Declaración: ni la serie de televisión "VICTORiOUS" ni ninguno de sus personajes me pertenece.

Nota del autor: ¡Hola a todas y todos! En primer lugar, me parece correcto disculparme con ustedes por no publicar nada en casi tres meses. Tuve el típico "bloqueo de escritor" por el que todos, alguna vez, hemos pasado. En segundo lugar, les aclaro que éste escrito estaba planeado para ser un one-shot JORI. Pero cómo el proyecto me parecía muy ambicioso y largo, decidí separarlo en dos o tres partes, no más. También me parece correcto aclarar que es un poema posmoderno, por lo tanto, las repeticiones no son errores, sino recursos clásicos de la poética. Espero, sinceramente, que les guste. Todos sus comentarios (reviews) serán bien recibidos, sean negativos o positivos. No teman a ser críticos porque todo escritor debe aprender a aceptar las opiniones de sus lectores. Solo debo aclararles una cosa más: al igual que "HORMONAS ALBOROTADAS", lo que leerán a continuación (eso espero, jaja) se desarrolla luego del episodio titulado "The Worst Couple" (tercer episodio de la tercera temporada). Sin más que agregar, los dejo con el poema. ¡Nos estaremos leyendo! ;-)

ESTO ES SOLO SEXO / PARTE 1

Esto es sexo. Esto es solo sexo. No me importa cuántas veces Tori diga lo contrario: ESTO ES SOLO SEXO. Lo que hacemos en mi casa, es solo sexo. Lo que hacemos en su casa, es solo sexo. Lo que hacemos en mi auto, es solo sexo. Lo que hacemos en el armario del conserje, algunas veces, mientras los demás almuerzan, es solo sexo. Lo que hacemos prácticamente todos los días, desde hace ya cuatro meses, es solo sexo. Es solo sexo. Es solo sexo y nada más. El amor no tiene nada que ver con lo que hacemos. Nosotras no hacemos el amor: NOSOTRAS TENEMOS SEXO. Sexo, sexo, sexo, sexo y sexo. Yo no la amo. No me importa cuántas veces Tori diga lo contrario: YO NO LA AMO. Yo sólo la quiero. Mucho. Muchísimo. Pero sólo somos amigas. Amigas que comparten una cama. Amigas que se abrazan, acarician y besan. Amigas con derecho a roce. Pero no somos novias. Nada de eso. ¡No, señor! Eso jamás. ¿Yo, novia de Victoria Vega? Ni en sueños. Ni en los tuyos ni en los de ella. Tampoco en los míos. Eso nunca sucederá. No importa cuántas noches pasemos juntas, no importa cuántas mañanas despertemos abrazadas, no importa cuántos regalos me haga, no importa cuántos cafés me compre, no importa cuántos kilómetros caminemos tomadas de las manos, no importa cuántas "citas" tengamos, no importa cuántos besos sin lengua me dé, no importa cuántas veces me diga "te amo", eso nunca va a suceder. Nunca novias. Sólo amigas. Con derecho a roce. Que es exclusivo. Y que se quieren mucho. Pero no "novias". ESO NUNCA.

