ANGEL – HELLRAISER

(Escrito por Federico H. Bravo)

1

CIUDAD DE LOS ÁNGELES, POR LA NOCHE, EN EL INTERIOR DE UN DEPARTAMENTO SUCIO Y DESLUSTRADO DEL ALA ESTE…

Con un nudo en la garganta, Benjamín Botton se sentó dentro de aquella estrella de cinco puntas invertida dibujada con sangre de cerdo en el sucio suelo de su departamento.

Llevaba puestos solamente unos pantalones vaqueros rotos y el torso desnudo, y entre sus manos sudorosas, sostenía trémulamente una pequeña caja cuadrada, llena de raras inscripciones indescifrables para cualquiera que no estuviese familiarizado con las Ciencias Prohibidas.

Precisamente, era aquello a lo que Benjamín se dedicaba. Las Ciencias Prohibidas, el Saber Arcano…

Si uno tenia la suerte (o la desgracia, depende de cómo se mire) de visitarlo alguna vez, lo primero que vería en su "humilde" morada, seria una colección interminable de objetos relacionados con la Magia Negra y la Brujería, dos de las mas grandes pasiones de Ben.

Libros, estatuas, manuscritos, etc… Todas cosas conseguidas de maneras que su dueño dudaría en relatarle a cualquiera que se lo preguntase, si la ocasión se presentase.

Incluso, aquella pequeña caja que tantos nervios parecía causarle ahora, mientras se disponía a realizar el ritual, había sido conseguida de manera ilícita, siéndole vendida por un rarísimo hombre asiático, en una asquerosa y maloliente tienda enclavada en algún lejano país de Oriente.

"Esto es lo que usted estaba buscando, Benjamín", le dijo el asiático esa vez, con una voz entre silbante y desagradable, "Este objeto le mostrara maravillas sin igual y placeres hasta ahora desconocidos para cualquier ser viviente en nuestro mundo".

Seducido por aquellas palabras, Benjamín no lo dudo ni un instante más y adquirió la caja a un precio increíblemente bajo.

"¿Pero exactamente, como debo usarla?", pregunto al asiático.

El hombre le murmuró las instrucciones, con una pasión casi febril. Le dijo cómo debía hacerla funcionar y luego, se llamó automáticamente a silencio, como si le estuviese prohibido por alguien hablar ni una cosa más acerca de aquel objeto.

A Benjamín no le importo.

Regreso a Norteamérica con su "juguete" nuevo y no perdió tiempo en organizar toda la ceremonia que esperaba, activara la caja.

Debía reconocer que tenia una enorme curiosidad de lo que pasaría cuando todo diera inicio. ¿Qué nuevos secretos descubriría? ¿Qué oscuras y terribles revelaciones le esperaban de ahora en más?

Tragando saliva, se cruzó de piernas y colocó la caja delante suyo. Por unos momentos, se dedico a mirarla lánguidamente, repasando con sus ojos la brillante y cobriza superficie llena de inscripciones.

Luego, se decidió a empezar de una buena vez.

Volviéndola a tomar entre sus manos, comenzó lentamente a mover sus partes sueltas.

Como si fuera una especie de "Cubo Mágico", Benjamín intentó hacer que las piezas encajaran unas con otras.

Cada vez que esto ocurría, un leve "clic" se lo anunciaba.

Por unos segundos, la caja casi resbala de sus manos, tan empapadas de sudor como estaban. Su respiración era ya un poco más rápida… no faltaba mucho para que la pieza final encajara en su sitio.

Un último y sonoro cliqueo le indico que había terminado. Con algo de estupefacción, observó que un extraño fenómeno comenzaba a producirse en la habitación donde se encontraba…

Las líneas de la estrella invertida brillaban con un rojo intenso, espeso… como si la sangre estuviese viva.

Un ruido a sus espaldas le indicó que ya no estaba solo en el cuarto. Con un nudo en la garganta, se vuelve para ver quien había acudido a aquél extraño llamado…

Un extrañísimo sujeto se hallaba de pie, silencioso, en un rincón apenas iluminado por las luces de unas velas negras colocadas en un candelabro.

