Me gusto mucho la historia de los lobos, así que espero les guste.
*Los personajes no me pertenecen*
*Solo algunos que cree*
ADOPCIÓN
No sabia porque estaba descalza. Sentía la tierra húmeda en pies desnudos. La brisa fría soplaba fuerte haciendo estremecer mi cuerpo y traía con ella el olor a tierra húmeda y madera, el cielo se obscurecía mucho más mientras el crepúsculo se ocultaba a mi espalda. Me encontraba allí en medio del bosque, inmóvil. Me sentía observada, miraba a mi alrededor y no veía a nadie. La obscuridad total llego, a pesar que la luna alumbraba algunas partes del bosque, mi corazón comenzó acelerarse mucho. Sentía una pesadez en mi cuerpo. Pensé en correr. Hice el intento pero mis piernas no respondían.
El miedo me invadió al escuchar un aullido, que me hizo crispar el vello de mis brazos y en ese instante la brisa dejo de soplar y solo podía escuchar mi propia respiración. El silenció no duro mucho, escuche más aullidos. Volví a mirar a mí alrededor y allí estaban, un hombre y una mujer dejando a una pequeña niña en el bosque. Ellos no me podían ver.
La niña estaba confundida, lo podía ver en sus ojos. Ellos la besaron en sus cabellos rizados y le dieron la espalda. Se marchaban de allí, dejando a la pequeña sola. Ella comenzó a llorar y a gritar sin parar. Ellos no se voltearon a verla ni por un segundo. Sus figuras se perdieron en la obscuridad y la niña lloraba aun más. Miro a todos lados buscando a alguien y de repente ella me miro. No sabía porque ella me podía ver. Sus ojos obscuros como la noche se posaron en los míos, mientras sus lágrimas corrían por sus mejillas. Por un momento me vi reflejada en ella.
Me desperté, estaba sudando a pesar de que mi cuarto estaba lo suficientemente frío por el aire acondicionado. Mi piel se erizo al recordar de nuevo esos ojos tan tristes. Trague grueso. Mi garganta estaba reseca, tenía mucha sed. Tome un sorbo de agua que siempre poseía en mi mesita de noche. Respire profundo para lograr calmarme, no quería despertar a mi papá. Me mentalice en pensar en otras cosas para quitar esas imágenes de mi mente. Cerré los ojos de nuevo y logre dormir.
Esa misma mañana, me levante un poco más tarde de lo usual para ir al instituto. Ya me falta un año para graduarme. Y pronto cumpliría 16 años. Lograría decir que ya podía tomar la prueba para conducir, pero ya la tengo desde los 15. Charlie me firmo un permiso para poder tomar la prueba antes y la pase. Pero solo tenia ese plástico que decía que conducía, solo me faltaba el auto. Charlie no ha querido comprarme uno, me protege demasiado.
Vi el reloj y me fije que iba un poco tarde. Tome una ducha con agua caliente y me vestí con el uniforme, el cual nunca me pude acostumbrar, pero es ineludible. Baje para preparar el desayuno, y al entrar en la cocina me sorprendí al ver que Charlie ya lo había preparado o mejor dicho lo había comprado. Las cajas de comida aún en la mesa del comedor.
Él no era un buen cocinero, de eso estaba segura. Una vez se le había quemado la pasta y tuvimos que comer pizza esa noche. Después de ese accidente y muchos otros, yo era la que preparaba todas las comidas del día, desde que tenía once. No me molestaba en absoluto, me fascinaba cocinar para mi padre. Además que lo sorprendía los sábados con recetas nuevas, que aprendía por internet o viendo cualquier programa de cocina en la tele. Y lo hacia por el bien de los dos, para que ninguno se volviera a enfermar del estomago o terminara quemando la cocina. Mi padre me hizo unas señas con la mano para que me sentara a desayunar.
- Buen día, hija. No te quise despertar esta mañana tan temprano, te veías un poco cansada.- dijo colocando un plato frente a mi, mientras me sentaba.
