Kaneda era especial.
Era jefe de una pandilla, manejaba una grandiosa motocicleta y siempre salía con la chica que quisiera. La escuela era para cerebritos, así que sus calificaciones no eran para tomarse en cuenta siquiera. De cualquier manera, ¿para qué servían las matemáticas y la física?
Recapitulando, Kaneda era todo lo que Tetsuo siempre quiso ser.
Cuando recién se conocieron eran muy pequeños, pero Kaneda le recuperó su juguete y parecía tan alto –a pesar de tener casi la misma estatura- que Tetsuo deseó estar con él eternamente. Por la simple razón que él era todo lo que Tetsuo quería ser. Por la simple razón que Kaneda era lo suficientemente fuerte y valiente para pelear con niños más grandes solo por ayudarlo. Era feliz cuando Kaneda lo salvaba todo el tiempo, hasta que creció y Kaneda siguió tratándolo como a un niño a pesar que ambos tenían la misma edad. Todo colapsó a partir de aquel punto.
Lo único que Tetsuo siempre quiso fue ser como Kaneda. Quería ser reconocido por él, quería salvarlo y no que fuera siempre al revés. Por eso deseaba ser más fuerte, pero Kaneda nunca se lo permitió y Tetsuo odió al otro chico por ello.
Entonces, cuando Tetsuo obtuvo poder e indudablemente se volvió mucho más fuerte que Kaneda, su odio creció cuando no recibió reconocimiento alguno. Cuando Kaneda todavía quería salvarlo -como si tuvieran seis años de nuevo y el juguete favorito de Tetsuo hubiese sido robado por un niño mayor-, Tetsuo dejó crecer todo el odio que sentía por Kaneda y entonces decidió que si él no quería reconocerlo, lo mataría.
A pesar que en realidad lo amaba y lo único que Tetsuo siempre quiso fue ser como él.
