Capítulo 1: Investigación y Llegada.
Un adolecente de pelo azabache y ojos verdes, estaba sentado frente a su escritorio escribiendo en su diario privado. Bueno, en realidad, tenía dos diarios. Uno era para anotaciones de pociones, hechizos, y un poco de artes oscuras. El otro, en sí, no era un diario, era como un libro de su vida. Desde que conocía la verdad de sus nombres, Albus Severus, sintió la necesidad de explicar en un cuaderno sus sentimientos sobre estas personas. Y así empezó, primero con anotaciones de su vida, o cosas de toda la familia. Tenía fotos de su nacimiento, su infancia, con todos sus primos y demás. También del día que entro a Hogwarts, con su uniforme, con sus nuevos amigos.
Tenía mucho que agradecerles a esos hombres, Albus Dumbledore, y Severus Snape. Se sentía orgulloso del nombre que llevaba.
-¿De nuevo escribiendo?-L e pregunto una voz. Al darse vuelta, se dio cuenta que era su hermana pequeña, Lily. Estaba parada frente al marco de la puerta, pero avanzo hasta donde estaba su cama, y se sentó.
-Sí, sabes que desde los once años, lo hago. –Dejando la pluma, dirigiéndose hasta donde estaba su hermana, sentándose al lado de ella.
-¿Por qué lo haces?- Le pregunto.-Sabes que ellos nunca lo leerán, o mejor dicho, sabes que él nunca lo leerá.
-No lo sé, enana.- Le contesto este. Sinceramente no lo sabía. Y tenía muy en cuenta que nunca los vería en persona, ya que estaban muertos. Pero algo en su interior le decía que tenía que hacerlo, que siguiera escribiendo.
-¿Sabes?- Mientras miraba a Lily a los ojos.- Me gustaría conocerlos, no solo a ellos, también al tío Fred, y los padres de Teddy.
-Sí, a mí también me gustaría.-Murmuro. Entonces una idea se le vino a la mente.-Oye, ¿Y si vamos al pasado?- Le pregunto seriamente.
-¿Qué?- Algo desconcertado, eran pocas veces que su hermana hablaba en serio, y cuando lo hacía, no era ninguna broma.
-Sí, escucha.-Le pidió. – Rose tiene un giratiempo, y antes de que preguntes, se lo dio la directora McGonagall. –Al ver que su hermano iba a abrir la boca.- Podremos volver a la época de nuestros padres, y verlos.
-Creo que sería peligroso. Cambiar el pasado, puede traer consecuencias.- Le dijo. Mientras que en su interior, la idea que le dio su hermana no estaba nada mal.
-Pero ¿Y si hacemos alguna poción o hechizo?- Con ojos soñadores. Albus sonrió, sabía lo que su hermana quiso decir con eso.
-Es difícil crear hechizos.- Al escuchar esto, Lily bajo la mirada decepcionada.- Pero, tal vez pueda crear una poción. Solo dame unos días, y veré que puedo hacer.- Le prometió.
-¡Sí!-Exclamo Lily.-Iremos al pasado.
-Shh.-La silencio.- Nadie debe saber, ni nuestros padres, tíos, primos, amigos, etc. ¿Escuchaste?-La pelirroja asintió.- Primero debo investigar, y ver qué puedo hacer. Mientras tanto, esto será nuestro secreto. Si logro hacer la poción o hechizo, le avisamos a todos los demás, excepto los adultos.-Ya que sabía, que si se enteraban sus padres, estaría castigado de por vida. Y tenía ganas de conocer a muchas personas.
-Vale, Al.- Luego de esto, la joven salió de la habitación, dejando a su hermano mayor con su pronta investigación.
Albus miro como Lily se marchaba. Y ahora, lo más complicado, pensaba el azabache, investigar los ingredientes de la Poción del Olvido, para mejorarla.
Pero la idea del hechizo no sonaba nada mal. Solo que el ojiverde no tenía mucha experiencia en crear, bueno, tal vez haya hecho alguno que otro encantamiento, peor nunca uno tan complicado.
