¡Hola!

Recientemente salí de un bloqueo de cinco años que tuve sobre otro fic de acá y de pronto me vinieron bastantes ideas y he aquí una. Espero que les guste, intentaré apegarme mucho a las personalidades y a lo que es el anime así que... será complicado pero no imposible.

Tendrá un poco de GinTae, tal vez pero me centraré mucho más en la trama.

Gintama no es mío, no tengo suficientemente gorilismo


Capítulo 1. "Yo creo que los concursos de belleza promueven la baja autoestima"

Sakata Gintoki despertó de golpe esa mañana de... no sabía qué día era, con trabajo recordaba en donde estaba pues apenas hace un par de horas que había llegado a tumbarse para dormir hasta que el hambre o la resaca lo despertaran; lo que lo despertó fue un incesante golpeteo a la puerta de su hogar. Ni Shinpachi ni Kagura atendían. El samurai se incorporó y vio que apenas acababa de amanecer. La persona que estaba afuera parecía que pensaba que aparecería alguien mágicamente si seguía insistiendo.

- ¡Ya voy!- gritó fastidiado el jefe de la Yorozuya y se levantó rápido para ir a partirle la cara a quien fuera que estuviera allí.

Gintoki corrió la puerta con sumo enojo.

- ¡¿QUÉ DIABLOS QUIEREEEEEEEN?!- gritó a todo pulmón haciendo retroceder al par de personas que estaban afuera, porque sí, eran dos.

- ¡BUENOS DÍAS!- gritó de vuelta una muchacha un poco regordeta que iba enfundada en un elegante kimono junto con otra que vestía de manera similar pero ella tenía rasgos más delicados. El hombre las miró lo más enojado que pudo por la respuesta. No solamente habían ido a despertarlo sino que también le gritaban en su propia casa.

- Buenos días, señor- dijo la segunda chica en un tono más educado.

- Estamos buscando a chicas de 18 a 27 años- explicó la primera intentando contener un gesto de repulsión por el "aroma" que despedía Gin cuyo aspecto en ese momento no ayudaba en nada. Saliva seca en la mejilla, el cabello enmarañado y lo que parecía vómito en la camisa, el kimono blanco todo entierrado y colgando, y los calzoncillos asomándose del pantalón como saludando a la chica.

- ¿Y para qué o por qué? ¿quieren matarlas y quitarles la sangre para bañarse? ¿o son de los negocios turbios? ¿No les basta con despertarme a mí? ¿Ahora las van reclutando para despertar a todo Edo?- preguntó él levemente intrigado.

La primer muchacha, la gritona, se ofendió, escupió en el suelo y se dio la media vuelta muy enojada.

- ¡Vámonos Nao, aquí no puede haber una chica, ese borracho feo y viejo no puede tener esposa o novia!- dijo con mucho desdén para luego bajarse casi corriendo por las escaleras.

- ¡Oye cerda irritante, regresa aquí y repítelo!- retó Gintoki a punto de tomar su espada de madera. Le pasaba lo de borracho, no había cómo negarlo; quizá lo feo porque cada mujer tenía su código estético pero ¿decirle viejo? ¡ahora mismo le demostraría a golpes cuan viejo estaba! ¡y le importaba poco ir a la cárcel!

- Disculpe señor- dijo la otra muchacha un poco apenada y le extendió un folleto al jefe de la Yorozuya quien lo tomó desinteresado sin siquiera echarle un ojo.

- ¿Y ésto qué?

- Varios negocios se están haciendo una campaña de mercado y patrocinan un concurso de belleza.

- ¿Concurso de belleza?- repitió el samurai comenzando a prestarle atención mientras ojeaba lo que le dieron porque no había oído antes un concurso de belleza en el que pudieran participar las humanas abiertamente, a veces la mayoría eran exclusivos para las amanto.

- Sí. Esto con el fin de promocionarse y hacer que una chica de edad de entre 18 a 27 años sea el rostro de la campaña.

- ¿De la campaña?

- Ajá. Se seleccionará a la ganadora por medio de un concurso con distintas modalidades y dinámicas.

- ¿Modalidades y dinámicas?- murmuró él todavía leyendo.

- Se está invitando a todas las muchachas a que participen...

- ¿Que participen?

- Señor está empezando a incomodarme- dijo la tal Nao sintiendo que le saltaba una vena en la frente por la molestia.

- ¿A incomodarte?

- Estamos yendo a todos los domicilios para hacer las invitaciones más personales...- prosiguió ella ignorándolo un poco aunque realmente él era el que la ignoraba por estar mirando el papel.

- ¿Más personales?

- ¡LEA EL MALDITO FOLLETO COMPLETO!- le gritó ya no pudiendo más y le arrojó una hoja más a la cara- Que tenga buen día- dijo y se fue.

Gintoki se rascó la cabeza desinteresado y bostezó.

- Vaya manera de hacerme perder el tiempo- murmuró él e hizo bolita el folleto porque decía puras niñerías de tener el autoestima alta y probar que no solamente se podía ser una cara bonita, luego recogió la última hoja para tirarla a la basura pero antes de hacerlo lo leyó con atención pues estaba escrito con letras llamativas.

"¡No sólo serás la ganadora y el rostro de nuestras marcas, también tendrás la oportunidad de ganar diez millones de yenes libres de impuestos!"

- HOLY SHIIIIIT! BINGO!- gritó y sintió que su resaca se iba de viaje en un crucero lujoso pagado con esos diez millones.


- Gin-san, deberías...

- Bañarte, apestas- coincidieron Shinpachi y Kagura mientras se sentaban lo más alejados de su 'jefe' quien estaba sentado meditabundo y con los brazos cruzados. Parecía una estatua. Sadaharu estaba en la esquina de la habitación cubriendo su nariz con las patas.

