Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Hayime Isayama.
¡Hola! Pues estoy emocionada de participar por primera vez en la Semana Rivamika. La temática es sencilla, y estaré publicando Drabbles al respecto.
Formo parte del Grupo de Facebook: "Levi x Mikasa Forever!" y seguidora de la páginaA la mierda todo el Rivamika manda. Les dedicó a ustedes cada uno de estos escritos y espero que disfruten de ellos tanto como yo los escribí :D
Rivamika Week 2017
Día I Gimnasio
No había nada que Mikasa amará más que entrenar en el gimnasio luego de un arduo y estresante día de trabajo, era la única forma que encontró para relajar su mente de pensamientos que carcomían su cabeza desde que despertaba por la mañana y que muchas veces no la dejaban pegar un ojo en toda la noche. Aquel día fue como cualquier otro, una vez que termino los últimos informes que su jefe le había pedido para esa tarde Mikasa corrió al Gimnasio que quedaba a unas cuantas calles de su trabajo para conseguir realizar la rutina que su cuerpo deseaba hacer desde hace varias horas.
Se cambió de su ropa formal a una más cómoda y deportiva, y se unió al resto de las personas que ya llevaban más tiempo que ella entrenando ese día. Reconoció varios rostros familiares mientras se hacía camino a las maquinas, el cual era su modo de calentar antes de pasar a cualquier otro ejercicio más fuerte.
— ¡Hola Mikasa! —escuchó una voz que la saludaba en cuanto la reconoció en la entrada. Reiner era un tipo rubio y musculoso él cual había sido una de las primeras personas que había conocido al unirse, juntos habían hechos un par de rutinas de Kickboxing junto a otro de sus amigos. Se acercó a él para saludarlo mientras lo veía levantar las pesas de veinticinco kilos.
—Hey—correspondió su saludo antes de dejar su bolsa de ejercicio en un lugar cercano para comenzar a estirar algunos de sus músculos—. ¿Dónde están Annie y Bertholdt?
—Annie está en su clase de artes marciales—explicó concentrado en el peso que levantaba con su brazo derecho—. Bertholdt aún sigue en clases. Mikasa asintió en respuesta y continuó haciendo sus estiramientos en silencio, intercambiando palabras ocasionales con Reiner.
Annie era la novia de su hermano Eren desde hace algunos años, y aunque al principio habían comenzado con el pie izquierdo, Mikasa tuvo que admitir que su relación había comenzado a cambiar una vez que se dio cuenta de que ambas tenían gustos en común. Ahora podría decirse que ya no se llevaban tan mal y eran capaces de tener una conversación fluida sin ningún tipo de problemas, incluso ambas habían entrenado juntas en varias ocasiones, y por supuesto Eren estaba encantado con que dos mujeres que él amaba se llevaran bien.
Su concentración en sus estiramientos se vio interrumpida con los contantes chillidos de un grupo de chicas al final del salón, Mikasa no tenía que darse la vuelta para saber qué era lo que provocaba esa acción en las chicas del gimnasio. Levi Ackerman era un sujeto al que lamentaba haber conocido desde el primer día, no era suficiente con tener varias clases en la Universidad juntos, que Eren y varios de sus amigos tuviesen cierta admiración por él, o que de hecho compartieran el mismo apellido; si no que también iban al mismo gimnasio y en los mismos horarios que ella tenía.
Usualmente Mikasa ignoraba a esa clase de personas, pero desde que le había dado una paliza a su hermano adoptivo hace algún tiempo, su despreció por él comenzó a aumentar a medida de que notó que se lo encontraba hasta en la sopa. Mikasa pocas veces perdía los estribos, y Levi de hecho era la única persona que lograba sacarla de sus casillas, pero sin duda lo peor era el hecho de que a él le parecía tan divertido molestarla.
Justo allí podía verlo sonreír arrogantemente en su dirección al ver que los gritos de su admiradores parecían hacerle sangran los oídos, pero Mikasa no quería darle el gusto así que decidió sacar su reproductor de música para ignorar así el ruido.
— ¿Celosa? —entendió Mikasa que dijo Levi luego de leer sus labios.
—Ya quisieras—le contestó de igual manera y apartó la vista de él para volver a su ejercicio.
Durante dos horas seguidas Mikasa pasó de calentamiento en las maquinas a sus estiramientos de Yoga para relajar su cuerpo, Reiner se había ido en algún momento de la tarde y cada vez habían menos personas en el establecimiento, pero estaba tan concentrada que ni siquiera se dio cuenta cuando Reiner se despidió de ella o cuando el cielo comenzó a oscurecerse.
Cuando decidió que era suficiente por ese día tomó su bolso y saco una toalla para quitarse el sudor, necesitaba tomar algo frio pronto para aliviar su garganta seca y el calor que sentía luego del ejercicio. Empezó a recoger sus cosas cuando noto una botella de agua y bebida energizante junto a una nota pegada en el botellón.
Recogió la botella para mirar la nota con el ceño fruncido y un ligero toque de curiosidad por saber que decía.
"Cuando te enojas se te forma una pequeña arruga en la frente, deberías relajarte. Tal vez una sesión de entrenamiento juntos te vendría bien—Levi A." —Mikasa leyó para luego ver un número de teléfono anotado al final del trozo de papel. No estaba segura de cómo reaccionar a esa nota.
Marcó el número en el camino de vuelta a casa, no tardo demasiado en responder luego de tres veces de repicar.
—Ackerman.
— Sabías que lo haría—sonrió—. ¿Esperando mi llamada antes de ir a la cama?
Mikasa pudo oír un resoplido de burla.
—Aun así no dudaste en marcar mi número una vez que leíste la nota. Mikasa no pudo evitar morderse el labio inferior.
—Simplemente curiosidad—se encogió de hombros—. Así que ¿una sesión de entrenamiento? Realmente no quisiera un montón de chicas gritando y chillando mientras entreno; apreció mis oídos así que no gracias.
Levi rio con voz ronca y sintió un ligero escalofrío al escucharlo reír.
—Que te dije de los celos Ackerman.
—Ya quisieras—rodó los ojos con ironía—. ¿Por qué la invitación de todos modos? Apuesto a que tu club de fans se moriría por entrenar contigo.
— ¿Acaso eres estúpida?
— ¿Disculpa?
—Te invite porque me gustas mocosa—Mikasa se detuvo en su andar para respirar aire. Seguramente solo era una broma y estaba completamente segura de que Levi se estaba aguantando la risa del otro lado del teléfono—. Y no acepto un no como respuesta, así que te veo mañana.
Mikasa ni siquiera tuvo tiempo de contradecirlo cuando la llamada finalizo, pero no estaba segura de que era lo que le impresionaba más; el hecho de que le gustaba al enano gruñón, o de que no le molestara en absoluto.
