Hielo y sol.
Las lágrimas corrían por sus mejillas sin control, ella iba corriendo calle abajo, rumbo al bosque con las manos pegadas al pecho rezando para que sus guantes ocultaran lo que le ocurría en esos momentos. Sentía el frío emanando de sus palmas, quemándole la piel estirada sobre sus clavículas, endureciendo la tela de su chamarra azul celeste… y, extrañamente, no sentía el frio, sentía su piel alterada por el gélido contacto de sus manos, pero no sentía exactamente el frío.
Soltó un sollozo levantando el rostro, aunque había corrido todo el camino sin mirar, podía tropezar si no cuidaba su camino. Sin embargo puso cuidado demasiado tarde ya que lo último que vio antes de caer fue el azul cielo de la chamarra del muchacho contra el que chocó.
Él apenas perdió el equilibrio pero ella terminó cayendo de sentón tras él, quien giró inmediatamente y le ofreció una mano.
— ¿Estás bien?
—No. Sí, sólo…
—Tranquila… —Murmuró agachándose a su lado, percatándose de que tenía las manos ocultas contra su pecho. — ¿Estás bien?
Y antes de que ella se diera cuenta, el joven le tomó una mano y le quitó el guante.
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Disclaimer: Ninguno de éstos dos maravillosos universos me pertenece, uno es de Disney y el otro de Dreamworks, créanme que desearía que fueran míos, pero pues no. Sin embargo sí espero que disfruten de la lectura, ¿Qué opinan?
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Sus manos están tan pálidas que se asemejan a la nieve, y cuando me percato de que mis uñas se están volviendo violetas, retiro las manos violentamente, no quiero que se percate del frío que parece emanar mi cuerpo, aunque ya aprendí a manejar los cambios drásticos de temperatura, perdí la concentración por un momento por sus cabellos de sol. Una trenza le cae suavemente por un costado de la cabeza, sin embargo se ve que fue parte de otro peinado por la manera en la que sus cabellos salen en todas direcciones, similares al sol de una mañana helada de invierno. Levanta sus ojos hacia mí, bordeados por una ligera sombra púrpura, ha estado llorando.
— ¿Segura que estás bien? —Insisto, quiero que ella me diga qué le pasó. —Me llamo Jack…
—Elsa. —Murmura ella débilmente. Quisiera decirle que la observo a lo lejos en la escuela, que la admiro, que reviso sus calificaciones además de las mías en la pizarra de anuncios, que he soñado mil veces con besar esos labios violáceos… pero me contengo… Ella ni siquiera sabe que existo.
—Tú eres del equipo de Hockey, ¿Verdad? —Suelta, por un momento dejo de respirar, ella sabe que existo. Asiento lentamente y me enderezo, le tiendo una mano para ayudarla a levantarse pero ella me mira y baja el rostro.
—Está bien.
—No, no lo está. —Se levanta y trata de salir corriendo pero yo tomo su mano y por un momento creo que es un sueño, pero instantes después ella me mira pasmada y sé que no es mi imaginación.
De entre nuestras manos entrelazadas caen un par de copos de nieve y ella me mira intrigada.
— ¿Tú también?
Y más que nunca, quiero besarla…
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One shot con posibilidad de convertirse en historia corta… Pero aún no lo decido.
