Los personajes de Harry Potter que aparecen no me pertenecen, los demas son míos. Rebeca y Nahiony Darcy las comparto con mi hermana Tgirl by angel.

En este fic espero poder decir lo que en otros no viene a la historia. Es una colección de las historias mis OC que reaparecen en numerosos de mis fics de HP, en especial en el Inmortal Fenix Dorado, del que vendría siendo una presecuela.

Las líneas dividen historias que suceden al mismo tiempo a diferentes personajes.

Sept 2012: Al fin comencé a corregír este fic. Sólo ha habido un ligero cambio en la concepción de Sean, fuera de eso todo sigue igual. Sólo que con menos errores gramaticales :) Ojo cuando comencé a escribir este fic no sabía que tan jóvenes eran los merodeadores y Snape al momento en que Harry se convertiría en el niño que vivió, mucho menos los sentimientos de Snape por Lily.


Ya casi había terminado el trabajo para su señor. Era una misión de regular importancia, pero no le importaba, pues cualquier misión era importante y si él la llevaba a cabo con éxito lograría ascender en la estima de su amo.

Conseguir aliados para el lado oscuro no era fácil si se tenía en cuenta que lo estaban vigilando "los buenos", ese estúpido de Dumbledore. Su compañero de misión había muerto hacía pocas horas por un ataque de aquellos a los cuales trataban de convencer que se unieran al lado oscuro. Pero los vampiros eran así. En especial en Transilvania, lugar en donde se encontraba Severus Snape consiguiendo adeptos para su señor.

Pero ahora no estaba trabajando. No. Apenas si había escapado con vida del altercado en el que murió su compañero de trabajo. Tenia que terminar pronto o los vampiros se lo comerían. Severus entró en un bar algo lúgubre. Tomó unas cuantas copas. Pagó. Estaba saliendo cuando vio a una elegante mujer, alta, extremadamente pálida. De repente, ella se le acerco y su visión se nubló y todo se volvió negro.

Severus abrió sus ojos. Estaba en una habitación alta y elegantemente decorada. La mujer del bar estaba frente a él relamiéndose sus largos colmillos.

- Ya era hora de que despertaras – le dijo con una fría voz. Severus instintivamente pasó una mano por su cuello. No, todavía no lo habían mordido.

- Pensé que jugar con la comida era un mal hábito – dijo otra voz femenina proveniente del otro lado de la habitación. Severus la miró. Era joven, pero sin duda era vampiresa. – Además, tienes un pésimo gusto al elegir presas.

- No molestes Mary Jane. – dijo la mujer pasando un gélido dedo por el rostro de Snape, que sintió algo extraño. La chica se fue. Severus comenzó a sentir algo parecido al temor.

- ¿Para qué nos buscas? – le preguntó la mujer a Severus mientras descorchaba una botella de Black Wine. La pregunta sorprendió a Severus.

- El Señor Oscuro recompensará con grandes poderes a quienes le ayuden – dijo mecánicamente

- Si es tan poderoso, no creo que necesite ayuda. ¿Quieres? – le preguntó ofreciéndole una copa

- No gracias. Mi señor es enormemente poderoso…

- No me interesa la oferta de un brujo

- Serías generosamente recompensada…

- Eso no me interesa, por ahora solo estoy pensando en lo fresca que debe estar tu sangre – Severus empezó a buscar su varita pero se la habían quitado. La mujer se sentó en sus piernas. Severus dejó de buscar su varita. No se había fijado en lo hermosa y atractiva que era la vampiresa que estaba frente a él. ¿Lo estaría hipnotizando? No. Él pasó una mano por el negro y sedoso cabello de ella.

- ¿Me gustaría saber su nombre? – dijo Severus melosamente

- Juno

- Soy Severus Snape

- Es un placer – dijo mientras se acercaba a su boca y lo besaba. Claro que Severus respondió al beso. (¿Acaso crees que es de piedra?). Aquello era totalmente nuevo para él pero, a pesar de que sabía que no debía, había algo que le decía que siguiera. Y siguió.

Al día siguiente Severus se despertó algo adolorido. Estaba en una habitación diferente, pero igualmente amplia y elegante. En una pared había un espejo de cuerpo entero. Se levantó y fue a mirar la gravedad del asunto. Tenía varias mordidas en el cuello, en el pecho y en otras partes que no queremos saber. Sí, lo recordaba ahora. Había sido una noche fantástica a pesar de haber perdido tanta sangre. Se vistió con una túnica limpia y entera que le habían dejado en una silla. Salió de la habitación. No sabía en qué lugar estaba, pero estaba seguro de que era un castillo.

