Diabolik Lovers no es de mi propiedad, pertenece a Reject.

Narración.

―Dialogo.

―Aclaraciones―.

"Pensamientos".

Palabras resaltadas.


Título: Young & Wet.

Autora: Lovely Swan.

Géneros: Comedia, romance.

Advertencias y aclaraciones: Los personajes no son de mi propiedad. Escenas próximas con alto contenido sexual y quizás provocador de hemorragias nasales. (Nadie se hace responsable de atención médica o pagos por daños y perjuicios).

Summary: Incluso los vampiros llegan a la temible etapa de la adolescencia. Los granos, espinillas, vello y cambio de voz quedan en segundo plano cuando el verdadero temor de toda criatura sádica de la noche se avecina.

Solo había sido una pregunta. Quería una respuesta y ahora todos la trataban como si tuviese lepra. ―¿Por qué los sueños húmedos son un tema tabú? ―Yui empezaba a creer que los vampiros eran más dramáticos de lo que creyó.

Palabras: 2036 (Sin contar N/A, descripción de una polución nocturna y la descripción del fic~).


PRÓLOGO

.

.

«Polución nocturna: Eyaculación de semen que se produce durante el sueño, mayormente común durante la adolescencia y resultante de una acumulación de esperma. También conocido como "Sueño húmedo"»

.

.

―¡Oe, chinchinashi! ¿Me estas prestando atención? ―Ayato tenía una expresión fastidiada grabada en el rostro. Detestaba que la humana le ignorara, especialmente cuando él estaba en su línea de visión exigiendo atención.

Yui se sobresaltó, recién cayendo en la cuenta que habían pasado más de diez minutos desatendiendo la plática con su acompañante de sillón por andar pérdida en sus propios pensamientos. Las mejillas se colorearon de un tono carmín producto de la vergüenza y el temor.

¡Rayos! Eso le pasaba por meterse tanto en sus ideas que se olvidó que mantenía una conversación con Ayato.

¿De qué se suponía que estaban hablando? Ni siquiera tenía un asomo de lo último que logró escucharle decir o, al menos, de lo que ella había contestado. ¡Argh! Tenía la mente en blanco, inundada con imágenes de gatitos y unicornios que vio a su amiga dibujar en su cuaderno de notas.

Maldición.

Definitivamente se iba a enojar. Y conociendo el poco paciente temperamento del pelirrojo la iba a castigar por pura venganza y maldad.

Una mueca de pánico se dibujó en sus labios.

Lo que sea menos los colmillos.

―L-lo siento, Ayato-kun. ¿Q-qué me preguntaste? ―Estúpida.

Los ojos verdes del vampiro se entrecerraron furibundos, las líneas acentuándose en su frente y marcando un gesto de rabia tan común en él cuando ella desobedecía.

"Estoy frita" Fue lo único que Yui atinó a pensar.

―¿Acaso no me has estado escuchando? ―Tragó nerviosa y se sonrojo más para disgusto del pelirrojo. Este soltó un bufido― Ni siquiera para eso eres útil. Te pregunte si atendiste a la clase del viejo de matemáticas.

Ella parpadeó sorprendida y curiosa, ¿Desde cuándo a Ayato Sakamaki le interesaban la escuela? Lo habitual era que le diese un rábano lo que los maestros dijesen o hiciesen durante cada materia. Después de todo, el menor de los trillizos no tenía como característica ser lo que se conoce como "alumno modelo".

Estaba MUY lejos de serlo.

―¡Y ahí vas de nuevo! Joder, contigo chichinashi ―masculló con fastidio el muchacho. La rubia casi pegó un brinco en su sitio ante la maldición consiguiente que la hizo ruborizar― ¿Vas a decirme o no? Anda, apúrate o si no te castigaré por lenta.

No tuvo que repetirlo.

―Si la atendí, Ayato-kun. ―Respondió en un suspiro antes de mirarle con suspicacia― ¿Puedo preguntar la razón de tu… Consulta? ―Eligió correctamente sus palabras precavida y buscando no sonar ofensiva.

Para su mayor sorpresa, si es que podía haber una luego de verlo preguntándole sobre la escuela, el vampiro hizo lo menos esperado de Sakamaki Ayato.

