ERASE UNA VEZ EN NUNCA JAMÁS

Disclaimer: nada me pertenece, solo la idea.

Nota de la autora: reconozco que tenía las expectativas muy altas, ya que Peter Pan siempre ha sido una de mis historias favoritas, pero que no respetasen ni un solo elemento de la obra original me dolió muchísimo. Voy a ignorar olímpicamente la mamarrachada que nos contaron en la serie, que no puedo ni escribir sin sentir náuseas y que debe tener a J. M. Barrie revolviéndose en su tumba. Al principio no estaba de acuerdo con que Pan fuese malo, pero lo hicieron bien, le convirtieron en un villano excelente, el problema fue… llamémoslo sus "orígenes". Esta es mi propia versión de los personajes, de Nunca Jamás, de lo que sucedió antes y de lo que sucedió después. Aunque mantendré algunos aspectos de la serie voy a intentar ser lo más fiel posible a la obra original. También tiene elementos de la película del 2003, de la de dibujos, de Hook, de Descubriendo Nunca Jamás y de la miniserie Neverland.

Capítulo 1. Última noche en el cuarto infantil

(Storybrooke)

De entre todos los abrazos que se dieron aquel día en el muelle, sin duda el más esperado y con más lleno de amor fue el de los hermanos Darling. Los tres hermanos habían tenido que luchar y soportar mucho para que llegase ese ansiado momento, soñándolo noche tras noche durante muchos años. Al fin estaban los tres juntos de nuevo. Y Baelfire, aunque su estancia con ellos fue breve los Darling llegaron a querer a Baelfire como a un hermano más, y fue por ello que no dudaron ni un segundo en ir a rescatarle cuando la Sombra se lo llevó. A pesar de todo lo que habían pasado, Wendy estaría eternamente agradecida al muchacho por salvar a sus hermanos tanto tiempo atrás y por salvarles una vez más y permitir que estuvieran juntos de nuevo.

Poco a poco, los habitantes de Storybrooke empezaron a dejar los muelles y a dirigirse donde la Abuelita para celebrar la victoria de sus héroes. Los tres hermanos, que aún no se habían soltado, como si temiesen que al separarse despertarían de un hermoso sueño y se volverían a encontrar prisioneros de Pan, también comenzaron a marcharse, pero por otro camino distinto.

-Hey, esperad. Uníos a nosotros- dijo Neal

-Gracias, pero no quisiéramos entrometernos en vuestra reunión familiar- dijo John muy educadamente, quien a pesar del tiempo pasado y de las experiencias vividas nunca logró desprenderse de los ademanes de caballero

-Vosotros también sois mi familia. O lo fuisteis una vez- afirmó Neal muy serio

-Siempre serás un hermano para nosotros, Bae- dijo Wendy

-Gracias- una amplia sonrisa iluminó el rostro de Neal- Por favor, sé que estaréis deseando marcharos de aquí y no os culpo, pero dejadme al menos invitaros a una cerveza, como agradecimiento por todo lo que habéis hecho por mí-

John y Michael cruzaron miradas. Wendy les miró esperanzada.

-Bueno, si nos invitas, creo que podremos hacer el sacrifico- dijo Michael finalmente

Todos rieron, incluyeron a Neal en el abrazo familiar.

En la Abuelita todo eran risas y felicidad, la comida y la bebida salían sin cesar de la cocina, la cacofonía creada por tantas personas hablando al mismo tiempo provocaba que nadie se enterase realmente de ninguna conversación, ninguna persona permanecía mucho tiempo sentado en una misma mesa o hablando con la misma gente, sino que se movían constantemente intentando hablar con todos a la vez. Nadie parecía notar que los varones Darling, aun sonriendo, tenían la cabeza en otra parte.

Hasta hace unos momentos, John había dicho que era hora de que los Darling volviesen a casa. Pero ¿qué casa? Sus padres llevaban muertos mucho tiempo, su antiguo hogar, si es que todavía estaba en pie, ahora pertenecería a otras personas. En el tiempo que trabajaron para Pan ambos hermanos procuraron no establecer lazos con otras personas, no tenían ni familia, ni amigos, ni conocidos, ni residencia fija. Podrían volver a Londres, aunque ya no era la ciudad que recordaban. Ni siquiera Wendy era la misma, de repente su hermana mayor era más joven que ellos y donde siempre hubo curiosidad, fantasía y espíritu aventurero, ahora solo había melancolía. Los Darling eran los hermanos sin tiempo ni hogar.

-Ahora volvemos a estar los tres juntos. Empecemos de cero de una vez por todas. Volvamos a ser una familia, formemos nuestro propio hogar- había dicho Wendy

Pero era mucho más fácil decirlo que hacerlo. Wendy se levantó un momento, llevaba tanto tiempo sin relacionarse con gente que no fueran los habitantes de Nunca Jamás, que no estaba segura de si sería capaz de hacer nuevas amistades, aun así se acercó para hablar con Gretel/Ava y Grace/Paige.

-Nunca podremos empezar de cero mientras recordemos- Con esa idea en la mente, John y Michael, aprovechando que su hermana estaba entretenida, se acercaron al Hada Azul/Madre Superiora en busca de ayuda.

