Summary
Christa, no Historia, sólo Christa es la bella princesa de cuentos de hadas. Ymir no es ni el príncipe ni la bestia, y por ello no tiene protagonismo en la historia – donde el romance es egoísta-.
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- Casémonos cuando todo esto termine, Christa.
Suelta la frase sin más. Cómo si fuera lo más natural.
Y puede que no lo sea, pero la idea le ha venido de golpe.
Ymir sabe que nunca ha sido una buena persona. Porque si bien tuvo el… acontecimiento (no sabe si llamarlo desdicha, suerte o casualidad) de ser un Titán-humano, comer al amigo de dos personas, y el haber salvado a Christa de esos monstruos.
"Pero, Ymir, tú no eres un monstruo"
La voz de la rubia retumba en sus oídos. Constante y un poquito doloroso, Christa es una ingenua. Será por ello que siente el placer de ayudarla ya sea salvándole su vida con aire inocente o en la más mínima tarea. Siente que su corazón vuelve a latir, siente que las venas y arterias siguen su camino e irrigan sus miembros. Siente… vida.
Vida artificial.
Ymir vive por Christa. Por una buena persona como ella.
(Aunque sea falsa, pero eso ella sólo lo sabrá después, por ahora no debe enterarse)
Y sí, se descose por la rubia. Por alguien mejor que ella que aunque tiene la oportunidad, sólo hace caridad si recibe algo a cambio. Que Christa lo hace para sentirse bien consigo misma, no le pide silenciosamente a la otra persona esa odiosa frase de que me debes un favor y extiende la mano con una sonrisa que le da a los demás pero no a si misma.
Pero Ymir la siente sincera cuando se la dedica a ella.
Y desea conservar para siempre esa sonrisa, que no se rompa y guardarla en una cajita bien cuidada con llave. Una que sólo tenga ella.
- Ymir.
Bajó la vista con indiferencia. Christa le está jalando la camisa.
- ¿Qué pasa Christa?
- Es Historia – Corrige ella con una sonrisa melancólica. Ymir se da cuenta y le acaricia suavemente la cabeza. Christa se ríe bajito- No puedo dormir bien y tú siempre estás despierta hasta muy tarde…
- Siéntate.
Christa asiente quedo y se echa al costado de ella. Ymir la escruta con la mirada, no sabe que decir y la garganta se le seca.
- Me gustaría que me contaras un cuento.
- ¿Un… cuento?
- Sí – Christa sonríe como niña pequeña, balancea un poco las piernas y saca un libro pequeño de adentro su camisón- Mira, estuve pensando en este. Se llama "La bella y la bestia".
Ymir siente que ha escuchado antes ese nombre. De una mujer bella muy bella que le susurra al oído una historia de una joven secuestrada por un monstruo. Asustada entra a la mansión, y la bestia se enamora de la pureza de ella. Qué curioso, piensa, se siente como un deja vu.
- Ymir, Ymir, ¡Ymir!
- Casémonos cuando todo esto acabe Christa.
La rubia parpadea confundida. Ymir la mira con su misma expresión indiferente, pero en sus ojos hay un brillo. Un brillo singular, uno que grita de manera silenciosa.
Sé que no soy una buena persona pero aun así soy egoísta al protegerte.
Christa, no Historia, sólo Christa es la bella princesa de cuentos de hadas. Ymir no es ni el príncipe ni la bestia, y por ello no tiene protagonismo en la historia – donde el romance es egoísta-.
E Ymir también.
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Author Note: Time angst on.