- Buen día – dijo una voz familiar

- Juno – dijo Severus temiendo, no muy seguro de eso, otra escena como la de anoche

- Espero que hayas dormido bien. Me agrada que mis invitados estén cómodos.

- ¿Invitado?

- Más o menos. Tendrás la libertad de salir y seguir con tu trabajo, pero por las mañanas quiero que pases por mi habitación, ya sabes, las noches son para los vampiros como el día para los mortales.

Así, durante una semana y algunos días, Severus Snape vivió en el castillo de Juno Zervos, una vampiresa hija del muy famoso Conde Drácula. Ya había cumplido su misión. Tendría que volver a Inglaterra y lo que más le sorprendió, le dolía dejar el lugar.

- Me debo ir ya – le dijo esa noche a Juno

- Tan ponto…- dijo en un tono lúgubre. A ella le agradaba aquel hombre de pelo grasiento, nariz ganchuda y extraños hábitos. – ¿Volverás a verme?

- No sé, pero lo intentaré – Severus se despidió con un beso y desapareció

Ya en Inglaterra.

- Mi señor –

- Has hecho una excelente labor Snape has conseguido más aliados vampiros de los que planeaba. No sé como lo habrás hecho pero has ganado una misión más importante.


Unos días antes.

- Me alegra que hayas decidido venir – le dijo a uno de sus mejores amigos – sé que no te agrada Rebeca y de veras te lo agradezco

- Vamos Remus, ¿Qué pasa? ¿Acaso crees que no iba a venir a tu boda? – Le dijo medio bromeando, medio en serio James – no me llevo bien con Rebeca, pero Lily si.

Aquel día se celebraba la boda de Remus Lupin y Rebeca Moonstone. Ambos se habían conocido en Hogwarts y su noviazgo había sido duro, pero al fin se casaban. Estaban felices y si ellos estaban felices sus amigos lo estaban. James había asistido con su novia Lily, Sirius no estaba saliendo con nadie, así que fue solo al igual que Peter.

La boda se había realizado en un hermoso campo en Inglaterra y la recepción era en un lugar muggle pero seguro. La luna de miel sería fuera del país, algo así como una gira por los lugares exóticos de Asia.

- ¿Quien es ella? – preguntó James a Remus refiriéndose a una mujer con la que Sirius hablaba animadamente

- ¡OH! Ella es Clarise Waterfall, ya sabes pertenecía al grupo de Rebeca.

Rebeca Moonstone y Clarise Waterfall pertenecían a la casa de Ravenclaw, pero eso no les impedía que fueran amigas de Lily y otras chicas de Gryffindor. Todas estaban en la boda y de ellas pocas se habían casado, así que a la hora de tirar el ramo de flores había un gran grupo de mujeres solteras ansiosas de boda. Rebeca lanzó el ramo. Las manos de muchas se levantaron. Pero fue Lily Evans quien recibió el ramo y quien miró a James significativamente.

- Creo que quiere que te eches la soga al cuello amigo – bromeó Sirius

- ¿Tú crees? – Dijo James en el mismo tono – bueno algún día será y tú serás mi padrino

- ¿Yo? – Dijo Sirius – Será un honor

- Y dime, ¿Qué tanto hablabas con esa Waterfall?- preguntó con curiosidad James

- Nada fuera de lo normal –

- ¿Seguro que no hay nada especial?

- Apenas la conozco James. Pero sí, tiene algo especial en esa mirada

- Te gusta y saldrás con ella

- No se si pueda salir con alguien que es amiga de Rebeca. – Bromeó Sirius – Pero lo intentaré

La razón exacta por la cual a James y Sirius no le agradaba Rebeca era simple. A ella le gustaba curiosear y meter sus narices en lo que, según ellos, no le concernía. Tampoco le ayudaba el ser prefecta de Ravenclaw. Ellos nunca se enterarían de que ella, una vez en el colegio, descubrió su secreto. Remus lo sabía, pero si les decía a ellos la poca estima que le tenían a su novia seguro se iría a pique.

Pero basta de malos recuerdos.


Ahora Severus pertenecía al selecto grupo de mortífagos fieles a su señor. Tenía importantes misiones y se beneficiaba de los poderes adquiridos por su amo. Pero no había dejado su aventura con Juno. Él iba a visitarla de vez en cuando a Rumania. Había conseguido una forma de hacer desaparecer esas horribles mordeduras con una poción.

- Te estaba esperando – dijo Juno si volverse a ver al recién llegado

- Tenía mucho que no venia - comenzó a decir Severus mientras besaba a la mujer

- Tengo dos noticias que darte mi amor – le dijo contestando al beso

- Habla

- Volveré a mi casa en Grecia. Para vivir como una buena "muggle".