-Si os he entendido bien, lo que queréis es empezar una nueva vida, con recuerdos nuevos- dijo ella mirándolos muy fijamente, como intentando leer sus almas

-Algo parecido a lo que os pasó a vosotros. Pero a ser posible sin maldiciones ni magia negra. Ya tenemos experiencia más que de sobra con esa última- dijo Michael

-¿Estáis seguros de esto? ¿Lo habéis pensado detenidamente?-

-Nunca podremos empezar una nueva vida mientras recordemos la pasada. Mientras recordemos todo eso. Es lo mejor para todos, especialmente para nuestra hermana, ella más que nadie tiene que poder pasar página- afirmó John

-¿Vuestra hermana está de acuerdo?- preguntó de nuevo el Hada Azul

-Lo estará. Aun no lo hemos hablado con ella pero lo estará. ¿Puede usted ayudarnos o no?- preguntó John de nuevo

-Mi magia no es como la de Rumpelstinkin o la de Regina, pero creo que podría hacer algo. Os ruego que lo penséis detenidamente. Dentro de dos días volveré a preguntaros y si vuestra decisión es firme, os ayudaré. Mientras tanto podéis hospedaros en el hostal de la Abuelita, es un buen lugar- dijo finalmente el Hada Azul tras permanecer un rato pensativa

-Te estamos muy agradecidos- dijo Michael

Sin embargo, John y Michael no contaron a Wendy sus planes. La abuelita dio a los hermanos Darling una preciosa habitación para los tres con un alféizar en la ventana igual al que tenían en sus antiguas habitaciones de Londres. Wendy pasaba gran parte del tiempo fuera, paseando por el pueblo o por el bosque, pues siempre le había gustado más estar al aire libre que entre cuatro paredes, y cuando estaba en la habitación se sentaba en ese alféizar, mirando por la ventana abierta con la mirada perdida, sus labios sonreían pero sus ojos mostraban tristeza. Los hermanos también habían observado que por las noches dejaba la ventana abierta, igual que antes. Wendy era la que más tiempo había pasado con Pan, ella no les había contado nada de su vida allí salvo unos pocos detalles superficiales, por respeto ellos tampoco habían preguntado, no querían forzarla a hablar si no se sentía preparada para ello, pues cada persona tiene una manera de enfrentarse a las situaciones. No habían comentado a Wendy su plan de empezar una nueva vida con nuevos recuerdos, pensaban que estaría de acuerdo con ellos. Aun así sentían que su hermana escondía algo y decidieron ocultarle el plan, solo por si acaso.

Tal como les prometió, el Hada Azul se presentó un par de días más tarde con su respuesta.

-¿Sabéis que la magia conlleva un precio?- preguntó ella

-Mejor que nadie- dijo John

-¿Y aún así os mantenéis firmes en vuestra decisión?-

-Sí- afirmaron los dos hermanos al unísono

-Tenéis que desearlo-

-Deseamos olvidar nuestro pasado y empezar una nueva vida con nuevos recuerdos-

-Sea pues-

El Hada Azul sacó su varita de su capa.

-Espera, Wendy lo ha pasado peor que nosotros con la magia. Puede que aun no esté preparada para volver a ver una varita ni polvos mágicos. ¿No hay un modo más discreto como una poción que podamos tomar con el té o algo así?- se apresuró a decir Michael

Wendy había salido y volvería de un momento a otro, no querían que se encontrase allí al Hada y descubriese su plan.

-Las pociones son cosa de brujas y hechiceros, no de hadas- dijo algo molesta el Hada Azul, que empezaba a sospechar que los varones Darling no habían sido del todo sinceros con ella- Pero si insistís-

Unos brillantes polvos azules salieron de su varita y se posaron en la tetera y las tazas que descansaban encima de la mesita.

-Tomaos el té. En cuanto salgáis de los límites del pueblo la magia hará efecto. No recordareis nada de vuestra vida pasada. Tendréis recuerdos nuevos y podréis empezar de cero-

-Nunca podremos agradecértelo lo suficiente- dijo John

-¿Hay alguna posibilidad de romper el hechizo?- preguntó Michael

-Todo hechizo puede romperse tarde o temprano. Pero desde luego no es una tarea sencilla. Os deseo a los tres la mejor de las suertes-

Wendy llegó al poco rato de irse el Hada Azul. Cuando sus hermanos le preguntaron qué tal el paseo, respondió con frases cortas. Pero su rostro se iluminó cuando vio su té favorito sobre la mesilla.

-Mañana mismo nos iremos de Storybrooke. A nuestro hogar- dijo Michael mientras servía el té

-No importa dónde estemos o dónde vayamos. Mientras estemos los tres juntos, para mí será el hogar- dijo Wendy

-Brindemos. Por nosotros tres y la nueva vida que nos espera ahí fuera- dijo John

Los tres hermanos se llevaron sus respectivas tazas a los labios y bebieron, John y Michael cruzaron una mirada significativa. Si Wendy se percató de esa mirada, notó algo raro en el comportamiento y palabras de sus hermanos o un sabor diferente en el té, no dijo nada.

A la mañana siguiente, un descapotable rojo con tres ocupantes abandonó la ciudad. Nada más salir de los límites de la misma, un pequeño halo de luz dorada los envolvió, pero nadie, ni siquiera los ocupantes del coche, se percató. Dichos ocupantes se miraron un momento, sonrieron, el copiloto encendió la radio y el conductor pisó el acelerador. Les esperaba un largo camino hasta casa.

En el próximo capítulo: los hermanos Darling llevan una nueva vida en el Londres actual, ajenos a toda su vida e identidad anterior. Pero no son los únicos a quienes se les ha dado una segunda oportunidad.