Con mudo terror, Benjamín observa el increíble y espantoso aspecto físico del "hombre": estaba vestido de negro, con un traje similar al de los sadomasoquistas... Llevaba la cabeza calva y al parecer, surcada de clavos o pinches que emergían de ella.

Benjamín: ¿Quién eres tú?

Pinhead: (señalándolo) Tú has usado la Configuración del Lamento… Tú nos has llamado. Ahora… vendrás con nosotros.

Aterrorizado, Ben se pone de pie y suelta la caja. Retrocede intentando escapar, pero unas cadenas con ganchos surgen de la oscuridad, clavándose con furia un su piel y tirando.

Benjamín: (gritando) ¡AAAAAAAAAAAAARGHH!

El espectáculo era espantoso. Como un títere, Ben fue arrastrado por el sucio piso, dejando a su paso un increíble reguero de sangre que salía de sus lacerantes heridas.

Tal cual si fueran entidades vivas, las cadenas lo levantan en el aire y lo cuelgan boca abajo, delante del misterioso sujeto demoníaco.

El dolor era terrible. Tanto, que le era imposible articular palabra alguna o pensar coherentemente, siquiera.

Pinhead: Tu vida nos pertenece… ahora conocerás el placer del dolor. Ahora… veras con tus ojos abrirse de par en par las Puertas del Infierno.

Lo ultimo que Ben ve antes de que las cadenas tiraran con todas sus fuerzas, arrancando su piel y sus músculos, es la brillante caja maldita, tirada a un costado del piso, refulgiendo con una luz sobrenatural…


HOTEL HYPERION, TIEMPO DESPUES…

Sentados todos en el living del viejo edificio, sus singulares y únicos ocupantes no se atrevieron a decir ni una palabra, mientras la TV encendida delante de ellos transmitía un flash noticioso en vivo y en directo desde el lugar donde se había cometido el terrible suceso anteriormente descrito…

Reportera: (micrófono en mano y mirando a la cámara)… Repetimos: hay gran consternación entre los vecinos de un departamento ubicado en el ala este de la ciudad, cerca del Boulevard Robertson, por el brutal asesinato de un hombre joven llamado Benjamín Botton, de unos treinta y cinco años de edad aproximadamente… La policía (en estos momentos, trabajando en la zona del crimen) no ha querido darnos información ni detalles de cómo ocurrió el deceso, pero estamos en condiciones de afirmar que la victima fue brutalmente atacada con lo que parecieran ser objetos punzantes y que sus músculos y piel fueron literalmente arrancados de su cuerpo, de manera salvaje…

La imagen del televisor se desvió de la reportera hacia un grupo de vecinos reunidos en la puerta de un medio destartalado edificio. Sus caras mostraban tribulación y confusión… Un cerco policial evitaba que cualquiera de ellos se acercara un centímetro a la entrada y varios oficiales iban y venían, hablando entre si.

Reportera: … Se sabe por fuentes extraoficiales, que la victima estaba de alguna manera relacionada con las Ciencias Ocultas. Varios vecinos con los que hablamos, relataron haber visto en ciertas ocasiones objetos que calificaron de "extraños" dentro del departamento. No era un misterio para todo el barrio que el Sr. Botton coleccionaba manuscritos, libros y demás cosas conectadas con la Magia Negra y el Ocultismo… De hecho, se sabe que minutos antes de morir, la victima había estado realizando alguna especie de ritual desconocido y que lo único destacable de éste, era una curiosa caja pequeña, con sus caras repletas de inscripciones raras… Aquí tenemos un bosquejo de este rarísimo objeto, hecho por uno de nuestros pocos contactos que han podido verlo…

La reportera exhibió delante de la cámara una hoja donde podía verse claramente el dibujo de la nefasta caja. Al verlo, el primero que rompió el silencio en el living del Hyperion, fue Wesley…

Wesley: ¡Santo Dios! ¡N-No puede ser!

Cordelia: ¿Qué sucede?

Wesley: ¡Yo conozco esa caja!- exclamó, señalando la TV.

Ángel: (intrigado) ¿Conocerla? ¿Cómo?

Gunn: ¿De que estas hablando viejo?

Wes tomó una larga bocanada de aire y luego, se puso de pie. Caminó hasta el televisor y lo apagó.

