Eran las 3 de la madrugada del domingo. La lluvia aterrizaba sobre el alféizar de la ventana situada justo al lado de la cama, donde Shaw estaba hablando en sueños.
-¿Por...qué querrían...? -susurra junto a sonidos ininteligibles que se suponen que son palabras.- Tarta...limón... -Se despierta de un salto, con el sudor acariciándole la frente al tiempo que respira agitadamente.
Se incorpora en la cama y cierra los ojos, intentando recuperar la compostura. Está confusa. No recuerda el sueño, no sabe qué ha podido ser tan horrible para despertarse así, a no ser... Pero no tenía sentido, había superado esos sueños hacía ya años.
Se acerca al baño y se lava la cara con agua fría, mirando su reflejo en el espejo se da cuenta de que también había llorado. "¿He vuelto a tener esos sueños?" piensa, "no puede ser, esta vez ha sido distinto". De vuelta a la cama se queda mirando por la ventana, sigue lloviendo a un ritmo acelerado. La calle está desierta a esas horas, salvo algún coche cada bastante tiempo. Baja la mirada y se mira las manos, sigue temblando a causa de la pesadilla. De repente, por el rabillo del ojo nota algo moverse en la calle. Mira atentamente. Nada. Al instante, un coche aparcado justo enfrente de su apartamento arranca y se marcha. "¿Quién coño era? ¿Por qué diablos estaba ahí parado? Joder, esto ya no puede ser más raro, mejor me tomo algo y me acuesto". Se toma una de las pastillas que tomaba anteriormente para dormir, y se mete en la cama.
Las 7:37 de la mañana del domingo, Shaw ya no puede dormir más. Decide irse a correr para despejarse, aprovechando que ha dejado de llover. Se pone una camiseta de tirantes, unos pantalones cortos de chándal y sus zapatillas deportivas, se recoge la melena negra con una coleta y sale del apartamento. Para su sorpresa, el mismo coche que había visto horas antes vuelve a estar en el mismo sitio. Al instante que lo visualiza, este arranca y se marcha rápidamente. Los cristales son tintados y no consigue ver quién era el conductor.
Corriendo por el parque central sigue pensativa, por el sueño, el coche, no sabe qué está pasando. Acelera el ritmo para huir de sus pensamientos. Cruza la mirada con una chica del pelo ondulado castaño, se despista y tropieza. Cae al suelo de bruces. La chica se acerca corriendo a ella.
-¿Estás bien? -le pregunta la del pelo ondulado-.
-Sí, no es nada. -responde Shaw al tiempo que la mujer mira el corte en su rodilla-.
-Vamos a curarte eso. -le sonríe-.
-Que no, ya me ocupo yo. -dice Shaw al tiempo que se marcha medio cojeando-.
A los cincuenta metros Shaw se gira, la mujer ya no está. Suspira largamente. "¿Quién cojones es esa? ¿Por qué me resulta familiar? Debo estar volviéndome loca".
Llega a casa y se dirige al baño, coge el botiquín situado en el armario y se desinfecta el corte. Se oyen unos pasos que provienen de la entrada al apartamento. Delicadamente se acerca a su mesita, abre el cajón lo más silenciosamente posible y coge una pistola. A paso lento avanza, sale de la habitación y lentamente cruza el pasillo.
-No te muevas. -le dice una voz detrás suya al tiempo que apoya una pistola en la parte trasera de su cabeza-. Deja el arma en el suelo muy despacio e incorpórate.
-Si algo aprendí en el ejército -dice Shaw mientras se agacha despacio para dejar el arma- es que nunca...apoyes el arma en alguien -se gira rápidamente al tiempo que le quita el arma y lo apunta- ya que es muy fácil hacer esto. -el hombre pone cara de sorprendido, pero al segundo sonríe.
Shaw no le reconoce. Es un hombre de estatura media, moreno de ojos negros.
-¿Qué te hace tanta gracia, gilipollas?
-No te muevas. -Dice otra vez un hombre detrás suya.
-Somos dos, dice el primer hombre.
Se oye un disparo producido por una pistola con silenciador. El hombre a su espalda grita de dolor.
-Nosotras también. -dice una voz que a Shaw le resulta familiar-.
-¡Zorra! -grita el hombre, de raza negra, alto y corpulento-.
-¿No tienes nada más original que decir? Me decepcionas.
-¡Mi pierna!
-Sigue esforzándote con tu imaginación. -le sonríe la mujer.
-Tú. -dice Shaw pensativa cuando se gira y la ve, sin dejar de apuntar al primer hombre.- ¿Quién coño eres?
-Te lo diré cuando me ocupe de estos dos. Ata al que está delante tuya, yo me ocupo de este.- Ordena la mujer del pelo castaño. Shaw hace lo que le dice, aunque no de buen gusto.
Una vez los dos atados, los dejan en la habitación mientras que las dos mujeres se reúnen en el salón. Shaw mira con intriga a la mujer, sus ojos marrones la tranquilizan delante de todo ese embrollo.
-Sé que tienes muchas preguntas. -le dice la mujer sonriendo-.
-Unas cuantas. -se produce un silencio un tanto incómodo mientras se miran fijamente-. ¿Quién eres?
-Una amiga. Puedes llamarme Root.
-¿Y quién coño eres, Root? -Dice agresivamente Shaw-.
-La que te acaba de salvar la vida. De nada. -mueve un poco la cabeza al tiempo que vuelve a sonreír.-
-¿Cómo has sabido que venían a por mí?
-Ahora mismo, querida, hay cosas más importantes de las que hablar, como por ejemplo los dos matones atados en tu habitación.
-Tampoco sé quiénes son. No sé qué coño está pasando. Esto debe ser otra puta pesadilla. -La mujer morena empieza a dar vueltas por la habitación nerviosamente.
-¿Tienes problemas con las pesadillas? Yo te podría ayudar a dormir. -Root sigue sin perder la sonrisa-.
-¿De verdad crees que es momento para esto? Estás como una puta cabra. -Se sienta en el sofá y entierra su cara entre sus manos. Root se sienta a su lado-.
-¿No tienes idea alguna de quién podría querer matarte? -Dice lo más amable posible.
-¿Por qué querrían matarme? -Se levanta y vuelve a pasear por el apartamento-.
-¿Y si le preguntamos a ellos?
-No creo que digan una palabra. Lo más seguro es que estén entrenados para no hablar por mucho que los presionen. -dice Shaw.
-Eso es porque aún no me has visto interrogando. Dame unos minutos. -Root entra en la habitación.
Shaw limpia la sangre en el suelo salpicada a causa del disparo mientras empieza a recordar partes del sueño. "Esto ya lo he visto. Había soñado con esto. Los hombres, Root, nuestra conversación. Pero, ¿tarta de limón? ¿Qué coño significaba eso? Esto no tiene sentido". Se oyen unos gritos. Root sale de la habitación.
-Ya está hecho, será mejor que le limpies la herida al hombre del disparo antes de que se desangre. -dice Root.
-¿Cómo lo has conseguido? -pregunta Shaw sorprendida.
-Una tiene sus métodos. -sonríe y le guiña un ojo.
-¿Quién les ha enviado?
-Aseguran que les ha contratado un tal Robert Burrows. ¿Te suena? -pregunta Root.
-¿Ro...bert? -Shaw se empieza a marear, lo ve todo negro y se desploma al tiempo que susurra- Tarta de limón.
