Los personajes no me pertenecen, son obra del genialísimo Alex Hirsch, simplemente los tomo prestados para echar a volar mi imaginación.
¡Hola! Debo admitir que soy nueva en esto del Pinecest , sin embargo, viendo imágenes en internet y videos en youtube me dije "¿Por qué no?" Y bueno esto es lo que resultó,
espero que les guste.
Inspirado en las canciones:
So Cold - Ben Clocks (La que aparece en cursiva en el texto)
Breathe Me - Sia
Skinny Love - Birdy
Love me like you do - Ellie Goulding
¡Disfrútenlo!
Moral.
Apoyó la espalda en la puerta de su cuarto y apretó los labios, en tanto procuraba mantenerse oculta bajo el suéter.
— Mabel no está— murmuró al aire y ahogó un pequeño sollozo con el dorso de su mano— está en "sueterlandia"— susurró bajito y volvió a esconder la cara entre las rodillas.
Las cosas estaban mal, terriblemente mal.
Entonces, volvió a pensar en Dipper y el nudo atorado en su garganta se hizo todavía más grande. ¿En qué momento había dejado de pensar en Dipper como su hermano, como su gemelo favorito, para comenzar a verlo con ojos de chica, de una chica incestuosamente enamorada? Era una aberración y pagaría lo que fuera por arrancarse ese maldito sentimiento que se había arraigado a su corazón, pero era demasiado tarde para ella; no podía sacarse a su hermano de la cabeza.
Oyó los gruñidos en la habitación junto a ella, la respiración acelerada de Dipper, los gemidos ahogados de su novia, y su corazón volvió a romperse en miles de pequeños pedacitos. La primera vez había sido cuando su gemelo le presentó a Tania en la escuela, la segunda cuando los vio besarse frente a los columpios de la institución, la tercera cuando Dipper llevó a Tania a casa para conocer a sus padres y presentarla oficialmente como su novia; y finalmente la cuarta...
Apretó los ojos con fuerza, tratando de no imaginar nada e intentando, desesperadamente, quitarse ese monstruoso sentimiento del pecho, que amenazaba con destruirla por completo.
— Oh Dipper— sollozó bajito, tapándose la cara con las manos.
Pasó el tiempo y salió del suéter a regañadientes, llevaba allí escondida casi una hora y empezaba a faltarle el aire.
Se deslizó por la puerta, hasta quedar finalmente recostada sobre el piso de su habitación, admirando el techo tapizado en esponjosas nubes blancas de pintura. Era una niña, aún a sus diecisiete años, continuaba siendo una niña atrapada en las redes del estúpido cupido sin corazón.
¿Qué pensaría Dipper si le dijera lo que estaba sintiendo por él? ¿La odiaría? ¿Le diría a sus padres que estaba loca? ¿Demente? ¿Trastornada?
Pero dolía tanto...
Las lagrimas se deslizaron nuevamente desde sus ojos, hasta perderse por completo entre su cabello. Intentó concentrase en las motas de polvo que bailaban delante de sus ojos, mientras trataba de no pensar, de no dejar volar su creatividad e imaginar a su hermano haciéndole el amor a esa chica y no...a ella.
Suspiró ronco y se deslizó por el suelo hasta alcanzar la radio, dio play y volvió a recostarse en el piso.
"Oh... you can't hear me cry, see my dreams all die..."
Aún con la música de fondo, podía oír los quejidos de Tania y la respiración irregular de Dipper, cada vez más rápido, y ella... ella no podía dejar de llorar.
"... from where you're standing on your own..."
Sollozó nuevamente, mientras la música de fondo seguía sonando; sin embargo, los gemidos de Tania eran cada vez más fuertes y sus sollozos cada vez más apagados.
"... this house no longer feels like home..."
Oyó a la chica gritar extasiada el nombre de su hermano, y a Dipper gruñir bajo, y pudo imaginárselo escondiendo el rostro en el cabello de Tania; ambos bañados en sudor, exhaustos. Finalmente vino el silencio, en tanto la música no dejaba de sonar.