Wesley: (explicando) Hace algunos años, el Consejo de Vigilantes tuvo noticias de un artefacto diabólico que ocasiono ciertos sucesos extraños y varias muertes.* Como el elemento sobrenatural parecía estar fuertemente ligado con esto, el Consejo envió gente a buscar aquella misteriosa caja… Lamentablemente, llegaron tarde. El objeto había desaparecido.

* (Acontecimientos ocurridos en las dos primeras películas de la saga de "Hellraiser")

Cordelia: ¿Y nunca supieron que fue lo que le paso?

Wesley: No. Incluso, los hombres enviados por el Consejo hablaron con la única sobreviviente de todos aquellos acontecimientos, una joven llamada Kristy, pero se negó a darles muchos detalles o incluso, a decirles que fue exactamente lo que pasó con la caja. Por años, la cosa se archivó y se olvido…

Ángel: … Hasta el día de hoy…

Wesley: Así parece.

Cordelia: (preocupada) ¡Entonces, tenemos que hacer algo! Digo… por lo que cuentas, Wes, ese objeto parece ser muy peligroso. Tendríamos que recuperarlo y… destruirlo.

Ángel: Estoy de acuerdo con Cordy. Si es algo sumamente peligroso, tenemos que evitar que siga causando daño.

Wesley: Mmmmhh… Si, es cierto. Pero primero, tenemos que ver como hacer para sacárselo a la policía sin que se den cuenta. ¿Alguien tiene una idea?

Gunn: Eso déjenmelo a mi. Conozco a la "persona" indicada para ese trabajo…


MOMENTOS DESPUES, EN UN CALLEJON CERCANO A LA JEFATURA DE POLICIA DE LOS ÁNGELES…

El lugar apenas estaba iluminado.

Con algo de nerviosismo, Cordy se removió en el asiento del auto de Ángel. Todo el grupo (con excepción de Fred, que se hallaba de visita en la casa de sus padres en esos momentos) había acudido a aquel sitio, en donde Gunn les aseguro que su "amigo" lograría conseguirles la tan ansiada (y mortífera) caja maldita responsable de aquella muerte.

Cordelia: ¿No creen que se esta tardando demasiado?

Un repentino movimiento en las sombras cercanas los puso en alerta. Un sujeto moreno, vestido con un abrigo negro, apareció por un costado.

Gunn: Es él- avisó, bajándose del coche y yendo a su encuentro- Hola, Luke… ¿Todo bien?

Luke: Todo bien- contestó, mirando nervioso hacia todos lados y sacando de sus ropas una bolsa marrón- Hermano… ¡No sabes lo difícil que fue sacar esto de ahí dentro sin que se den cuenta! Por poco y casi me pescan…

El sujeto entreabrió la bolsa dejando al descubierto la conocida caja metálica. Gunn sacó entonces de sus bolsillos un fajo de billetes y se los entrego.

Gunn: Lo prometido.

Luke: (tomando el dinero) Gracias. Espero que esa cosa no te cause problemas… Los polis parecían tenerle bastante miedo.

Luke le entrego a Gunn la bolsa con la caja y se retiro de la misma manera en la que entro. Volviendo al coche, el muchacho les mostró a sus amigos el objeto en cuestión.

Wesley: (sosteniéndola entre sus manos) ¡Maravilloso! ¡Esto es…!

Cordelia: (a Gunn) ¿Quién era ese tipo?

Gunn: Un viejo amigo mío… Trabaja en el sector de la limpieza en la Jefatura. Hace tiempo que me debía algunos favores…

Ángel: Bueno, ya tenemos lo que vinimos a buscar. Volvamos al hotel…

Encendiendo el motor, el vampiro con alma dio marcha atrás y no tardo en internarse entre las calles.


EL HOTEL HYPERION OTRA VEZ, SEGUNDOS DESPUES…

La oficina de Wes era un desorden.

Casi todos sus libros yacían apilados unos sobre otros, como montañas, mientras que el ex Vigilante trataba de encontrar algo de información referida a la maligna caja.

Mientras él trabajaba de aquella manera, a unos centímetros cerca suyo, Ángel se hallaba sentado en un sillón sosteniendo al pequeño Connor entre sus brazos y dándole de tomar su biberón.

Ángel: ¿Alguna novedad?

