LO QUE NUNCA ESPERÉ

Nunca esperé tener la oportunidad de reeditar esta obra. Este fic fue publicado originalmente en abril de 2018, en el perfil del usuario 20yy. Y luego fue cancelado y borrado por su autor original, tras haber alcanzado siete capítulos.

Se trata de una historia harem multicest, con gran cantidad de lemon y temas adultos involucrados, como el consumo de alcohol y drogas por menores de edad, incesto, romance y sexo recreativo.

En esta ocasión, la obra será escrita a dos manos por su autor original (20yy), y yo (Octware). Los primeros siete capítulos son obra de 20yy, mientras que a partir del capítulo 8 se tratará de una producción conjunta.

Como ya se advirtió, muchos temas manejados en esta historia no serán del agrado de personas sensibles y con ideas tradicionalistas. Si por casualidad una persona así está leyendo esta introducción, le sugerimos encarecidamente que abandone la lectura en este instante; porque el lemon empieza desde este mismo capítulo. Recuerden por favor aquella frase: "el que avisa no es traidor".

Los que gusten de las historias completamente románticas, también podrían verse decepcionados en algún momento. Tendremos buenas cantidades de sexo recreativo y, en ocasiones, como herramienta de manipulación.

Dos advertencias más antes de comenzar: en esta historia se emplea el recurso conocido como in media res. Comenzamos por en medio de la historia, e iremos desvelando los detalles poco a poco. No se preocupen si no entienden algunas cosas al principio. Los detalles serán dados conforme avance la historia. Pensamos hacer un buen enredo entre los hermanos Loud; y en este momento, ni siquiera nosotros mismos sabemos cómo lo vamos a resolver. Hemos considerado incluso dividir la historia en dos o mas partes.

Por último, no se preocupen demasiado si alguno de los personajes actúa un poco out of character. Este es un universo alternativo; y en estas situaciones, tales diferencias son comunes y esperadas. Les pedimos por favor que no olviden eso.

Esperamos que la historia sea de su agrado.

20yy.

Octware.

Agradecimiento: Los autores desean agradecer a Jonás Nágera, sin cuya paciencia para rescatar obras, nos hubiera sido posible conseguir los capítulo de esta historia.


1.- Te amo, Lynn

Lynn se estremeció, mientras la lengua de su hermano Lincoln descendía lentamente por su cuello dejando un tenue rastro de saliva a su paso. Le encantaba la manera en que su piel se erizaba. Las sensaciones que le transmitía su hermanito a través de sus labios y su lengua. Empezó a temblar de anticipación, imaginando el momento en que la boca de su hermano se uniría a sus pechos desnudos.

Lincoln no la hizo esperar mucho. Sus labios se apoderaron de los pequeños senos e iniciaron un suave movimiento de succión, que les produjo a ambos un intenso placer.

- Linc... ¡Aaahh! Mpf... Un poco más fuerte... ¡Sí! ¡Aaahh...

Al chico le fascinaba hacer el amor con su hermana. Era apasionada, disfrutaba de todo lo que hacían juntos. Y era sumamente creativa.

Para los dos era increíble lo bien que se entendían en la cama. Lo rápido que perdieron sus temores y sus prejuicios. Lo fácil que fue liberarse del estigma doloroso de lo prohibido; de lo que su familia y la sociedad nunca aceptarían.

Lincoln siguió jugando con los senos de la chica, disfrutando la sensación que los deliciosos montecitos provocaban en sus labios y su lengua. Le encantaba aquel sabor intenso a piel; a la transpiración única de su hermana.

Lynn tuvo que tomar una almohada para sofocar sus grititos de deleite. Estaban en la habitación de Lincoln, y se habían acostumbrado a trancar la puerta. Pero de nada serviría, si sus hermanas o sus padres escuchaban los sospechosos gritos de sus juegos prohibidos.

De los senos, Lincoln pasó al hermoso vientre de Lynn; dibujando el reborde de las costillas y el adorable pozo del ombligo. Movió su lengua por los costados, mientras ella se retorcía de placer.

