Peter se encontraba cocinando unos hombres de jengibre mientras se escuchaban unas viejas canciones navideñas, Laura lo miraba divertida mientras ambos inventaban extraños pasos de baile, de seguro se los había enseñado Peter Quill.
El aroma a pino los desconcentró de su baile, en ese momento vieron que Logan venía entrando a la cabaña con un hermoso pino, listo para su decoración. Laura corrió a los brazos de su padre, dando un gran abrazo y esbozando una gran sonrisa, la niña no era muy apegada al contacto físico, sólo se permitía ser de esa forma con sus padres y abuelitos.
Luego de que Logan subiera a la guardilla en busca de los adornos, la familia Howlett entre deliciosas galletas de jengibre y chocolate caliente, se pusieron a adornar el árbol, de fondo se escuchaban unas alegres canciones. La atmósfera de aquel hogar era absolutamente cálida, Laura no dejaba de reír, aunque no podía evitar poner cara de asco cuando Peter se colgaba de los brazos de su esposo dando sonoros besos y, aunque, Logan intentaba no responder el juego, terminaba cediendo y tomaba fuertemente entre sus brazos al platinado, mientras le hacía cosquilla.
– Pet, ¿estás seguro de que no quieres ir a casa de tus padres?
– Si amor, estoy seguro – expresó con una amplia sonrisa Peter mientras metía un pavo al horno. Luego de forma veloz revolvía unas ollas y ayudado de su mutación en apenas unos segundos ya tenía la mesa lista – además, ellos vienen mañana a desayunar y abrir los regalos, por hoy quiero estar solo con mi pequeña familia, mis personitas más amadas – explicó el platinado para luego correr a dar un beso a Logan y otro más a su hija, quien se inmediato frunció el ceño pues estaba concentraba viendo una película navideña – además, así tendrán su "tiempo de calidad" estoy seguro que Erik tiene algún fetiche que cumplir hoy en la noche – terminó de decir Peter como si del clima estuviera hablando, Logan no hizo más que un gesto de asco, idéntico a los que hace su hija, pues sinceramente no le interesaba hacerse una imagen mental de sus suegros teniendo sexo.
Laura fue la más feliz de no tener que ir a la mansión, pues eso significaba que podía estar con su pijama favorito, el cual estaba a punto de romperse, y dejarse los cabellos revueltos. De haber ido con sus abuelos, estaba seguro de que papá Peter le hubiera puesto un lindo vestido mientras llevaba una hermosa trenza, aún podía recordar como la habían vestido la navidad pasada, todo gracias al idiota de su abuelo Erik que se esmeraba en comprarle vestidos de princesa y ella lo que quería ser era un dragón.
La cena estaba siendo amena, Logan y Peter se habían lucido en la cocina, por primera vez luego de muchas navidades habían huido de los extraños platillos que Raven se esmeraba en cocinar, aún recordaban su último pastel de carne quemada, por no decir carbonizada.
– ¿Papi Pet, entonces santa es un anciano no gruñón? – preguntó una inocente Laura a su padre, quien para ese momento quería estallar en una carcajada, después de todo era su culpa enseñarle que el anciano de su esposo era un total gruñón. Logan por su parte se estaba ahogando luego de haber escupido el vino que tenía en la boca, mientras pensaba que la retaguardia de alguien pagaría por sus vergüenzas.
– Si cariño, Santa Claus no es gruñón como papá Logan – explicó el platinado de forma paciente, mientras toqueteaba la nariz de su pequeña mutante. Sentía la penetrante mirada de su esposo, no hizo más que morderse el labio, sabía muy bien lo que eso significaba y como cierta parte de su anatomía pagaría las consecuencias.
Horas más tarde, Logan se llevaba a una dormida Laura a su habitación, luego de haber vistos sus películas favoritas la niña había caído rendida, aunque estaba seguro de que al día siguiente despertaría de madrugada por sus regalos, esperaba que al menos durmiera hasta las ocho, pues no tenía pensando dormirse aún, primero quería jugar con su lindo esposo, dejar en claro el asunto de "anciano gruñón".
Peter estaba acurrucado y envuelto mantas, tenía un regalo que darle a su esposo y estúpidamente se sentía nervioso, pero, por otro lado, ansiaba ver la cara de su anciano favorito, estaba seguro de que el hombre no podría más de felicidad. Ahogó un grito cuando unos fuetes brazos lo abrazaron por detrás y un sonoro beso fue depositado en la línea de su mandíbula.
– ¿Así que anciano gruñón? – preguntó Logan con una ceja alzada, para luego dar un lengüetazo por la cara de su novio.
– Ay como si no lo hubieras escuchado antes. Tú eres mi anciano gruñón y yo soy tu mocoso fastidioso – expresó el platinado, tomando con cuidado la cara de su esposo, para finalmente dar un suave beso, que lentamente se comenzó a tornar más pasional, ahogo un gemido cuando Logan tomó con cuidado su labio entre los dientes y se sintió aún más extasiado cuando su esposo comenzó a pasar sus manos por su torso, específicamente comenzó a acariciar aquellos botones sensibles – Logi..lo…Habi..ci..on – el velocista no podía expresar las frases con claridad, se estaba perdiendo en el deseo que su esposo se estaba encargando de provocar.