Se cruzó de brazos, sus labios frunciéndose en un mohín poco usual y sus pestañas aletearon sutilmente. ¡Parecía un pequeño niño enfurruñado! Casi rió, pero se mordió la lengua por propio instinto de supervivencia. Reírse de un Sakamaki sería el peor de los errores y solo un loco suicida lo haría.

―Tsk… Reiji. ―Fue lo único que pronunció. Yui no comprendió sus palabras haciéndole gruñir.― Al parecer el maestro le comentó de mis bajas calificaciones y ahora el otaku de las vajillas está enojado conmigo. Me advirtió que si reprobaba aunque sea una sola materia en este semestre contactaría con ese sujeto ―¿Su padre? Eso no sonaba muy agradable―. Lo conozco. Es impredecible y si Reiji le dice que mis notas están en los suelos… Es capaz de mandarme a las montañas nevadas como lo hizo con Shuu.

Auch.

El sádico estaba en líos entonces.

―Entiendo ―asintió comprensiva―. Así que quieres que…

―Me pases tus malditos apuntes para el exámen del jueves. ―Completó por ella. ¡Ah! Ahora todo cobraba más sentido.

―Claro, déjame ir por mi libreta y te las doy ―se levantó como un rayo y fue corriendo en dirección a su habitación.

Ayato entornó los ojos.

Humanos.

/…/

Sus manitas rebuscaron dentro del bolso, sin éxito hasta el momento. ¿Dónde había metido su libreta? Estaba segura ―Como se llamaba Yui Komori― que la había guardado aquí mismo luego de que las clases finalizaran, pero por más que rebuscaba no encontraba nada. ¿Habría prestado sus apuntes a alguien más? Lo dudaba y si lo hizo… Ayato la mataría.

Rendida retiró las manos y se dirigió al pequeño escritorio. Los libros de distintos colores formaban torres y cubrían la plana mesada, aun así encontró lo que tanto necesitaba. Sus ojos se abrieron al enfocarse en el pequeño cuadernillo de pasta azul que se hallaba sobre una pila de libros cerca de la punta. ¡Ahí estaba! Casi saltó de la alegría y el alivio.

A Yui el corazón le regreso a su sitio en el instante en que su libreta acabo entre sus manos. ¡Ya lo recordaba! Había estado concentrada en un repaso de los últimos ejercicios antes que bajara al salón. Mira lo distraída que es…

Riendo por su propio descuido giró lista para marchar, cuando algo llamó su atención.

Fue aquel libro casi enterrado entre los demás. Delgado, rojo y con el lomo grabado en letras blancas.

Sexualidad.

Confundida por ese título se acercó y lo cogió entre sus manos, las uñas rozando la dura portada en donde aparecían una pareja de enamorados abrazándose… ¿Desnudos? No, definitivamente estaban desnudos, lo supo al ver los senos de la mujer.

Las mejillas al instante le quemaron, seguramente porque ahora deberían estar más rojas que el cabello de Ayato. ¡Ay! Debió comprenderlo nada más leer el título. Qué vergüenza.

Sin embargo, ¿Por qué a pesar de saber de qué iba el libro de igual forma lo abrió y empezó a leerlo?

A veces hasta Yui podía ser más curiosa de lo debido.

/…/

―¿Qué te pasa ahora chichinashi?

―Nada, Ayato-kun ―contesto al instante en un hilo de voz. Sus mejillas más rojas que un tomate maduro hicieron que él arqueará una ceja.

―¿Y por qué estás tan roja entonces?

―E-es que hace calor.

Mentira.

La muchacha se negó a mirar de forma directa a los ojos del vampiro, fenómeno que lo irritó por completo y le dio a él la razón. Casi rompió el boli que estaba usando de la rabia que sintió el saber que ella le estaba mintiendo de forma tan descarada, porque escúchenlo bien: Ayato Skamaki NO era un idiota. ¡Y mucho menos era un blanco fácil de engaño! Estaba 100% fiable de que la rubia escondía algo.

Apartando por unos momentos el leer y copiar centró su fulminante mirada en la Komori, quien al instante sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.

―Mientes. ―La acusó más que molesto. Ella negó con la cabeza y el enfado se triplico― ¡Joder, contigo humana de mierda! ¡¿Qué carajos te pasa?!

