Y ahí estoy yo caminando bajo el rayo del sol. Era sábado y moría de aburrimiento en casa, "tal ves si sales" me dije "encuentres algo bueno" y así fue como me levante pesadamente de mi cama y me puse una camiseta roja, al igual que mi cabello, sin magas, unos shorts azules y unos tenis color blanco. Salí de mi casa y comencé a caminar sin rumbo, miraba las tiendas y la gente, desviaba la mirada cuando alguna chica se fijaba en mi y también uno que otro chico. A lo lejos se veía el reflejo del sol sobre la acera y todas esas personas que caminaban apresuradamente. Llevaba media hora bajo el horrible rayo del sol sobre mis hombros, creo fue una mala idea tomar esta camiseta pero el calor me mataba. Pronto estaba de pie frente a un parque, estaba abotargado de gente y los niños corrían y brincaban libremente unos tras otros, al mirarlos recordé cuando asistía a la escuela y disfrutaba momentos como esos, pero la vacaciones no ayudan mucho. Me adentre entre la gente y sobre todo el ruido que había logre escuchar una campanilla que me decía a gritos que ¡ahí vendían helados! Seguí caminando hasta que vi el carrito de helado donde un hombre les sonreirá a los niños.
-Un helado de pistache por favor.- le dije al hombre al acercarme tendiéndole un billete para que se cobrara. Me dio mi helado y al voltearme me encontré con un chico, choque contra el y trate de moverme para evitar manchar su camiseta pero la mía no corrió la misma suerte.
-Lo siento.- me dijo bajando la cabeza apenado.
-No hay problema, ha sido mi culpa por no fijarme. El levanto la mirada y pude ver sus brillantes ojos negros que tenia un leve rubor debajo, media lo mismo que yo y tenia el pelo color verde. Aparte la mirada para limpiar un poco mi camiseta ya que me quede mirándolo fijamente a los ojos.
-Discúlpame por favor.- dijo, y salió corriendo, escuche como su voz se quebraba un poco y después lo vi alejarse esquivando gente y brincando bancas. Baje la miraba hacia mi helado, lo poco que quedaba de él, que se derretía bajo el rayo del sol, no quise comprar otro, no me lo terminaría así que camine hasta una banca y ahí me quede sentado para terminármelo.
La tarde paso rápido, cuando me di cuenta ya casi no había nadie, pocas personas caminaban por ahí y un que otra pareja estaba acurrucada bajo un árbol así que decidí regresar a casa. Mientras iba recorriendo el mismo camino que hacia unas horas, recordé el pequeño incidente con el chico de pelo verde y sus brillantes ojos negros, ni siquiera sabía su nombre pero por alguna razón sabia que lo volvería a volver a ver.
Llegue a mi casa y deje la llaves sobre la mesita, sé que nadie me esperaba porque vivo solo desde hace unos meses cuando mi "padre" se fue a entrenar a su equipo de futbol y mi hermana Hitomiko se caso. Subí las escaleras y me tire en la cama, después de un rato me quede dormido. Al día siguiente regrese al parque para poder preguntarle su nombre pero no logre encontrarlo, seguí yendo por una semana, busque por todo el parque pero jamás pude encontrar al chico de los ojos negros. Me di por vencido y no regrese al parque en todas las vacaciones.
Es lunes y el despertador me hiso despertar de un salto, la noche anterior lo había programado a las 7:00, porque de nuevo empiezan clases, lo apague con un manotazo y me sobe un poco los ojos para despertar del todo. Me quede sentado sobre la cama y pronto me llego lo que había soñado. Estaba de pie en el parque que había visitado hacia un mes durante las vacaciones, y miraba correr al chico peli verde con el que había chocado, en ves de dejarlo ir, comencé a correr tras el y al momento de casi poder alcanzarlo me desperté. Sacudí la cabeza para liberarme del recuerdo y me puse en pie. Sobre la silla de mi habitación estaba mi uniforme de instituto y mi mochila, me puse la ropa tome la mochila y salí de la casa.
El camino hacia el instituto no es demasiado largo, asi que camine con calma. Al llegar me encontré con todos los chicos fuera de la escuela, y al instante escuche que gritaron mi nombre.
-¡Hiroto!.- vi que el chico con la banda naranja levantaba la mano para que me acercara al circulo de personas que se encontraba ahí. Estaban todos mis amigos, Endou, Kasemaru, Kido, Nagumo, Fudou, Suzuno, Tachi, Tsunami, Aphrodi, Goenji y Fubuki. Me alegre de verlos a todos, tenia demasiado tiempo si verlos y mi solitaria casa hacia que me deprimiera.