Logan no necesitó más, de un tirón tenía a su esposo rodeando sus caderas y entre gemidos fueron hasta la habitación que comportarían. De inmediato se puso a ahorcajar sobre él, divirtiéndose con el borde el pantalón, haciendo que Peter entre improperios le rogara por sentirse lleno. Sin embargo, no pudo evitar soltar una carcajada cuando se encontró con que su querido esposo tenía ropa de interior navideña, sólo a su mocoso se le ocurrían ese tipo de cosas.
– Creo que el que tiene un fetiche con las festividades es otro – explicó Logan con su tono de voz ronco, de inmediato llegó su mano a la entrepierna de su chico, jugueteo un rato y decidió apurar las cosas cuando su miembro aún dentro de su pantalón comenzó a palpitar de forma dolorosa.
A los minutos sólo es escuchaban los gemidos de ambos, aunque intentaban ser los más silenciosos pues por nada del mundo querían que su hija despertara. Peter tenía muy malos recuerdos, luego de haber visto a sus padres a una corta edad, Charles aún se sentía avergonzado cada vez que recordaban ese hecho.
Finalmente, ambos estallaron en un orgasmo mientras sus labios se devoraban de forma furiosa, pese a los años que llevaban juntos, cada vez era tan especial como la primera, pues ellos se seguían amando de la misma forma, inclusive era como si día a día su amor se incrementara, ninguno cambiaría la vida que llevaban.
– Dios Peter, te amo tanto, adoro estos momentos contigo – expresó Logan mientras acariciaba una de las nalgas del platinado, quien emitía gemiditos pues el lugar estaba sensible luego de haber sido brutalmente friccionado, su esposo no sólo era una bestia en el día a día, en la cama era inclusive mucho peor, podría ser llamado el "monstruo del sexo", Pet se había referido a él de esa forma más de una vez.
– Aprovecha anciano, que en un par de meses no podremos hacerlo tan frecuente – soltó el platinado, quien en esos momentos se encontraba comiendo algunos caramelos que quien sabe de dónde había sacado.
– ¿Qué mier…?
– Feliz navidad – Logan había sido interrumpido, Peter en esos momentos le había extendido una figura de plástico. El lobezno la tomó entre sus dedos y de inmediato le vinieron recuerdos de hace unos seis años, aún recordaba muy bien que significaban esas dos rayas – seremos papis otra vez – finalizó el platinado mientras sus ojos estaban aguados. De inmediato sintió los brazos de Logan, su esposo lo estaba inundando en mimos y abrazos.
– Mierda Peter, me has hecho nuevamente feliz. Te amo, te amo, te amo – no paraba de repetir, dando aún más besos mientras el platinado no dejaba de reír. Se quedaron algunos minutos conversando, pensando en la mejor forma de informar a Laura que ahora sería la hermana mayor.
La mañana siguiente
La cocina de los Howlett estaba inundada de deliciosos aromas, Peter no dejaba de correr de un lugar a otro, quería que su desayuno fuera perfecto.
– Laura amor, ven aquí un momento – pidió Logan mientras le indicaba a la niña sentarse en una silla.
– Con papi tenemos algo importante que decirte.
– Rápido, me estoy perdiendo mi película favorita tiempo – dijo mientras rodaba los ojos y se metía una cucharada de yogurt con cereal a la boca.
– No amor, es otra cosa – Peter tragó duro – tendrás un hermanito o hermanita – terminó de explicar mientras se acariciaba su plano vientre.
Un fuerte grito se escucho en la cabaña, luego Peter sintió como los bracitos de Laura lo rodeaban y depositaba algunos besos en su panza.
– Santa es el mejor, logró traerme mi regalo, un hermanito – la castaña no dejaba de festejar, mientras sus padres suspiraban aliviados pues temían de su reacción, al parecer ella era la más emocionada con eso de agrandar la familia.
Los esposos Lehnsherr-Xavier se hicieron presentes unos minutos más tarde, el castaño terminó derramando muchas lágrimas de felicidad cuando se enteró que nuevamente serían abuelos, Erik no lo quería demostrar, pero era obvio que sus ojos se habían puesto vidriosos.
– ¿Cómo estuvo tu cena de navidad, tiempo de calidad? – preguntó Logan con una sonrisa socarrona a su amigo.
– No tan movida como la tuya – se escuchó el gruñido de Logan a modo de respuesta, el cabrón de Charles había entrado en su mente – y, por cierto, Erik no tiene ese tipo de fetiches, más bien le va esos de las esposas y los látigos – Logan terminó escupiendo todo el café que tenía en boca, suficiente información en su cabeza necesitaba un abrazo de Peter para purificar su alma de los pervertidos comentarios de su suegro.
Se acurrucó en el platinado que no tenía idea de nada, aunque soltó una carcajada cuando Charles le comunicó de forma mental lo que había pasado. Erik y Laura hicieron gestos como si estuvieran locos, ellos seguían jugando con la nueva pista de autos que santa le había llevado.
* * * FIN * * *