- ¿Y eso?

- Creo que dijiste que no querías que supieran de tu affaire con una vampiresa

- …

- Mi casa en Grecia no es tan grande, pero convencería a cualquiera de que vive alguien normal. La otra razón por la que me mudo y la segunda noticia es que estoy embarazada. Bueno no en el sentido en que los mortales lo están. - Hasta ese entonces Severus había estado acariciando y besando a Juno, pero al oír la última noticia se quedó petrificado.

- ¿Qué? – Preguntó - ¿Desde cuándo hiciste eso?

- Ayer comprobé que el vientre experimental tiene una cría. Siempre he querido ser madre, y ese vientre me lo va a garantizar. Pero, ¿Por qué me lo preguntas en ese tono? ¿Acaso no quieres tener un hijo o hija conmigo?

- Claro que quiero, pero… es que eso no estaba en mis planes.

- A veces las cosas no salen como uno desearía

- ¿La dirección de tu casa en Grecia es? – preguntó Severus


Remus estaba en un despacho terminando un reporte para Dumbledore. Lord Voldemort estaba ascendiendo rápidamente y la Orden tenía mucho trabajo por esos días. Una paloma se posó en la venta abierta sobre el escritorio. Remus levantó la cabeza y sonrió.

- Pensé que ya habías dejado de usar eso – comentó

- ¿Como crees? – Respondió Rebeca – sabes que me encanta espiarte – dijo en broma. Remus la abrazó mientras le daba un beso de saludo.

Rebeca también era una animago ilegal. Él no tenia idea de cómo ella lo había logrado, pero utilizaba su habilidad para espiarlo a él y a los otros chicos en el colegio. Una paloma pasaba bastante desapercibida, aunque los chicos se dieron cuenta después y le solían llamar paloma.

- ¿Como esta mi palomita? – le preguntó Remus besando el vientre de su mujer

- Hoy fui al doctor y adivina qué

- Mm… ¡Es niña!

- No, es niño

- ¡Genial! – exclamó Remus feliz, pues a él no le importaba de que sexo fuera el bebe. Lo que le importaba era que él pronto sería padre.

- ¿Cómo te gustaría que se llamara? – le preguntó Rebeca en medio de besos

- Mm… James

- ¡Ni lo sueñes! – exclamó Rebeca indignada

- Pues no se me ocurre ninguno – le dijo Remus

- No importa, ya tendremos tiempo de pensar un buen nombre sin prisa.


Severus Snape había estado los últimos días investigando sobre la magia y los vampiros. Todo indicaba que las madres vampiresas tenían la misma mala reputación que las madres tigresas en cautiverio. Severus no pudo encontrar datos sobre algún brujo – vampiro vivo, o alguna vez existente. Todo parecía decir que algo impedía ser brujo y vampiro al mismo tiempo. Los brujos que eran mordidos, o morían, o pasaban un mal rato en un hospital. Además las vampiresas no podían tener hijos, pero Juno le había explicado una técnica usando el vientre de una víctima suspendido en una poción de sangre dentro de un contenedor. Juno ya "tenía" unos 5 meses de embarazo y aquel día le diría el resultado de unos "exámenes médicos".

- Que bien que ya llegaste, está muriéndose de ganas por verte – dijo Mary Jane al abrir la puerta a Snape. – ¿Vas a pasar o no? – Severus entró. No entendía porque a Juno le encantaba vivir con sus "hijos de mordida", como los llamaba. Mary Jane era una de los tres que Juno tenía.

- Hola mi amor – saludo Severus al entrar en la habitación en que se encontraba Juno - ¿Qué es lo que te mueres por decirme?

- Esa Mary Jane exagera todo, los exámenes médicos afirmaron que nuestro bebe es varón.

- Excelente. – Dijo Severus, que le encantaba la idea de que por lo menos el bebe fuera varón.

- Lo llamaré Vladimir

- Ni lo pienses. No quiero que mi hijo tenga el horrible nombre de su abuelo.

- Ah sí, ¿Y tú crees que yo le pondré un horrible nombre de brujos? – empezó a discutir Juno.

La discusión sobre el nombre del bebé llamó la atención de Mary Jane que estaba en el cuarto adjunto. Tomando un sorbo de sangre AB de una copa, miraba atentamente como discutían. "Eso si que es una discusión absurda" pensó. Desvió su mirada hacia una revista del Bloody News. En la portada se encontraba el nombre de un famoso muggle asesinado por vampiros del lado oscuro. Por alguna razón su rostro le recordó a un amigo suyo llamado Sean. "Sean" se dijo para sí. Ese era un buen nombre.