"...you caused my heart to bleed and you still owe me a reason,
'Cause i can't figure out why..."
Inspiró hondo y contuvo el aliento para soltarlo unos segundos después, en un ademán dolido. Se sentía destruida.
Sabía que aquella noche había sido la primera vez de Dipper, y en algún recóndito y enfermizo lugar de su cabeza, había albergado la esperanza de que ella podría ser... podría haber sido... la primera chica para él. Movió la cabeza con brusquedad, intentando apartar esos pensamientos de su cabeza que ya, a esas alturas, no valían la pena.
Sentía que se desangraba poco a poco, y aunque fuera de forma metafórica, su cuerpo se iba quedando gradualmente sin energía.
No apagó la radio, ni tuvo el valor de ponerse en pie para colocarse el pijama y recostarse en su cama. Esperaba que Dipper, tras despedir a Tania en la puerta de entrada,se fuera directo a su habitación, entonces daba igual que se quedara allí, tirada en el piso viendo el mundo romperse a su alrededor.
Escuchó la puerta principal, un sonoro y meloso beso, y luego nuevamente el silencio, salvo por la radio que seguía sonando, reproduciendo la misma canción como un tocadiscos en mal estado.
Percibió los pesados pasos de Dipper subiendo las escaleras y avanzar por el pasillo de sus habitaciones. Contuvo la respiración.
Lo sintió abrir la puerta de su cuarto y suspiró aliviada. Entonces cerró los ojos, intentando olvidarse de todo, deseando poder arrancarse el corazón de un tirón y dejar de sentir esa angustia que le impedía incluso respirar.
— ¿Mabel?— dos golpes en la puerta y se le congeló la sangre. — ¿Estás bien, puedo entrar?— parecía preocupado y ella era un desastre tendido sobre el frío piso flotante.
— Mabel no está— murmuró, con la voz adherida a la garganta— está en "sueterlandia"— volvió a pronunciar con tono apagado y su voz se quebró.
— ¿Qué pasa Mabel?— insistió Dipper, y Mabel sintió que ya no podía disimular más.
— ¡Vete Dipper! ¡Déjame sola!— sollozó sin poder contenerse y aguardó unos segundos en los que, nuevamente, sólo se oía la misma melodía.
Giró el picaporte y entró.
Abrió los ojos con espanto en cuanto vio a su gemela, tendida en el piso y con el rostro bañado en lágrimas.
— ¡Mabel!— exclamó preocupado, mientras Mabel, echa un ovillo, se giró para darle la espalda.
— Te dije que me dejaras sola— sollozó lastimosamente, se sorbió la nariz con la manga de la camiseta que llevaba encima y cerró los ojos, esperando desaparecer y que Dipper también lo hiciera.
Caminó hacia ella y se acuclilló a su lado, estudiándola detenidamente. ¿Quién se había atrevido a hacerle daño a su pequeña Mabel? Estaba decido a cometer un homicidio.
Luego las palabras de Mabel le hicieron sudar frío.
"¿La amas Dipper? ¿Amas a Tania?"
La chica seguía sin mirarlo, y él sintió el peso de la culpa caer sin delicadeza sobre sus hombros.
— ¿Nos has oído?— cuestionó en un murmullo bajo, arrepentido y avergonzado.
Mabel no dijo nada y siguió absorta en la pared, donde un sinfín de calcomanías de caritas sonrientes le devolvían la mirada. Suspiró dolorosamente.
Dipper apagó la radio y el silencio absoluto se ciñó sobre ellos. Se sentó junto a Mabel y acarició su espalda repetidas veces.
— Se supone que debería amarla, ¿no?— susurró él, en un hilo de voz y Mabel asintió, incorporándose lentamente.
Se miraron una fracción de segundos.
Ambos habían crecido, Dipper era prácticamente un adulto, con una pequeña barba insípida, el cabello más largo y, por supuesto, había crecido bastante más que ella.