- Buen día papá, te agradezco que me dejaras dormir un poco más. Por cierto gracias por comprar el desayuno- el sonrió apenado, sabia que no me iba a engañar diciéndome que lo había preparado él.- ¿Tienes guardia hoy?
- Si, te voy a llevar al instituto y luego me voy a trabajar. ¿Quieres que vaya por ti después de clases?
- No te preocupes papá, le diré a Jess o Andrea que me traigan en su auto. -Jessica y Andrea son mis amigas, en el instituto desde que estuve en primer año, armonizamos rápidamente y después de eso, casi nunca nos apartábamos.
- De acuerdo - tomo su último sorbo de café y me sirvió un poco de jugo de naranja- Apresúrate de desayunar mientras me voy a colocar el uniforme- asentí mientras él se levantaba de la mesa. Comí velozmente mi desayuno. Fui a cepillarme los dientes y baje directo a la patrulla de papá, que estaba esperando afuera por mí.
Charlie me dejo en el estacionamiento del instituto, me despedí con un beso en la mejilla y me adentre al caos de la entrada. Los alumnos se acumulaban para lograr entrar y no llegar tarde, en los pasillos se escuchaba parloteos y risas en todos lados. Esto era solo los viernes, ya que todos en su mayoría hacían planes para salir o hacer fiestas en sus casas, y se inquietaban. Solo quería salir de aquí lo más rápido posible y llegar a mi casillero. Levante mi vista para tratar de encontrar a Jess y Andrea. Hasta que por fin las encontré junto a mi casillero. Jess levanto una de sus manos para avisarme que estaban esperando por mí.
- Em, estas llegando tarde. Falta poco para que empiece la clase - empezó diciendo Andrea jugando con uno de sus cabellos lisos.
- ¿Te quedaste dormida de nuevo? tienes unas pequeñas bolsas debajo de tus ojos. - Jess siempre tan franca, no tenía pelos en la lengua. Empezó a recoger sus cabellos dorados para hacerse una coleta. Sabía lo que se avecinaba. - Te voy a maquillar un poco, por lo que veo no te dio tiempo de hacerlo esta mañana.
- Sin muchos arreglos, tú sabes como me gusta el maquillaje. Natural.- ella rodo sus ojos y Andrea y yo nos reímos. Saco su bolso de maquillaje y allí en medio del pasillo me maquillo para ocultar mis pequeñas bolsas debajo de los ojos.
- Listo.- dijo mientras guardaba el rímel en el bolso.- ¿Ahora si nos vas a contar que te paso anoche?
- Tuve otra pesadilla.- suspire mientras tomaba los libros de mi casillero y lo cerraba devuelta - Parecía tan real, se sentía tan real. Era un sueño escalofriante pero me da curiosidad saber mas. Tendré que preguntarle a papá más sobre mis padres biológicos. Siento que no me ha dicho toda la verdad.
- Definitivamente vas tener que dejar de ver películas de terror y hablar con él- dijo Andrea mientras tomaba mi brazo y me hacia caminar hacia nuestra primera clase, química.
- Yo se que no es por esas películas de terror, pero voy a tener que abandonarlas por un tiempo. - dije un poco insegura de esa decisión, pero lo hacia para no entrar en conflicto con ellas.- Jess, ¿hiciste la tarea química?- cambie de tema, no quería que mis sueños fueran el centro de atención.
- Que pregunta tan fuera de lugar Em.- me reí - Anoche tuve que ayudar Tyler con la tarea, fue hasta mi casa. - detuve mi caminata abruptamente y Andrea hizo lo mismo. Nuestros ojos se abrieron mucho. Andrea y yo sabíamos que Tyler Landon esta enamorado de Jess, pero ella siempre lo niega. Él ha tratado de invitarla a salir un par de veces, pero siempre lo rechaza. Tyler es uno de los chicos populares del instituto, alto, atlético, moreno, ojos color miel. El chico perfecto para Jessica, cuando tenemos la ocasión se lo hacemos saber.
