Mi primer fanfic! :O yo tambien estoy sorprendida en realidad amo esta pareja de lo contrario no creo q hubiera escrito esto jajaja esta idea se me vino a la mente no se como. creo q leer tantos fanfics aca de estos dos me hizo querer escribir uno yo tambien asi q agradezco a tods los escritores ;)
Espero q les guste y q dejen comentarios jeje aqui va
Bleach no me pertenece ni ninguno de sus personajes (saber eso me mata por dentro) pero los adoro asi q los uso para esto jaja
Era sábado de noche y la mayoría de jóvenes estarían haciendo algo productivo, como salir a pasear o festejar algo sin motivo aparente, pero para un joven de pelo anaranjado era diferente. No porque no haya tenido planes o no haya sido invitado, su trabajo (adquirido no tanto a su voluntad) como shinigami substituto tampoco era exactamente la razon. Aunque tenia bastante que ver.
"Rukia! hey Rukia! estas bien?" grito mientras golpeaba la puerta del armario donde se "hospedaba" dicha shinigami.
"Si...vete"
Ichigo suspiró irritado.
La razón por la que no había salido era porque esa enana estaba enferma aunque no lo admitiera. La noche anterior habia llovido bastante y ella, cumpliendo sus deberes de shinigami habia estado fuera. Sin saco. Sin paraguas. Obviamente estaba resfriada. Ichigo no lo admitiria pero estaba preocupado por ella, aunque se habia encerrado en su armario desde el día anterior y se negaba a salir. En serio qué tan mal podía estar?
"Rukiaaa! abre maldicion!"
...
"Rukia?"
...
"RUKIA!" ya harto el pelinaranja abrio el clóset solo para encontrar a la pequeña shinigami con el rostro completamente rojo, temblando y al parecer medio inconciente.
Dejo que su fiebre avanzara tanto? pensó. Maldicion mi padre no sabe que ella esta aquí no puedo bajarla!. Miro el rostro sudoroso de la joven y decidió acercarse. Debia sacarla de alli. al acercarse a ella sin embargo Rukia despertó y miro a los ojos preocupados del muchacho.
"I-Ichigo... lo... lo lamento" Y eso fue todo para que Ichigo la tomara en brazos y la llevara al baño. Necesita una ducha debo bajar esta maldita fiebre.
Dejó a Rukia suavemente en el piso del baño mientras abria la ducha y esperaba que comenzara a caer agua tibia. Regresó a ver a la pelinegra. No pensaba en nada que no fuera curarla en ese momento, pero al darse cuenta de que ella no podría mantenerse en pie por sí sola se saco los zapatos y la camisa que llevaba puesto. Ignorando los ojos, ahora mas abiertos de ella, la acuno entre sus brazos y se metieron a la ducha juntos. Rukia temblo al sentir el agua en su piel haciendo que Ichigo la abrazara más fuerte.
"Ya va a pasar Rukia tranquilizate" Sabía que era pequeña y fina pero al tenerla entre sus brazos temió que si la sostenía demasiado fuerte podría acerle daño. Pero... a su vez tenerla entre sus brazos lo hacia sentir... bien. Como que podía protegerla mejor. Y el contacto de su piel con la suya daba una cálida y acogedora sensación.
"I- Ichigo" La pelinegra nunca habia tenido una fiebre tan fuerte en su vida. Ademas no era muy común enfermarse en Soul Society gracias al cuarto escuadrón. Recordaba los ojos de Ichigo cuando la vio en el armario y se quiso patear a si misma. No le gustaba que el joven se preocupara por ella más de lo necesario. Pero ahorita se estaba aferrando a el por los escalofríos que sentía en todo su cuerpo. Simplemente no podía hacerlos parar y estar entre los fuertes brazos de Ichigo la reconfortaba. Sabía que él no dejaría que nada le pasara.
Una vez que ella dejó de temblar salieron, Ichigo aun con ella en brazos, para ponerle una ropa mas abrigada. El shinigami sustituto la situó en su cama con cuidado y le sacó su vestido, ahora empapado rápidamente.
Error.
Con el agua el brazier, blanco, de la pequeña mujer estaba completamente transparente. Ichigo se puso más rojo que un tomate. Tragó saliva fuertemente. Claro que la shinigami le atraía pero nunca había pensado de esa manera en ella, y ahora la tenia mojada, en su cama, en ropa interior, y podía ver claramente el contorno de sus... Sacudió su cabeza fuertemente intentando no clavar su mirada en cierta parte de su compañera, con bastante esfuerzo de su parte.
Maldición! Está enferma! No puedes dejar que tus hormonas saquen lo mejor de ti Kurosaki! Lo primordial es que se mejore!
Una vez controladas sus hormonas, bueno decidió no mirar sino solo al cabello de la shinigami, abrió las cobijas y le indicó con la cabeza que entrara. No quería dejarla asi (tampoco podía) hasta que buscara algo de ropa abrigada para ella. Sin embargo cuando se levanto sintió una mano en su muñeca.
"No me dejes" la fiebre dejó tan exahusta a Rukia que sentía miedo. No le importaba la ausencia de su ropa o la cara sumamente sonrojada de Ichigo tan solo sentía que no quería estar sola. Sabía que estaba comlpetamente fuera de personaje mostrándose así de debil y asustada pero no le importaba. Un frío comenzó a subir por su cuerpo y comenzó de nuevo a temblar.