El joven se dirigió hacia una pequeña biblioteca que tenía a un lado de la habitación, donde tenía casi una docena de libros de pociones, unos cinco de criaturas mágicas, tres de encantamientos, y tenía cuatro libros de artes oscuras, estos estaban escondidos para que nadie los encontrara, excepto el mismo.
No es que tuviera fascinación por las artes oscuras, solo le interesaba. Y aunque no muchos quisieran admitirlo, había hechizos que eran completamente inofensivos, ya que él los había probado.
Paso horas encerrado en su habitación, Albus estaba sentado en el piso con las piernas cruzadas, mientras leí un libro de pociones, y alrededor de él, tenía dos libros de criaturas mágicas, y uno de encantamientos.
Al pasar algunos minutos, el joven se dio por vencido no había nada que el pudiera hacer. Las pociones eran con ingredientes que no conseguiría, y los hechizos eran complejos.
Paso una semana desde que los dos hermanos planearon el plan, el cual no había podido ser. Ese día hacían una junta familiar y también de amigos. Muchas familias se encontraban en la Madriguera.
La mayoría de los primos se encontraban en el patio, algunos se sentaban en la sombra de un árbol y platicaban. Otros jugaban y hacían bromas.
-¡James! ¡James!- Llamaba un chico de cabellos pelirrojos, y ojos azules, el joven venia corriendo desde la casa, hasta un adolescente de pelo color negro rojizo, ojos marrones. Este al verlo, sonrió con un poco de arrogancia.
-¿Qué sucede, Freddy?- Le pregunte James.
-Mira lo que encontré en la habitación de Rose.- Y le mostro un aparado de color dorado, era circular y parecía un reloj.- ¿Qué crees que sea?
-No tengo idea. Mejor le preguntemos a Teddy. –Y se encaminaron hasta donde estaba Ted, con su prima Victoire. Estos al verlos, sonrieron.
-James, Fred.-Les saludo Ted.- ¿Qué hacen por aquí?- El joven de pelo azul, sabía que sus primos le pedirían algo.
-Eh, Si. ¿Qué es esto?- Y el pelirrojo les mostro el artefacto.
Los dos primos mayores, ya que todos consideraban a Ted como de la familia. Se miraron con sospecha. Victoire agarro el "Reloj" y lo miro cuidadosamente.
-Es un giratiempo, sirve para retroceder o avanzar en el tiempo.-Le contesto la rubia.
-¿De dónde lo sacaron?-Pregunto Teddy.
-Eh, lo encontramos por ahí.- Dijo, claramente mintiendo. Un grito les alerto a todos los que estaban en el jardín.
-¡James Sirius Potter! Y ¡Fred Weasley!-Grito.- ¿Que mierda hacen con mi Giratiempo?- Pregunto con una calma amenazante.
Ambos jóvenes se miraron y empezaron a correr por el jardín, mientras que una pelirroja enojada los perseguía.
-Denme eso, par de idiotas- Exclamo Rose.
Mientras eran perseguidos, James tropezó con una piedra que había en el camino, cayendo duramente, pero una luz blanca proveniente del giratiempo los envolvió a todos los que en ese momento estaba en el jardín.
Cayeron en un lugar que conocían perfectamente, estaban en Hogwarts, o específicamente en los jardines del castillo, a unos metros del Bosque Prohibido.
-¿Qué hacemos aquí?-Pregunto Lucy.
-No tengo idea.-Le contesto Roxanne.
-Sera mejor ir al despacho de la directora McGonagall.- Hablo Vic.
-Sí, espero que nos den comida.-Comento Hugo.
-Concuerdo contigo.-Le siguió Dominique. Ya que lamentablemente no había probado ningún bocado de los pastelillos de la abuela Molly.
-Ok, entonces, síganme.- Ordeno Ted.
-No eres el jefe.- Acoto James.
-Pero soy el mayor.-Sonrió el de pelo azul. Mientras que su primo bufaba.
Caminaron por los jardines, hasta llegar a la oficina de la directora, cuando estuvieron frente a la gárgola. Ninguno sabía la contraseña. Todos empezaron a pensar, pero una voz les interrumpido.
