Disclaimer: Todos los personajes de la saga Twilight / Crepúsculo pertenecen a la increíble Stephenie Meyer.
Your Embrace.
Prefacio.
¿Qué hago con mi vida vacía? Ya no la soporto. Solo quisiera que cualquier cosa le diera color, o que algo terminara de destruirla para dejar de sentir. Ya no pido más, ya lo tengo todo… o casi.
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Estoy segura de que cualquier persona que estuviera en mi lugar se sentiría dichosa, extasiada, completa. Cualquier persona excepto yo, claro. ¿Por qué nunca puedo tener lo que quiero? Peor aun, ¿Por qué nunca puedo saber lo que realmente quiero antes de perderlo? Ya me parece que es la historia de mi vida.
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Capítulo 1
Introducción.
Mi nombre es Isabella Marie Swan, pero prefiero que me llamen solo Bella. Mi extraña e insulsa existencia comenzó en Phoenix. En la escala del 1 al 10 yo siempre estuve en el 5, exactamente en el punto medio; nunca tuve un talento artístico reconocible, en la escuela nunca fui la chica más popular aunque tampoco, afortunadamente, me incluía en el grupo de marginados socialmente que siempre existe, y a la hora de las calificaciones todas eran regularmente buenas, aunque no para brillar por mi excelente promedio, mi único sobresaliente siempre fue en Literatura, y hubiera sido el colmo que no, ya que lo único que hacía realmente muy bien era leer cuanto libro cayera en mis manos, y, ah claro, caerme, eso también me salía de maravilla.
Así fue toda mi vida en Phoenix desde que empecé a ir al jardín de niños hasta que cumplí 15 años y mis padres decidieron mudarse a Forks, Washington. Mi padre, Charlie, era policía, y más de una vez estuvo cerca de perder la vida gracias a las estúpidas balaceras de las estúpidas pandillas de los barrios bajos; por esto, mi madre, Renée, siempre estuvo muy descontenta con el arriesgado trabajo de mi padre, y cuando éste cumplió 20 años de servicio, le dijo que había pedido ser transferido a un lugar donde pudiera ejercer sin tantos riesgos; ella aceptó encantada en el acto, pero los dos eran y son excelentes padres, así que antes de tomar una decisión definitiva me preguntaron qué quería yo, y yo, como no lo sabía, dejé que decidieran por mi. Así fue como me encontré abordando el avión que me llevaría a mi nueva vida. ¿Qué tan malo podría ser? Tal vez hasta sería un cambio muy favorable. Mis padres me dijeron que el clima era fresco y que los bosques serian hermosos.
Oh decepción. Tal vez en vez de decir fresco, debieron haber dicho: "congelante y permanentemente húmedo". Y en vez de bosques hermosos, habría quedado mejor: "lo único que hay en esa ciudad son árboles"; si, algo así hubiera sido más apropiado. Ese no había sido del todo un buen comienzo.
Sin más remedio que aguantar, me matriculé en el instituto de aquella pequeña y fría ciudad, y ya me estaba preparando para llevar la misma vida que en Phoenix, pero esta vez algo lo cambió, para mi buena o mala suerte.
En la primera clase, Álgebra, una chica de aspecto frágil pero bastante energética se me acercó antes de que el profesor llegara:
-- Hola, soy Alice Cullen.
Y ese fue el momento que cambió toda mi insulsa existencia. En vez de solo contestar con una tímida sonrisa, hice algo que jamás en la vida, créase o no, había hecho: me presenté.
-- Hola Alice, yo soy Bella Swan – le extendí la mano para saludarla, y para mi sorpresa, mi mano no tembló para nada. Ella sonrió encantada, estrechó mi mano con firmeza y además me beso en la mejilla estruendosamente. Lo primero que hizo después de saludarme fue pedir mi horario de clases. Mientras lo examinaba me explicó que la habían adelantado un año desde que estaba en secundaria, porque ella se aburría con el nivel que le correspondía.
Coincidió que estaríamos juntas también en Historia, y además agregó que yo estaría con su hermano en Biología y Literatura; no tuve tiempo de preguntarle quién era su hermano porque en ese momento llego el profesor y ya no se detuvo hasta que sonó el timbre otra vez; Alice se despidió y me dijo que me esperaría en la cafetería para almorzar y presentarme a su "grupo", yo asentí sonriéndole, y realmente era sincera, Alice me había caído muy bien y me inspiraba cierta confianza. Las siguientes tres clases pasaron sin pena ni gloria, hubo algunos chicos y chicas que se presentaron e intentaron entablar una conversación conmigo, pero en todos los casos yo respondía a las preguntas con educados monosílabos o frases de no más de cinco palabras. Parecieron comprender que no era muy conversadora y desistieron de sus intentos al cabo de un rato, lo cual constituyó un alivio para mí.