A Lincoln le encantaba eso. Sentir que su hermana estaba a su meced. Producir con sus caricias las mismas sensaciones de impotencia y "sufrimiento" que ella le hacía pasar un par de años atrás, cuando lo golpeaba en sus juegos salvajes.

Lynn no resistía tanto placer. Era tan intenso que se volvía doloroso. Un sufrimiento ambiguo que no podía soportar; pero que tampoco deseaba detener. Cuando Lincoln empezó a mordisquear suavemente los costados de su vientre, le fue imposible resistir más. Levantó sus caderas y con un movimiento urgente, se quitó sus pequeñas pantaletas. Tomó la cabeza de Lincoln para llevarla más abajo.

- Linc... Por favor... ¡Ya! Ya no resisto...

No tuvo que decir más. Lincoln sabía perfectamente lo que su hermana quería. Así que descendió con sus besos por el adorable montecito, coronado por la tenue mata de vello castaño. Pronto se sumergió en la cálida entrepierna de su hermana mayor.

La vulva de Lynn no exhalaba prácticamente ningún olor. Eso siempre hacía sonreír a Lincoln. Le parecía curioso que su hermana deportista, la menos preocupada por su higiene personal, siempre se aseara a conciencia antes de hacer el amor. A él no le importaba, pero tenía cierta predilección por sentir el olor natural de sus hermanas.

De cualquier manera se sumergió con placer, acariciando suavemente los pétalos rosados de la hermosa flor. Desde que empezó con su vida sexual, uno de sus mayores placeres era dar y recibir sexo oral. Se aplicó a su tarea con la mayor fruición, recorriendo de arriba a abajo con la lengua. Utilizando sus dedos para apretar el vestíbulo de la vagina, y ejercer una leve presión para introducir la punta de uno de ellos.

Lynn estaba en el cielo. Tras un año de práctica, Lincoln se había vuelto un experto en todas las formas para darle placer. Sintió claramente cuando el dedo de Lincoln se introducía en su vagina, solamente lo necesario para elevar el vestíbulo, y dejar completamente descubierto el capuchón del clítoris.

Pronto, su hermano se dedicó a torturar su botoncito con las suaves caricias de su lengua. Tuvo que morder la almohada para reprimir un fuerte grito de placer. La apretaba contra su rostro, para ahogar cualquier posible sonido delator. ¡Cómo hubiera deseado no tener que hacerlo! ¡Cómo le gustaría volver a gritar y gritar de placer, como aquella vez en la que los dos habían ido solos de campamento!

Estaba tan perdida en el placer, que deseo que su Lincoln continuara hasta hacer estallar sus sentidos. Pero él comenzó a mover su dedo dentro la vagina, y ella volvió a sentir el ansia que la consumía desde un principio.

Extendió su mano trémula hasta el extremo de la cama. Tomó el sobre ya preparado, y se lo pasó a Lincoln.

- Amor... Por favor. Te quiero dentro de mí.

Lincoln se apartó de mala gana de la entrepierna de su hermana. Había tenido la idea de pedirle a Lynn el mismo placer que le estaba proporcionando. Pero cuando vio el preservativo ya listo, decidió dejarlo pasar y complacer a su hermanita. Ya tendría otra oportunidad para gozar de la cálida humedad de su boca.

Con la habilidad que da la práctica constante, Lincoln se colocó el preservativo. No le acababa de gustar la manera en que ese pequeño auxiliar disminuía la sensación; pero lo prefería al temor constante que sentía cuando no lo utilizaba. Si de él dependiera, lo utilizaría siempre. Lástima que Leni era alérgica al látex y al poliuretano...

Tan pronto como estuvo listo se colocó sobre su hermana, que ya lo esperaba ansiosa y tendiéndole los brazos. Estaba tan lubricada que, a pesar de su estrechez, la penetración fue rápida y placentera para ambos. Comenzaron como les gustaba: llenándose de besos y moviéndose muy lentamente, para incrementar a un ritmo cada vez más rápido y salvaje.