El pelinaranja no sabía que hacer, tal vez si era mejor llamar a su padre o a Urahara. Rukia se veía muy muy mal y... lo que lo espantaba era lo asustada que parecía. Miró con su ceño fruncido al cielo pensando que hacer. No podía dejarla así. Además había escuchado en algún momento de su vida, probablemente del pervertido de su padre, que el calor que emiten dos cuerpos juntos es mayor que cualquier cosa. De nuevo la sangre subió a su rostro. Qué demonios le pasaba?. No, no no... debía bajar donde su padre y pedirle ayuda. Regresó a ver a Rukia y cometió otro error.
La miró a los ojos.
Esos ojos siempre parecian traspasarle el alma a Ichigo. Le daban fuerza, le reprochaban o simplemente hablaban. Si, era como si hablaran por sus miradas. Y lo que ahorita veía en Rukia era dolor y miedo. Y no pudo soportarlo más.
De un movimiento estaba recostado bajo las sábanas encima de la pequeña shinigami. Su cuerpo cubria todo el cuerpo de la mujer y sentía lo frío que estaba. Hasta la punta de sus pies estaban helados. El shinigami sustituto cerró los ojos y paso sus brazos debajo de ella, abrazándola por su pequeña cintura y ganándose un escalofrío ya que Rukia posó sus heladas manos en su pecho para calentarlas. Ambos respiraban con dificultad por el cambio de temperaturas de sus cuerpos que ahora estaban juntos sin casi nada de ropa cabe recalcar.
El muchacho trataba con todo su ser de no pensar.
Rukia estaba en ropa interior y él solo en un pantalón. Las manos de ella, que ya se estaban comenzando a calentar, se movían por su pecho buscando más calor. Esas delicadas y pequeñas manos provocaban sin querer que su respiración sea agitada y un extraño calor recorriera su cuerpo sin contar que sus hormonas comenzaban a querer salir a flote. Las piernas de la chica también se estaban moviendo causando fricción en la ya torturada parte de su pantalón que sabía iba a comenzar a ajustarle si continuaba así.
Juntó su cabeza a la de ella sonrojado y gruñó fuertemente en su oído.
"Ru- Rukia!.. Por el amor de Dios quédate quieta! No pongas esto más... difícil para mí" Pensó que decir "duro" no sería muy apropiado. Cierto, muy cierto en su caso pero no apropiado.
Ahora eran ambos los que estaban completamente sonrojados, y no exactamente por la fiebre. La pequeña shinigami, entendiendo a la perfección decidió no mover ni un músculo desde ese momento. Sin embargo poco a poco fué ganándole el sueño. Estaba cómoda. Se sentía segura aunque estaba medio desnuda bajo el cuepro de un adolescente que se negaba a abrir sus ojos y se movía tan poco que parecía que estuviera en coma, se sentía más segura que nunca. Confiaba en él. No era algo muy sensato de su parte pero así se sentía. Era Ichigo des pués de todo. Suspiró y lo abrazó pasando sus delicados brazos por su caliente y musculosa espalda atrayéndola más hacia ella buscando su calor.
"Gracias... idiota" se dejó llevar por el sueño ya que estar enferma la había dejado agotada.
Ichigo se sentía morir. Al parecer Rukia ya se había dormido pero él no podía moverse ya que lo tenía abrazado. También se sentía comodo en esa posición y no podía negarlo. Caliente y con sus hormonas a mil por hora, pero sabía que se podía controlar... siempre y cuando ella no se moviera.
Esa muchacha lo hacía más fuerte siempre que se sentía abajo, estaba con él cuando lo necesitaba, y ahora el la estaba cuidando. Abrió los ojos y posó su cara en el cabello de la shinigami aspirando su aroma sabiendo que con una Rukia despierta no sería posible hacerlo. Tenía un buen aroma. Femenino, dulce y fuerte. Era simplemente Rukia. Sus brazos actuaron por voluntad propia abrazando más la cintura de la muchacha. Era tan fina, y olía tan bien. Se preguntó si sabría igual.
Sonrió ante sus pensamientos. Aún sabiendo que podía controlarse por ell,a Rukia simplemente se habia expuesto demasiado fácil. Si él quisiera podría hacerle ver lo peligroso que era que una muchacha durmiera así con un chico tan fuerte como él.
Sonrió ampliamente.
"Rukia...tonta..."
Decidió bajar un poco y arrimó su cara en el hombro de la muchacha para poder dormir un poco. Nunca la lastimaría, de eso estaba seguro. De cómo despertarían, de que tán incómodo sería su situación al día siguiente no estaba seguro pero por el momento el aroma de su shinigami favorita y el calor que emitían sus cuerpos era lo único que le importaba.
Bendita gripe penso antes de caer dormido. No se soltarón en toda la noche incluso con el calor que comenzaron a sentir de mañana. Pero no les importó, en lo absoluto.
Bueno alli esta :D espero de todo corazón que les haya gustado, tengo en mente una continuación cuando despiertan jejeje pero dependerá de si comentan o no q lo publique... también pensaba traducirlo al ingles.. pero por el momento no tengo tiempo...
a todos los amantes de Bleach les mando un abrazo en especial a los que adoramos el ichiruki ;) jejeje