Lo miró hacia arriba y suspiró, todavía con los ojos llorosos.
Se acercó lentamente, con cautela, temblando de miedo. Sostuvo la camisa de Dipper por las solapas y sin rodeos lo besó.
Él abrió los ojos, sorprendido y sobre todo asustado, en tanto Mabel se aferraba a su cuello sin dejar de besarlo.
No opuso resistencia y simplemente se dejó llevar, sintiendo, por primera vez, el sabor de los labios de su gemela; caramelos de mora.
Sintió la casi imperceptible barba de Dipper hacerle cosquillas en la barbilla y se separó rápidamente de él, como si su tacto le provocara yagas en los labios.
La mano de Dipper se había enredado en su cabello, mientras continuaba acariciando su espalda, y Mabel podía apostar a que sus mejillas estaban tan enrojecidas como las de su hermano.
Dipper abrió los ojos lentamente, se la quedó viendo fijo, de una forma tan profunda que, pasados unos segundos, se vio obligada a apartar su mirada.
— ¿La amas, Dipper?— repitió en un murmullo bajo y Dipper, con la cabeza gacha, negó lentamente.
— No — sentenció y unió sus labios a los de ella nuevamente, esta vez más brusco, un beso frustrado, demandante, desesperado...
Le jaló el cabello suavemente y Mabel suspiró ronco.
— Entonces... por qué estás con ella...— preguntó, jadeando.
Dipper se quedó de piedra, con el estómago revuelto y unas ganas horribles de vomitar.
— Porque tengo miedo — susurró bajito, en un murmullo apenas audible. Mabel alzó una ceja, confundida, y fue el turno de Dipper de apartar la mirada—Miedo de... de lo que siento por ti.
Las mejillas de Dipper enrojecieron y fue el turno para Mabel de abrir los ojos con asombro. Sintió a su corazón detenerse por un segundo, para luego latir mucho más deprisa, ¿Qué era lo que Dipper acababa de decir? ¿Que él también albergaba ese monstruoso sentimiento dentro de él? Aguardó, conteniendo el aliento, pero Dipper no tenía nada más que añadir, estaba confundido y aterrado... Había revelado su secreto más profundo y se sentía vulnerable.
Los días pasaron y todo era diferente. Las miradas cómplices en el desayuno eran habituales, al igual que los roces accidentales en la cocina, pasillos y demás, y hasta las constantes "pesadillas" que llevaban a Mabel a terminar durmiendo abrazada a Dipper en su cama, prácticamente todas las noches.
El mayor miedo de Mabel era que sus padres sospecharan o descubrieran algo, y el de Dipper era pensar, pensar lo suficiente como para comprender que todos sus sentimientos eran una aberración. El amor que sentía por Mabel ponía en jaque todo lo que él conocía como "moral".
Aquella noche era distinta a muchas otras en muchos aspectos, mamá y papá habían salido de fiesta y ellos estaban solos en casa, por primera vez desde que hubieran confesados sus sentimientos; sin embargo, era escalofriantemente parecida a aquella noche en la que Dipper llamó a Tania "novia" por última vez.
Giró la manilla de la habitación de Dipper con cierto nerviosismo, lentamente. Inspiró profundo y abrió la puerta por completo.
Dipper estaba desparramado sobre su cama, cubriéndose los ojos con los antebrazos, y los pies cruzados de una forma que a Mabel le pareció incómoda. Sonrió internamente.
— Hola Dippingsauce— saludó desde el umbral de la puerta, con su almohada firmemente aferrada bajo el brazo.
Dipper alzó la vista y esbozó una sonrisa al verla con su camisa de dormir con el dibujo de un arco iris en el centro. Mabel era Mabel, y jamás dejaría de ser su sonriente, inocente y alocada Mabel. Estiró los brazos hacia ella, y Mabel con una breve risita avanzó hasta él.
Dipper descorrió las cobijas y Mabel se aovilló a su lado, lo abrazó y escondió la cabeza en su pecho.
