Su padre acababa de darle la oportunidad de poner en marcha su plan y la iba a aprovechar.

La tarde del día anterior, después de ver la mirada suplicante que sin proponérselo le dedicó su papá, le resultó imposible negarse y terminó aceptando salir a tomar un helado con Hannah, "¿cómo iba a negarme?" se dijo y sintiéndose un poco culpable recordó que después del helado, con gusto dejó que la novia de su padre lo llevara al zoológico para montar un camello, "eso estuvo genial" sonrió al recordar la emoción que sintió al estar trepado entre las jorobas de ese enorme y apestoso animal; el lunes cuando volviera a la escuela sería la envidia de todos sus compañeros.

Pero solo lo había hecho por dar gusto a su padre, esa mujer se parecía muchísimo a su mamá, era casi tan bonita como ella, y además lo trataba como a un chico grande, pero no se podía comparar ni de lejos con la que él quería que fuera la novia de su papá. Quizás realmente todavía era muy chico para entender, porque le parecía increíble que si ella era una de las personas más inteligentes del mundo, como le había dicho su padre, no se hubiera dado cuenta hace años que su papá estaba enamorado de ella.

Él tenía muy claro lo que ocurría, "mi helado favorito es el de fresa, y ahora, también me gusta el de chocolate, pero eso no quiere decir que el de fresa no siga siendo mi favorito" fue el pensamiento que cruzó por su infantil mente. No entendía porque su papá no se daba cuenta de que estaba confundido, él siendo un niño ya lo había descubierto; cómo podía ocurrir que su padre, con todos los años que le llevaba de ventaja, no se diera cuenta de lo que era tan evidente "ahora le gusta Hannah, pero en el fondo ella sigue siendo su favorita".

Luciendo una sonrisa idéntica a la de su padre y poniendo su expresión más inocente, se llevó una mano a la barbilla fingiendo que estaba pensando y entonces lo soltó, fuerte y claro, "quiero ir a nadar a la piscina de Huesos".

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Cuando el mejor agente del FBI convenció a su novia de darle a Parker la oportunidad de escoger lo que harían ese sábado, ni por un segundo pensó que esa sería su elección, supuso que el muchachito de seguro estaría loco por ir nuevamente al zoológico, o quizás al parque de diversiones para treparse en todas las atracciones.

Cómo no se le ocurría imaginar que estando el día estaba tan cálido, resultaría lógico que Parker quisiera ir a nadar… y si ella también había decidido disfrutar de su piscina, "Dios, te lo ruego que Huesos esté trabajando en el Jeffersonian", fue el rezo que hizo en silencio antes de coger su celular y empezar a marcar el número de su compañera.

Al escuchar la voz de su compañera del otro lado de la línea, sin poder evitarlo empleó un tono de voz que demostraba a todas luces que se hallaba en una situación incómoda, "Hola Huesos", la saludó mientras daba un par de pasos intentando alejarse de Parker. Su intención era fingir que le pedía permiso de ir a su piscina y luego explicarle a Parker que estaba en mantenimiento o algo así. No le gustaba decir una mentira a su hijo, pero no le parecía justo utilizar la piscina del edificio de su mejor amiga, eso estaba más o menos bien antes, cuando él creía que a pesar de su aparente distancia, ella estaba interesada en él; pero ahora no le parecía bien.

La mujer de ciencia le devolvió el saludo con un preocupado "Hola Booth, ¿tenemos algún caso?", mientras ponía a un lado el libro sobre tradiciones de las tribus de nómades del desierto de Namibia que acababa de recibir gracias a una suscripción y se incorporaba lista para recoger su bolso y salir a darle el encuentro, en caso ya se encontrara esperándola en la puerta de su edificio.

"No, no, nada de eso, tranquila" respondió el hombre y luego tomando una profunda bocanada de aire continuó "te llamo porque Parker me está volviendo loco, quiere ir a tu piscina y bueno…". Antes que pudiera terminar de explicarse, entre suaves risas, ella lo interrumpió "¿has perdido la llave que te di?".

"No Huesos, no es eso, es solo que quería consultarte primero…", al escuchar la voz de ella, imaginó nítidamente a su compañera sonriendo, de seguro estaba descansando a solas en su sala, probablemente leyendo algún libro de título impronunciable pero que a ella la tendría fascinada.

Parker estaba parado frente a él, escuchando atento lo que charlaba con Huesos, con las manos juntas en señal de súplica, dando saltos de felicidad anticipada pues estaba convencido de que ella no pondría reparos… el hombre se dio cuenta que su suerte estaba echada y con gesto resignado, pero sonriendo para que su hijo no pensara que ocurría algo malo, terminó la llamada después de avisarle a su compañera que en aproximadamente una hora estarían allá.

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Sentado al volante de su camioneta se preguntaba en qué momento su día se complicó de tan terrible manera, en ese momento, él y su hijo iban camino a la casa de su compañera a disfrutar de un día de piscina, mientras que su novia había salido intempestivamente en busca de una entrevista privada con un líder político extremista, una entrevista que venía persiguiendo desde hacía semanas y que le habían conseguido en el momento menos oportuno.

Tenía las manos sudorosas crispadas sobre el volante, sabía que su pequeño hijo estaba conversando con él, pero sus palabras le parecían tan lejanas, no lograba prestar atención a la conversación del pequeño, por su mente solo pasaban imágenes de ocasiones anteriores en las que ellos habían disfrutado de "esa" piscina, y en todas estaba Huesos… todavía resonaban en sus oídos las palabras de ella al terminar la llamada "yo también iré a nadar, nos encontramos allá".

Sabiendo que observar a su compañera retozando al sol iba a ser una verdadera tortura física, aprovechó la luz roja de un semáforo para levantar la mirada al cielo y hacer una última petición "espíritu santo ayúdame a no caer en la tentación".