Wesley: Poco. El idioma es bastante complicado… Además, el diseño de esta cosa sigue fascinándome- dijo, dejando de lado sus libros y volviendo a sostener la caja- Está construida de una manera increíble. Es como uno de esos "Cubos Mágicos", con piezas que pueden moverse y cambiarse de sitio… Supongo que es para lograr una especie de combinación, como la de una caja fuerte o cosa parecida.

Ángel: ¿Y que pasa cuando se logra esa "combinación"?

Wesley: Bueno… Eso es lo que tenemos que averiguar. Creo que quizás nos seria mejor la ayuda de un "profesional" en el área demoníaca… ¿Crees que Lorne este disponible para darnos una mano?

Ángel: ¿Lorne? ¿Piensas que él podría saber algo de ese objeto?

Wesley: ¿Qué mejor manera de averiguar información acerca de un artefacto demoníaco, que preguntándoselo a un demonio? Además, Fred esta ausente aquí, así que…

Ángel: (poniéndose de pie) De acuerdo. Vamos a verlo…


INTERIOR DE UN BAR PARA DEMONIOS, AL RATO…

Lorne se hallaba sentado delante de la barra, con un vaso de jugo mientras a su alrededor, la habitual clientela de demonios y de vampiros llenaba varias mesas y sillas.

Lorne: (mirando el lugar) Tienes un buen negocio, Kell… Veo que concurre mucha gente.

Un curioso demonio rojo, con dos pequeños cuernos sobre su frente se acerco a él, detrás de la barra.

Kell: Es que ahora que no tengo competencia, las cosas han mejorado en mi negocio, ejem.

Lorne: Que gracioso. Me encanta tu sentido del humor… ¿Todos los demonios Anomovic son igual de irónicos que tú?

Kell: Hago lo mejor que puedo para honrar la tradición familiar.

La charla es interrumpida con la llegada de Wesley y Ángel.

Lorne: Vaya… Pero si son mis viejos-amigos-destruye-negocios. ¿Cómo han estado? Hacia tiempo que no nos veíamos…

Wesley: Necesitamos tu ayuda.

Ángel: ¿Oíste acerca del crimen en ese departamento al este de la ciudad?

Lorne: Si… algo escuche por ahí. ¿Horrible, no? Le pone a uno la piel de gallina…

Wesley: Necesitamos que nos ayudes con eso. Nosotros estamos investigando la causa homicida.

Lorne: De acuerdo. Acá me tienen, a su disposición.

Wesley: ¿Qué sabes de esta caja?- el ex Vigilante sacó de su billetera una foto del siniestro objeto tomada minutos antes.

Lorne: ¡Por todos los dioses y diosas! ¡Es la Configuración del Lamento!

Wesley: ¿Oíste de ella?

Lorne: ¿Bromeas? ¡Todos los demonios saben de esta cosa!- exclamó, asustado- Dicen que si logras encajar bien sus partes, las Puertas del Infierno se abren de par en par, permitiendo la salida de los Cenobitas.

Ángel: ¿Ceno-qué?

Lorne: Los Cenobitas. Seres infernales encargados de llevar el placer del dolor a quien los invoca.

Ángel: Vaya… Eso suena a sadomasoquismo, je.

Lorne: Creeme, amigo, que el sadomasoquismo, al lado de lo que los Cenobitas le hacen al que los convoca, es un día de campo.

Wesley: Entonces, mi suposición es correcta… Este objeto es realmente formidable.

Lorne: ¡Monstruoso, querrás decir! ¿Ustedes tienen la caja? ¿Cómo la consiguieron?

Ángel: Es una larga historia. Lo fundamental ahora, es destruir ese objeto.

Wesley: Antes, me gustaría analizarla un poco más a fondo…

Ángel: No. Ya oíste a Lorne. Cuanto antes acabemos con esa cosa, menos correremos el riesgo de que caiga en manos equivocadas. ¿Te imaginas lo que pasaría si Wolfram & Hart se enteran de que una cosa como esta existe?

Wesley: (suspirando) Es verdad. Tenemos que destruir esa caja.

Ángel: Volvamos al hotel. ¿Vienes con nosotros, Lorne?