Sintió los labios de Dipper besar con suavidad su coronilla, y la mano, que permanecía suspendida sobre su largo cabello castaño, tomó otro rumbo, descendiendo peligrosamente.
La chica tragó en seco y apretó los ojos, tensándose por completo, y Dipper ahogó una risita besando nuevamente la coronilla de su cabello.
— ¿Qué pasa Mabs?— susurró sobre su oído y Mabel se estremeció. Tragó en seco y apretó todavía más los ojos.
La mano de Dipper siguió descendiendo, trazando un camino desde su cuello, sus pechos, su estómago hasta aquella, todavía, inmaculada parte de su anatomía. Apretó las piernas por reflejo y sus labios entonaron un apenas audible gemido.
Dipper sonrió, encantado de lo que era capaz de provocar en su gemela.
La estrechó contra sí, y nuevamente hundió sus manos en su cuerpo, bajo la tela de su ropa interior.
Mabel suspiró entrecortado, tratando de retener los gemidos que se agolpaban en su garganta.
— E-espera... Dipper no— se apartó un poco de su lado y lo miró avergonzada, con las mejillas encendidas.
Dipper se quedó viéndola fijo, estudiando sus facciones y Mabel se mordió el labio con remordimiento.
— ¿Estás bien?— preguntó el castaño y retiró su mano de golpe, ¿Estaba haciendo las cosas mal? Tal vez estaba yendo demasiado rápido.
Mabel apartó la mirada y se concentró en los brazos de Dipper.
Se sentó a horcajadas sobre ella y se acercó a su rostro.
Mabel devolvió la mirada a los ojos de Dipper y suspiró sonoramente.
— No puedo dejar de pensar en Tania— murmuró con frustración.— Sé que no debería darle vueltas pero... ya ves...— prosiguió ante el mutismo de Dipper.
— Mabel— la cortó y ella guardó silencio de inmediato, sin dejar de ver esos alucinantes ojos café tan parecidos a los suyos.— ¿Qué pasa con ella?
Aguardó, esperando una respuesta, pero Mabel no respondió; sin embargo, sus mejillas adoptaron una tonalidad todavía más rojiza.
— Mabel...— insistió y ella botó todo el aire de golpe.
— ¡Está bien!— exclamó con molestia— de alguna forma yo...— dudó y Dipper la instó a seguir. Entrecerró los ojos y volvió a suspirar— yo quería que tu primera vez fuera... conmigo— farfulló la última palabra y se giró para esconder la cabeza en la almohada de Dipper.
Quitó con cuidado un par de largos mechones de cabello castaño que adornaban la espalda de Mabel y luego, apoyando su pecho en la espalda de ella, se acercó a su oído. Apartó otro par de mechones de su oreja y notó como la piel de Mabel se erizaba bajo su tacto, aún sobre la tela del pijama.
— Con ella sólo tuve sexo, Mabel— murmuró bajito y la chica giró un poco el cuello para verlo de reojo.
Susurró una última frase sobre el oído de Mabel, y una sonrisa, cálida y traviesa al mismo tiempo, se extendió a lo largo de sus labios.
El corazón de Mabel se detuvo un instante, para luego latir frenético sobre su pecho. Todos sus sentidos se agudizaron,y su cuerpo completo se puso alerta, expectante a lo que seguía.
Y supo que estaban haciendo lo correcto, aún cuando el mundo con sus éticas y morales les restregaran en la cara que lo que hacían estaba mal, que lo que sentían el uno por el otro era algo enfermizo; no importaba nada más que ellos dos en ese momento, y que Dipper le demostraría de una nueva forma todo el amor que sentía por ella, porque esa noche, Dipper le haría el amor.
¿Y bien? ¿Qué les pareció? Bueno xd yo me entretuve bastante escribiéndolo.
Espero los review's con sus comentarios!
Si les gusta, tal vez me animo a escribir una versión con los pensamientos de Dipper :D
Saludos! *:
ElliNovFoster