-Pastel de limón.- Y la gárgola les cedió el paso. Cuando se giraron para ver a la persona. Se pusieron pálidos, casi se desmayaban. El hombre frente a ellos era, Albus Dumbledore, que supuestamente era director. El hombre los miraba con curiosidad.
-¿Ustedes quiénes son?- Le pregunto a los jóvenes.
-Creo que sería mejor que lo hablásemos en privado, director.-Dijo con algo de duda, Ted.
-Por supuesto, señor…
-Lupin, Ted Lupin.-Dumbledore abrió los ojos como platos.
-Sera mejor que entremos, señor Lupin.-Algo desconcertado.
Entraron al despacho del director, algunos miraban con curiosidad la habitación, otros veían fascinados al director, y algunos pensaban en que lio se habían metido.
-Hmm.-Decía mientras pensaba Dumbledore.- La mayoría de ustedes me recuerdan a algunos de mis alumnos y otros que ya no estudian aquí. ¿Quién empieza?- Pregunto mirando a todos al mismo tiempo.
-Somos del futuro.-Empezó Hugo, al ver que nadie empezaba a contar.- Todos nosotros estábamos en el jardín de la Madriguera, porque ese día hacíamos una junta familiar y con amigos de la familia. Y por lo que se, James tomo el giratiempo de mi hermana.- Mirando con el ceño fruncido a su primo.- En fin, la cosa es que Rose los empezó a perseguir, James tropezó y el giratiempo cayó al suelo y una luz blanca nos trajo hasta acá. -Termino el pelirrojo. Dumbledore lo miraba muy fascinado.
Rose dio un paso adelante y pregunto.
-Señor, ¿Cómo podemos volver a nuestro tiempo?
-¿Tienen el giratiempo?-Le pregunto el director. Inmediatamente los del fututo miraron a James, ya que él había sido el único que lo sostuvo. Pero James, solo miraba para todos lados.
-James, ¿Dónde está?- Le pregunto Rose, en una forma amenazante.
-Eh, como decirlo.-Intento explicar.-Cuando aterrizamos, por un pequeño error de cálculos, caí encima del giratiempo.-Todos los de la tercera generación lo miraban con ganas de matarle.
-James, no sé qué dirá mi padrino, pero te matare.- Hablo Ted.
-Por Merlín, fue sin querer. De verdad.-Dijo al ver que nadie le creía.
-Profesor, ¿Que haremos?-Le pregunto una joven con pelo castaño rojizo.
-Eso lo solucionaremos después.-Respondió con una sonrisa.-Ahora, tengo una propuesta que hacerles, si están de acuerdo, claro.-La mayoría tenía curiosidad así que asintieron. -¿Qué les parece si se presentan a vuestros padres y los demás alumnos en el Gran Comedor? Y hasta que no encontremos la forma de volverlos a su tiempo, seguirán sus estudios.
-Nos encantaría, director. Pero, ¿Eso no afectara al fututo? Vera, en la guerra se perdieron muchas vidas.-Pregunto Roxanne.
-Pero si les borramos la memoria, no afectaría-Comento Albus Potter.
-Bien dicho.-Le felicito.- Aunque me cueste decirlo, si decidimos intervenir en el futuro, podríamos causar daño. Hay que dejar que los hechos tomen su curso.
-¿Se refiere a las vidas inocentes que se perdieron?-Pregunto Lily.
-En efecto.-Albus Dumbledore tenía demasiadas ganas de oír lo que esos jóvenes tenían que contar del futuro.
-Profesor, tendría que buscar a algunas personas que no se encuentran estudiando en Hogwarts.-Hablo Molly.
-Bien-El director les paso un pergamino y una pluma.-Escriban aquí los nombres y yo me encargare de traerlos.
Ted Lupin agarro el pedazo de pergamino y empezó a escribir. Mientras algunos le hablaban al oído, diciendo. "Pon el apellido" "Acuérdate de nuestros abuelos" "Te falto alguien" El joven de pelo azul termino la lista, y se la entregó al director.
-Bien, teniendo todo listo. Mañana a la hora del almuerzo se presentaran.- Dijo Dumbledore.