Es viernes. Y es de noche. Ésta es su casa. Y ésta es su cama. Éstas son sus sabanas violetas. Y éste es su perfume. Mejor dicho, mi perfume. "Mi" cómo en "eso es mío y de nadie más." Frutos cítricos. Me encantan. Mango. Shampoo de mango. Yo adoro el mango. Su aroma, sabor y textura. Ella lo sabe. Siempre que vamos a tener una de nuestras "citas", usa ese shampoo al bañarse. "Solo para ti." Yo no la amo y no somos novias. Sólo mucho cariño y mucho sexo. Pero nada más. De "novias", nada. Nada de nada. Porque esto es solo sexo. Antes de esto, antes de su casa, antes de su cama, antes de sus sabanas y antes de su/mi perfume, hubo una cena. Una cena privada. Una cena muy privada. Una cena en un lugar apartado de un restaurante apartado. Privado. Por lo tanto, una cena costosa. Un restaurante para parejas lésbicas. Parejas lésbicas. PAREJAS LÉSBICAS = LESBIANAS. No somos lesbianas. Por lo menos yo no lo soy. Bisexual: así es cómo me autodefino. BISEXUAL. Antes de Tori estuvo Beck. BISEXUAL. Antes de mí, no hubo nadie. 0 kilómetro. Recién salida de fábrica. Sin uso. Nunca vio la cara de Dios. Un regalo sin abrir. Un juguete sin uso. Virgen. Antes de mí, no hubo nadie. TORI = LESBIANA. Era nuestra primera vez. Era su primera vez. Virgen. La veía asustada. Con miedo. Supuse que era el nerviosismo por la nueva experiencia que iba a vivir. "¿Estás lista?" Estaba colorada. Con vergüenza. Desnuda ante mí, cómo su madre la trajo al mundo, con las piernas abiertas. Sus manos intentaban cubrir sus senos. Era una empresa sin sentido. Prácticamente no tiene senos. Solo los pezones más lindos de todo el mundo. Eso me encanta. La vuelve más exótica y sexy de lo que ya es. A pesar de no tener mucho que cubrir, igualmente ella intentaba cubrirse. Su estado de timidez me conmovió. No habló. Asintió. Una sola vez. Fue más que suficiente. Apliqué más lubricante al consolador. Lo extendí a lo ancho y largo. El exceso se lo aplique a ella. Internamente. Aunque no era necesario. Ya estaba naturalmente lubricada en exceso. Ajusté las correas de mi herramienta. La volví a tocar. Mantuve sus labios abiertos. Apoyé la punta en su entrada y empujé. Solo un poco. Todo su ser vibró. La besé para mitigar el futuro dolor. Un beso cariñoso y dulce, cómo los que ella siempre me da. Aunque nunca logro que sean tan perfectos cómo los suyos. Mi pulgar diestro masajeaba su clítoris. Círculo tras círculo tras círculo. Siempre en sentido inverso a las agujas del reloj. El pequeño bulto externo de carne y nervios ardía. Mi mano siniestra sostenía su cuello. No quería que descansara sobre la almohada. No todavía. Mis labios no abandonaron los suyos ni un solo momento. Mis ojos no se despegaron de los suyos ni por un segundo. Seguí empujando. Seguí entrando. Lentamente pero con determinación. "Ésta tarde te haré mujer." Solo emitió un par de quejidos de dolor. Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas. En diez minutos, ya estaba llena. En diez minutos, rompí su himen. En diez minutos, la volví mujer. En diez minutos, la hice mi mujer. MI MUJER. No la amo y no somos novias. Esto es sexo y nada más. Pero es mía y de nadie más. Nuestro arreglo es de exclusividad. Ella sólo está conmigo y yo sólo estoy con ella. Amante y amiga. Toda en una. ¿Qué más necesito? Nada. Amante y amiga, no novia. Porque esto es solo sexo. Solo es sexo y nada más. Esa vez no hubo palabras de amor. Sólo besos y caricias pos-desvirgamiento. Al día siguiente, sí. Estábamos en mi casa. En mi cama. Eran las cinco de la tarde. Le tocaba a ella ser la activa. Su bombeo es constante, directo, placentero y profundo. Pero no duro. Nunca me da duro. Me gusta duro. Pero ella nunca lo hace así. Me trata como si fuera de cristal. Me hace sentir especial. Pero no la amo. NO LA AMO. Estaba ahí, bombeando. Adentro y afuera. Adentro y afuera. Adentro y adentro. Adentro y adentro. Adentro y afuera. Adentro y afuera. En un momento paró. Respiraba agitada. Otra vez estaba colorada. Acomodé su cabello para poder verla mejor. "¿Qué pasa?" Sus irises marrones se clavaron en mis verdes. Mantuvo la mirada. Se acercó. Me besó. Fue uno de eso besos cariñosos y duces. Sin lengua. Acarició mi mejilla. Yo me puse colorada. "Te amo, Jadelyn West." No esperó una respuesta mía. Me volvió a besar. Luego de un par de minutos, su lengua jugaba con la mía. Retomó el bombeo y seguimos teniendo sexo. Todos los días me dice lo mismo, aunque sea una vez. "Te amo." Nunca le respondo. Porque no hay respuesta. Para mí, esto es sexo. Porque esto es solo sexo. Solo sexo y nada más. Nada de amor. Si me ama, está bien. Si mi ama, está perfecto. PERFECTO.

