Que poco sabes.
Capítulo I
3 Meses atrás.
Marzo / Viernes 6
Mantenemos este amor en una fotografía
Hacemos estos recuerdos para nosotros mismos
Donde nuestros ojos nunca se cierran
Nuestros corazones nunca se rompen
Y el tiempo está congelado, para siempre.
Esas fotografías que se negaban a caer a pesar del mal clima; viento que soplaba con violencia alrededor de los cuerpos que se congregaban alrededor de esos féretros, los cuales sostenían sobre si los cuadros con los retratos de las personas que unas horas atrás compartían con aquellos que ahora, los lloraban.
Nunca imaginaron que el día anterior, justo a esa misma hora ella estaba recibiendo esa noticia que, al escucharla sintió que su corazón quería salir de su pecho. Un ardor insoportable le invadió provocándole arcadas.
Y ahora ahí estaba, parada frente al par de fotografías que la miraban con ojos vacíos, los cuales no le transmitían nada... bueno sí; dolor, ese dolor que te provocaba tirarte al piso y gritar tan alto hasta sentir que la garganta se quedara seca. ¿Pero por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
── Que Dios los bendiga...
──Sakura-san ──dijo una voz tan bajo en su oído que, en un inicio creyó que era la voz de ella, sin embargo el pequeño apretón en su brazo le dijo que no lo era ──.Ya terminó.
¿Ya terminó? Ok, ahí es cuando debes pellizcarte fuertemente y despertar de ese sueño tan agotador, pero no podía, estaba apretando tan fuerte la piel de su muslo que incluso, también lloro de dolor.
──Sakura-Chan... Debemos irnos, está por llover. ──Dijo esta vez un rubio junto a la dulce que voz que la había llamado anteriormente.
No iba a despertar porque no estaba soñando.
¡Pero que rayos! 157 llamadas pérdidas y más de 80 mensajes de texto... De verdad que ahora su amigo se había pasado de intenso.
Llevó su brazo diestro hasta su rostro para ocultar la luz del sol que se filtraba atreves de la cortina. Le dolía hasta morir la cabeza, sin embargo debería de levantarse, no quería estar ahí cunado la chica que tenía junto a él despertase. Ladeo su cabeza y miró la maraña de cabello rojo que cubría el rostro de la chica, la cual hacia mala cara cada vez los rayos de luz llegaban a sus ojos. Era hora de largarse, ya.
Sasuke Uchiha, un popular chico de 20 años el cual era famoso –famosísimo- no solo por su apellido, sino por pasar cada fin de semana en ese prestigioso hotel con una chica diferente. Y también era conocido por pagar la cuenta y dejar a las chicas dormidas en el cuarto para antes que estas despertaran.
──Buenos días, Sasuke-san.
──... Buenos días ──respondió este de mala gana mientras acomodaba su chaqueta de cuero en sus brazos, sacó sus gafas de sol y se dispuso a ponérselas para antes de salir, justo a tiempo pero... alzó su vista al cielo y se percató que unas nubes cubrían el cielo por completo. ¿En qué momento se había ido el sol? Se encogió de hombros restándole importancia a ese cambio climático y esperó que su coche llegara.
──Es una lástima, pero aun así es muy raro que eso sucediera justo cuando la mayoría de los empresarios importantes estaban reunidos ahí ──escuchó el moreno a un par de jóvenes que esperaban pasar la calle.
──Dicen que la organización Hebi estuvo tras ese atentado. ──Vale, ahora si le estaba interesando esa charla; los Hebí, un grupo de X personas que se dedicaban a extorsionar las más grandes compañías del país, grupo que estaba asediando a la Compañía Uchiha. ──.Dicen que el funeral es en media hora en no se sabe dónde~
──Funeral ──musitó Sasuke llamándole la atención esa última palabra, rápidamente sacó su móvil y se cercioró de quién eran esas llamadas; Dobe, Madre, Padre, Itachi, Ino, Shikamaru... Vale~ estaba en problemas, algo malo, muy malo había pasado y él, bueno él se había perdido todo el fin de semana (viernes en la noche, sábado, domingo y parte del lunes en la mañana).
