5 a.m. marcaba el reloj. Rachel estaba con las manos en la cara, tenía los ojos rojos e hinchados, si no fuera porque ya no le quedaban lagrimas seguiría llorando. Prácticamente se había pasado desde el noticiario de las diez llorando. "Mueren los 7 militares secuestrados en Irán. Mañana por las mañana los cuerpos serán transportados a América. A continuación los nombres de los fallecidos:.." Rachel se quedo de piedra al oír el nombre de Finn Hudson. No podía ser. Nadie le había dicho que él estaba secuestrado, y menos que se había ido a la guerra.

" - Rachel, entiéndeme, tengo que ir a ver a mi abuelo. Se está muriendo y mamá dice que van a repartir la herencia.

- Pero no quiero que te vayas –dijo la morena suspirando-

- Cielo, con el dinero que me den podremos pagar las primeras cosas para nuestro hijo –dijo acercándose a la chica, tocando su vientre ya un poco hinchado por el bebé-

- ¿Y yo no puedo ir contigo?

- No…Rachel, mi abuelo quiere morir rodeado de su familia…-dijo poniéndose un poco nervioso.-

- De acuerdo…

- Recuerda que te amo muchísimo –dijo abrazando a Rachel, la cual contesto con un yo también mientras le devolvía el abrazo"

Eso era lo único que se le pasaba por la cabeza a Rachel en ese mismo momento. Una y otra vez, todo el rato. Estaba enfadada porqué Finn le había mentido, sí, pero ahora mismo eso era lo que menos le importaba. El amor de su vida se había ido y no volvería a verle nunca más.

Se levanto para ir a la habitación y sacar del armario el vestido de novia. Cogió el vestido por las costuras y empezó a romperlo mientras lagrimas caían por su rostro. Quería morirse en ese mismo instante, jamás pensó que algo así iba a pasar. La habitación estaba llena de trapos blancos con costuras, Rachel se estiro en la cama observando el anillo de compromiso que Finn le había dado días antes de irse, una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro a la vez que lloraba. Llevo las manos a su vientre, ahora el pequeño bebé que crecía en sus entrañas era lo único que le quedaba de Finn Hudson, él que había comenzado como un conocido, siguió como amigo, después novio y acabo siendo su prometido y padre del hijo que esperaba.