- No empiecen con sus tonterías sobre Tyler.- dijo cortante, rodando sus ojos y yo solo me encogí de hombro y seguí caminando.
Llegando al salón de clases, me senté donde siempre, en la primera fila con mi compañero de pupitre. Xavier Hale, muy cordial, ojos verdes, blanco y alto. El profesor nos emparejo según unos exámenes que nos hizo al principio del año. Desde ese instante él me parece atractivo, pero sabia que no tenía oportunidad. A los pocos segundos entro el profesor y comenzó la clase.
Después de dos clases más que no compartía con las chicas, nos encontramos en el pasillo y las tres caminamos a la cafetería. Tome una bandeja y me serví un trozo de pizza, un refresco y una manzana verde. Nos sentamos cerca de los populares, era la única mesa disponible. Y allí estaba Tayler que miraba embobado a Jessica. Preferí no decirle nada a Jess, así que seguí comiendo mi almuerzo. El resto de la tarde paso rápido y sin ningún acontecimiento.
- Jess, ¿me podrías dar un aventón hasta mi casa? - le dije a la rubia apenas salíamos de la ultima clase.
- Claro. ¿Qué te ha dicho Charlie sobre que tengas un auto? No es que me moleste llevarte, pero ya vas a cumplir 16 y tienes licencia de conducir pero no la usas.- hizo una mueca con su boca.
- Sabes como es mi padre, muy sobre protector. Hace días hable con el sobre tener un auto y me dijo que viablemente tendría uno para mi cumpleaños. Y todavía falta mucho para eso. Ya veremos que pasa.
- Chicas, ¡adivinen quien me invito al baile!- exclamó Andrea mientras corría para alcanzarnos antes de salir del instituto. Jess y yo nos encogimos de hombros.- Son unas aguafiestas, se supone que adivinen. Me invito James Owen.- James es uno de los más inteligentes y atractivos en todo el instituto. Cabellos dorados, ojos grises como una tormenta y tiene un color bronceado que lo hace mas interesante. Algunos en el instituto piensan que es homosexual, porque nunca lo han visto con una novia. No es que no tenga admiradoras, porque tiene y muchas, solo que a él no les interesa. Pero lo que nadie sabe es que entre Andrea y él se mandan textos a diario desde hace dos meses atrás. Y hasta él la ayudaba a estudiar algunas materias que la confunden.
- Que genial, Andrea. Me alegra mucho por ti.- dije entusiasmada por mi amiga. Salimos del instituto y fuimos directo a donde estaba el auto de Jess y justo a su lado estaba el de Andrea.
- ¿Emma? ¿Alguien te ha invitado al baile?- pregunto la pelirroja, antes de subirse a su auto.
- La verdad es que no.- no me había puesto a pensar en ello, y ya faltaba dos semanas para el baile. Pero la verdad no me moría por ir con un chico al baile, podría ir sola y me divertiría igual.- Tranquila, seguro alguien lo hará.- dije mintiéndome a mi misma y a ella. Me guiño el ojo y luego se subió a su auto.
Jess me dejo al frente de mi casa, le agradecí de nuevo que me diera ese aventón y me despedí. Al entrar a la casa, me percate que algo no andaba bien. Sabía que papá había llegado porque su patrulla estaba estacionada en el garaje.
- ¿Papá? ¿Éstas aquí?- me dirigí a la cocina y fue donde lo vi, estaba derrumbado en el suelo boca abajo. Corrí rápidamente hasta donde estaba él y tome su palpitación. Aún tenía pulso. Tome mi celular y como pude llame a emergencias. Mis manos tiritaban y mi voz se quebraba cuando le comunicaba a la operadora que no sabía mucho de lo sucedido.