Presionó el re-marcado y esperó a que respondieran. Nada, bufó y volvió a intentar, nada nuevamente.
──Joven, su auto~ ──Le anunció un señor entrado en edad mientras bajaba de su coche, dejándole la puerta abierta, Sasuke asintió y le entregó un billete al señor y se adentró sentándose en el puesto del conductor con su móvil aun en su oreja.
──Dobe, qué mierda ha pasado...
──¡PERO DONDE RAYOS HAZ ESTADO! ──Escuchó la voz chillona de su mejor amigo, sin embargo el tono de voz él sonaba diferente
──¿Qué sucede? Me han saturado el celular de...
──Escucha Sasuke, no sé si ya estas enterado, aunque supongo que no. ──Hizo una pausa y tomó aire mientras pensaba lo que iba decir. ──Hicieron un atentado a la reunión del sábado en la noche y... y los padres de Sakura están... están, mierda Sasuke tu deberías de estar acá consolándola, no sabes como la está pasando.
──Espera, ¿Qué? ──Preguntó el moreno frenando en seco su lujoso carro para evitar chocar con el que estaba frente suyo.
Actualidad.
Junio / Sabado 6
2: 15 de la madrugada.
Un pequeño grupo de jóvenes caminaban refunfuñando mientras tiraban miradas matadoras a un rubio, el cual no dejaba de disculparse con todos.
──¡No fue mi culpa! Se los juró que era un pu%o gato, no quería tener en mi conciencia el asesinato de un lindo neko... ──Dijo disculpándose Naruto.
Momentos atrás, era este lindo rubio quien manejaba el coche que transportaba a un muy malhumorado Sasuke, Hinata, Ino, Shikamaru y Ten ten. Y como lo había dicho él, un gato blanco se les había atravesado en la carretera haciendo que desviara el volante a un lado, provocando que chocará levemente contra un árbol, sin embargo ese no fue el problema, lo que sí lo era fue la llanta pinchada.
La chicas –en acepción Hinata- eran los que iban reprochando y tirando más de una maldición al pobre Uzumaki.
──¡Pero la culpa no es toda mía! Culpen al Tema que no tenía el repuesto.. Auch. ──Se quejó el rubio al chocar con la espalda de Sasuke, sin embargo este ni se inmutó, alarmandole por un momento, pues él ya le hubiera dicho algo grosero. ──Oye Sa-su-ke...
El rubio dirigió sus orbes azules en dirección donde su mejor amigo miraba y vaya sorpresa se llevó. No muy lejos de ahí había un pequeño grupo de jóvenes sentados en círculo mientras reían como bobos, pero lo que les llamó la atención fue ver a cierta señorita de cabello rosado ahí. Pero, lo que les sorprendió fue verla con su brazo estirado e introduciendo una muy brillante aguja–quizá por la luz del coche que estaba tras ella- en su brazo. Sakura relajó su cuerpo cuando sintió que el contenido de la jeringa estaba totalmente en su cuerpo. Se levantó como puedo del suelo y bajó la manga de su saco para ocultar su brazo y, cuando alzó su vista los vio, lo vio mirándola.
El moreno apretó sus puños ¿Qué rayos estaba mirando? Se giró levemente y observó los rostros de sus amigos, quizá él tenía la misma expresión de ellos; dolor, duda, remordimiento, no, quizá ese último sentimiento no lo podrían haber tenido ellos, pero él sí.
Se volvió para mirarla una vez más pero esta ya se encontraba con un par de chicos, los cuales reían como idiotas a cusa del efecto de las... drogas. Si, ella se estaba drogando cuando la vio.
──Sakura, sakura-chan...
Y fue ahí cuando la de melena rosada sonrió mientras les mostraba el dedo del medio. No, le mostraba a él el dedo del medio y sin más, se giró para darles la espalda.
