Disclaimer:

Los personajes de YYH no me pertenecen, pertenecen a Yoshishiro Togashi.

Notas:

Este fick fue uno de los que más amé. La verdad, no esperaba colgarlo en la red antes de terminar de publicar Treinta días pero sentía de hace muchos meses aquella espinita en mi cabeza diciendo que la publique…y terminé decidiéndome cuando mi beta hermosa me dijo un día "Por qué no publicarla, si ya está escrita".

Nejito….este fick lo he escrito gracias a ti, que siempre me has apoyado, me has arreglado mis historias y no has tenido jamás problemas para decirme cuando un fick no te gusta, cuando lo encuentras aburrido o tedioso.

Nunca has tenido pelos en la lengua para decir lo que crees (risas)

Por eso te dedico este fick, porque sin esos comentarios que más de una vez me hicieron desfallecer de risa no lo habría terminado.

Besitos.

Y desde ya, les doy las gracias a todas las personas que están leyendo mi historia.


.

Sonata en mi menor

.

Prólogo

.

La música es el movimiento de mi alma…

-Platón-

.

Si miras muy de cerca cruzando la antigua Viena, girando el rostro hacia el fondo de una avenida y deteniéndote en una acera en particular de la calle Giovanni verías una tienda abandonada de artículos antiguos, relicarios y libros con olor a moho.

Detente tras aquella tienda, pero no abras ni toques la puerta, no quiero que ingreses todavía a ella. Ahora respira el aire de la noche, estás en mí Viena. Aquella Viena que no tenía más razón de ser que la existencia de mortales que la admiraban durante el día, y recibir velas color blanco durante la noche para que se vislumbrasen más brillantes las estrellas que la adornaban.

Aquella Viena de la que yo te hablo contaba con tiendas con un único objetivo: ser admiradas por la gente que caminaba del otro lado de la acera y ser objeto de deseo de miles de personas que la amaban. Olvídate de respirar, abre los ojos, seguro sientes el roce del vidrio del local en tu rostro.

¿Ves que hay del otro lado de la tienda?

Entrecierra la mirada, seguro notaste un viejo piano que yace abandonado al fondo de la tienda, seguro has colocado una mano sobre el cristal para hacerte sombra, ¿ves el piano?

-Yo puedo verlo-

Las ventanas yacen ahora con una capa de polvo, y la Viena que conocí no es más que el reflejo de una década olvidada por las personas.

Sigue mirando ese viejo piano color ocre con rebordes dorados y rojizos en la tapa. Seguro con una tela verde brillante bordada con algún nombre para proteger las teclas del mismo.

Color ocre, grábalo en tu mente, desdibújalo, de todas formas seguirá siendo mi color favorito para algún instrumento musical. Sigue mirándolo y notarás que las teclas sobre éste están tan gastadas y usadas que sabrías que data de la época del romanticismo.

Puedo dar fe que si hubieses vivido por allí en el siglo XVIII, te habrías enamorado del cielo que yo miraba. Ese cielo no tenía más color que el mar, ni más brillo que las blancas nubes que le hacían compañía. Seguro habrías asistido a un concierto de Antonio Salieri o en caso de gustarte otro instrumento musical habrías presenciado un concierto de cámara o bailado quizás, remotamente, ballet.

¿Sabes qué se siente?, ¿estar rodeado de miles de personas admirando lo mismo que tu amas?

-Yo sí-

Añoro esos días, esos en que las luces de colores yacían sobre mi rostro y escuchaba el sonido que brotaba de ese instrumento cuando le tocaba.

-Ese piano era mío-

¿Ves mi reflejo tras el vidrio de la tienda?

-No creo que puedas verme-

Cierra los ojos, seguro escuchas el sonido de las notas de ese piano al ser tocado por mis manos, seguro percibes la respiración que brotaba por mi boca cuando lograba llegar a un acorde, cuando estaba sentado sobre el taburete.

La música expresa más de lo crees, quizás más que un cuadro en una tela o una obra de teatro bien representada.

Sólo concentrarte en el piano, nunca podré tocarle de nuevo, pero no pierdo la esperanza de verlo otra vez sobre una cámara de orquesta, sonando, siendo tocado por las manos pulcras de alguien que quiera revivir sus mejores días.

Sólo necesitas saber tres cosas sobre mí y podrás seguir con el hilo de mi historia.

La primera: me llamo Hiei Jaganshi.

La segunda: dentro de la funda del piano se encuentra una sonata que jamás terminé.

Y la última: llevo muerto casi cien años.

Continuará-


Próximo capítulo: Capítulo I


Bueno, ya lo he colgado. Estoy expectante, nerviosa y muy emocionada por saber que les pareció. Sé que este fick no es como los que se suelen leer en este fandom pues no está marcado por los típicos cánones de romance, ni mucho menos por sus marcados lemons.

Siendo sincera, carece de ellos, porque sentía que ensuciaba la esencia de su trama.

Pido disculpas si algo queda sin entender, si se siente demasiado descriptivo o si hubo algo que no te haya gustado.

Querido lector, es difícil narrar algo sobre música sin abarcar un poco de su historia y de su ambientación. Si no, cualquier historia de ella no tendría sentido y podría haber escrito esta sin dedicarme a escuchar nada de música clásica ni de haber colocado la ambientación de su época. Pero si hubiese hecho eso, no habría sido un fick mío, ni me habría gustado tanto.

Muchas gracias a todos aquellos que leyeron este prólogo, y si llegaste al final te las doy otra vez.

Gracias.

Con amor, para todos aquellos que me han leído durante tantos años, con amor para quienes me han comentado, apoyado y hasta regañado por mi dejases al momento de terminar un capítulo.

Y con amor para nejito.


.

Encontré a un hombre en que puedo confiar…

Y cariño, creo en nosotros, pero le tengo miedo al amor por primera vez…

¿Puedes ver que estoy encadenada?...

Finalmente encontré mi camino: estoy destinada a estar contigo…

Estoy destinada a estar contigo…

-Bound to you-

Christina Aguilera