LOS SIETE AMORES
-Fueron tiempos oscuros, muy oscuros...- Hagrid, trataba de explicarle a Harry el origen de su cicatriz, en una extraña taberna de Londres- puedes estar tranquilo Harry, al menos por el momento...
-¿Quieres decir que Vold..., quién-tú-ya-sabes, no está muerto?
-No, no... no lo creo, debe de estar merodeando por ahí, demasiado débil para regresar- opinó Hagrid- pero cargado de malicia, de todos modos si estuviera cerca ya lo sabríamos.
-¿Cómo?- preguntó el niño, de apenas 11 años, mirando a su acompañante fijamente.
-Pues... pues...- a Hagrid le costaba hablar, tan solo recordar el pasado le daba escalofríos- la otra vez, el ambiente se volvió denso, había un aura de oscuridad a nuestro alrededor, y la canción... se entonaba una canción que...
-¿Que qué?- Harry, con la habitual inocencia de un niño, se apremiaba por saber más, ¡pobre! Él no conocía las consecuencias.
-No la entonaré Harry- dijo Hagrid con la voz temblorosa- la canción era presagio de muerte, y a pesar de que la recuerdo intacta en mi mente, no la repetiré jamás en voz alta, no seré yo quien traiga la desgracia de nuevo...
Lo que sigue ya lo sabemos, Harry llegó a Hogwarts y fue seleccionado para Gryffindor, donde hizo nuevos e inseparables amigos, pero, un día, cometió el peor de los errores, y una noche McGonagall lo castigó junto con Hermione, Ron Y Draco. Los mandó con Hagrid al bosque oscuro y es aquí donde empieza nuestra historia.
Se habían adentrado demasiado en el bosque, la noche era oscura y fría, el viento que corría entre los árboles parecía querer susurrarles algo, algo que no entendían, y poco a poco el entorno se llenó de extraños sonidos.
El grupo se dividió en dos, (dividirse es un gran error cuando acecha el peligro más eminente) y de repente algo asustó al pequeño Malfoy, echó a correr y a gritar pidiendo auxilio y dejó solo a Harry...
El chico estaba preso del pánico y ante sus ojos había una extraña forma negra, mal iluminada por algún lastimero rayo de luna que se había abierto paso entre las nubes y el ramaje de los árboles.
Y entonces el viento quiso susurrar más claramente para Harry:
El más grande de los Señores, dispone de siete amores;
siete amores que son vida, y solo uno se dio a la huída.
El primero con pavor, salió a buscar candor;
pero alguien conocido, lo dejó estremecido.
El segundo y más risueño, no tenía sueño;
mas la noche lo atrapó, y su cuerpo solapó.
El tercer amor, decía tener gran valor;
pero lo que no sabía, es que no escaparía.
El cuarto se cansó, y con él regresó;
pero el Señor despechado, pensó que no estaba enamorado.
El quinto solo estaba, mas cuando nadie lo miraba,
una brisa misteriosa, le propinó una losa.
El sexto era muy listo, pero a él no había visto;
y cuando se giró a mirar, empezó a tiritar.
El séptimo se hizo esperar, pero no se puede dudar;
de que todos los amores, vuelven con sus Señores.
Era la canción que antaño se entonó, ¡Harry había escuchado la canción! Pero estaba demasiado perplejo para reaccionar, fue Draco, de vuelta al castillo quien lo espabiló.
-Potter- lo llamó Draco susurrante- se que esa cosa te habló, pude escuchar algo ¿Qué fue lo que te dijo?
-¿De verdad te importa Malfoy?- Harry le sonrió maliciosamente- entonces tendrías que haberte quedado, en lugar de salir corriendo como un cobarde.
-¡No me llames cobarde Potter!- protestó el rubio- Tú te caíste de culo, tenías tanto miedo que no pudiste reaccionar, por eso te quedaste allí- sin esperar contestación, se fue dándole un codazo y se dirigió a su dormitorio.
Una vez llegaron a la sala común de Gryffindor, Hermione detuvo a Harry- ¿A qué se refería Malfoy? ¿Qué viste en el bosque? ¿Qué está pasando, Harry?
-Demasiadas preguntas Hermione- contestó Harry dejándose caer sobre un sillón cerca de la crepitante chimenea.
-¡Eh Tío! Al menos contesta alguna- Ron se había sentado en un sofá, junto con Hermione y enfrente de Harry.
-Es que no estoy seguro...-murmuró el chico mirando fijamente el fuego- creo que era una canción...
-¿Una canción?- Ron puso cara de incredulidad, se quitó los zapatos y estiró las piernas hacia delante- ¿Esa cosa del bosque te ha cantado una canción? Eso no se lo cree ni el más tonto de los gnomos de jardín.
-¿Gnomos de jardín?- Harry nunca había oído hablar de ellos.
-¡Alto!- exclamó Hermione- No le interrumpas más Ron, y tú Harry, no cambies de tema, queremos saber a que se refería Malfoy, y lo queremos saber ahora...