Después de los dos minutos más largos de mi vida, llego la ambulancia. Lo revisaron, lo colocaron en una camilla y lo subieron a la ambulancia. Subí en ella, me senté junto a mi papá y el chofer nos encamino al hospital. Mis ojos se llenaron de lágrimas. No podía permitir que esto me volviera a suceder. No quería perder a Charlie. Al llegar al hospital, lo ingresaron a emergencias y me pidieron que me quedara en la sala de espera. Mientras esperaba alguna información, llame al tío Billy Black. Necesitaba decirle a alguien importante para mi y Charlie.
- Hola pequeña ¿como andas?- Rompí de nuevo en llanto.- ¿Qué ocurre pequeña? ¿Por qué lloras? ¿Y Charlie?- trate de recuperar el aliento y contarle lo que sucedía.
- Encontré a Charlie en el suelo de la cocina cuando llegue del instituto, estoy en el hospital. Aún no me han dicho nada, estoy muy asustada.- escuche un suspiro de angustia.
- Calma Emma, todo estará bien. Saldré en el siguiente vuelo hasta allá. Apenas te digan algo, házmelo saber.- en ese momento una enfermera menciono mi nombre.
- Espera ya te llamo de nuevo. Me esta llamando la enfermera.- colgué y fui directamente hacia la enfermera.
- ¿Señorita Swan? - asentí - Su padre tuvo un infarto, ahora esta estable. Puede pasar a la habitación número treinta y siete cuando lo desee - le agradecí y enseguida llame al tío Billy devuelta. Le comente lo que me dijo la enfermera y me prometió que vendría en el siguiente vuelo. Busque la habitación, preguntando en que piso quedaba. Y allí estaba él con un montón de cables en su cuerpo. Con la maquinita que hace ese "bip bip", marcando sus pulsaciones. Me acerque hasta su camilla, me senté a su lado. Lo abrace como pude y rompí en llanto de nuevo.
- No llores. Ya estoy mejor hija, tranquila.- acariciaba mis cabellos rizos. Me aleje un poco de él y le dije.
- No me vuelvas a asustar así de nuevo.- él se empezó a reír y levanto su mano derecha jurándome que no volvería a pasar.- Sabes que no soportaría perderte.
- El doctor dijo que fue por el estrés, hoy fue un día muy atareado. Quise ir a casa para tomar unas pastillas para el dolor de cabeza y regresar al trabajo, pero hay fue donde me dio el infarto.- suspire y lo mire con ojos tristes, me reviste junto a él y lo abrace.
- ¿Puedo preguntarte algo?- necesitaba saberlo ya, no podía esperar.
- Por supuesto hija, dime.- tome una silla que estaba relativamente cerca de la camilla y me senté allí. Él me miraba algo preocupado.
- Yo se que no me has dicho la verdad. Ya estoy suficientemente grande para que me digas que paso con mis padres biológicos.- el cerro los ojos por unos segundos y luego los abrió. Sabía que eso no era bueno.
- Hija, yo te he dicho todo...- lo interrumpí bruscamente
- No lo has hecho Charlie. Y lo siento, pero esa historia de que mis papás me dejaron en la comisaria y se marcharon, no me la creo.- dije ferozmente- Ya no soy esa niña inocente que se creía todos tus cuentos o leyendas. Necesito saber la verdad, he tenido últimamente unos sueños muy extraños y parecen tan reales. Como si los hubiera vivido en carne propia.
- Esta bien, te contare todo. No te ocultare absolutamente nada.- se acomodo un poco en la camilla para poder mirarme fijamente- ¿Estas lista?- temía por lo que podría pasar después, pero me arriesgaría. Asentí nerviosamente.
- Era una noche tenue, lluviosa y fría en Forma. Yo estaba terminando de entregar mi turno en la estación de policías. Cuando un hombre llegó agitado y un poco desconcertado a la estación. Le pregunte que le ocurría y me dijo que acababa de ver a una pareja cerca de la carretera a Port Ángeles dejar a una pequeña niña en el bosque. No la quiso traer porque no sabía si era prudente. Le agradecí y decidí ir rápidamente, junto a otros policías. Al llegar a la carretera encontramos a la pequeña sentada en una maleta y su mirada viajaba de un lado a otro. Gracias al cielo que no se había movido de allí.- escuchaba cautelosamente cada detalle, a Charlie le gustaba contar las historias en tercera persona. Pero sabía que esa pequeña niña era yo.
