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CAPÍTULO 1:

"Mira de Largo Dentro de un Abismo"

(El Abismo También Mira Dentro de Ti)


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Nada cría la tierra más endeble que el hombre

de cuantos seres respiran y caminan por ella.

Mientras los dioses le prestan virtud y sus rodillas son ágiles,

cree que nunca en el futuro va a recibir desgracias;

pero cuando los dioses felices le otorgan miserias,

incluso éstas tiene que soportarlas con ánimo paciente contra su voluntad.

(Homero, La Odisea)

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En los años que Blaine pasó entre puestos de trabajo, apoyado en ocasiones solamente por el dinero del Rey por su silencio, su primera prioridad constantemente fueron sus hijos. Sus propias necesidades las puso siempre detrás de ellos, a veces hasta el punto de ponerse en peligro a sí mismo.

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Blaine encontró una vez un trabajo tocando música en una taberna en el sur de Westerville. Hacía buen dinero y podía llegar a casa con tiempo suficiente para llevar a los niños a la cama después de retirarlos de la casa de Mia, la mujer agradable de al lado que se quedaba en su hogar para cuidar de su hija mientras su marido Wes trabajaba.

Lo disfrutaba en realidad, al menos hasta una noche cerca de tres meses trabajando ahí. Se bajó del escenario con una sonrisa en su rostro, por una vez había conseguido una gran propina de una pareja, y eso significaba que podría comprarles a Elías y a Rory un pequeño pastel para su cumpleaños la siguiente semana, pero se encontró a un hombre corpulento de pie junto la puerta al salir. Se veía un poco perdido, llevando un jarro en la mano, ante esto, frunció el ceño.

- ¿Está bien, señor? – Preguntó, un poco preocupado.

- ¡Hola, precioso! – El hombre grande arrastró las palabras, tropezando un poco mientras daba un paso hacia él, y éste se dio cuenta de que estaba totalmente ebrio. – ¿Estás listo para un rollo esta noche?

Blaine negó con la cabeza. – No sé lo que está…

Entonces, de repente hubo una boca contra la suya, labios que sabían a humo de tabaco, carne y alcohol rancio, y todo lo que no era Kurt, empujando contra los suyos. Era repugnante y horrible, y Blaine sólo quería vomitar ante la idea de que el hombre acababa de llegar a él como si fuera una puta. Sus manos volaron hacia arriba y empujó lejos de él al borracho que lo manoseaba.

- ¡No estoy en venta! – Se ahogó con la bilis en la garganta ante la idea de alguien, además de Kurt, tocándolo de esa manera, y se tambaleó hacia atrás con una mano sobre su boca. Después dio la vuelta y salió corriendo por la puerta lateral de la taberna y varias calles abajo, se inclinó y vomitó.

Él no volvería a esa taberna de nuevo.

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Hubo un hambre menor alrededor de Yule antes del segundo cumpleaños de los gemelos, y mientras Blaine estaba al final de todas las listas para los posibles empleados, lo único que los mantenía a él y a sus hijos con vida era la suma que le enviaba el Rey. El dinero para la comida era entregado en la taberna, y lo recibía con la cabeza agachada. Sabía lo que todos pensaban acerca de cómo se ganaba la vida, y a pesar de que no era cierto, incluso el rumor dolía.

El frío metal del anillo contra su pecho le recordaba por qué estaba haciendo todo eso. Por qué él nunca sería tocado voluntariamente por un hombre que no fuese Kurt, y no dejó que los rumores lo lastimasen demasiado.

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A pesar de que estaba preparado para avanzar y superar al ojiazul, escuchar sobre el amor de su vida cortejando a Lord Adán fue un golpe horrible. Esa noche la pasó en su hamaca de paja para dormir al lado de sus hijos, espectacularmente ebrio con los ojos enrojecidos por llorar tanto. No estaba orgulloso de beber (aunque fuera sólo una copa), pero no pudo evitar complacerse a sí mismo por primera vez desde que dejó el castillo. Su corazón, que nunca se había curado por completo después de que se rompió hace cuatro años, se rompió de nuevo, y necesitaba por sólo un momento olvidar.