Lorne: ¿Por qué no? No hay nada bueno esta noche en la TV- el demonio verde sonrió y rebusco algo en sus bolsillos- Me voy, Kell. Acá te pago lo que te debo por el jugo.

Kell: Hasta pronto, amigo- lo saludó- Y ya sabes… si necesitas trabajo, mi negocio esta disponible para ti… Siempre se necesita alguien para limpiar los baños, je, je, je.

Lorne: Que simpático.


Algo cansada por el viaje en el taxi que la trajo de regreso a casa, Fred abrió la puerta de entrada al hotel de un empujón. Lo primero que vio apenas puso un pie dentro, fue a Cordy y a Groo sentados en el living sobre un sillón, viendo la televisión tiernamente abrazados.

Fred: ¡Ejem!

Cordelia: (sorprendida) ¡Oh! ¡Fred! ¡Hola! Yo… Groo y yo estábamos, ejem… viendo la tele, si.

Fred: (sonriendo) No hace falta que me expliques nada, Cordy. Esta todo bien… ¿Y los otros?

Cordelia: Salieron a buscar a Lorne. Estamos en mitad de un caso…

Fred: Vaya. Entonces llegue justo a tiempo.

Cordelia: No creo que tarden mucho. En cuanto lleguen, espero que se deshagan de esa maldita caja metálica. La verdad, es que me da escalofríos.

Groo: (a Cordy) No sientas temor, amada mía. Debemos confiar en que Ángel encontrara la solución a este problema.

Cordelia: Eso espero.

Fred: (intrigada) ¿De que caja metálica estas hablando?

Cordelia: Una especie de "Cubo Mágico". Esta allá, en la oficina de Wes… Esta relacionada con un asesinato.

Al oír aquello, la curiosidad científica de Fred pudo más. Sin perder tiempo, se dirigió hacia la oficina de su amigo y entre el desorden de su escritorio, la encontró.

Maravillada por lo que veía, la joven la sostuvo entre sus manos, analizándola con la mirada.

Tal y como Cordy le hubo dicho, aquel objeto se parecía mucho a esos cubos con caras movibles. Sin embargo, este era diferente…

De alguna manera, estaba construido a propósito, para que sus piezas quedaran encajadas de cierta forma.

Lentamente y casi sin querer, Fred se vio comenzando a moverlas. Era algo automático e involuntario, como si repentinamente sus manos fueran guiadas por alguna fuerza externa.

Además, para ella era fácil descifrar aquello. Gracias a su genial coeficiente intelectual, logró en apenas unos segundos colocar todas las piezas de manera correcta.

Un viento helado surgió de repente detrás de ella, acariciando su espalda. Al volverse para mirar, se topó cara a cara con el demoníaco sujeto llamado Pinhead, quien la miraba sonriendo malignamente.


Ángel, Wesley y Lorne llegaron al hotel un rato después. Al igual que Fred, se toparon con el tierno cuadro de Cordelia abrazada aun con Groo, mirando la televisión, pero con ciertas diferencias: la feliz pareja de novios estaba besándose apasionadamente en la boca, prestándole poca importancia a las escenas de una película en la pantalla.

Ángel: ¡Ejem!

Wesley: ¡Ejem!

Lorne: ¡Ejem!

Cordelia: (avergonzada) ¡Oh! ¡Chicos! ¿Ya volvieron? Que pronto, je… Yo… Groo y yo estábamos… Eeeehhhh- le dedico a su novio una mirada de desesperación.

Groo: Cordy y yo estábamos besándonos- dijo el muchacho, con total sinceridad.

Cordelia: Muchas gracias, Groo. ¿Entiendes esa expresión que dice: "no aclares más, que oscureces"?

Groo: No.

Cordelia: Debí imaginármelo.

Wesley: No hace falta que aclares nada, Cordy. Groo y tú son novios… Está todo bien.

Cordelia: Gracias. No sabes lo que me reconforta todo eso…- súbitamente, la muchacha enmudeció- Oh, oh, oh…

Ángel: ¿Qué sucede?

Cordelia: (llevándose una mano a la cabeza) Una visión… ¡Dios!

Un terrible grito desgarró el aire. Todo mundo se quedo helado en su sitio.

Lorne: ¿Qué fue eso?

Cordelia: ¡FRED!