Los besos se hicieron más apasionados e intensos. Los jóvenes amantes se mordían suavemente los labios y las lenguas. Sus jadeos de placer llenaban la pequeña habitación, y apenas lograban reprimirse para no comenzar a gritar.

- ¡Ah! ¡Ah! Linc... Más rápido. ¡Más! ¡Maaass!

- Lynn... ¡Oh! Te quiero mucho... Mucho... Me encantas...

- Y tú a mí, Linc. No te detengas... Dame más. ¡Maaasss!

Lincoln se movía cada vez más rápido, gozando de la estrechez de aquella vagina, y del calor y el intenso aroma del hermoso cuerpo que lo abrazaba. Sus besos bajaron por el cuello y el pecho de su hermanita, y su boca se apoderó alternativamente de sus erectos pezones. Sabía que era el momento justo para comenzar a mordisquearlos suavemente, y luego con un poco más de fuerza. Así su hermanita podría tener su orgasmo casi al mismo tiempo que él.

Fue inevitable que Lynn diera un gritito de placer, y rápidamente Lincoln la acalló con sus besos. Ambos se movían rápido, tratando de apurar el momento de la culminación; del orgasmo total. Devoraron sus bocas y sus lenguas, mientras sentían que pasaban el punto de no retorno. El momento a partir del cual les sería imposible detenerse, aun cuando el mundo se cayera a pedazos sobre ellos.

Primero llegó Lynn, clavando sus uñas en la espalda de Lincoln. Besándolo con tanta fuerza que le hizo una pequeña herida en el labio. Apenas unos instantes después, Lincoln sintió la inminencia de su eyaculación; y con una profunda estocada, comenzó a vaciarse lentamente; cobijado por la estrecha funda de su hermanita.

Apenas tuvieron tiempo de disfrutar de su deliciosa relajación. Lincoln se apartó tan pronto como comenzó a perder la erección, y se acostó en la cama a un lado de Lynn. Estuvieron unos momentos tratando de normalizar sus respiraciones, y después ella se giró para quedar sobre su hermano, apoyando la cabeza en el hueco de su cuello. Lincoln le pasó la mano por los hombros desnudos, y se quedaron descansando por unos minutos.

El sueño los dominaba, pero sabían muy bien que no podían darse el lujo de dormirse juntos. Había demasiadas cosas en juego. Tenían que separarse por esa noche. Y luego, esperar a que se diera otra oportunidad propicia para disfrutar de un nuevo arrebato de pasión.

Lynn tomó la mejilla de su hermano, y le dio un beso suave y delicado en los labios. Lincoln correspondió, abrazándola y dejándose llevar por el beso. Se separaron de mala gana, pero con una sonrisa de satisfacción.

- Me encanta estar contigo, Linc. Te quiero mucho. Mucho.

- Y yo te amo, Lynn. ¡Lástima que tenga que dejarte ir!

La chica se conmovió, y volvió a buscar los labios de su hermano.

- Debo irme, mi amor. ¡Tengo tanto sueño! Y mañana tengo práctica de baloncesto. Si no rindo bien, será por culpa tuya -dijo, dándole un puñetazo cariñoso en el hombro.

Lincoln se talló, fingiendo que le dolía. En realidad, ya era muy raro que su hermana le mostrara su afecto dándole un golpe o retándolo a luchar. Prefería medios más directos y mucho más placenteros para hacerlo.

Y sin duda, Lincoln lo prefería así.

La chica se desperezó, se estiró, y se vistió rápidamente. Todavía le dio un apasionado beso de despedida a su hermano, antes de abrir la puerta, verificar el pasillo y perderse en la oscuridad.

Lincoln se hizo un aseo superficial y se vistió antes de deshacerse de todas las evidencias. Esperó a que pasaran unos minutos, y se retiró para utilizar el cuarto de baño.

Por eso no escuchó el suave rechinido de los ductos de ventilación. Justamente en ese lugar, un par de ojos habían observado detalladamente todo el arrebato de pasión de los jóvenes amantes.