Título: 11S
Autor:
Mariasa
Personajes/parejas: Alfred F. Jones y Arthur Kirkland [América e Inglaterra]
Anima/manga: Hetalia Axis Powers
Reseña: AU. Arthur se dirige decidio ha encontrarse con su mejor amigo Alfred en su lugar de trabajo bien temprano, en al complejo del World Trade Center, un 11 de Septiembre común. O quizas no tanto.
Advertencias: El Fic narra los hechos acontecidos el 11 de Septiembre de 2001 y la caida de las Torres Gemelas. Trate de ser lo más precisa con los datos, horas, lugares que fue posible para asimilarse a lo que ocurrio aquel fatal día.

11deSeptiembre


"Quiero estar contigo, idiota…"


8:05 a.m

Aquella cuidad de verdad me mareaba. Edificios gigantescos, Y aquel par de dos. Fruncí el ceño, mirando hacia arriba. Y un poco más. Un poco más… ¡Demonios! ¿Aquellas malditas torres nunca tenían fin?

No podía de dejar de fruncir el ceño, mientras cruzaba el umbral de la puerta, dirigiéndome al interior del inmenso gigantesco, dedicándole una huraña mirada al guarda que había en la puerta.

-"Relájate Arthur… Relájate…."

¿En que sección trabajaba aquel cabeza hueca? Trate de recordar la sección en la cual me había dicho trabajar y abrí los ojos en par en par al encontrar en aquel panel la planta

¿La 100? ¡La 100! ¿¡Pero para demonios quería un edificio con tantas plantas! Chasqueé la lengua, agobiado. Nunca entendería a los estadounidenses. Parecía que sufrían algún tipo de complejo, nunca nada era lo suficientemente grande o alto. Sin quitar el gesto huraño, me dirigí con aires de desesperación en dirección a los ascensores. Apretando el botón con algo de miedo. 100 plantas en ascensor… Aquello era puro peligro, hecho paredes de acero y lio de cables.

Al llegar a la planta me encontré con un sinfín de despachos, gente en traje que iba y venia con rostros cansados y de sueño. Todos los cubículos que ocupaban la planta estaban acristalados, lo que daba una extraña facilidad para poder observar lo que hacia cada cual dentro de él. Chasqueando la lengua, me moví por los pasillos, intentando encontrar un par de ojos azules detrás de unas gafas de montura, pero aquello era como buscar una aguja en un pajar.

-Estúpido…- Farfulle, molesto, como si realmente la culpa de aquello fuera del americano, que se hubiera propuesto esconderse de mi.

El mal humor se me fue evaporo por completo cuando lo vi a través de una de las gigantesca s cristalera, sentado en una gran mesa de madera oscura, ojeando un puñado de papeles con expresión aburrida. Sonreí, a mi pesar, por la mirada infantil que se dibujo en el rostro del muchacho al levantar la cabeza y descubrirme, acompañada de una gigantesca y brillante sonrisa. Sentí como las tripas se me deshacían, como cada vez que lo veía…

-Mierda…-Pensé, mientras veía como este se levantaba y salía del despacho. Estaba tan guapo de traje.

-¿Ar…Arthur?- Un ligero balbuceo se escapo de los labios del ojiazul, mientras me dedicaba una sonrisa deslumbrante.

-Vamos Alfred, puedes hacerlo mejor… ¿a que viene el tartamudeo? Solo soy yo…- Mascullé, notando como las mejillas empezaban a teñírseme de rojo. Mierda, como odiaba avergonzarme en situaciones tan estúpidas.

-Solo… me sorprendió verte- Alfred sonrió abiertamente, llevándose las manos a los bolsillos de la chaqueta- Ya sabes, pensaba que íbamos a vernos luego…

-Así es- Me cruce de brazos, temiendo que si los dejaba colgando, empezarían a temblarme- Pero se me ocurrió que podría pasarme a ver…–Señale detrás suya, a su despacho- ...Donde trabajabas. Aunque permíteme que te diga que este edificio me parece monstruoso- Murmure, viendo como un grupo de gente se acercaba. No seria buena idea que un grupo de cabezas huecas zampa hamburguesas me escucharan hablar mal de aquella torre.

-Oh, venga, "Artie", este edifico es genial- A veces me planteaba hasta que extremo eras capaz de llegar al sonreír aquel muchacho- Puedes ver toooda la ciudad desde aquí arriba, ¡Es grandioso! – Al alzar el tono el americano solamente consiguió que me sonrojara por completo, mientras le hacia gestos de que no hacia falta gritar tanto, ante lo que simplemente soltó una risotada alegre y fresca.

-Si tu lo dices…-Murmure, haciendo un gesto con la mano para que bajara la voz de nuevo- A mi me parece demasiado ostentoso…-Deslice mi mirada por el resto de despachos que podían verse por allí, y toda la cantidad de personas dentro de los cubículos, trabajando.

-Aun no me dijiste por que viniste a verme al trabajo- Alfred pareció entenderme con lo de bajar de voz, utilizando un tono que el resto de mortales sabíamos agradecer. Su mirada brillaba demasiado y aquello no podía ser bueno para mis nervios. Puse mala cara, a modo de respuesta, tratando que no notara mi estado de nerviosismo.

