A pesar de la dura lucha en que Kirishima había entrado hace mucho tiempo, el tráfico de drogas ligado a la potenciación o eliminación de quirks seguía aumentando, volviéndose más y más fuerte y lo peor, escurridizo. Eso sumado a la caída de All Might como símbolo de la paz hacía las cosas aún más difíciles. Ya estaban en su tercer año en UA, y vaya que se habían preparado para múltiples escenarios, unos que no cualquiera podría afrontar; pero que ellos como héroes, debían.

En los últimos meses él, SunEater (quien se había vuelto independiente y trabajaba con Lemillion, pero estaba ayudando por su experiencia en el área) y Fat Gum habían estado trabajando con el equipo en que Bakugou participaba. Debido a la experiencia de Kirishima en el tema, y la potente fuerza de Bakugou, se habían convertido en un equipo imparable. Todos los medios alababan la gran combinación de quirks entre ambos equipos, pero sobretodo resaltaban al brillante equipo de tercer año que ambos formaban.

Finalmente el día había llegado, estaban en su misión más importante hasta el momento. No sólo sus equipos, si no toda la comunidad de héroes quería dar el último gran golpe contra el núcleo del tráfico de drogas.

Una vez comenzada la operación, el caos se desató.

Los héroes luchaban con todo lo que podían, sin embargo, como es sabido ellos no podían matar a los villanos. Esto hacia la lucha más complicada, inclinando la balanza hacia los malhechores. Kirishima pensaba en eso, mientras intentaba inmovilizar a un sujeto con un quirk de agitación bastante poderoso. Levantó su vista, buscando a Bakugou entre la multitud. El dilema que tenía antes presente no parecía ser problema para su amigo. A diestra y siniestra las explosiones, poderosas pero controladas, lanzaban a enemigos por los aires (y alcanzaban a veces otros héroes).

Pero incluso Bakugou no podía ante un ataque estratégico y de gran número, que era lo que estaba aconteciendo en ese momento.

Viendo la posibilidad de peligro, solo por mera intuición, Kirishima decidió noquear al chico que tenía preso e ir de inmediato a apoyar a su compañero. Evito ataques de otros sujetos, pareciera que todos estaban evitando que otros héroes apoyaran a Bakugou. Pero él no lo iba a dejar tan fácil.

Aquella vez, en su primer encuentro con los yakuza detrás de la red de tráfico, tuvo una batalla que lo marcó, volviéndose más fuerte desde entonces. Había logrado lo que muchos héroes aún no podían, había controlado su reacción ante el miedo. Lo suficiente para volverse uno de los mejores candidatos a héroe de la generación.

Con determinación e ímpetu se abrió paso entre la horda de sujetos. Entonces vio lo que nunca creería ver, Bakugou de rodillas, jadeando, intentando protegerse de los fuertes golpes que le propinaban.

Nunca había sentido tanta ira. Su vista se nublo, solo quería algo y lo lograría a toda costa.

Poner a Bakugou a salvo.

Otros héroes viendo su objetivo le ayudaron a abrirse paso, con la respiración agitada solo quería, solo necesitaba llegar hasta él. Estaba ya cerca, entonces activo su quirk al cien por ciento, mandando a volar a todos los que habían osado poner un dedo sobre el chico explosivo. Entonces Bakugou se levantó, dejando ver su rostro y cuerpo desfigurado. Los malditos no se habían contenido.

Entonces se quebró, se quebró como aquella vez peleando junto a Fat Gum. Se quebró al ver el cuerpo de quien más admiraba...el cuerpo del chico que amaba, en ese estado tan crítico.

Entonces Bakugou gritó, con una desesperación que nunca había visto en su rostro, que nunca había oído en su voz…

Un gran dolor en todo su cuerpo le hizo perder los sentidos, solo escuchó unos últimos gritos desgarrados de Bakugou en medio de un gran silencio. Luego una enorme explosión.

Entonces entre sollozos Bakugou lo llamo, tenia que responder...

Y junto con ese pensamiento, todo se desvaneció.