USxUK, soy un poco amarga para mis historias, así que no esperen algo muy feliz.
La historia me pertenece, los personajes no.
Y sabes que te ves estúpido allí, sabes que eres y te miras idénticamente igual a todos los demás. Tienes y eres consciente que conoces todos los números de sus funciones y te has hecho un hueco en tu agenda para venir a ver con una desesperación y ansiedad que raya en lo preocupante sus "especiales".
Sabes que todo empezó con unos amigos obligándote a venir aquí, a un lugar que no creíste tuyo para nada, donde nada necesitabas. Sabes que desde que lo viste allí esto parecía "casa". Una resquebrajada y sin techo, pero para ti ingenuamente lo era.
Era un muchacho rubio de ojos verdes y grandes cejas, ese chico de allí era tu mundo, pero esto ya es un dato estúpido, porque tú conoces más allá de él, tú sabes cada expresión que tiene, tú vives morándolo y hablándole ocasionalmente por la función, que lo ha hecho espectacular como siempre, él te devuelve una sonrisa coqueta y te toma el rostro simulando que te va a besar aferrando sus dedos de porcelana en tu rostro.
Odias a Arthur Kirkland, odias que no te haya besado. Odias... estar enamorado de él.
Odias repetir el mismo acto una y otra vez, odias morderte los labios con angustia cuando danza en esa pasarela y todos lo ven como tú lo haces, incluso con mentes más distorsionadas que las tuyas. Odias creer que los que tienen un poco más de dinero podrían haber conseguido una noche con él, cosa que sabes que no estás destinado a tener.
-Gracias por asistir...-susurró aquel ser, ese que te encanta, allí está él... y allí estás tú, mirándole desde abajo.
Está tan lejos... aunque estás en el borde del escenario rodeado de tantos otros y él está infinitamente cerca lo sientes más inalcanzable que nunca.
O al menos eso creíste, porque él te encontró, entre todos los demás ese chico inglés te vio por unos momentos, se agachó hacia ti y sentiste su sonrisa estremecer todo tu cuerpo con una pasión más exótica de cuando danzaba para todos allí.
Te sentiste especial, te sentiste más poderoso que todos. Tus manos llevan unos cuantos billetes a su camisa entreabierta con delicia, él mira lo que haces y se ve decepcionado.
¿Decepcionado por qué? ¿es una oportunidad? no sabes lo que es, sólo que será una de las tantas estupideces de las que pronto te arrepentirás, jalas su mano y lo tomas en brazos, a todos les toma unos segundo ver qué demonios haces, cómo mierda perdiste de esa manera la cabeza, incluso a él que abre sus ojos desmesuradamente.
Allí estás tú de nuevo, siendo estúpido, realmente estúpido.
Estás allí, sintiéndote victorioso al escuchar una risa de su rostro al llevarlo a casa.
–Podías pedirlo de otra manera más normal y menos psicópata ¿lo sabes no... gordo?–y te lo dice.
Te lo dice pero no escuchas. Te lo ha estado diciendo desde que se conocieron.
Eres un idiota, has arriesgado mucho por lo que creíste una señal, allí estas después de horas de haberlo traído previamente a tu cama, sintiendo las sábanas impregnadas con su olor, pero ya no hay nada. Sólo el recuerdo de haberle hecho el amor, de haberle hecho gritar, pero no tu nombre.
Sólo sabes que te falta una gran cantidad de dinero que le diste antes de que te diera un beso corto de despedida.
Sabes que te falta eso y no te importa. Estás consciente de que era sólo dinero y nada más, pero no te duele. El dinero va y viene, pudo robarte con una noche tu casa y no te importaría.
Sólo te duele pensar que jamás lo tendrás para amar.
Espero a alguien le agradara, cruel realidad lamentablemente. Cualquier crítica constructiva es bien recibida.