- Baje de la patrulla y me acerque a ella. En sus ojos estaban llenos de lágrimas y miedo. Hable con ella cuidadosamente tratando de no asustarla. Le pregunte su edad y me dijo que tenia dos años. Sus cabellos rizos y negros como la noche, le tapaban el rostro; así que se los aparte. Ella me sonrió y le dije que iba a cuidar de ella, pero tendríamos que salir del bosque. Tomo mi mano y la subí a la patrulla. Ella me hablo en todo el caminó, a pesar de tener dos años, sabia mucho. Al llegar a la estación de policía, los que se habían ido a patrullar para conseguir a sus padres. Me dieron las noticias. Los habían encontrado.
- ¿Dónde los encontraron?- pregunte muy angustiada.
- Los encontraron ahorcados a pocos kilómetros de donde habían dejado a la pequeña. Habían dejado una nota que decía:
"Hija perdónanos, no hicimos esto por ti. Pero la situación financiera nos estaba destruyendo. Queríamos que siguieras tu vida y esperemos que encuentres a unos padres que te puedan dar lo que nosotros no pudimos darte. No nos olvides, nosotros tampoco lo haremos. Te estaremos cuidando desde el cielo."
Siempre nuestra. Te amamos.
Atte.: tus padres, Miguel y Sara.
- Recuerdo esa carta muy bien- las lágrimas corrían por mis mejillas sin detenerse. No interrumpí a Charlie, quería seguir escuchando- Al terminar de leerla. Vi a la pequeña niña jugando y comiendo con los chicos de la estación. Se veía tan inocente y absorta de todo lo que había pasado. Tendría que tomar una decisión, en cuanto a lo que haríamos con la pequeña. Así que decidí adoptarla, no podía permitir dejarla en un orfanato. Me había encariñado con ella en esas últimas horas. Y sabía que era el destino o lo que sea que fuera. Y la adopté y ahora ella tiene 15 años y la amo con todo mi ser.- coloque mis manos en mi rostro, cubriéndolo. Las lágrimas salían aun mas rápido, parecido a una cascada. Solo se escuchaban mis sollozos en la habitación.
No podía creer lo que acababa de escuchar, no se como explicar estas emociones. Ira, tristeza, decepción, confusión. Eran muchas y todas al mismo tiempo.
¿Por qué me habían abandonado? ¿Por qué se suicidaron? ¿Por qué no me llevaron con ellos? ¿Qué tan critica era la situación económica de mis padres? Tantas preguntas sin ninguna respuesta. Termine de secar mis últimas lágrimas y mire a Charlie que también había llorado un poco. Me acerque hasta él y lo abrazo de nuevo.
- Agradezco mucho que me hayas adoptado, no se que seria de mí en estos momentos.- el me abrazo aun mas fuerte.
- No lo agradezcas. Yo estoy feliz de tenerte y de haberte encontrado esa noche.- beso mi frente y me sonrió. Seguí abrazada a el por unos minutos y recordé algo que tenia que informarle.
- Papá el tío Billy, viene en camino.- sus ojos se abrieron mucho. No se lo esperaba.
- ¿Lo llamaste?- asentí- Me vendría bien una visita de ese viejo.- dijo mas para si mismo. Me levante de su cama para acomodarme en el sofá que me esperaba con unas almohadas y un cobertor.- ¿Ya cenaste hija? - negué con la cabeza - Agarra dinero de mi cartera y compra algo de cenar para ti. A mi me traerán una cena especial de hospital. - arrugo su cara y ambos reímos. La comida del hospital siempre tenía mala reputación, y a pesar de que es policía no seria la excepción.
Espero que les guste mi nuevo fic. Cualquier sugerencia constructiva o ideas, serán bien recibidas.
Espero dejen sus reviews :D
¡Besos!
WolfWoman23