-¿Cómo que no, idiota? Te lo dije simplemente quería ver donde…- Intente controlar mis nervios, pero con la subía de cejas del joven y su cara de incredulidad no podía lidiar. Se veía demasiado adorable- …trabajabas- Trague saliva disimuladamente.

-¿Enserio?- El tono de la voz del americano expresaba lo mismo que su cara: Que no se creía ni una palabra- ¿Madrugaste tanto y cruzaste toda la ciudad solamente para ver donde trabajo?- Su tono era cada vez mas escéptico y fruncí el ceño, molesto. No era el mejor momento para que el idiota que tenia delante aprendiera a leer el ambiente.

-Si.

-Oh vaya, Arthur, no conocía esa faceta tuya- Murmuro bromeando, riendo y guiñándome un ojo al mismo tiempo que se cruzaba de brazos -Bueno, si te esperas un poco, podríamos desayunar juntos, a no ser… que ya hayas desayunado con otra persona.

-He venido aquí nada mas despertarme, idiota…- Masculle, arrepintiéndome por mis palabras casi al instante. Quizás habían sonado demasiado ansiosas…- Quiero decir… no, no he desayunado…

-Son… Las 8 y media pasadas… Si esperas una media hora, podría hacerte un hueco y salir a desayunar. Y así ya puedes decirme que ronda por esa vieja cabeza tuya, "Iggy"-Aquella maldita sonrisa de felicidad lo único que conseguía era, muy a mi pesar, dejarme sin aliento. Sonrojado, le pegue un pequeño golpe en el hombro, para que cerrara aquella boca suya.

-No tengo nada que decirte- Mentí, desviando la mirada- pero no diría que no a desayunar juntos…- Volví la vista hacia él, con las mejillas sonrojadas

Alfred se quedo mirándome un segundo, sin decir nada, momento que aproveche para llevar las manos a mi corbata, deshaciendo un poco el nudo. De golpe me sentía acalorado- Esta bien Arthur-Su sonrisa era deslumbrante. Con un gesto, se giro, señalándome a la puerta de su despacho- Entra y espérame dentro. Iré a resolver unos asuntos y me escapo contigo- Trague saliva al verlo acercarse más, y empecé a transpirar cuando me agarro del brazo, tirándome de mi hacia el interior de su despacho.

-Puedo solo…-Farfulle, apartando su mano con gesto huraño, provocando que el otro simplemente sonriera más. Maldito yanqui…

-Esta bien…Volveré enseguida- Me abrió la puerta, y entre, con gesto altarero- No me eches de menos, git- Soltó una risa rápida, cerrando de un portazo. Pude ver como se alejaba con paso rápido a través de las paredes de cristal, y solté un largo suspiro. Si aquel hombre fuera más estúpido…

Esboce una sonrisa cuando desapareció por completo, al mismo tiempo que echaba una rápida ojeada por el despacho del americano. Estaba mucho mas ordenado de lo que solía tenerlo todo aquel pequeño cabeza hueca, lo que quería decir que podía tomarse algunas cosas enserio- Que sorpresa…-Murmure, entre risas, acercándome al sillón de cuero marrón que había al lado de la mesa, tomando asiento. Comencé a cotillear todo el papeleo, los objetos que tenia Alfred por el escritorio por pura curiosidad, deseando encontrar alguna tontería con la cual molestar al infantil muchacho cuando volviera, pero en lugar de eso me tope con mi cara, con gesto huraño, mirándome fijamente desde un marco de madera sobre la mesa.

Parpadeé, confuso, agarrando la foto en la que me encontraba apartándome del americano, que sonreía a la cámara con gesto de triunfo, intentando pasar por encima de los hombros un brazo al ingles malhumorado de su lado. No pude evitar sonrojarme por completo, sin esperarme encontrar aquella foto en la oficina de Alfred.

-Eres… tan estúpido- Alce la cabeza, esperando que nadie pasara por los pasillos –y mucho menos el señor Jones- para ver la cara de idiota que se me acababa de poner- Alfred…-Casi sin darme cuenta, pase los dedos sobre la foto, acariciando el rostro del ojiazul con delicadeza.

Cerré los ojos, tratando de calmarme antes de que regresara mi amigo, cuando de pronto algo raro sucedió. La silla se zarandeo. La mesa. El despacho. Todo. Había parecido que todo el edificio parecía haber temblado de golpe.

Abrí los ojos, completamente asustado ¿Un temblor? ¿Qué demonios pasaba?


Y aquí termina el primer capítulo. Es algo cortito por que quise hacer el inciso justo cuando empieza la acción -o más bien, drama-. El siguiente capítulo será mucho más largo y, como podréis haceros a la idea por el tema que se trata, trágico.

Quiero dedicarle este fic a mi Inglaterra particular (Airyn Kirkland), por que como el del fic, aun que trata ir de duro, en el fondo es un tierno, ¡I love you so much! -Que viva Gran Bretaña-.Y también a todas las fanáticas del usuk, espero que os guste el fic.

¡Y espero Reviews! Si no, mi corazoncito se pone triste, el Alfred que hay en mi llora desconsoladamente y no puedo escribir ;_;
-Que dramático todo-

¡Ciao~~ y hasta la próxima!