Ya estamos en su cama. SOFTPLAY. A ella le encanta eso. Besos y caricias antes de pasar a cosas mayores. A mí también me encanta. Me encanta calentarla. Ya estamos en ropa interior. En cuanto llegamos a su casa, cerramos todas las puertas y ventanas. Estamos solas y nuestra privacidad es lo primero. En cuanto llegamos a la escalera, fuimos al baño. Dentífrico y enjuague bucal. Luego de cenar pasta con ajo y cebolla, fueron tres minutos bien invertidos. En cuanto llegamos a su habitación, nos arrancamos la ropa. La una a la otra. Nada de sensualidad en el acto. La ropa es un estorbo en éste momento. No sirve para nada. LA ROPA NO SIRVE PARA NADA. Lo que quiero es tocar su piel. Besarla. Lamerla. Morderla. Ella es una barra de chocolate. Mi barra de chocolate. Sólo yo puedo comerla. Sólo yo la comeré. MI TORI. Juego con el elástico de su panty. Verde limón con dibujos de cerezas. Su sostén es a juego. Me excita verla así. Me calienta. Me encanta el estilo de lolita. Incluso se dejó el flequillo y se hizo dos coletas, cómo se lo pedí ayer. Brillo de labios sabor mango. ¡Por Dios, cómo me calienta! La aprieto contra mí. Muerdo sus labios. Lamo su cuello. También se lo muerdo. Le dejo un chupón. Un híper-chupón. Le va a durar por lo menos tres días. Todo es rápido. Todo es pasional. ESTOY RE-CALIENTE. La nalgueo. Fuerte. Muy fuerte. Una sola vez. Se agita entre mis brazos. Dejamos de besarnos. Un hilo de saliva se crea entre mi labio superior y su lengua. Se rompe. Nos miramos. Su mano izquierda acaricia mis senos. Es una caricia suave. Es una caricia dulce. Es una caricia de amor. Me calienta más. Me trata como si fuera de cristal. Cómo si fuera una maldita princesa virgen. Cómo si fuera su novia. Y eso me calienta. ME RE-CALIENTA. Sus labios recorren mi cuello delicadamente. Deja un rastro de besos hasta mi oído. Sus dientes prueban mi piel. Delicadamente. Todo lo que hace es delicado. Nunca me ha dejado una marca. Ni chupón ni mordida ni rasguño. Una maldita princesa virgen. Una novia. SU NOVIA. Y eso me calienta. Esto es solo sexo. Nada de amor. Esto es solo sexo. Nada de amor. Lame mi oreja. Siento su aliento. "Eres tan hermosa." Es sólo un susurro. Intimo. Sensual. Ya no puedo más. Esa es la gota que rebalso el vaso. La muevo. Su espalda toca el colchón. Me mira y se muerde el labio inferior. Ya sabe lo que va a pasar. Lo espera. Lo desea. Pero tal vez no sea como ella lo quiere. Estoy extremadamente caliente. Re-caliente. LA VOY A HACER MÍA. La voy a marcar. La voy a gozar. La voy a hacer explotar. Y cuando terminé y esté cubierta en sudor, deshidratada y feliz, la voy a abrazar, acariciar y besar, contar hasta cinco y volver a empezar.