Hasta que llego la hora del almuerzo y me dirigí a la cafetería bastante insegura; no sabía con que me iba a encontrar, ¿Y que tal si los amigos de Alice no eran tan amables como ella y no me querían en su grupo?
Con cavilaciones de este tipo llegué a la cafetería y me quedé parada en la entrada, intentando divisar a mi pequeña amiga con ojos de un hermoso color azul turquesa y cabello oscuro y lacio. La encontré mientras agitaba la mano frenéticamente desde una de las mesas del fondo y me dirigí a ella antes incluso de comprar nada de comer. Al acercarme pude notar que en la mesa aparte de Alice había otra chica y tres muchachos.
Alice se levantó para presentarme a sus acompañantes.
-- Hey chicos, ella es Bella y a partir de hoy se sentará con nosotros – dijo sin dar lugar a ninguna réplica – sean lindos con ella ¿de acuerdo? Los cuatro jóvenes sentados a la mesa me miraron, y como si lo hubieran ensayado antes, me sonrieron ampliamente y al mismo tiempo.
Después cada uno tomó su turno para la presentación.
-- Hola Bella, es un placer conocerte – me dijo un chico alto y atlético, mientras se levantaba -- yo soy Jasper Hale, novio de Alice. Me estrechó la mano mientras me daba un ligero beso en la mejilla. Su piel era pálida, pero no tanto como la de Alice, y su cabello, un poco largo y con las puntas rematadas en suaves ondas, era de un resplandeciente rubio dorado; sus ojos eran bastante expresivos y de un bonito color avellana. Después de saludarme se colocó junto a Alice para poder abrazarla; había un fuerte contraste entre ellos, pero eso no los hacia verse menos adorables.
-- Hola Bella, me llamo Rosalie Hale – seguramente identificó mi cara de reconocimiento porque añadió – si, soy hermana de la mitad masculina de esa informe masa azucarada --, me dijo mientras señalaba discretamente a Jasper con la barbilla, que ahora besaba efusivamente a su novia sin dejar de abrazarla – Aunque yo soy la mayor.
-- Solo-por-un-año – replico él balbuceando, sin despegar aun los labios de los de Alice.
-- Ja ja ja si como quieras hermano menor. Ven Bella, siéntate.
La fémina que me ofreció un asiento junto a ella, sin duda, debía dedicarse a caminar por las pasarelas en su tiempo libre. Alta, su figura era escultural, por decir lo menos, de proporciones perfectas y despampanantes. La abundante melena rubia le caía suelta y ondulada hasta media espalda. Su tierno rostro parecía el de un ángel: de cejas definidas, espesas pestañas, e irises de color castaño claro; pómulos altos y labios carnosos maquillados delicadamente de rojo oscuro; en una palabra: ¡wow!.
-- Se te olvidó mencionar que estas perdidamente enamorada de mi – Rosalie rió y volteó para darle un pequeño beso al muchacho que había hablado. Después él me miró y me extendió el puño a modo de saludo.
-- Emmett McCarthy – me dijo sonriendo de oreja a oreja. Yo me sonrojé y vacilé un poco pero al final choque mi puño con el de él; soltó una carcajada. Emmett era impresionante; no podía estar muy segura porque estaba sentado, pero parecía que era bastante alto, más que Jasper; y muy fornido, lo sabía por la manera en que la camiseta blanca de manga larga se ceñía a los músculos de sus brazos y del pecho. A pesar de su físico intimidante, tenía una expresión sorprendentemente amable. Su enorme sonrisa un tanto infantil, hacía que se le marcaran unos tiernos hoyuelos en las mejillas; su piel no era muy pálida, pero difícilmente se le podría considerar bronceado. Su cabello era castaño oscuro, corto y ligeramente rizado. Sus grandes y entusiastas ojos eran de color gris oscuro. ¡Cielos! ¿Qué todos en esta escuela tenían ojos "de color"? ¿O solo eran ellos?
-- Tu turno Eddie – hasta ese momento me fijé en el joven que estaba sentado al lado de Emmett, pero me parecía que el me había clavado la vista todo el tiempo.
Nuestra miradas se encontraron por lo que a mi me pareció una eternidad. Sus ojos eran como un profundo océano de color verde esmeralda, al que no le veía fin por ningún lado. Mientras lo miraba sentía como algo giraba lentamente en mi interior, hasta que terminó de encajar con un eco que me golpeó en el estómago y obligó a mi corazón a llevar un ritmo que casi podría pasar por taquicardia. En ese momento supe que podría nadar en esas aguas hasta ahogarme, tocar el cielo y resucitar. Por el resto de mi vida…
Hola ^^
Espero que les guste el primer capítulo de lo que supongo será un mini-fic
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