocinando.
¿Llegaba a ser preocupante quedarse solo si Genos no estaba?
No es como si fuera un crío irresponsable que hacía lo primero que quisiera fuera para bien o para mal.
¿No?
Tampoco es como si estar descuidándose a propósito fuera malo… ¿O sí?
Ya le era arduo tener que llegar a una respuesta que satisficiera todos sus sentidos sin que ninguno sobrara o faltara pero llegaba a complicarse cuando otros se involucraban de más, no los necesitaba, no eran lo que quería y sinceramente nunca iban a serlo: Nadie lo iba a poder remplazar. Está bien, si era un niño negado a la realidad, al deseo de ser ayudado y superar todo porque la soledad le era un buen lugar conocido para reposar y hundirse.
Pero se volvió desconocido cuando Genos se fue hasta ser algo que no estaba seguro si vivía o moría.
¿Qué soy ahora?
-¿Eh?-
Cuando logro que sus sentidos reaccionaran pudo lograr captar que ese sitio no era el que llegaba a su casa sino más bien a la primera vez que…
Oh.
¿Por qué sus piernas empezaron a perder fortaleza?
¿Por qué tenía un nudo en la garganta?
Rodillas pegadas al suelo al igual que sus manos haciendo el intento de respirar y poder calmarse, comenzaba a alterarse, su corazón se aceleraba para luego frenarse y hacer un apretón que dolía para hacerle pedir piedad ante eso, gotas saladas empezaban a caer, algunas deslizando por su rostro otras cayendo directamente al suelo, maldiciones desgarradoras que no salían de su sistema, gruñidos, quejas, trataba de liberar todo eso que lo aprisionaba, afrontar la realidad.
Perdió a Genos, era una imposibilidad volverlo a recuperar.
Estaba solo, ya no lo vería, el lo dejo morir en sus manos y no importaba si distorsionaba la escena, si siempre cambiaba el inicio o el final, fue uno de los culpables para que todo eso pasara, para que parte de su cuerpo desapareciera.
Porque miro sus últimos segundos antes de que entrara a un sueño del que nunca iba a despertar y no importa las esperanzas vacías que el doctor quisiera brindar.
-No pude ser el héroe que tú merecías-
Apretó los ojos con fuerza, sintiendo desesperación por todo lo que pasaba ahora.
-Perdóname por ser lo peor que te pudo haber pasado-
Te fallé inclusivamente como ser humano.
