Caminos cruzados

Capítulo 1: El plan y un gran problema

En la sede del pie:

-Padre- dice Karai al entrar a la sala donde se encontraba Destructor.

-¿Qué noticias tienes para mí Karai? Dice con un tono de desagrado y molestia en su voz.

-Las tortugas volvieron a vencernos- en su forma de hablar se oía que estaba avergonzada y tenía miedo de lo que su padre llegara a hacerle.

En esos últimos días las tortugas habían aumentado su fuerza, destreza y habilidad debido a que han estado practicando más de lo normal ya que Splinter tenía el presentimiento de que algo sucedería, pero ciertamente no sabía que, pero lo que si sabía era que tenía que ver en especial con alguno de sus hijos.

-Esas tortugas solo han sido un estorbo en mi camino, una piedra en mi zapato, pero ahora, ya acabaron con mi paciencia- Destructor estaba muy furioso porque los discípulos de Splinter han estado acabando con él – ¡Es hora de que Hamato Yoshi pague todo lo que me ha hecho, empezando por ver morir a esas malditas tortugas!- se detuvo para pensar, hasta que se le ocurrió:

-Y ya se como lo conseguiré… ¡Karai! -

-Si padre-

-Necesito que llames a alguien muy especial y dile que venga lo más pronto posible, tengo que hablar con ese alguien personalmente…- al decirlo sus ojos reflejaban una llama de odio y una gran cantidad de maldad.

En las alcantarillas:

Nuestras amadas tortugas llegaban a su hogar felices por otra victoria bien merecida.

-¡Oigan!- Gritó Rafael con una sonrisa en el rostro, mientras que sus hermanos volteaban a verlo- necesito más juguetes para romper- dijo a la vez que giraba y levantaba sus sais en manera de triunfo y al llegar a casa se tumbó directo en el sofá, agarró uno de sus cómics y empezó a relajarse.

Leonardo por otro lado llegó corriendo a la televisión y comenzó a ver "Héroes Espaciales".

Donatello se dirigía a su laboratorio, cuando se topó con Abril e hizo el ridículo como siempre frente a ella, pero en esta ocasión al ver a Donnie sintió una extraña sensación que nunca había sentido y esto provoco que se sonrojara un poco.

Cada quien estaba muy ocupado con sus cosas cuando Splinter entró a la sala.

-¿Cómo les fue hijos míos?- preguntó.

-Acabamos con todos ellos sensei, claro que yo fui el que lo hizo mejor- dijo Rafa mientras presumía su habilidad y enseñaba sus músculos.

Su maestro al oír eso, camino en dirección a donde se encontraba Rafael y le aplicó un punto de presión entre la cabeza y el cuello.

- ¡Aunque lo más importante es que dimos lo mejor… buen trabajo a todos!- después de eso soltó a Rafa provocando de este un gran suspiro de alivio y que Splinter esbozara una gran sonrisa.

Después de unos minutos de silencio, Splinter notó la ausencia de uno de sus cuatro hijos.

-¿En dónde está Miguel Ángel?- preguntó un poco extrañado.

-No sé, no lo he visto desde que llegamos- dijo Leo un poco molesto porque no podía escuchar su programa.

-Yo tampoco he visto al enano en un largo tiempo- dijo Rafa desinteresado pero un tanto preocupado aunque lo ocultaba muy bien.

-Creo que está en su habitación- Donnie dijo mientras estaba ocupado con sus proyectos e inventos.

Unos segundos después escucharon un ruido que se distorsionaba un poco, cuando se acerco más, lograron distinguir que era una patineta que se acercaba a toda velocidad. Cuando todos giraron su cabeza para ver de dónde provenía todo ese escándalo, del piso de arriba salieron disparados tres globos llenos de pintura y basura lo bastante maloliente como para apestar por toda una semana o más y un silencio suficientemente incomodo se apodero de la sala de estar.

Después de donde salieron los globos, Mikey apareció en el aire, haciendo una pirueta increíble con su patineta y aterrizando con una sonrisa de satisfacción.

-¡Booyakasha!- hizo una pausa por lo orgulloso de la broma que tenía planeada unos meses atrás y continuó hablando- jaja hermanos, cayeron en mi me…- su sonrisa desapareció cuando se dio cuenta de que en realidad no golpeó a sus hermanos, sino que dos de los globos se estrellaron en la cara de Splinter y el otro cayó donde estaba la fotografía que tanto amaba de su primera familia, provocando que esta se manchara y se rompiera.

Todos se quedaron boquiabiertos, en especial Mikey, incluso se palideció por lo que acababa de hacer.

Se formó un silencio incómodo, hasta que por toda la guarida se escuchó:

-¡MIGUEL…ÁNGEL!- su sensei no estaba molesto; estaba furioso con él -¡te quiero ver en el dojo… AHORA!- dijo mientras se quitaba todo lo que tenía embarrado en la cara y se dirigía al dojo.

Mikey no quería moverse de ahí, en ese momento quería que se lo tragara la tierra, pero no le quedo más remedio que avanzar a paso lento hacia el dojo.

-Fue un placer haber sido su hermano- dijo Rafael en susurro preocupado, serio y nervioso por su pequeño hermanito.

-Lo sé, pero eso le dará una lección sobre el estar haciendo bromas como esas todo el tiempo- respondió Leonardo.

-Oigan ¿qué creen que haga el Maestro con Mikey?- preguntó Donatello totalmente preocupado.

-No lo sé Donnie, no lo sé, pero no creo que vaya a felicitarlo- respondió seriamente Abril.