-¿Qué les parece- comenzó Nagumo- si después de clases jugamos un rato futbol?
Nadie dijo que no, nos quedamos de ver después de clases en la cacha del instituto y en ese momento la campana toco, nos despedimos y cada quien se fue a su clase.
Llegue al aula 2-2 donde me tocaba mi primera clase (junto con todas las demás durante todo el año) y me senté junto a la ventana, el día estaba soleado y el cielo azul. Comenzaron a llegar todos los chicos y vi como Nagumo y Suzuno entraban gritándose el uno al otro.
-Claro que si Suzu-chan…yo sé que te encantoo.-dijo el pelirrojo alargando la palabra.
-Cállate vil tulipán, y deja de decirme así, que no soy nada tuyo.- le grito el albino con un notorio sonrojo en cada mejilla.
-He Nagumo, déjalo en paz que se pone del color de nuestro cabello.- dije riendo, sentí como Gazelle me miraba con cara de "muérete" y comencé a reír mas. Burn se sentó a mi lado y Suzuno detrás de mi justo cuando el profesor entro. Las primeras clases pasaron rápidamente hasta que llegamos al almuerzo. Entre en la cafetería y me senté junto con los demás chicos.
-¿Qué tal sus vacaciones he chicos? Dijo Tsunami que acaba de llegar, a su lado venia Tachi con una bandeja de comida.
-¡ABURRIDAS!- contestamos todos al uní solo y comenzó una serie de carcajadas que a varios nos saco lagrimas, seguimos platicando y preguntándonos que habíamos hecho, Aphrodi sugirió que para que todos pudiéramos contar nuestras vacaciones habláramos según como estábamos sentados en la mesa. Todos nos escuchamos y nos reímos de las locuras de los demás, Tsunami como siempre fue a surfear, Tachi fue con el, Endou y Kasemaru se la pasaron entrenando uno futbol y el otro atletismo, Nagumo y Suzuno se la pasaron peleando todo el verano pero pasaron bien las vacaciones, Aphrodi se fue un tiempo con su familia, Goenji se la paso cuidando a Yuuka y Fubuki siguió buscando a su hermano.
-¿Y tu Hiro-kun que hiciste en tus vacaciones? Me pregunto Kasemaru que estaba al lado de Goenji.
-Nada interesante, me la pase solo en casa.
-¿Y no conociste a nadie?- me pregunto Aphrodi recargando la cabeza entre sus manos.
-N..no.- dije mirando hacia otro lado.
-¡Aja!- dijo señalándome con su dedo- ¡Mientes!
-Anda Hiroto estamos entre amigos- me dijo Fubuki dándome un golpecito en el hombro.
-Bueno…lo que pasa…es que es un chico…-comencé bajando la cabeza.
-Bah eso que Hiro-kun, ¿Cómo se llama?
-…no lo se. Dije aun con la miraba gacha.
-¿Cómo que no lo sabes? me pregunto Tachi.
-Si, choque con el en el parque y después de disculparse salió corriendo, trate de buscarlo pero no volví a verlo.
-Lo encontraras.- me dijo Suzuno con voz tranquila. Todos me miraron y afirmaron que así seria.
Kido y Fudou nos contaron que fueron a un zoo y que ahora Fudou tiene una orden de restricción.
-¿Pero que hiciste? pregunto Endou.
-Solo me brinque la barda para mostrarle a Kido que me atrevía a tocar al lagarto. En ese momento a Fudou le dio un ataque de risa y todos nos miramos extrañados. Kido tenía una gotita en la nuca y solo negaba con la cabeza.
-Y el lagarto salió detrás de él asustando a toda la gente.- dijo Kido. De nuevo el ataque de risa de Fudou y la campana que indicaba que el almuerzo había terminado. Me dirigía de nuevo al aula 2-2 con el pelirrojo y el albino a mi lado, nos sentamos en las misma bancas que antes y esperamos a que el profesor entrara cuando llego no lo hizo solo.
-Chicos.- dijo el director que venia detrás de nuestro profesor de física- Tenemos un chico algo rezagado su nombre es Midorikawa Ryuuji y espero lo acepten al igual que todos los chicos nuevos del instituto. Yo seguía mirando la ventana como en la mañana hasta que de reojo lo vi. Llevaba el mismo uniforme que todos nosotros, pero era el, su cabello verde recogido en una coleta, y sus brillantes ojos negros. No podía creerlo el chico del parque estaba ahí de pie junto al director con la mirada temerosa, no encontraba donde mirar hasta que su mirada se encontró con la mía.