―¡N-nada! ―exclamó ella entrando en pánico.

―¡Mentira! ¡¿Por qué evitas mi mirada y estás más roja que un tomate?!

―Ya dije que es por el calor…

―¡Bitch-chan! Nos saliste más descarada de lo que pensé~ ―Raito y su siempre musical voz hicieron acto de presencia.

Un minuto… ¡¿Cuándo llegó?!

Yui brinco en su asiento y se abrazó a sí misma a punto de sufrir un ataque de nervios, en cambio, Ayato ignoró por completo a su hermano prefiriendo sonsacar la información a la chica.

―¡¿Vas a decirle al Ore-sama o quieres que te obligue?!

―N-no…

―Que ruidosos.

Ahora también Shuu había aparecido. ¿O quizás había estado dormido en el sillón y nadie lo había notado? Bueno, con el vampiro dormilón todo podía pasar.

―¡Shuu, bastardo! ¿En qué momento llegaste? ―Ayato desconcentró su atención un instante, su vena competitiva saliendo a flote al ver al futuro cabeza de la familia.

―Llegue mucho antes que ustedes ―Y el rubio se perdió de nuevo en sus sueños.

―¡Ya se durmió de nuevo~!

―Raito, ¡Lárgate!

―No quiero Ayato-kun, ¡No eres mi jefe!

―¡Soy el Ore-sama, imbécil!

―Muérete, Ore-sama.

―¡Raito cabrón!

.

.

BANG.

El fuerte golpe en la pared la hizo dar un grito y seguido un brinco. Los ojos rosas miraron aterrados al nuevo invitado, más conocido como Subaru Sakamaki.

Un cabreado Subaru.

―¡Dejad de estar gritando, me tienen harto!

―¡Subaru! ¿Qué te he dicho de romper las paredes?

Reiji hizo su entrada, destilando de cada poro indignación por tanto escándalo montado. Claro, aún así su imagen autoritaria contrastaba demasiado con la taza de té que traía entre manos. Un diseño exquisito de flores… ¿No era un poco femenino? Yui se abstuvo de reírse.

Instinto de supervivencia.

A un lado Kanato apareció también, mirando curioso y enfurruñado a sus hermanos. Su mirada lavanda entonces se concentró en la única humana del rincón.

―¿Ves Teddy? Yui-san solo atrae los problemas ―susurro al tieso Teddy en sus brazos.

La rubia suspiró. Genial, ahora todo supuestamente era su culpa.

―Humana, ¿Qué significa esto? ―Reiji no se veía para nada conteto. Y los demás vampiros tampoco a decir verdad.

¡Oh vamos! ¿Por qué ella era la culpable? ¡Si no hizo nada!

―R-reiji-san… N-no hice nada ―el tartamudeo por supuesto no falto en su declaración.

Una ceja arqueada de forma elegante por parte del segundo de los hermanos le dijo todo: Tampoco le creía.

Ayato no desaprovechó en meter la cuchará.

―¡Ella tiene la culpa! Ha estado rara y roja… ¡Y no me quiere decir por qué!

―¡Es cierto, es cierto! ―Apoyó Raito con su sonrisa traviesa de gato―. Yo soy testigo de lo dicho Reiji-kun~

Demonios.

Miró nerviosa al recién llegado, quien acomodándose las gafas le lanzó una mirada inquisitiva que la hizo encogerse en su sitio.

―¿Con qué no era tu culpa, eh? ―La muchacha quiso arrancarse los pelos de frustración. ¡Era un complot en su contra!― Más vale que hables ya, humana.

―P-pero… Reiji-kun… ―Ni la dejo acabar.

―No lo diré una vez más: Habla.

Ultimátum de Reiji Sakamaki.

―E-es que… ―Suspiro mirando a cierto pelirrojo de ojos verdes.― Q-quiero hacer una pregunta a Ayato-kun, pero me da… Pena ―Completo ocultando la mirada avergonzada.

"¿Ah?" Los vampiros miraron por primera vez a Yui sin comprender. ¿Quería preguntarle algo a Ayato? ¿Solo eso?

Estúpida humana, acordaron a coro.