- ¿Qué les parece que se llame Sean? – Sugirió Mary Jane – es un nombre bonito, fácil de recordar y suena como el de alguien apuesto e inteligente.

- Sean – dijo Juno – ¿Qué te parece?

- Suena mejor que todos los que has dicho – respondió Severus

- Sean Snape Zervos. Suena perfecto – dijo en voz alta Juno

- De nada – dijo Mary Jane antes de retirarse de la habitación. Tenia que hacerle una visita a otro Sean. El que distribuía la marihuana.


Meses después. 30 de junio.

- AH!

- Solo puje un poco más, ya falta poco – le dijo el medimago a Rebeca. Remus había tratado de acompañarla durante la labor, pero no podía decir nada mientras Rebeca le siguiera apretando tan fuerte la mano.

- Un llanto sonó. – Felicidades – dijo el medimago mientras le pasaba el bebé a Rebeca. – ¿Que nombre le pondrán?

- Richard – dijeron ambos a la vez. Ese era el nombre que habían acordado ponerle a su hijo.

- Bien, Richard Lupin.


Otros meses después. 31 de Octubre. Halloween.

Severus estaba mirando atentamente como el vientre suspendido se contraía con fuerza mientras se mantenía lejos de Juno quien se había vuelto bastante violenta como si de verdad estuviera cursando por un embarazo. Él iba a ser padre dentro de poco. Se juró a si mismo que seria mejor padre que el suyo. Su hijo sería un vampiro, de eso no tenia dudas, pero Severus todavía tenia la esperanza que pudiera hacer magia. Oyó un llanto. Y pronto Juno estaba cargando a la criatura. Severus se quedó embelezado viendo a su hijo. Juno permitió que lo cargara. Aquella criatura pequeña e indefensa era su hijo.

No es de mi interés escribir con lujos de detalles lo que pasó durante los 2 años siguientes. Entre las cosas más relevantes estaría la boda de Lily y James. La gran actividad de Lord Voldemort mantenía bien ocupado a ambos padres, demasiado ocupados, mejor dicho. Pero lo que paso aquel 31 de octubre los dejaría marcados.

Era el cumpleaños número 2 de su hijo. Severus lo tenía bien pendiente. Se las había arreglado para que nadie se enterara de que él tenía un hijo, pues sabia que le traería problemas. Pero desde hacía unos meses una idea le estaba andando la cabeza. Aquel día llevaría a cabo una de las decisiones mas difíciles de su vida. Llegó a la casa. Menino, uno de los hijos adoptivos de Juno le abrió la puerta. Severus lo siguió hasta el salón donde se encontraba su amante e hijo. Sí, estaba decidido. Eran alrededor de las 11 de la noche y él se llevó a Juno aparte.

- Tengo algo importante que decirte – le dijo en un tono muy serio


Rebeca estaba harta. Remus jamás estaba en casa, por culpa de esa maldita Orden. El pequeño Richard apenas si reconocía a su padre. Y hoy, justo en uno de los pocos días en que él estaba en casa, tenia que hacer un reporte. Ya no lo soportaba más. ¡Remus! – gritó mientras cargaba al niño y se dirigía al despacho.


- Llamó a la puerta. Un niño le abrió. – ¿Esta Snape aquí? – preguntó ella con tono amenazante. El niño asintió después de ver una varita apuntándole. - ¿Dónde? – preguntó ella otra vez.

- En el salón del fondo – La mujer, joven y bonita había entrado ya a la casa. Tenía una mirada decidida. - Maldito bastardo, cuando te encuentre… - vociferó mientras caminaba en la dirección señalada


- ¿Qué quieres decirme? – preguntó Juno con voz entrecortada. Severus sacó algo de su túnica.

- Juno… - decía mientras la tomaba de la mano


- ¿Pasa algo Rebeca? – preguntó Remus mientras su mujer abría violentamente la puerta de su despacho


La mujer abrió la puerta del salón y buscó con la mirada donde estaba Severus, lo vio y comenzó a dirigirse hacia el conteniendo las ganas de matarlo.


- Juno… – dijo Severus que no se estaba dando cuenta de lo que pasaba en la casa – ¿Quieres casarte conmigo? – dijo mientras le ponía un anillo de diamantes en la mano


- ¡Quiero el divorcio! – gritó Rebeca a un muy conmocionado Remus


- ¡Tú me dejaste embarazada! – gritó la mujer justo antes de que Juno respondiera la pregunta de Snape.


Bien hasta aquí llego por ahora. Espero sus reviews y que les haya gustado.