- ¿A qué hora llegó?- preguntó el chico de las gafas.

- No sé pero se despertó temprano, vinieron unas chicas por algo y desde entonces está allí sentado- dijo Kagura picando al samurai con la punta de su pie pero él ni se inmutaba.

- Esto es raro.

- Shinpachi, tal vez llegó el momento en el que nuestro Gin-chan por fin está reflexionando sobre su vida y se va a enfocar en ser un adulto responsable, ¿te imaginas? tal vez está pensando en meterse a estudiar contaduría para poder trabajar en una empresa- dijo la Yato ilusionada pero Shimura sabía que era más probable que Ketsuno Ana le trajera serenata a Gin mientras le declaraba que lo amaba en secreto a que él se planteara éso.

El teléfono de la Yorozuya sonó y el muchacho fue a responder mientras Kagura seguía nombrando posibilidades.

- Entendido, vamos para allá- dijo Shinpachi y colgó.

- ¿Quién era?- preguntó la pelirroja dejando sus ensoñaciones de lado.

- Un cliente que necesita que lo ayudemos a pegar carteles por la ciudad- respondió el de lentes aliviado porque saldría de allí- Vamos, Kagura-chan.

- Sí, ¡Sadaharu, vamos o se te va a congestionar la nariz por la peste de Gin-chan!

El enorme perro salió de allí corriendo seguido de los dos chicos quienes ni se despidieron del mayor.

Gintoki reaccionó al escuchar la puerta cerrarse. Miró en todas direcciones para notar que estaba solo.

Aquello del premio del concurso le estaba dando vueltas en la cabeza pues lo había pensado y eran casi diez millones gratis con el único detalle de que había que ganarlos, ¡bah! nada que una buena cirugía no arreglara y al ganar (porque pensaba que lo podría lograr) se reimplantaría lo que se quitó y se extirparía lo que le sobrara. Era alto y de Paako se veía muy bien, ahora con un recorte y el par de siliconas quedaría mejor que modelo.

Pero de pronto una vocesilla a la que pocas veces le prestaba atención ahora resonó fuertemente en su conciencia.

"¿Y tu honor?" le preguntó ésta, fue entonces cuando reconsideró todo.

- ¡No me voy a cortar nada!- se dijo y su propio olor le llegó así que fue a bañarse.

Se metió en la tina a pensar en algo pues la idea de tener dinero le había nublado el juicio y había pensado en la opción más extrema porque todo lo quería para él, entonces pensó en que no tenía que ser así, con tener cinco millones era suficiente, los podría multiplicar en el pachinko, porque cualquiera que se inscribiera debía de tener una especie de representante para solucionar los detalles técnicos y Gintoki estaba más que dispuesto a serlo.

¿Y si conseguía que alguna de sus conocidas participaran? Esa opción le gustaba a sus kintamas.

A ver... de entre todas las mujeres que conocía debía hacer una selección para encontrar la adecuada.

Kagura quedaba descartada por la edad, lo mismo Otose y Katherine pues ello saltaba a la vista. Tama no creía que pudiese entrar por ser una sirvienta robot.

Tetsuko seguramente no querría y le enterraría una espada en el trasero nada más al proponérselo, lo mismo el resto de las trabajadoras o dependientas de los establecimientos que conocía.

Terminó de bañarse para luego ir a vestirse y mientras lo hacía siguió pensando.

¿Y en su círculo cercano? tenía tres buenas opciones: Sacchan, Kyuubei y Tsukuyo.

Descartaba a Sacchan, quien aunque podría darle los diez millones sin rechistar, no querría tenerla pegada todo el tiempo del concurso. Quedaba fuera.

Kyuubei era casi una celebridad y seguro que sabría comportarse pero si a algún hombre se le ocurría tocarla del hombro, a que la descalificaban. Next.

Y Tsukuyo... tuvo un escalofrío al pensar en que nada más al terminar de contarle, arrojaría su cuerpo descuartizado en alguna alcantarilla de Yoshiwara. No iría para allá en los próximos dos meses, solamente para prevenir cualquier incidente; no fuera a ser que ella averiguara que él la contempló para el concurso.

Salió resignado del baño, el destino no quería que tuviera dinero, pero éste pareció tocar a la puerta.

- ¿De nuevo esas locas?- preguntó en voz alta y fue a abrir. Ahora sí las echaría a patadas.

- Oh, hola Gin-san, buenos días- saludó la hermana mayor de Shinpachi mientras hacía una leve reverencia.

- Buenos días- respondió Gintoki amablemente y sintió que nuevamente la vida le sonreía tal como lo hacía Otae.- Shinpachi salió a un trabajo- informó mientras su mente se imaginaba lo que haría con los cinco millones.

- Lo sé, vine a ver si podrías arreglar la máquina de Karaoke del bar donde trabajo- dijo ella enseñándole el televisor que tenía en el suelo.

¿O sea que estaría allí y podría hablar libremente con ella?

- Veré qué puedo hacerle, pasa en lo que la reviso, Otae- indicó y la mujer asintió, ella se metió mientras el jefe de la Yorozuya recogía el aparato.

- Gracias, Gin-san- respondió ella sin imaginar lo que ocurriría tras su visita.

Él cerró la puerta luego de meter la máquina mientras una sonrisa malévola se apoderaba de su boca.


Gracias por leer esta pequeña parte, decidí colgarla para ver si generaba curiosidad. Apreciaría mucho sus comentarios.

Según los convertidores, diez millones de yenes son poco más de 88 mil dólares, nada despreciables. Pero si consideran que debería ser más, no olviden comentarlo n.n

¿Logrará Gin siquiera convencer a Otae?

¡Cuídense!