―¿P-pregunta? ―Subaru miró a la pequeña humana tomado por sorpresa.

―¡¿Ah?! ―el de ojos verdes soltó un gruñido― ¡¿Solo por una estúpida pregunta me ignoraste?! Mujer estúpida. ―Declaró rascándose la cabeza de mal humor. Nada más verla tan callada y nerviosa farfulló maldiciones que hicieron que cierto megane le taladrará con la mirada. Rodó los ojos― ¡Habla entonces, chichinashi! ¿Qué quieres preguntar a tu Ore-sama?

―Qué mujer tan molesta. ―Kanato inflo las mejillas, lanzando miraditas de envidia a su hermano menor.

―Vamos, Bitch-chan~ A mí también me entró la curiosidad ―Raito se coló a la conversación de nuevo. Sentía los celos corroer, ¿Por qué a su hermano y a él no?

La muchacha guardó silencio de repente. Las mejillas le enrojecieron más y se le notó bastante insegura.

―Te ordeno que hables o si no te castigaré.

Si con Ayato le recorrió un escalofrió, con las palabras del azabache por poco sufre un infarto o un derrame.

¡Oh Dios mío! ¡Todo menos los castigos de Reiji! Él era el vampiro a quien más miedo tenía, encabezando la lista y superando a Kanato. Aún se muriese de pena al preguntar lo haría con tal de librarse de un castigo.

Además… Al diablo, estaba que ardía en curiosidad también. No desaprovecharía esta única oportunidad para interrogar al vampiro.

―Ayato-kun, tú… Tú… ―sentía la cara arderle más. Se mordió el labio inferior― E-es decir, tú…

―¡Argh! ¡DILO YA, MALDICIÓN! ―No hizo falta decir más.

Los ojos rosas se abrieron de golpe y ella, muerta de vergüenza pero requiriendo la respuesta, abrió los labios.

―Ayato-kun, ¿Alguna vez tú tuviste una polución nocturna?

Y listo. Lo había dicho, solo que no se esperó las reacciones que estuvo a punto de presenciar con toda honra e incredulidad.

Shuu se cayó del sillón en un estridente golpe.

La vajilla costosa y amada de Reiji impacto en el suelo.

Teddy se resbaló de los brazos de Kanato.

Subaru quedó con la boca abierta como un pez fuera del agua y más rojo que ella.

Raito ahogó un grito y los ojos casi se le salen de sus cuencos.

Y Ayato…

¡ZAS!

―¡AYATO-KUN! ―Chilló espantada al ver como el muchacho caía desmayado al suelo.

No había dudas, finalmente Yui Komori había encontrado el tema tabú de sus vampiros.

Ay, la dulce y cabrona adolescencia.

Continuará


...


¡Y acabo! ¿Qué tal les ha parecido? La verdad es que esta idea me llegó de volada anoche mientras escribía~ ¿Cómo? Digamos que la canción "I know you" de Skylar Grey me inspiró y no me resistí.

¡Lo juró! He muerto con la idea porque… ¿Quién no ha pensado en los vampiros teniendo sueños húmedos? Yo MUCHO. Especialmente preguntándome si Raito seguiría siendo todo un sinvergüenza cuando le tocará oír tremenda pregunta~ Aunque hasta para él… ¡Esto es tema TABÚ! Si, más adelante lo sabrán: La enorme razón por la cual un vampiro entra en shock en estos temitas~

No hace falta decir que habrá lime, lemmon… ¡A montón! Vamos, que es la adolescencia vampirica, o más bien la húmeda adolescencia vampírica.

Ahora sí, el momento esperado:

¿QUIÉN SERÁ LA PAREJA DE YUI?

Pues señores… ¡Lo dejo a misterio y votos! Tengo a dos personitas en mente, pero no diré nada. Compararé con votos y recomendaciones de ustedes. Eso sí, la historia no pasará de trece capítulos. Prólogo y epílogo incluidos~ (P.D: Ignoren a Subaru de la imagen xD)

Ciertas preguntitas que se incluyen:

*¿Aparecerán los Mukami?

Depende si ustedes lo piden, ¡Por eso, comenten!

Y ahora me despido, no sin antes decir que tengan mente abiertita~ ¡Y esperen próximo capítulo!